Marina
ante el enfado más que evidente de Inés y su madre, deteniendo el
coche en el aparcamiento para las visitas de la Base militar de
Torrejon. Ilusionada es poco para definir lo que estaba sintiendo en
la que era su segunda visita a la Base. En la primera lo había hecho
en tren y taxi, y en ésta, lo había hecho conduciendo después de
años y años, sin hacerlo fuera de Pedraza.
Con
la ilusión de una cría enamorada, salió del coche y lo cerró,
para después peinarse coqueta su larga melena, sin olvidar a su
improvisado guía, un proveedor de la misma Base, que desde el
asiento de su camión, babeaba viéndola salir del coche.
Si,
efectivamente la imagen de Lucia conduciendo no lo había engañado
lo mas mínimo, la mujer en legins de cuero y jersey largísimo con
hombro al descubierto, era muy digna de ser guiada y porqué no, de
intentar alargar el momento hasta un café, puede que cena y a saber
si copa de después.
-
Cielo has sido un amor, te lo agradezco de corazón…ya desde aquí
me apaño yo sola- le dijo Lucía llegando hasta la puerta del
camión, haciendo bueno eso de; de bien nacida es ser agradecida.
Pero claro, llegar así de naturalmente hermosa, provocó el ansia
del proveedor por querer más de ella. Ansia que Lucía apreció en
su especial forma de mirarla y sonreírle.
-
La entrada de la visitas es por allí- el proveedor le señaló la
garita que indicaba el paso de visitantes y Lucia temió lo que
estaba segura venía- Yo entro por aquí mismo y apenas tardo unos
veinte minutos ahí dentro, puedo esperarte y no se….¿tomar un
café?- no se equivocó Lucia y el hombre cumplió sus temores. Pero
ella no tenía tiempo de agradecerle más de lo que lo había hecho y
sus ansias, estaban sobradamente concentradas en por fin, verse cara
a cara de nuevo con Susana. No quedaba de otra, que rechazar su
invitación.
-
Sin duda sería una buena forma de agradecerte me guiarás desde la
salida hasta aquí- le dijo arrugando la nariz, tratando de no sonar
seca y al final, habló de más como si lo conociera de toda la vida-
Pero, ¿sabes? Hace unos días la cague bastante con la persona que
sin saberlo me espera ahí dentro, no se cuanto pueda tardar en
conseguir que me devuelva el beso que deseo y si lo consigo, querría
poder prepararle algo en casa- terminó ahora arrugando los labios,
de solo pensar que Susana la rechazase, los escalofríos se
acumulaban haciéndola abrazarse.
-
Puff…difícil entonces un café- el proveedor enseguida se apiadó
de ella y eso que tuvo que retener el impulso de bajarse del camión
y abrazarla. Joder, demasiada mujer para que ese otro alguien le
negara nada. La gracia con que se lo había dicho a Lucia, hizo reír
a esta, pero ni modo, el frío se había instalado en su cuerpo y
solo una persona podría reconfortarla.
-
Jajaja, podrías animarme un poco, tipo estás genial para que te
devuelvan el beso que quieres- temblando resopló buscando ánimos
pero así no hizo otra cosa que encantar más al pobre proveedor.
-
Totalmente, yo te lo devolvería sin pensármelo- la consintió y
hasta suspiró sabiendo que debía dejarla hacer lo que tenía
pensado y sacó la mano por la ventanilla. Lucía sonrió tomando
fuerzas y por igual se la estrechó cariñosa- Ha sido un placer.
Desde
luego que para Lucia lo había sido, primero por guiarla de una
manera desinteresada y segundo, porque en su mano y sonrisa encontró
el calor necesario para caminar hacia la garita de entrada para las
visitas. Susana tenía todo el derecho a recibirla como quisiera y
ella la entendería. Más animada, sus pasos comenzaron a ser más
enérgicos o mejor, más Sánchez. Pisó con fuerza y así, hasta le
hizo gracia que fuese la sargento seca y celosa de la primera ocasión
en la que visitó la Base, quien la recibiera. Aunque, no es que la
mujer pareciera igual de encantada que ella con su visita.
-
En horario laboral no se pueden recibir visitas personales, tendrá
que esperar fuera- fueron las escasas palabras de la seca mujer, que
a ella no llegaron a inmutarla. O sea, no. No iba a esperar, es que
ni siquiera podía hacerlo y por como esa mujer la miraba, no es que
ésta estuviese pensando en acceder daba igual la excusa que pusiese.
Por eso, a Lucia no le quedó de otra que tirar de contactos, aunque
eso la jodiera y mucho.
-
Ahm…perdona no lo sabía, pero no te preocupes llamo ahora mismo a
Miguel, el General y veo como lo hacemos- le bastó nombrar de pasada
al General, para que la sargento se irguiera. Pues bueno, no le había
dejado de otra y ahora sí, la visita fue posible y de ella no es que
la Sargento se despidiese. Tal cual iba, a Lucia le importó cero y
pronto cambió la acritud de la Sargento por el entusiasmo del Cabo
de aquella primera vez.
-
Señora…, es un gusto verla de nuevo por aquí- simpático la
recibió y cierto sonrojo cubrió sus mejillas ante la risa de Lucia
llegando hasta él para besarlo fuerte en la mejilla. Iba a
contestarle con la misma simpatía cuando identificó un olor.
-
Queroseno- tuvo que exclamar, extrañada por haberlo identificado tan
rápido y el Cabo se le quedó mirando risueño.
-
Es la droga de los pilotos, lo huelen a cientos de metros, pero eso
seguro que ya lo sabe- le dijo sin que Lucía pudiera atenderlo
mucho. Había estado en esa Base antes sin percatarse de ese olor,
que para variar, le traía a Susana- ¿Viene a verla como
Instructora? Empezó hoy con los futuros pilotos de caza y ya ganó
su temor. Ahora si que van a saber lo que cuesta conseguir las alas.
Ni
idea podía tener Lucía del cambio del que le hablaba el Cabo, pero
bendito fuera si eso le permitía a Susana mantenerse cerca de los
aviones y a ella, verla rodeada de militares en ropa de gimnasia
siguiendo sus ordenes.
-
Madre mía- prendada de su imagen, por un momento Lucia lo olvidó
todo, para morderse los labios, deseando hacer lo mismo con los de la
piloto.
Ella
paralizada al tener ahora sí, cara a cara a Susana y su hija, sin
aguantar las malas caras de Inés y Laura sobre ella.
Bueno está claro que Inés y Laura, han oído o visto algo, están moscas, jajaja. Son la bomba estas dos juntas.
ResponderEliminarPor fin están cara a cara, Lucía y Susana, y esperando la charlita, que largo se me hace, cuando llegue no tengo uñas seguro. Jajaja
El camionero muy majo él. La sargento unas vueltecitas al campo de entrenamiento para bajarle la mala leche no le iría mal.
Mil gracias, pero me ha sabido a poco hoy.
A.
Conque ganas esperando este momento, magistral como siempre, pero me ha sabido a poco, poco, poco. muchas gracias. Un saldo .C
ResponderEliminarA m'l todos los días me sabe a poco, Eres magistral, Gemo.Gracias.
ResponderEliminarCostance
Ya casi es mañana :)))
ResponderEliminarayyyyyyyyyyyyy ARTISSTAZAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!
ResponderEliminarCONTIGO ya nada sacia!!!!!! entra un ansia infinitoooooo
GRACIASSSS mil POR MUCHO MUCHIIIIISIMOOOOO
.... POR FIN¡¡¡¡¡ POR FIN¡¡¡ Y ES QUE CUANDO EL AMOR LLAMA A LA PUERTA.... HAY QUE CALZAR ZAPATILLAS O HACERLO EN TACONES QUE MÁS DA....EL CASO ES CORRER...ES CORRER A BUSCALO....ES HACERLO DEJANDO EL ALIENTO EN ELLO...HACERLO....AÚNQUE PARA ESO ...TENGAS QUE TRASPASAR GARITAS DONDE LA LENTITUD...LAS MALAS GANAS Y DEMÁS TE HAGAN DESESPERAR...TIRANDO DE ''CONOCIDOS ''' O SIN ELLOS....LLEGAR....LLEGAR PASANDO POR DONDE SEA...SABIENDO QUE TRAS ESA PUERTA...TRAS ELLA TE ESPERA LA DUEÑA DE TU LOCURA...MERECE LA PENA...SI AL FINAL TE LLEVAS SUS BESOS...ESE SABOR QUE HARÁ QUE TODO MEREZCA LA PENA....
ResponderEliminarES LO QUE POR FIN.....HACE LUCIA....EL PREMIO....EL PREMIO SEGURO HACE QUE SE ARREPIENTA DE NO HABER CORRIDO ANTES...PERO LO QUE IMPORTA ES LLEGAR....SI
ESCRITORA SIGUES TEJIENDO SUEÑOS...QUE..QUE....AL FINAL SE CONSIGUEN....
GRACIAS......POR ¡¡¡TANTO¡¡¡
CELESTE-NEGRO.