En
los asientos traseros, Karla junto a Lucía, se había limitado a sonreír
por las locuras de Laura y Fatima en los asientos delanteros. Reía
tranquila, recordando los momentos más felices del día, tratando de
guardarlos dentro de si. El empeño de Inés por no llevar vestido,
la familia acudiendo al enlace sin dejar de recordarles a sus padres
y lo mucho que a estos, les hubiese gustado acudir. Entre tanto,
Nacho y su sonrisa y entre recuerdos, la caricia de Lucía que no le
sobresaltó.
-
Me encanta cuando se te ve así de tranquila- le había dicho Lucía
antes de que las dos se cogieran de la mano y ella tuvo que sonreír
y besarla, como la misma Lucía decía, absolutamente tranquila.
-
Así me siento, hasta que me asusto pensando en cuánto tardaré en
liarla de nuevo- bromeó con Lucía y mentiría si no se recordase
ronroneandola queriendo su abrazo. Abrazo que entre sonrisas recibió.
-
Eres la peque...tienes derecho a liarla- sintiendo sus besos, asintió
a sus palabras y retuvo su abrazo no queriendo que acabase, no antes
de confesarle su cariño.
-
Inés tiene razón, nos abrazas como lo hacía Mamá y no sabes lo
bien que sienta- sincera escondió cierta vergüenza por lo dicho en
los mimos de una Lucía derretida por sus palabras.
-
Porque os quiero- la declaración por igual sincera de Lucía, las
había hecho soltarse queriendo sonreírse cara a cara, pero un
mechón de Karla se enredó en uno de los adornos de la chaqueta de
Lucía y entre risas, ésta le pidió que se quedara quieta y así,
Karla se fijó que en el cuello de Lucía no estaba el colgante que
debía estar.
-
Ehm...¿no llevabas algo en el cuello?- con disimulo le había
preguntado, anotándose una conversación muy seria con su Tía.
Conversación
que quedaría pendiente sobre el mismo colgante que su Tía, en esos
momentos donde ellas charlaban en el salón de Marina, ella sujetaba
subida en uno de los hangares de la Base de Torrejon. Verse subida
ahí, era como ver a Inés subida a cualquier tejado y tan similar le
parecía y era, que hasta un pajarraco negro la acompañaba en
guardia a solo metros de ella.
-
Pájaros locos- musitó sin dejar de jugar con una fina cadena de oro
de la que colgaban unas pequeñas alas. Ojalá pudiera dejar el
pensamiento quieto y ojalá no fuera noche de recuerdos. Porque ahí
subida, con ese especial colgante entre sus manos y escoltada por un
pájaro, no pudo más que verse muchos años atrás, sentada igual de
alto con Roberto llegando a ella, totalmente ilusionado.
No hacía
falta preguntarle, para saber que a Carmen le había encantado el
colgante y que él, estaba pletórico. Tanto, como para abrazarse a
ella, emocionado.
-
Va a ser verdad que soy un sensiblon- le había dicho dándole paso
para que ella le diera cierta caña. Aquella noche, estuvieron buen
rato allí subidos, dejándolo fantasear a su forma- Estoy a un paso
de cumplir mis dos sueños, volar y casarme con Carmen. ¿Sabes que
me ha dicho el abuelo? Dice que los pájaros le dijeron que enseguida
tendremos una niña y que como nosotros, tendrá alas- ilusionado
dejó volar justamente su imaginación y como siempre, abrió sus
brazos como alas de pájaro. Viéndolo así, era imposible no
sonreír.
-
Hablas demasiado con ese viejo loco que tenemos por abuelo- menos
fantasiosa que él, tiró de su cinturón para que dejara de hacer el
tonto y se sentase con ella.
-
Pues ese viejo loco, me hizo volver a la joyería y comprarte otro
colgante para ti. Algún día, encontrarás una mujer que merezca
compartir tus alas- entregándole el colgante del que hablaba, pestañeó exageradamente tan burlón como era.
-
Jajaja, no habrá una santa mujer que me soporte, de entre los
pájaros yo soy...el más solitario- le dijo acabando con los dos
riendo, pero entonces Roberto, recordó las palabras de San Juan de
la Cruz, sobre el pájaro solitario.
-
Cinco son sus condiciones; la primera que se va lo más alto; la
segunda, que no sufre compañía, aunque sea de su naturaleza; la
tercera, que pone el pico al aire;
la cuarta, que no tiene determinado color; y la quinta, que canta suavemente....jajaja, en verdad tu no tienes pico.
la cuarta, que no tiene determinado color; y la quinta, que canta suavemente....jajaja, en verdad tu no tienes pico.
El
recuerdo de aquellas risas con su hermano, le hacían sonreír
mientras guardaba el colgante devuelta a su cajita.
-
Quizás si que tenga pico- musitó dispuesta a bajarse de ese hangar,
cuando su móvil sonó anunciándole mensaje recibido. Extrañada por
las horas que eran, ya madrugada, fue a leerlo rápido. El mensaje
era de Karla y en él, le mandaba una foto de Lucía sentada junto a
Marina. Estaba claro que la foto era de ese mismo momento y Lucía se
veía increíblemente bonita. Pero mucho no pudo recrearse en su
imagen, porque Karla comenzaba a escribirle, y al poco, leía su
regañina: Como ves, le siguen faltando tus alas y eso que a ella, le
quedarían genial. A veces amar asusta, tenlo presente. Ah...te
quiero y ésta noche duermo con ella. ¿Mucha envidia?
Tras leerla
la sonrisa se le quedó grabada, mientras contestaba a su sobrina:
Mucha...Lucía me da mucha envidia ésta noche.
Como
no sonreír, si prácticamente podía adivinar las palabras que ahora
le escribiría Karla y hasta imaginar, su carita molesta con ella. Y
no se equivocó, Karla miraba el teléfono alucinando con su Tía a
la que rápidamente contestó con: Anda ya.
Así
los mensajitos entre ellas fueron yendo y viniendo, en tanto las
chicas seguían a lo suyo. Claro que, a Lucía no se le estaba
pasando por alto, las risistas de Karla pegada a su móvil y tampoco
a Marina, que estaba entre Karla y su madre. Dichosas tecnologías,
gracias a ellas es que Marina pudo curiosear quien estaba en línea y
sopesar así, quienes podían estar hablando entre ellas. Atando
cabos, su conclusión fue clara. Karla hablaba con Susana y ella no
podía aguantarse más las ganas de participar. Así comenzó a
escribir mensajes:
Mensaje
de Marina a Karla: Ya está siendo difícil retener a mi madre aquí
y de tonta no tiene nada.
Mensaje
de Marina a Susana: Canción y dardo recibidos....sólo falta una
cosita por recibir. Si necesitas pistas, mira mi perfil.
Ella
escribiendo mensajes y sus destinatarios contestandoselos.
Mensaje
de Karla a Marina: Jajaja, ya lo se...pero dejala que sufra un poco,
ha sido capaz de dejar a una Merino, eso se paga....durmiendo conmigo
jajaja. Hostia, me encantan las alas en tu perfil.
Mensaje
de Susana a Marina: Bueno...al final creeréis las fantasías del
loco abuelo.
-
¿Hola? Me llamo Laura, tengo problemas y vosotras, mis amigas, me
estáis ignorando- Ay
Dios, con tantos mensajitos yendo y viniendo, la pobre Laura terminó
explotando molesta- Estoy enamorada, cariñitos míos y yo no sé, si se querer, sufro, me
angustio y así...cuelgo frases vomitivas en mi muro de Face, ¿que
será lo próximo- continuó dramatizando consiguiendo la atención
de sus amigas, que enseguida quisieron consolarla, pero Inés
saliendo en pijama y casi sonámbula se les adelantó.
-
Ya ves tú que problema querer a quien te quiere- medio dormida
atravesó el salón extrañando a Marina, y dejando a Laura con el
dardito lanzado, no sólo para ella, y la otra damnificada con la
boca abierta.
-
Jajaja, ¿donde vas locky?- su hermana fue la única que le dijo algo
viendo como abría la puerta y por ella entraba el primo Agustín
muertecito de frío, sin necesitar al verlo contestación de Inés-
Ay Dios- exclamó haciendo que todas mirasen a los primos abrazados
caminito a la cama.
-
Que frío he pasado, prima- le decía Agustín a Inés, dejándose
calentar por los mimos de ésta.
-
Ya está primo, tu tranquilito que nos vamos a la cama- achuchándolo
a la cama se lo llevó, no sin acordarse de Marina- No vayas a ocupar
toda la cama que Marina y pajarito necesitan mucho espacio.
-
Ehm...¿me acaba de llamar gorda?- preguntó Marina tras escucharlos
sin realmente estar molesta, consiguiendo que volviesen las risas y
las quejas de Laura.
-
Cruel mundo, ni mis amigas me entienden...me veo usando páginas de
contactos tipo...se busca amiga que quiera oír mis problemas.
Problemas,
de fácil solución desde el punto de vista de Inés. Pero, la piloto
no contaba con que tratándose de mujeres, ni tan fácil resultan.
Bueno no sé ni por dónde empezar, esa conversación vía wassap a tres, esa riña cariñosa de Karla a su tía, la complicidad al mismo tiempo con Lucía. Ahora me sigo quedando a la espera de esa conversación de las “adultas” que ganas de ver cómo le da las alas.
ResponderEliminarEsta Laura vive en su mundo, jajaja, cuando Inés le ha dado en la diana y la solución.
Y ese primo al final duerme con ellas. Y Susana y sus recuerdos para con su hermano.
Solo resalto algunas cositas, pero en realidad me ha encantado todo.
Gracias
A.
Que te gusta hacernos sufrir y esperar Gemo. Compadécete de nosotras. Ya no nos quedan uñas que morder deseando leer el reencuentro.
ResponderEliminarMe ha encantado el trocito de complicidad entre todas.
Muchas gracias
L.a.c.e.r
....'''' A VECES AMAR ASUSTA.''''.... AMAR ...HASTA PUEDE DOLER...PERO TE HACE SENTIR TAN TAN TAN ..VIVA...QUE ESO TE HACE QUERER ...TENERLO... SENTIRLO...POR ENCIMA DE TODO...LUCIA DEBE TOMAR NOTA...SUSANA DARLE LAS ALAS...PARA QUE SEPA VOLAR HASTA ELLA...ES ASÍ .....
ResponderEliminar....GRACIAS......ESCRITORA.
CELESTE-NEGRO