Bollo-drama,
dicese de una pelea entre dos mujeres que mantienen una relación
sentimental, con o sin relaciones sexuales entre las mismas, que
suele iniciarse por una tonteriilla de nada y acaba en un dramon de
película. Parecido a lo que según Marina estaba a punto de ocurrir
entre su madre y Susana, y que ellas mismas habían protagonizado la
semana pasada.
Era
una tarde-noche, de frío invierno que la piloto llevaba como podía
volcada en la maqueta del primer helicóptero que pilotó junto a su
padre. Era eso, o hincharse a chocolate. Porque ese frío y esas
noches que llegaban a media tarde, le hacían desear a muerte, estar
en el sofá junto a Marina, sintiendo a pajarito. No poder tenerlo,
la sumergía en una especial nostalgia y en una ansiosa cuenta atrás.
Porque por igual deseaba que Marina al fin se diera de baja por
maternidad y tenerla así en casa en sus largos descansos entre turno
y turno.
Pensando
en ese momento, de tumbarse junto a su barriguita, había recordado
la conversación con su Tía Susana. Más práctica que ella,
seguramente por todo lo vivido, ésta se había ofrecido a
financiarle una demanda judicial, para ser reconocida como otra
progenitora más de pajarito. Su Tía, siempre protegiéndolas. ¡Ay
dios!, esos pensamientos aún le producían más nostalgia y ansia.
Que ganitas de verle la cara a pajarito, por tener ganas, hasta las
tenía por trasnochar pendiente de su sueño o de sus tomas. Sería
el invierno, sería que estaba ovulando o sería que simplemente como
toda mujer, tenía una especial tarde, en la que su todo, se reducía
a Marina y pajarito. Así extrañarla se hacía insoportable y su
carácter inaguantable. Por eso, cuando al fin escuchó la puerta
abrirse, deseó con todas las fuerzas que Marina dejará todo para ir
a abrazarla por largo rato y por eso mismo, le sentó tan mal que
Marina llegase a las prisas.
-
Cielo vienen a cenar y me acaban de avisar, dejo las bolsas en la
cocina y subo a ducharme.
Abrazo
ni por asomo y peor, ni un triste pico en los labios. Nada, Marina le
había hablado de una cena para después desaparecer camino a su
habitación. Poco le importó a ella la cena, la cuestión era porqué
no la había saludado como siempre. ¿Por que no había apreciado
como estaba? ¿Es que Marina no la había echado de menos? ¿Y cenar?
¿Prefería gente con la que cenar a estar con ella en el sofá? ¿Y
por qué no bajaba a darle su beso? Demasiadas preguntas, para una
mujer nostálgica. El anhelo de tenerla daba paso a cierto desazón y
el desazón al enfado. Algo se le estaba escapando, ese
comportamiento de Marina no era normal en ella. Un beso, si no era
más que un beso. Se había entretenido en dejar las llaves y las
bolsas, pero no en darle un beso. ¿Que cuesta un beso? ¿Es que se
había aburrido de sus besos? O peor..¿lo había hecho de ella y por
eso necesitaba gente para cenar? Al enfado se le unía el miedo a
perderla y así, Inés no pudo abrir la puerta a los recién llegados
de muy buen humor. De hecho lo hizo inconsciente y encontrar tras la
puerta a una tía que iba de Presidenta de Madrid, le sentó fatal no
estando para bromas. Por eso, le cerró la puerta en todos los
morros.
-
Inés por favor...¿que haces?- la voz de Marina tras ella, le hizo
girarse muy pasota. Marina no quería darle su beso, pues ella pasaba
de todo.
-
Una que va haciendo el tonto disfrazada de Esther García, no estoy
para esas chorradas- le había contestado con la intención de volver
a su maqueta y a su desazón. Ahí estaba Marina, ni beso, ni
sonrisa. Para morirse era.
-
Es que es..Esther Garcia, madre mía.
Encima
se molestaba con ella. Así no Marina, así no. Sus pensamientos en
esos momentos, no dieron para más que cruzarse de brazos esperando
que Marina viese con sus propios ojos a la farsante que había en su
puerta, sin nada mejor que hacer que venir a molestar.
-
Mm...por un momento creí que nos habíamos equivocado.
La
farsante con voz de morirse de gusto, estaba bordando el papel de
Presidenta. Las cosas como son.
-
Y por otro lado, le estaba diciendo a Maca que hoy día así somos
recibidos los políticos.
Insistía la farsante y vamos ya, Marina la creía porque le reía las gracias antes de fundirse con ella en un abrazo. WTF! Pensó al percatarse que la farsante llegaba acompañada de una tía clavada a la pareja de...¡Ay mare! fue su pensamiento mientras tragaba saliva. Esos ojos verdes, capaz de desnudar al mas pintado, no podían ser imitados. ¡Ay mare que era la Presi!, su voz, sus larguísimas piernas, sus ojos y su vestido de punto y espalda abierta, que le hacían abrir los ojos como platos. Le había cerrado la puerta a Esther García, nada menos.
- Jijijiji, a ver...jijiji- le entró la risa y nadie podía culparla. Hacia ella caminaba la mismísima Esther García y sus ojos verdes, a la que ella le acababa de cerrar la puerta en las narices.
-
Dime que has sentido al darle un portazo a la casta política.
Grrr,
demasiado. Fue demasiado esa mujer caminando hacia ella y fue aún
mas demasiado, verse en sus ojos.
-
Jijiji pues yo te voto, ¿eh?- salió como pudo antes de dejar de
respirar, para que esa mujer le besara las mejillas- Y sin
ser de Madrid ni nada- simpatía hacia la Presidenta y la pareja de
ésta, y omisión clara a Marina. Tic,tac..el tiempo seguía pasando
sin beso y ni los ojazos de esa mujer la consolaban.
Así
las cosas, no podía estar cerca de Marina siendo dura con ella. Era
todavía más doloroso, por eso con la excusa de una cervecita se
llevó a la Inspectora de policía a la cocina.
Como si se conocieran de toda la vida, la Inspectora tomó asiento en la encimera mientras Inés sacaba dos botellines de cervecita, que se le antojaron tristes, por lo que le unió unas patatas chips, que pronto probó la Inspectora. Que mujer tan callada pero afable a la vez. Como una hermana mayor, que meciendo las piernas está esperando que le cuentes tus paranoias. Y mucho, no es que Inés tardara en confesarle sus males, sacando ahora un poquito de queso, para compensar.
Como si se conocieran de toda la vida, la Inspectora tomó asiento en la encimera mientras Inés sacaba dos botellines de cervecita, que se le antojaron tristes, por lo que le unió unas patatas chips, que pronto probó la Inspectora. Que mujer tan callada pero afable a la vez. Como una hermana mayor, que meciendo las piernas está esperando que le cuentes tus paranoias. Y mucho, no es que Inés tardara en confesarle sus males, sacando ahora un poquito de queso, para compensar.
- Si es que...a ver, que lo mismo estoy yo loca, pero
dime...¿que es lo primero que haces al llegar a casa?- le había
preguntado a la Inspectora pasándolo el cuchillo jamonero. Jamas
cortaba bien el jamón, lo mismo a la Inspectora se le daba mejor que
a ella.
-
Ducharme- le contestó la Inspectora aceptando el reto de cortar un
jamón de pata negra en tiras finísimas, prácticamente
transparentes.
-
Jajaja- se río Inés, empezando a pensar, que la hermana mayor en
verdad, estaba queriendo escuchar sus males, sólo para decirle que
los suyos eran aún peor- Eso lo supongo, digo al...al- se atrancaba
porque al pensar en la Presidenta la buscaba con la mirada hallándola
en el salón mirándola- Mare mía que ojazos tiene, pero a lo que
vamos. Lo normal será que si llegas y está en casa, la beses...digo
yo- terminó consiguiendo llegar a su quemazón Inés.
-
Ja...eso si está en casa o si está pero no ocupada- le contestó la
Inspectora, con las tiras de jamón cortadas perfectas para que las
dos le metieran mano, junto al queso, las patatas y unas olivitas- Es
como hoy, me dice ven a recogerme a Segovia aprovechando que yo
mañana no trabajo y ella debe quedarse. Pues mira donde estamos, en
Pedraza de cenita. Que no es, que yo no quisiera conoceros, es que
quería una noche con ella, que según que fechas parece imposible.
-
Yo también querría una noche con ella, si- la seriedad en que lo
dijo Inés, dejó a la Inspectora entre reivindicar que esa mujer era
suya o reirle la gracia. Vale, el juego de cejas de Inés, la decantó
por la segunda opción, reír mejor que llorar. Mientras que Inés,
recordaba lo que Marina, esa mujer mala que la miraba desde el salón
queriendo saber, le había contado sobre la Presidenta y su estancia
en Segovia- Jijiji, que para nada no te ha hecho venir, que no- le
había dicho como si con eso, la Inspectora tuviera que dejar su
rabieta y lo peor, como si esa escasa información no despertase las
ganas de saber de ésta.
-
¿Que sabes tu al respecto?- enseguida se había interesado la
Inspectora y tocate el pie por lista. A Inés le tocó callarse la
boquita Sobre el rinconcito mega romántico que Marina había
aconsejado a la Presi, la misma que a brazos cruzados, la saludaba
desde el salón.
-
Hubo un tiempo donde la gente quería compartir mesa conmigo e
incluso, no me cerraban la puerta nada más verme..¿uhm?
La
voz de la Presi y sus formas, por poco hicieron gemir a Inés y así,
las dos dejaron su pic-nic improvisado para unirse a sus chicas, no
en muy buenas condiciones. A Inés le faltaba muy poco para olvidar
porque estaba enfadada, pero aún lo estaba, y la Inspectora ya no
sabía si estarlo o estar agradecida. Claro que, ambas olvidaron
porqué se forma un bollo drama, que es porque las otras partes,
sienten ese sentir extraño y la falta de sinceridad, les acaba
haciendo mella.
Como era normal estando así, la cena comenzó con un ambiente cargado que acabó por desesperar a la menos paciente, Marina.
Como era normal estando así, la cena comenzó con un ambiente cargado que acabó por desesperar a la menos paciente, Marina.
-
Vale...estas enfadada, ahora sólo me falta saber porqué- el genio
con el que golpeó Marina la servilleta en la mesa, borró todo resto
de enfado en Inés.
-
¿Yo? Yo no, fue ella- con la memoria borrada se convirtió en una
chivata señalando a la Inspectora, que iba a copiar su proceder por
toda la cara.
-
Yo tampoco, más bien eres tú- señaló a Marina y sólo faltaba una
para completar el círculo vicioso que habían formado. Pero antes de
que Marina se defendiese, habló Esther García.
-
Uhm...a mi no me señaléis, estoy muy lejos de estar enfadada- les
dijo para a continuación descruzar sus piernas de vértigo con el
único propósito de incorporarse y besar a la Inspectora.
Beso no, besazo que a Inés la dejó mirándolas muerta de amor, para después mirar a Marina.
Beso no, besazo que a Inés la dejó mirándolas muerta de amor, para después mirar a Marina.
-
Bésame ya...que estoy que no estoy, mas estando, no logro estarlo-
con su clarividencia habitual se ganó unas risas y como no, el beso
que pedía.
El
bollo drama quedaba superado, pero sería mentir no decir que siendo
cuatro mujeres, no tuvo coletazos. Aunque estos, fueron solventados
en privado después de entonces si, una agradable cena entre parejas
amigas.
Ok,
este bollo-drama podía ser nada al lado del que podría protagonizar
su Tía con Lucía. Aunque a decir verdad ésta,sentada junto a
ellas, hablando tan tranquilamente con Marina, no parecía muy
molesta. "No me jodas" pensó Inés observándola. Su Tía
no podía estar tan tranquilita teniendo a Lucía cenando con un
Doctorcito, joven, apuesto y con el que claramente, Lucía había
tenido sus ratitos.
Naah...intentó
en vano lanzar mensajes callados a Marina para que algo dijera al
respecto, pero al final fue ella quien no aguantó la situación.
-
Por el amor de dios, está aquí mismo cenando con otro, ¿quieres
hacer algo?- saltó como lo estaba pensando y la sonrisa de medio
lado de su Tía no la calmó en absoluto, como tampoco que Marina la
mirase flipando- Sush...tu tranquilita, no te puede estresar nada,
tápate los oídos- le dijo a su mujer plantada en la cama, sin
olvidarse comérsela a besos y sin olvidar la apatía de su Tía-
¿Sabes lo que en verdad ha pasado no? Se ha llevado como todos un
susto de muerte y oh...tú no estabas, pues normal que de coraje se
vaya a cenar con otro y déjate que no se vaya a
-
Ines- el pequeño grito molesto de Marina la calló de momento, para
volver a besarla.
-
Tu tranquilita, no te puedes alterar o pajarito desplegará alas
antes de tener pista- vuelta a comérsela a besos y vuelta a su Tía.
Pero ésta ya se estaba colocando la chaqueta y la relevaba para
besar a Marina.
-
Hazle caso, deberías intentar dormir- le dijo Susana a Marina,
cubriéndola bien con la manta, para después ser acompañada por
Inés hasta la puerta- No me des la brasa que te conozco y dame las
llaves de vuestra casa. Habrá que facilitarle las cosas a Marina
para cuando le den el alta- frenó a su sobrina y sus claras
intenciones de seguir con el tema Lucía y al final, también ella
cayó en cierta forma- No debe haber cadenas entre dos personas, más
que las innatas que se forman al querer a alguien. Siendo posesiva
solo consigues ardores de estómago.
Palabras
muy fáciles de decir, que pero difíciles de llevar a cabo. Quisiera
o no, que Lucía andase cenando con el tipo de formas anchas y
sonrisas babosas, quemaba lo justo para no salir del hospital, sin
acercarse a la cafetería del mismo.
No
podía acusarla Lucía de no haber estado en ese susto como le
llamaba Ines. Lo había estado todo el tiempo por el móvil. Móvil
que Lucía no había consultado al que había que sumar llamadas al
hospital que fueron infructuosas. Nada que reprocharle y por igual se
sentía ella con respecto a Lucía. ¿Entonces porque cojones
machacarse viéndola cenar con ese tipo? A saber, el mismo corazón
que le había hecho enfrentarse a su general para llegar a Pedraza
con días suficientes para ayudar a las chicas, el mismo ahora la
martirizaba con la imagen de Lucía, claramente alicaída siendo
consolada por el manos largos del Doctor. Bueno, a joderse por
curiosa y mejor salir por patas del lugar, antes que el ardor de
estómago acabará con su probada paciencia.
Se
presentaba noche larga para todas. Inés sobre-cuidando a la poco
paciente Marina, Karla en Miami y deseando regresar a Madrid, Susana
cambiando muebles de lugar, Lucía consolada por quien no quería y
Laura de cena sin ganas ningunas.
La
primera en querer variar su noche, fue Lucía. Por favor, con el
verdadero abrazo que necesitaba estando arriba, ella abajo perdiendo
el tiempo. Vale, había sido una salida infantil aunque también, una
forma de agradecer a Fran la agilidad en las pruebas a Marina y como
no, su absoluta atención. Pero ya estaba bien. Su decisión no había
hecho mas que alicaerla más, cuando la solución estaba ahí mismo.
Muy agradecida se despidió de Fran y subió esperando encontrar a
Susana y no, el jarro de agua fría que su ausencia significó.
-
Es que ya te vale...está en nuestra casa, ve allí- esas fueron las
palabras de Marina y para que había hablado, Inés volvió a
echársele encima a ritmo de besos babosos.
-
Sush..sush...tu tranquilita, que solucionen ellas sus cosas, ahora
que ha terminado de cenar- a Inés le sobró la alusión manifiesta a
la cena de Lucía y no porque a ésta que ya se estaba marchando le
molestase, sino que fue Marina la molesta.
-
A ver si no puede agradecer a Fran lo bien que se ha portado con
nosotras- protestó enseguida Marina defendiendo a su madre y dale
que dale...
-
Sush..sush...sin discutir, que te lo han prohibido.
La
siguiente en querer variar su noche, fue Laura. Con la cabeza en la
habitación de Marina, no daba para cenas y mirando a Xavier, éste
no se veía mucho mejor. Normal, por mucho que medicamente les
hubiesen asegurado que el bebé no corría peligro, el susto estaba
metido en el cuerpo.
"Honey" queriendo o no, sus pensamientos iban de la habitación al hombre que a su lado, le tomaba la mano apretándosela de más. Como si necesitase de su energía para entrar en el restaurante. Suficiente fue para Laura, dejando atrás sus barreras auto-impuestas con Xavier, poco pudo fijarse en como ambos tan elegantemente vestidos lucían y llamaban la atención, para cogerlo por la barbilla con las cosas muy claras.
"Honey" queriendo o no, sus pensamientos iban de la habitación al hombre que a su lado, le tomaba la mano apretándosela de más. Como si necesitase de su energía para entrar en el restaurante. Suficiente fue para Laura, dejando atrás sus barreras auto-impuestas con Xavier, poco pudo fijarse en como ambos tan elegantemente vestidos lucían y llamaban la atención, para cogerlo por la barbilla con las cosas muy claras.
- Lo vamos a hacer a mi estilo porque ni tu ni yo, tenemos la cabeza aquí. Me vas a decir a quien hay que convencer para que firmen con tu bufete y una vez conseguido, nos regresamos al Hospital- le dijo con tanta seguridad, que Xavier acabó señalándole un tipo, millonario a ojos de lince, pasados los sesenta y con un largo matrimonio a sus espaldas. Pan comido para ella- Honey...me vas a deber una cena donde yo quiera y como yo quiera- decidida como la que más, dejó a Xavier suspirando por sus formas, para centrarse en su misión.
Karla poco podía hacer para cambiar su noche y Nacho
siguió como estaba, saliendo y entrando a la habitación, deseando
que Marina por fin descansase para sentarse junto a Inés a pasar la
noche. Mientras que la primera, que había sido Lucía, llegaba a
casa de su hija y sufría un disparo directo al corazón. Susana
había bajado la cama de las chicas al salón y ahora se afanaba en
dividir éste mediante muebles y decoración.
Verla
ahí, preocupada por su hija, con los miles de mensajes leídos en su
móvil más las llamadas, le echó encima todo el día pasado y su
acuciante necesidad por ella. Con los ojos inundados en lágrimas y
el pecho vibrándole, se acercó a ella sin poder hablarle, mientras
Susana lo hacía con naturalidad.
-
El aseo de aquí abajo es grande, mañana le montare una ducha
provisional, así Marina no deberá subir los escalones para nada y
puedo- no, no pudo seguir. Lucía con el corazón a punto de
salírsele por la boca, le arrebató la lámpara de mesa que no sabía
dónde colocar, para besarla necesitando de su aliento- Van a estar
bien, ya verás que si.
Cambió
la noche o puede que no tanto. Cuando Lucía y Susana regresaron al
Hospital, era media noche y en la habitación de Marina, ésta
dormía, acompañada por sus amigos de siempre, más Inés y Xavier.
Sentados por donde habían pillado, se acompañaban sin ninguna
obligación.
-
¿Os he contado que la Presi estuvo en casa?- estaba claro que ese
pequeño grupo no se iba a marchar a descansar e Inés daba muestras
de ello.
-
Siiiiii, mil veces ya- se le quejaron unos cuantos.
-
Jijiji se sale esa mujer. ¿Y que le cerré la puerta en las narices?
Yo creo que un poquito enamorada se fue de mi..pero claro como lo iba
a decir. Ahora, también os digo, que como mi Marina ninguna.
Buenooo,
estaba claro que aún les quedaba noche a todos. Menos mal, que
Marina pronto recibió el alta para irse a casa o lo mismo a la
Presidenta le hubiese dado por visitarla y a ver quien es el guapo
que aguanta a Inés.
-
Jijiji, la clave está en sus ojos, te mira así... Como
profundamente ayyy, me gustan las mejores de siempre, si.
Me ha encantado, pero ese don que tienes de dejarnos con ganas de seguir leyendo, puede causar un drama, las ansias de saber nos pueden.
ResponderEliminarGenial, portazo incluido, y como siempre excepcional las parejas, y sobre todo la dependencia que cada vez van sintiendo más dentro de la relación, todos muy libres pero necesitando ese abrazo de la persona amada en esos momentos difíciles.
Gracias.
A.
Se sale, se sale el trozo, el relato, los personajes.... Mezclas de lujo la preocupación, la incertidumbre, la dependencia no manifestada con la alegría, la sonrisa, la esperanza la necesidad de la otra persona. Todo redondo en esta historia.
ResponderEliminarEl guiño a la Presi lo más. Me encanta la pareja.
Gracias por continuar. Un saludo. Genu.
ayyyyyyyyyy te chillo???QUIERO MÁSSSSSSSSS
ResponderEliminarya no se ni que decirte!!!!!!
GRACIAS!!!!!!!!!!!!!ARTISSTAZAAAAAAA toma torrentazo, subidón y explosión de sentimientos
uhmm...¿y que cosas son las mejores de siempre?,..ya me he perdido!!!
ResponderEliminarPor favor..aparte de lo tiernas y empalagosas que estas dos queriendose a morir..tu escritoras nos regalas a la ''pareja'' en una aparicion estelar..
ResponderEliminarLa impresionante Presidenta de ojos verdes y cautivadores y sus eroticas y sensuales piernas larguisimas moviendolas como solo ella sabe hacerlo..ainssss...gracias...
Y que decir de Marina e Ines?...que estan en fase ''tontitas'' de morirse..
A eso lo llamo yo quererse de verdad....a ver como termina esto niña...
Divina-Wilson
Me ha encantado el trocito. Todos pendientes de Marina, e Inés mimándola como ella solo sabe hacer.
ResponderEliminarLucía al final se ha visto superada por la situación. Los mensajes y las llamadas no vistas de Susana sumado a la dedicación de ésta por hacer que todo sea mas cómodo para Marina la tienen totalmente derretida. Y no me extraña, jeje.
Muchas gracias por el trozo.
L.a.c.e.r
..... LA CLAVE ESTA EN SUS OJOS...TE MIRÁN...Y..Y....'''' Y TODO PUEDE PASAR....TODO PUEDE SABER MEJOR...TODO CAMBIA...TODO ES ESO '''TODO'''....ES LO QUE DICE INES SOBRE UNA MUJER QUE ADMIRA....ESA PRESIDENTA CON PASO FIRME QUE ES ADMIRADA ...TEMIDA...DESEADA...Y SOBRE TODO....SOBRE TODO AMADA....Y LO ES TAMBIÉN Y CON MÁS FUERZA SI CABE....DE QUIEN '''TANTO LA ESTA CABREANDO POR NO DECIRLE QUE LA ECHO DE MENOS...POR NO LLEGAR A BESARLA'''' Y ES QUE MARINA...MARINA ....NO DEBE OLVIDAR QUE...A ESA PILOTO...A ESA NIÑA CHICA HAY QUE MIMARLA TAMBIÉN.
ResponderEliminarJIJIJI Y ES QUE ES PARA HACERLO¡¡¡ ESTA PILOTO LLENA TOITO EL ESPACIO POR EL QUE PASA'''' MARINA TIENE SUERTE¡¡¡ MUCHA¡¡.
TODAS TUS MUJERES ESCRITORA....TODAS ESAS MUJERES GEMOLARES QUE FORMAN VIDAS TAN TAN TAN ''ENVIDIADAS''' SON PARA ESO....PARA ENVIDIARLAS CONTINUAMENTE...JIJIJI
¡¡¡ Y COMO DICE DIVINA...'''ES QUERER DEL BUENO''' EL QUE LLENAN ESAS VIDAS....
....Y LA PRESIDENTA...CUANDO LLEGA...CUANDO LLEGA.....ARRASA CON LA FUERZA DE UN CICLON...COMO DICE LA CANCIÓN ....HACIENDO QUE LLEGUE CON ELLA ...ESA INSPECTORA SIN LA QUE YA NO SERÍA SEGURO NADA.
GRACIAS.......SIEMPRE.....
CELESTE-NEGRO