martes, 4 de noviembre de 2014

112- Emergencias 89



Bollo-drama, dicese de una pelea entre dos mujeres que mantienen una relación sentimental, con o sin relaciones sexuales entre las mismas, que suele iniciarse por una tonteriilla de nada y acaba en un dramon de película. Parecido a lo que según Marina estaba a punto de ocurrir entre su madre y Susana, y que ellas mismas habían protagonizado la semana pasada.

Era una tarde-noche, de frío invierno que la piloto llevaba como podía volcada en la maqueta del primer helicóptero que pilotó junto a su padre. Era eso, o hincharse a chocolate. Porque ese frío y esas noches que llegaban a media tarde, le hacían desear a muerte, estar en el sofá junto a Marina, sintiendo a pajarito. No poder tenerlo, la sumergía en una especial nostalgia y en una ansiosa cuenta atrás. Porque por igual deseaba que Marina al fin se diera de baja por maternidad y tenerla así en casa en sus largos descansos entre turno y turno.
Pensando en ese momento, de tumbarse junto a su barriguita, había recordado la conversación con su Tía Susana. Más práctica que ella, seguramente por todo lo vivido, ésta se había ofrecido a financiarle una demanda judicial, para ser reconocida como otra progenitora más de pajarito. Su Tía, siempre protegiéndolas. ¡Ay dios!, esos pensamientos aún le producían más nostalgia y ansia. Que ganitas de verle la cara a pajarito, por tener ganas, hasta las tenía por trasnochar pendiente de su sueño o de sus tomas. Sería el invierno, sería que estaba ovulando o sería que simplemente como toda mujer, tenía una especial tarde, en la que su todo, se reducía a Marina y pajarito. Así extrañarla se hacía insoportable y su carácter inaguantable. Por eso, cuando al fin escuchó la puerta abrirse, deseó con todas las fuerzas que Marina dejará todo para ir a abrazarla por largo rato y por eso mismo, le sentó tan mal que Marina llegase a las prisas.
- Cielo vienen a cenar y me acaban de avisar, dejo las bolsas en la cocina y subo a ducharme.
Abrazo ni por asomo y peor, ni un triste pico en los labios. Nada, Marina le había hablado de una cena para después desaparecer camino a su habitación. Poco le importó a ella la cena, la cuestión era porqué no la había saludado como siempre. ¿Por que no había apreciado como estaba? ¿Es que Marina no la había echado de menos? ¿Y cenar? ¿Prefería gente con la que cenar a estar con ella en el sofá? ¿Y por qué no bajaba a darle su beso? Demasiadas preguntas, para una mujer nostálgica. El anhelo de tenerla daba paso a cierto desazón y el desazón al enfado. Algo se le estaba escapando, ese comportamiento de Marina no era normal en ella. Un beso, si no era más que un beso. Se había entretenido en dejar las llaves y las bolsas, pero no en darle un beso. ¿Que cuesta un beso? ¿Es que se había aburrido de sus besos? O peor..¿lo había hecho de ella y por eso necesitaba gente para cenar? Al enfado se le unía el miedo a perderla y así, Inés no pudo abrir la puerta a los recién llegados de muy buen humor. De hecho lo hizo inconsciente y encontrar tras la puerta a una tía que iba de Presidenta de Madrid, le sentó fatal no estando para bromas. Por eso, le cerró la puerta en todos los morros.
- Inés por favor...¿que haces?- la voz de Marina tras ella, le hizo girarse muy pasota. Marina no quería darle su beso, pues ella pasaba de todo.
- Una que va haciendo el tonto disfrazada de Esther García, no estoy para esas chorradas- le había contestado con la intención de volver a su maqueta y a su desazón. Ahí estaba Marina, ni beso, ni sonrisa. Para morirse era.
- Es que es..Esther Garcia, madre mía.
Encima se molestaba con ella. Así no Marina, así no. Sus pensamientos en esos momentos, no dieron para más que cruzarse de brazos esperando que Marina viese con sus propios ojos a la farsante que había en su puerta, sin nada mejor que hacer que venir a molestar.
- Mm...por un momento creí que nos habíamos equivocado.
La farsante con voz de morirse de gusto, estaba bordando el papel de Presidenta. Las cosas como son.
- Y por otro lado, le estaba diciendo a Maca que hoy día así somos recibidos los políticos.

Insistía la farsante y vamos ya, Marina la creía porque le reía las gracias antes de fundirse con ella en un abrazo. WTF! Pensó al percatarse que la farsante llegaba acompañada de una tía clavada a la pareja de...¡Ay mare! fue su pensamiento mientras tragaba saliva. Esos ojos verdes, capaz de desnudar al mas pintado, no podían ser imitados. ¡Ay mare que era la Presi!, su voz, sus larguísimas piernas, sus ojos y su vestido de punto y espalda abierta, que le hacían abrir los ojos como platos. Le había cerrado la puerta a Esther García, nada menos.

- Jijijiji, a ver...jijiji- le entró la risa y nadie podía culparla. Hacia ella caminaba la mismísima Esther García y sus ojos verdes, a la que ella le acababa de  cerrar la puerta en las narices.
- Dime que has sentido al  darle un portazo a la casta política.
Grrr, demasiado. Fue demasiado esa mujer caminando hacia ella y fue aún mas demasiado, verse en sus ojos.
- Jijiji pues yo te voto, ¿eh?- salió como pudo antes de dejar de respirar,  para que esa mujer le besara las mejillas- Y sin ser de Madrid ni nada- simpatía hacia la Presidenta y la pareja de ésta, y omisión clara a Marina. Tic,tac..el tiempo seguía pasando sin beso y ni los ojazos de esa mujer la consolaban.
Así las cosas, no podía estar cerca de Marina siendo dura con ella. Era todavía más doloroso, por eso con la excusa de una cervecita se llevó a la Inspectora de policía a la cocina.
Como si se conocieran de toda la vida, la Inspectora tomó asiento en la encimera mientras Inés sacaba dos botellines de cervecita, que se le antojaron tristes, por lo que le unió unas patatas chips, que pronto probó la Inspectora. Que mujer tan callada pero afable a la vez. Como una hermana mayor, que meciendo las piernas está esperando que le cuentes tus paranoias. Y mucho, no es que Inés tardara en confesarle sus males, sacando ahora un poquito de queso, para compensar.
- Si es que...a ver, que lo mismo estoy yo loca, pero dime...¿que es lo primero que haces al llegar a casa?- le había preguntado a la Inspectora pasándolo el cuchillo jamonero. Jamas cortaba bien el jamón, lo mismo a la Inspectora se le daba mejor que a ella.
- Ducharme- le contestó la Inspectora aceptando el reto de cortar un jamón de pata negra en tiras finísimas, prácticamente transparentes.
- Jajaja- se río Inés, empezando a pensar, que la hermana mayor en verdad, estaba queriendo escuchar sus males, sólo para decirle que los suyos eran aún peor- Eso lo supongo, digo al...al- se atrancaba porque al pensar en la Presidenta la buscaba con la mirada hallándola en el salón mirándola- Mare mía que ojazos tiene, pero a lo que vamos. Lo normal será que si llegas y está en casa, la beses...digo yo- terminó consiguiendo llegar a su quemazón Inés.
- Ja...eso si está en casa o si está pero no ocupada- le contestó la Inspectora, con las tiras de jamón cortadas perfectas para que las dos le metieran mano, junto al queso, las patatas y unas olivitas- Es como hoy, me dice ven a recogerme a Segovia aprovechando que yo mañana no trabajo y ella debe quedarse. Pues mira donde estamos, en Pedraza de cenita. Que no es, que yo no quisiera conoceros, es que quería una noche con ella, que según que fechas parece imposible.
- Yo también querría una noche con ella, si- la seriedad en que lo dijo Inés, dejó a la Inspectora entre reivindicar que esa mujer era suya o reirle la gracia. Vale, el juego de cejas de Inés, la decantó por la segunda opción, reír mejor que llorar. Mientras que Inés, recordaba lo que Marina, esa mujer mala que la miraba desde el salón queriendo saber, le había contado sobre la Presidenta y su estancia en Segovia- Jijiji, que para nada no te ha hecho venir, que no- le había dicho como si con eso, la Inspectora tuviera que dejar su rabieta y lo peor, como si esa escasa información no despertase las ganas de saber de ésta.
- ¿Que sabes tu al respecto?- enseguida se había interesado la Inspectora y tocate el pie por lista. A Inés le tocó callarse la boquita Sobre el rinconcito mega romántico que Marina había aconsejado a la Presi, la misma que a brazos cruzados, la saludaba desde el salón.
- Hubo un tiempo donde la gente quería compartir mesa conmigo e incluso, no me cerraban la puerta nada más verme..¿uhm?
La voz de la Presi y sus formas, por poco hicieron gemir a Inés y así, las dos dejaron su pic-nic improvisado para unirse a sus chicas, no en muy buenas condiciones. A Inés le faltaba muy poco para olvidar porque estaba enfadada, pero aún lo estaba, y la Inspectora ya no sabía si estarlo o estar agradecida. Claro que, ambas olvidaron porqué se forma un bollo drama, que es porque las otras partes, sienten ese sentir extraño y la falta de sinceridad, les acaba haciendo mella.
Como era normal estando así, la cena comenzó con un ambiente cargado que acabó por desesperar a la menos paciente, Marina.
- Vale...estas enfadada, ahora sólo me falta saber porqué- el genio con el que golpeó Marina la servilleta en la mesa, borró todo resto de enfado en Inés.
- ¿Yo? Yo no, fue ella- con la memoria borrada se convirtió en una chivata señalando a la Inspectora, que iba a copiar su proceder por toda la cara.
- Yo tampoco, más bien eres tú- señaló a Marina y sólo faltaba una para completar el círculo vicioso que habían formado. Pero antes de que Marina se defendiese, habló Esther García.
- Uhm...a mi no me señaléis, estoy muy lejos de estar enfadada- les dijo para a continuación descruzar sus piernas de vértigo con el único propósito de incorporarse y besar a la Inspectora.
Beso no, besazo que a Inés la dejó mirándolas muerta de amor, para después mirar a Marina.
- Bésame ya...que estoy que no estoy, mas estando, no logro estarlo- con su clarividencia habitual se ganó unas risas y como no, el beso que pedía.
El bollo drama quedaba superado, pero sería mentir no decir que siendo cuatro mujeres, no tuvo coletazos. Aunque estos, fueron solventados en privado después de entonces si, una agradable cena entre parejas amigas.
Ok, este bollo-drama podía ser nada al lado del que podría protagonizar su Tía con Lucía. Aunque a decir verdad ésta,sentada junto a ellas, hablando tan tranquilamente con Marina, no parecía muy molesta. "No me jodas" pensó Inés observándola. Su Tía no podía estar tan tranquilita teniendo a Lucía cenando con un Doctorcito, joven, apuesto y con el que claramente, Lucía había tenido sus ratitos.
Naah...intentó en vano lanzar mensajes callados a Marina para que algo dijera al respecto, pero al final fue ella quien no aguantó la situación.
- Por el amor de dios, está aquí mismo cenando con otro, ¿quieres hacer algo?- saltó como lo estaba pensando y la sonrisa de medio lado de su Tía no la calmó en absoluto, como tampoco que Marina la mirase flipando- Sush...tu tranquilita, no te puede estresar nada, tápate los oídos- le dijo a su mujer plantada en la cama, sin olvidarse comérsela a besos y sin olvidar la apatía de su Tía- ¿Sabes lo que en verdad ha pasado no? Se ha llevado como todos un susto de muerte y oh...tú no estabas, pues normal que de coraje se vaya a cenar con otro y déjate que no se vaya a
- Ines- el pequeño grito molesto de Marina la calló de momento, para volver a besarla.
- Tu tranquilita, no te puedes alterar o pajarito desplegará alas antes de tener pista- vuelta a comérsela a besos y vuelta a su Tía. Pero ésta ya se estaba colocando la chaqueta y la relevaba para besar a Marina.
- Hazle caso, deberías intentar dormir- le dijo Susana a Marina, cubriéndola bien con la manta, para después ser acompañada por Inés hasta la puerta- No me des la brasa que te conozco y dame las llaves de vuestra casa. Habrá que facilitarle las cosas a Marina para cuando le den el alta- frenó a su sobrina y sus claras intenciones de seguir con el tema Lucía y al final, también ella cayó en cierta forma- No debe haber cadenas entre dos personas, más que las innatas que se forman al querer a alguien. Siendo posesiva solo consigues ardores de estómago.
Palabras muy fáciles de decir, que pero difíciles de llevar a cabo. Quisiera o no, que Lucía andase cenando con el tipo de formas anchas y sonrisas babosas, quemaba lo justo para no salir del hospital, sin acercarse a la cafetería del mismo.
No podía acusarla Lucía de no haber estado en ese susto como le llamaba Ines. Lo había estado todo el tiempo por el móvil. Móvil que Lucía no había consultado al que había que sumar llamadas al hospital que fueron infructuosas. Nada que reprocharle y por igual se sentía ella con respecto a Lucía. ¿Entonces porque cojones machacarse viéndola cenar con ese tipo? A saber, el mismo corazón que le había hecho enfrentarse a su general para llegar a Pedraza con días suficientes para ayudar a las chicas, el mismo ahora la martirizaba con la imagen de Lucía, claramente alicaída siendo consolada por el manos largos del Doctor. Bueno, a joderse por curiosa y mejor salir por patas del lugar, antes que el ardor de estómago acabará con su probada paciencia.
Se presentaba noche larga para todas. Inés sobre-cuidando a la poco paciente Marina, Karla en Miami y deseando regresar a Madrid, Susana cambiando muebles de lugar, Lucía consolada por quien no quería y Laura de cena sin ganas ningunas.
La primera en querer variar su noche, fue Lucía. Por favor, con el verdadero abrazo que necesitaba estando arriba, ella abajo perdiendo el tiempo. Vale, había sido una salida infantil aunque también, una forma de agradecer a Fran la agilidad en las pruebas a Marina y como no, su absoluta atención. Pero ya estaba bien. Su decisión no había hecho mas que alicaerla más, cuando la solución estaba ahí mismo. Muy agradecida se despidió de Fran y subió esperando encontrar a Susana y no, el jarro de agua fría que su ausencia significó.
- Es que ya te vale...está en nuestra casa, ve allí- esas fueron las palabras de Marina y para que había hablado, Inés volvió a echársele encima a ritmo de besos babosos.
- Sush..sush...tu tranquilita, que solucionen ellas sus cosas, ahora que ha terminado de cenar- a Inés le sobró la alusión manifiesta a la cena de Lucía y no porque a ésta que ya se estaba marchando le molestase, sino que fue Marina la molesta.
- A ver si no puede agradecer a Fran lo bien que se ha portado con nosotras- protestó enseguida Marina defendiendo a su madre y dale que dale...
- Sush..sush...sin discutir, que te lo han prohibido.
La siguiente en querer variar su noche, fue Laura. Con la cabeza en la habitación de Marina, no daba para cenas y mirando a Xavier, éste no se veía mucho mejor. Normal, por mucho que medicamente les hubiesen asegurado que el bebé no corría peligro, el susto estaba metido en el cuerpo.
"Honey" queriendo o no, sus pensamientos iban de la habitación al hombre que a su lado, le tomaba la mano apretándosela de más. Como si necesitase de su energía para entrar en el restaurante. Suficiente fue para Laura, dejando atrás sus barreras auto-impuestas con Xavier, poco pudo fijarse en como ambos tan elegantemente vestidos lucían y llamaban la atención, para cogerlo por la barbilla con las cosas muy claras.

- Lo vamos a hacer a mi estilo porque ni tu ni yo, tenemos la cabeza aquí. Me vas a decir a quien hay que convencer para que firmen con tu bufete y una vez conseguido, nos regresamos al Hospital- le dijo con tanta seguridad, que Xavier acabó señalándole un tipo, millonario a ojos de lince, pasados los sesenta y con un largo matrimonio a sus espaldas. Pan comido para ella- Honey...me vas a deber una cena donde yo quiera y como yo quiera- decidida como la que más, dejó a Xavier suspirando por sus formas, para centrarse en su misión.
Karla poco podía hacer para cambiar su noche y Nacho siguió como estaba, saliendo y entrando a la habitación, deseando que Marina por fin descansase para sentarse junto a Inés a pasar la noche. Mientras que la primera, que había sido Lucía, llegaba a casa de su hija y sufría un disparo directo al corazón. Susana había bajado la cama de las chicas al salón y ahora se afanaba en dividir éste mediante muebles y decoración.
Verla ahí, preocupada por su hija, con los miles de mensajes leídos en su móvil más las llamadas, le echó encima todo el día pasado y su acuciante necesidad por ella. Con los ojos inundados en lágrimas y el pecho vibrándole, se acercó a ella sin poder hablarle, mientras Susana lo hacía con naturalidad.
- El aseo de aquí abajo es grande, mañana le montare una ducha provisional, así Marina no deberá subir los escalones para nada y puedo- no, no pudo seguir. Lucía con el corazón a punto de salírsele por la boca, le arrebató la lámpara de mesa que no sabía dónde colocar, para besarla necesitando de su aliento- Van a estar bien, ya verás que si.
Cambió la noche o puede que no tanto. Cuando Lucía y Susana regresaron al Hospital, era media noche y en la habitación de Marina, ésta dormía, acompañada por sus amigos de siempre, más Inés y Xavier. Sentados por donde habían pillado, se acompañaban sin ninguna obligación.
- ¿Os he contado que la Presi estuvo en casa?- estaba claro que ese pequeño grupo no se iba a marchar a descansar e Inés daba muestras de ello.
- Siiiiii, mil veces ya- se le quejaron unos cuantos.
- Jijiji se sale esa mujer. ¿Y que le cerré la puerta en las narices? Yo creo que un poquito enamorada se fue de mi..pero claro como lo iba a decir. Ahora, también os digo, que como mi Marina ninguna.
Buenooo, estaba claro que aún les quedaba noche a todos. Menos mal, que Marina pronto recibió el alta para irse a casa o lo mismo a la Presidenta le hubiese dado por visitarla y a ver quien es el guapo que aguanta a Inés.
- Jijiji, la clave está en sus ojos, te mira así... Como profundamente ayyy, me gustan las mejores de siempre, si.



7 comentarios:

  1. Me ha encantado, pero ese don que tienes de dejarnos con ganas de seguir leyendo, puede causar un drama, las ansias de saber nos pueden.

    Genial, portazo incluido, y como siempre excepcional las parejas, y sobre todo la dependencia que cada vez van sintiendo más dentro de la relación, todos muy libres pero necesitando ese abrazo de la persona amada en esos momentos difíciles.

    Gracias.

    A.

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  2. Se sale, se sale el trozo, el relato, los personajes.... Mezclas de lujo la preocupación, la incertidumbre, la dependencia no manifestada con la alegría, la sonrisa, la esperanza la necesidad de la otra persona. Todo redondo en esta historia.

    El guiño a la Presi lo más. Me encanta la pareja.


    Gracias por continuar. Un saludo. Genu.

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  3. ayyyyyyyyyy te chillo???QUIERO MÁSSSSSSSSS
    ya no se ni que decirte!!!!!!
    GRACIAS!!!!!!!!!!!!!ARTISSTAZAAAAAAA toma torrentazo, subidón y explosión de sentimientos

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  4. uhmm...¿y que cosas son las mejores de siempre?,..ya me he perdido!!!

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  5. Por favor..aparte de lo tiernas y empalagosas que estas dos queriendose a morir..tu escritoras nos regalas a la ''pareja'' en una aparicion estelar..
    La impresionante Presidenta de ojos verdes y cautivadores y sus eroticas y sensuales piernas larguisimas moviendolas como solo ella sabe hacerlo..ainssss...gracias...
    Y que decir de Marina e Ines?...que estan en fase ''tontitas'' de morirse..
    A eso lo llamo yo quererse de verdad....a ver como termina esto niña...

    Divina-Wilson

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  6. Me ha encantado el trocito. Todos pendientes de Marina, e Inés mimándola como ella solo sabe hacer.
    Lucía al final se ha visto superada por la situación. Los mensajes y las llamadas no vistas de Susana sumado a la dedicación de ésta por hacer que todo sea mas cómodo para Marina la tienen totalmente derretida. Y no me extraña, jeje.
    Muchas gracias por el trozo.
    L.a.c.e.r

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  7. ..... LA CLAVE ESTA EN SUS OJOS...TE MIRÁN...Y..Y....'''' Y TODO PUEDE PASAR....TODO PUEDE SABER MEJOR...TODO CAMBIA...TODO ES ESO '''TODO'''....ES LO QUE DICE INES SOBRE UNA MUJER QUE ADMIRA....ESA PRESIDENTA CON PASO FIRME QUE ES ADMIRADA ...TEMIDA...DESEADA...Y SOBRE TODO....SOBRE TODO AMADA....Y LO ES TAMBIÉN Y CON MÁS FUERZA SI CABE....DE QUIEN '''TANTO LA ESTA CABREANDO POR NO DECIRLE QUE LA ECHO DE MENOS...POR NO LLEGAR A BESARLA'''' Y ES QUE MARINA...MARINA ....NO DEBE OLVIDAR QUE...A ESA PILOTO...A ESA NIÑA CHICA HAY QUE MIMARLA TAMBIÉN.
    JIJIJI Y ES QUE ES PARA HACERLO¡¡¡ ESTA PILOTO LLENA TOITO EL ESPACIO POR EL QUE PASA'''' MARINA TIENE SUERTE¡¡¡ MUCHA¡¡.
    TODAS TUS MUJERES ESCRITORA....TODAS ESAS MUJERES GEMOLARES QUE FORMAN VIDAS TAN TAN TAN ''ENVIDIADAS''' SON PARA ESO....PARA ENVIDIARLAS CONTINUAMENTE...JIJIJI
    ¡¡¡ Y COMO DICE DIVINA...'''ES QUERER DEL BUENO''' EL QUE LLENAN ESAS VIDAS....
    ....Y LA PRESIDENTA...CUANDO LLEGA...CUANDO LLEGA.....ARRASA CON LA FUERZA DE UN CICLON...COMO DICE LA CANCIÓN ....HACIENDO QUE LLEGUE CON ELLA ...ESA INSPECTORA SIN LA QUE YA NO SERÍA SEGURO NADA.

    GRACIAS.......SIEMPRE.....

    CELESTE-NEGRO

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