viernes, 21 de noviembre de 2014

112- Emergencias 97

En los asientos traseros, Karla junto a Lucía, se había limitado a sonreír por las locuras de Laura y Fatima en los asientos delanteros. Reía tranquila, recordando los momentos más felices del día, tratando de guardarlos dentro de si. El empeño de Inés por no llevar vestido, la familia acudiendo al enlace sin dejar de recordarles a sus padres y lo mucho que a estos, les hubiese gustado acudir. Entre tanto, Nacho y su sonrisa y entre recuerdos, la caricia de Lucía que no le sobresaltó.
- Me encanta cuando se te ve así de tranquila- le había dicho Lucía antes de que las dos se cogieran de la mano y ella tuvo que sonreír y besarla, como la misma Lucía decía, absolutamente tranquila.


- Así me siento, hasta que me asusto pensando en cuánto tardaré en liarla de nuevo- bromeó con Lucía y mentiría si no se recordase ronroneandola queriendo su abrazo. Abrazo que entre sonrisas recibió.
- Eres la peque...tienes derecho a liarla- sintiendo sus besos, asintió a sus palabras y retuvo su abrazo no queriendo que acabase, no antes de confesarle su cariño.
- Inés tiene razón, nos abrazas como lo hacía Mamá y no sabes lo bien que sienta- sincera escondió cierta vergüenza por lo dicho en los mimos de una Lucía derretida por sus palabras.
- Porque os quiero- la declaración por igual sincera de Lucía, las había hecho soltarse queriendo sonreírse cara a cara, pero un mechón de Karla se enredó en uno de los adornos de la chaqueta de Lucía y entre risas, ésta le pidió que se quedara quieta y así, Karla se fijó que en el cuello de Lucía no estaba el colgante que debía estar.
- Ehm...¿no llevabas algo en el cuello?- con disimulo le había preguntado, anotándose una conversación muy seria con su Tía.
Conversación que quedaría pendiente sobre el mismo colgante que su Tía, en esos momentos donde ellas charlaban en el salón de Marina, ella sujetaba subida en uno de los hangares de la Base de Torrejon. Verse subida ahí, era como ver a Inés subida a cualquier tejado y tan similar le parecía y era, que hasta un pajarraco negro la acompañaba en guardia a solo metros de ella.
- Pájaros locos- musitó sin dejar de jugar con una fina cadena de oro de la que colgaban unas pequeñas alas. Ojalá pudiera dejar el pensamiento quieto y ojalá no fuera noche de recuerdos. Porque ahí subida, con ese especial colgante entre sus manos y escoltada por un pájaro, no pudo más que verse muchos años atrás, sentada igual de alto con Roberto llegando a ella, totalmente ilusionado.
 No hacía falta preguntarle, para saber que a Carmen le había encantado el colgante y que él, estaba pletórico. Tanto, como para abrazarse a ella, emocionado.
- Va a ser verdad que soy un sensiblon- le había dicho dándole paso para que ella le diera cierta caña. Aquella noche, estuvieron buen rato allí subidos, dejándolo fantasear a su forma- Estoy a un paso de cumplir mis dos sueños, volar y casarme con Carmen. ¿Sabes que me ha dicho el abuelo? Dice que los pájaros le dijeron que enseguida tendremos una niña y que como nosotros, tendrá alas- ilusionado dejó volar justamente su imaginación y como siempre, abrió sus brazos como alas de pájaro. Viéndolo así, era imposible no sonreír.
- Hablas demasiado con ese viejo loco que tenemos por abuelo- menos fantasiosa que él, tiró de su cinturón para que dejara de hacer el tonto y se sentase con ella.
- Pues ese viejo loco, me hizo volver a la joyería y comprarte otro colgante para ti. Algún día, encontrarás una mujer que merezca compartir tus alas- entregándole el colgante del que hablaba, pestañeó exageradamente tan burlón como era.
- Jajaja, no habrá una santa mujer que me soporte, de entre los pájaros yo soy...el más solitario- le dijo acabando con los dos riendo, pero entonces Roberto, recordó las palabras de San Juan de la Cruz, sobre el pájaro solitario.
- Cinco son sus condiciones; la primera que se va lo más alto; la segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire;
la cuarta, que no tiene determinado color; y la quinta, que canta suavemente....jajaja, en verdad tu no tienes pico.
El recuerdo de aquellas risas con su hermano, le hacían sonreír mientras guardaba el colgante devuelta a su cajita.
- Quizás si que tenga pico- musitó dispuesta a bajarse de ese hangar, cuando su móvil sonó anunciándole mensaje recibido. Extrañada por las horas que eran, ya madrugada, fue a leerlo rápido. El mensaje era de Karla y en él, le mandaba una foto de Lucía sentada junto a Marina. Estaba claro que la foto era de ese mismo momento y Lucía se veía increíblemente bonita. Pero mucho no pudo recrearse en su imagen, porque Karla comenzaba a escribirle, y al poco, leía su regañina: Como ves, le siguen faltando tus alas y eso que a ella, le quedarían genial. A veces amar asusta, tenlo presente. Ah...te quiero y ésta noche duermo con ella. ¿Mucha envidia?
Tras leerla la sonrisa se le quedó grabada, mientras contestaba a su sobrina: Mucha...Lucía me da mucha envidia ésta noche.
Como no sonreír, si prácticamente podía adivinar las palabras que ahora le escribiría Karla y hasta imaginar, su carita molesta con ella. Y no se equivocó, Karla miraba el teléfono alucinando con su Tía a la que rápidamente contestó con: Anda ya.
Así los mensajitos entre ellas fueron yendo y viniendo, en tanto las chicas seguían a lo suyo. Claro que, a Lucía no se le estaba pasando por alto, las risistas de Karla pegada a su móvil y tampoco a Marina, que estaba entre Karla y su madre. Dichosas tecnologías, gracias a ellas es que Marina pudo curiosear quien estaba en línea y sopesar así, quienes podían estar hablando entre ellas. Atando cabos, su conclusión fue clara. Karla hablaba con Susana y ella no podía aguantarse más las ganas de participar. Así comenzó a escribir mensajes:
Mensaje de Marina a Karla: Ya está siendo difícil retener a mi madre aquí y de tonta no tiene nada.
Mensaje de Marina a Susana: Canción y dardo recibidos....sólo falta una cosita por recibir. Si necesitas pistas, mira mi perfil.
Ella escribiendo mensajes y sus destinatarios contestandoselos.
Mensaje de Karla a Marina: Jajaja, ya lo se...pero dejala que sufra un poco, ha sido capaz de dejar a una Merino, eso se paga....durmiendo conmigo jajaja. Hostia, me encantan las alas en tu perfil.
Mensaje de Susana a Marina: Bueno...al final creeréis las fantasías del loco abuelo.
- ¿Hola? Me llamo Laura, tengo problemas y vosotras, mis amigas, me estáis ignorando- Ay Dios, con tantos mensajitos yendo y viniendo, la pobre Laura terminó explotando molesta- Estoy enamorada, cariñitos míos y yo no sé, si se querer, sufro, me angustio y así...cuelgo frases vomitivas en mi muro de Face, ¿que será lo próximo- continuó dramatizando consiguiendo la atención de sus amigas, que enseguida quisieron consolarla, pero Inés saliendo en pijama y casi sonámbula se les adelantó.
- Ya ves tú que problema querer a quien te quiere- medio dormida atravesó el salón extrañando a Marina, y dejando a Laura con el dardito lanzado, no sólo para ella, y la otra damnificada con la boca abierta.
- Jajaja, ¿donde vas locky?- su hermana fue la única que le dijo algo viendo como abría la puerta y por ella entraba el primo Agustín muertecito de frío, sin necesitar al verlo contestación de Inés- Ay Dios- exclamó haciendo que todas mirasen a los primos abrazados caminito a la cama.
- Que frío he pasado, prima- le decía Agustín a Inés, dejándose calentar por los mimos de ésta.
- Ya está primo, tu tranquilito que nos vamos a la cama- achuchándolo a la cama se lo llevó, no sin acordarse de Marina- No vayas a ocupar toda la cama que Marina y pajarito necesitan mucho espacio.
- Ehm...¿me acaba de llamar gorda?- preguntó Marina tras escucharlos sin realmente estar molesta, consiguiendo que volviesen las risas y las quejas de Laura.
- Cruel mundo, ni mis amigas me entienden...me veo usando páginas de contactos tipo...se busca amiga que quiera oír mis problemas.
Problemas, de fácil solución desde el punto de vista de Inés. Pero, la piloto no contaba con que tratándose de mujeres, ni tan fácil resultan.






3 comentarios:

  1. Bueno no sé ni por dónde empezar, esa conversación vía wassap a tres, esa riña cariñosa de Karla a su tía, la complicidad al mismo tiempo con Lucía. Ahora me sigo quedando a la espera de esa conversación de las “adultas” que ganas de ver cómo le da las alas.

    Esta Laura vive en su mundo, jajaja, cuando Inés le ha dado en la diana y la solución.

    Y ese primo al final duerme con ellas. Y Susana y sus recuerdos para con su hermano.

    Solo resalto algunas cositas, pero en realidad me ha encantado todo.

    Gracias

    A.

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  2. Que te gusta hacernos sufrir y esperar Gemo. Compadécete de nosotras. Ya no nos quedan uñas que morder deseando leer el reencuentro.
    Me ha encantado el trocito de complicidad entre todas.
    Muchas gracias
    L.a.c.e.r

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  3. ....'''' A VECES AMAR ASUSTA.''''.... AMAR ...HASTA PUEDE DOLER...PERO TE HACE SENTIR TAN TAN TAN ..VIVA...QUE ESO TE HACE QUERER ...TENERLO... SENTIRLO...POR ENCIMA DE TODO...LUCIA DEBE TOMAR NOTA...SUSANA DARLE LAS ALAS...PARA QUE SEPA VOLAR HASTA ELLA...ES ASÍ .....

    ....GRACIAS......ESCRITORA.

    CELESTE-NEGRO

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