lunes, 10 de noviembre de 2014

112- Emergencias 91


Explicación Inés para esa barbacoa, no es que tuviera o si, siendo Pedraza un pueblo de la antigua España, donde vas a echarte un café por la mañana y hablando de esto y aquello, dices:
- Me haría falta mover los tablones de la casa para mi pajarito, con tanta lluvia veremos a ver, si no se estropea.
Suficiente, para que el jubilado de turno, capataz de obra en sus tiempos, comience a organizarlo todo.
- Inés coño, ¿para que estamos aquí tus vecinos? Eso me cojo yo a dos y si quieres esta mañana mismo, lo dejamos solucionado.


Bastante, para que esos dos que el capataz necesitaba, se presentasen voluntarios. ¿Como negarse? No se puede, cuando eres alguien como Inés, que se emociona ante el cariño tan gratuito de la gente de Pedraza. Aunque, gratuito lo que es gratuito, no era. Porque fue entrar al jardín, ver los tablones de madera y como buenos españoles, empezar a postergar el trabajo.
- Cago en la mar, Inés... Con el frío que hace, pon nos antes un carajillo que entremos en calor.
Vale, se merecían eso y más. Por ejemplo el carajillo bien cargado de coñac del bueno y unos dulcecillos hechos por Encarna. Pues solucionado, pero ¡ay mare!, ahora les tocaba aclararse donde poner los tablones para que estuviesen bien resguardados, cosa que les llevaría un buen rato, para acabar en el mismo punto.
- Coño Inés, se nos ha metido la hora de picar algo, sacate un jamoncito o lo que tengas por ahí, con gusa no se puede trabajar bien.
Vuelta a empezar, a Inés ahora le tocó sacarles unas cuantas tapas con sus respectivas cervezas o vino y claro, estaban tan a gustito, que se les antojó festejar el trabajo que aún, no habían hecho.
- Estoy pensando, que ya que estamos así, llamemos a las parientas y nos hacemos aquí un corderillo que compré ayer.
Menos mal, que el corderillo lo ponían ellos y tampoco es que a Inés, le hiciera falta mucho para encender su barbacoa.
- Jijiji, en mi barbacoa, que tiene ruedas y todo, ¿la saco?
Menuda pregunta, pues claro que la iba a sacar y encender. De hecho fue empezar a encenderla y a los obreros y sus parientas, empezó a sumarsele gente.
- Ayyy, ¿que celebramos?
Doña Concha, no podía ser otra, enseguida metía nariz a ver que se cocía y dale que dale.
- Voy a por mi marido y me traigo una caña de chorizos de los nuestros, esperarse aquí.
No, si a ningún lado se iban a ir, porque las parientas habían tardado muy poco en organizarse y llegar a casa de Inés y Marina, cargadas con todo lo necesario. Ensaladas, pan para una comunión, dulces, más embutidos caseros, vino del pueblo y un largo etcétera.
Dentro, Marina y Nacho se miraban entre risas, solo Inés era capaz de llenar así, sin querer, su jardín.
- Bueno- le dijo Nacho, super orgulloso contemplando lo guapísima que se veía Marina arreglada por él mismo- Al menos verán mi obra- bromeó recibiendo un buen pellizco de Marina.
- Jajaja, gracias por acordarte de la materia prima con la que has contado- riendo, ambos siguieron pasando de la barbacoa a traición orquestada por Inés, hasta que comenzaron a llegar visitas.
Con el capataz y sus dos obreros bien "calentitos", Inés los temió al escuchar sonar el timbre, como les diera ahora por aparecer a Laura o Karla, cualquiera los contenía. Y no es que fuese muy equivocada, la primera en llegar fue Karla, a la que metió para la casa bien rapidito.
- Jijiji, cuidaito que es mi hermana- les advirtió antes que Karla saltase sobre ella y así mismito la llevó para adentro. Vale, por ahora, barbacoa improvisada y visitas normales, como la de Karla, a la que siguió Xavier- No vayas a escaquearte que tenemos que mover los tablones- le dijo a éste reteniendolo hasta que las olivitas atraían su atención y Xavier lo aprovechaba para adentrarse.
Pero tras Xavier, comenzaron a llegar otro tipo de visitas, que aún no despertaron sorpresa.
Parecido a lo que estaba por ocurrirles a Lucía y Susana. La primera empezaba a odiar mucho el macuto de Susana. Era verlo sobre la cama, como lo hacía ahora, y huir. Si, por principios debía hacerlo y no, ponerse de mala leche porque Susana volviese a su trabajo en Torrejon. Se había pegado toda la vida, adorando la independencia y falta de dependencia emocional y ahora, un simple macuto podía con ella. Obvio, significa unos cuantos días despertando sola, antes durmiendo sola, duchándose sola y stop. No lo iba a hacer, se lo había prometido y no lo iba a hacer. No convertiría cada despedida en un dramon. Si además, ambas eran iguales, mujeres independientes y gustosas de tener espacio propio. Pero joder, cada vez los días sin ella en presencia se hacían más largos, las esperas más ansiosas y nuevo Stop auto-impuesto. Por favor, ellas no eran así, no necesitaban vivir pegadas la una a la otra, no lo habían sido antes en su vida y...miércoles. Que manera más tonta de querer convencerse cuando lo más fácil, era recordarse que no había de otra, por lo menos hasta Susana se jubilara.
- Jajaja, pelín egoísta me quedó- con tanto pensar acabó hablando en alto, cuando Susana y su macuto entraban a la cocina.
- Es uno de tus encantos, por favor no lo pierdas- le dijo la piloto soltando el macuto con muy pocas ganas de marcharse. Para colmo, Lucía estaba de lo más radiante. Tal cual más le gustaba, recién levantada, cara lavada y su melenon alborotado aunque siempre bien colocado en un hombro.
- Trabajaré en ello, pero se contradice con mis pensamientos...mm, no se que hacer- consciente de como la miraba Susana, dejó en sus ojos la responsabilidad del momento. Una leve sonrisa, y estallaría como consentida pidiéndole quedarse unos días más, una vacilación o sequedad de Susana, y lo haría al estilo de siempre.
- Recuerda que lo nuestro siempre ha sido el subtexto. Oh, usé el nuestro...eso debe quitar subtexto- separadas por la mesa de la cocina, Susana no dejó de llenarse de la imagen de Lucía, procurando guardarla muy bien en sus retinas. Así, Lucía olvidó la lucha mantenida con ella misma instantes antes, para apoyarse en la encimera, demasiado a merced de la mirada continua de Susana sobre si.
- No me mires así- si no vas a hacer algo, le faltó decir, temiendo desnudarse ante esos ojos.
- ¿Así como?- quiso saber Susana, traspasando la barrera que las separaba. Los cálidos rayos de sol, jugaban creando destellos en el cabello de Lucía. Lo que le faltaba, para verla todavía más hermosa.
- Como sigues haciéndolo- tardó en responderle Lucía. Susana la miraba igual, pero con un brillo diferente, que comenzaba a excitarla y así - Me haces querer pedirte que me hagas el amor como nunca o que me folles bien fuerte- confesó sorprendiéndose así misma. Uno de los poderes de esa mirada en Susana, de ahí que la temiese.
- ¿Cual es la diferencia?- a dos pasos de ella, Susana se permitió jugar con la respiración de las dos. Adoraba y como, la tensión que como ahora, explotaba de golpe entre ambas sin tener que provocarla.
- Creo que con la segunda, tu ausencia es menos pesada- desanudándose la bata, esperó sin respiración que Susana aceptará su petición. Era la mejor forma de despedirse. Sentirla pegada a ella y que ese mismo brillo en los ojos de Susana la bañara mientras sus dedos la llenaban.
- Crees- jugar con el aliento de ambas, a Susana le alteraba el pulso cardíaco tanto, que le martilleaba los oídos. Un placer más, con el que Lucía abriéndose la bata y mostrándole así su desnudez, jugaba. Difícil gozar de la tensión magnificada entre ellas, si toda Lucía invitaba a llegar a ella y poseerla con vehemencia.
- Creo...es..., ¿que mas da? Tú solo ven y haz que me corra - desesperada por la calma excitante en principio de Susana no se cortó pidiendo lo que quería. Y no fue solo a viva voz, con femenino descaro abrió sus piernas, queriendo que Susana se enterrase entre ellas y como era usual, la piloto aceptó compartiendo sus mismos deseos. Porque no sólo deseaba llevarse su imagen bien guardada sino también su sabor más intimo. En los dos pasos de distancia que habían aguantado su intercambio de palabras, voló la camisa de Susana y su boca, aterrizó en el centro del pecho de Susana. El impacto del aterrizaje lo sufrió la cortina donde Lucía se agarró antes de ser subida de golpe a la encimera.
- Ahm...cielo- tuvo que gemir, los rieles de la cortina amenazaban con soltarse desgarrados por la fuerza de Susana, la misma que le había pedido. Si ya estaba excitada, verse sujeta a la cortina con ambas manos, llevando su cuerpo en acrobacia hacía la boca de Susana, la mojó muchísimo más. Bendita, desobediencia que ahora mostró Susana, si ella le ofrecía el pecho, Susana mordía su cuello y cuando le ofrecía éste rendida a sus besos húmedos, Susana entonces bajaba por su torso, sin que sus manos, dejarán de acariciarla por cualquier parte. Así, bañada entre su mirada, sus besos y caricias, terminó por confesarse con ella- Odio echarte de menos, lo odio...despiertas a otra mujer en mi, que no conocía- le dijo en un malabarismo que ahogó a Susana contra su sexo. Cabreada contra esa confesión, quiso hundirla en ella y Susana se dejó hundir, complacida con no ser la única gilipollas que la extrañaba horrores, en sus ausencias- Ahm...si, si cariño... Ábreme más- cartas sobre la mesa y amantes experimentadas, ella pidió y Susana se dejó el aliento, complaciéndola. Se perdió en cada pliegue, la dejó sin respiración y se concentró en lo glorioso que era sentirla irse en su boca. Hinchado, vibrante y convulsionado, tras correrse no lo abandonó y siguió mimando esa pequeña parcela, queriendo que se mantuviera vivo para ella, pero entonces el timbre sonó y tras un fuerte beso sorbido, debió abandonarlo para mirar a Lucía. Pletórica, ésta prácticamente se estaba cagando en quien fuese que tocaba el timbre como si fuese una urgencia, provocando la risa de la piloto. Calladas y con la respiración a mil, se quedaron sin hacer nada más que mirarse, pero entonces, al timbre le siguieron unas voces muy conocidas para Lucía.
- Lucía que somos los primos, ¿estas en casa?
Tras escuchar la voz en grito de una de sus primas, a Lucía se le abrieron los ojos de la impresión. Ni idea que hacían sus primos en la puerta, interrumpiéndole un polvazo de morirse.
- No es por parecerme a Inés pero, ¿abrimos la puerta o k ases?- bromeó Susana a pesar de su manifiesta excitación y por mucho coraje que le diese, no le quedó de otra a Lucía, que aceptar abrirles la puerta. Ella corrió al baño, para intentar camuflar lo que acaban de hacer en la encimera y Susana, tuvo que asearse como pudo, para acabar abriendo la puerta a los familiares de Lucía.
- Holaaaa- la mujer de edad similar a la de Lucía, primera en el pequeño grupo dispuesto tras ella, la saludó con euforia, seguro esperando que fuese Lucía- Ay...¿nos hemos equivocado?  ¿No vive aquí Lucía?
- Si- le contestó Susana antes de que la mujer, llegase a preguntarle si fue antes la gallina o el huevo- Está en el baño, enseguida sale- trató de ser socialmente correcta y amablemente simpática, pero no era lo suyo y se quedó agarrando la puerta, mientras el grupo se moría por pasar- Ehm...yo os dejo, tengo que irme- la inoportuna visita, le servía para marcharse sin ñoñerias que amenazaban con salirsele por la garganta, pero entonces...llegó la sorpresa real.
- Ay que pena, creí que habías venido como nosotros para la boda de Marina. Ayyy Lucía, que se te casa la niña.
- WTF!- fue el pensamiento compartido entre Susana y Lucía. Como les había pasado a las novias, con el problema en el embarazo de Marina, se habían olvidado por completo de la boda, que ciertamente, era para esa misma tarde.
Normal, que siendo así Inés flipase con algunas visitas que estaba recibiendo, entre ellas la de la Señora Puri Arganda De Todos Los Santos, mujer de la alta sociedad de Pedraza, que llegaba a su casa demasiado "emperifolla" para venir a ver como seguía Marina. Pero Inés, mujer de despreocuparse rápido, y mucho de mimar a ancianas, enseguida pasó de su sorpresa para mimar a la recién llegada.
- Doña Puri, así de guapa hace  palidecer al sol, ..¿no le da pena?- piropeandola, temió a los tres burricos que ya se levantaban ante tan ilustre presencia retirándose boinas y sombreros- Jijiji, el del medio es viudo, antiguo minero...ya sabe, le ha quedado buena paguilla y es el primero en saltar a la pista de baile en cuanto suena un pasodoble- amante del amor, aprovechó para meter baza y echarle una mano a Leoncio, el minero con buena paguilla y dotes de bailarín en Benidorm.
- Jajaja, Ay Inés... Como eres- encantada con ella, saludó a los caballeros como buena dama al pasar por delante de ellos, aprovechando para ojear al minero. Después y ya dentro de la casa, fue ver a Marina y destapar la sorpresa- Me encanta lo guapa que vas, Marina. Divina para una boda de tarde.
- ¿Eing?- fue el pensamiento de Marina e Inés ante lo dicho por la mujer. Nacho, que también la había escuchado dejó caer de sus brazos a Karla, que al haberla escuchado igual que él, empezaba a descojonarse. Sólo a su hermana, se le podía olvidar su propia boda.
- Eh..a ver- pidió calma Marina, empezando a murmurar en arameo.
- Me mueroooooooo- los gritos de Laura llegando a las prisas, la cabrearon más. Era un hecho, se habían olvidado de su boda- Os casáis en dos horas y vosotras aquí de barbacoa y sin invitarme. ¿Como me tomo esto?
Nadie pudo responder a Laura, porque todos comenzaron a correr histéricos de un lado para otro. Bueno, todos menos Marina, detenida por la psicópata de Inés.
- Sush...tranquilita, tu tranquilita- cansina como pocas, hasta le dió por hacer juegos de respiraciones mientras el Mykoyan de Marina tomaba vuelo.
- ¿Como quieres que esté tranquila? No tenemos los vestidos, tu en pantalones de pana y además... ¿Donde le damos de comer a tus 250 invitados?- no de hacer las cosas a impulsos, Marina se alteraba pese al... respira conmigo de Inés y sush..estate tranquilita.
- Tranquilas- les pidió Doña Puri, ganándose la mirada furiosa de Marina, muy hartita de esa palabra en cuestión- De darles de comer, me ocupo yo.
Solucionado un tema, tocaba seguir corriendo para llegar a tiempo a su boda.

- Jijiji... Si yo había encendido la barbacoa por algo, pss.



4 comentarios:

  1. Vamos de Boda, yupi, y las contrayentes sin saberlo.

    Menuda interrupción, también los primos podrían haberse esperado en llegar 1 horita.

    Bien pues esperando esa boda, mientras pajarito no despegue todo bien, jajaja

    Genial, pero quiero más de Susana y Lucía, que nos ofreces con cuentagotas.

    Por cierto, tantos días sin saber de ti Gemo, no es bueno, es contraproducente para la salud y las uñas de tus lectoras. Espero que todo bien.

    Gracias.

    A.

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    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo. Queremos más de la historia de Lucía y Susana. Veremos a ver si llega el momento en que ambas se confiesen sobre lo que sienten y den un paso mas allá en su relación.
      Olvidarse de su propia boda...vaya tela, ya les vale a las dos, jejeje.
      Muchas gracias por el trocito, ya lo esperabámos con ansias.
      L.a.c.e.r

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  2. Jjajaajja..lo ultimo que esperaba leer...se olvidan dela bodaaaaa.....ajjaja
    Estas no tienen remedio..Marina dejo su seriedad al conocer a Ines..
    Que pandilla....jajaja....
    Divina-Wilson

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  3. ..... NO PUEDO DECIR OTRA COSA QUE NO SEA.....ESTOY ABSOLUTAMENTE DE ACUERDO CON LA '' DAMA DE ARRIBA'''...Y QUE SI...LA CORDURA DE MARINA SALIO POR LA VENTANA Y LA LOCURA ENTRO ''POR LA PUERTA'''....CUANDO INES TOCO EN ELLA....JAJAJAJAJAJA...¡¡ GENIAL ESCRITORA¡¡¡¡.

    GRACIAS....POR ¡¡TANTO¡¡¡

    CELESTE-NEGRO

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