112- Emergencias 101

- Mi vida, mira los wasap,s que te acabo de mandar, por favor...por favor- el apremio de su madre, hecho a las prisas para después colgarle la llamada, a Marina la dejó sin saber muy bien que hacer.

Distinto a Laura que enseguida le robó el móvil y a Inés, que metió cabeza intentando cotillear lo que fuese que había dejado a Marina con la boca abierta. Las dos se fueron directas a la foto enviada por Lucía, donde pudieron ver a Susana y tras ella unas de docenas de fornidos hombres en ropa deportiva. Marina a diferencia de ellas, cuando consiguió espabilar y como Inés, meter cabeza, si que leyó el mensaje de su madre: Dime como me mira, dímelooooo.

- Pues...¿mirando? - para Inés la petición de Lucía carecía de sentido y por dios, ojalá el wasap enviara no solo mensajes, audios, videos o imágenes, y también enviara olores. Ahí donde estaba su Tía tenía que oler extraordinariamente bien a queroseno.

- Madre mía, pero que de bomboncitos tiene ahí, ahora entiendo porque a Susana le gusta tanto esa Base- para Laura no había petición alguna, lo que había era muchos tíos cañón a los que atender bien formados y alineados.

- Dejarme  ver- finalmente Marina tuvo que quitarles el móvil, queriendo ayudar a su madre. Por eso amplió la foto todo lo que pudo sin poder apreciar muy bien como Susana miraba a Lucía pero si, que efectivamente lo hacía con un silbato en la boca. Decidida a ayudarla tecleo rápido su respuesta: "Siiiiii, te mira" Tal cual lo escribió sin saber muy bien porqué o si, quiso saltar sonriente pero las miradas de Laura e Inés sobre ella, le hicieron mostrarles el móvil donde ellas pudieron leer la nueva contestación de Lucía: "Tocate el pie, como para una prisa...Ayyy mi vidaaaa, lo hice tal cual me dijiste. La traté como a una Merino y yo creo que funcionó"

- Jajaja, era básico - tras leerlo Laura saltó como Marina había querido hacerlo y también se detuvo para morderse los labios en un intento de no echarse a reír. Marina con disimulo le estaba señalando a Inés, anclada a ese: como a una Merino.

- Ehm- inconsciente de las miradas a punto del descojone de las chicas, Ines fue frunciendo el ceño un poco molesta. Ese, como a una Merino, implicaba algo que ella desconocía y sin saberlo, comenzó a ser tratada por Marina como toda una Merino.

- Uhm...cariño- besándola, Marina gimió guiñando un ojo a Laura, que estaba temiendo ya por sus labios de tanto mordérselos por no reír. Porque si, tratarlas como Merino que eran, daba excelentes resultados.

- Jijiji- a Inés con tanto mimo le entraba la risilla derritiéndose ante Marina y si, tratarlas así ayudaba y mucho. Inés era la viva imagen de ese truco.
Por eso, Marina lo había aconsejado a su madre, horas antes cuando está conducía camino a Torrejon. Ilusionada, pero también muy nerviosa, como no Lucía había buscado la compañía de su hija en ese camino.

- Quiero decirle tanto que temo verla y quedarme bloqueada. No la conozco enfadada, que tampoco se si está enfadada conmigo o...dios mio, no te lo creerás pero estoy temblando- entre tantas cosas fue algo de lo dicho por su madre en esa conversación. Por supuesto, a Marina le provocó una inmensa emoción sentirla tan pérdida, cuando la solución de primeras era bien sencilla.

- Jajaja, no se porqué, pero me encanta sentirte así- le había dicho a su madre para inmediatamente pasar a ayudarla- A lo que vamos, te voy a contar mi secreto. Sabes que adoro perderme entre los recuerdos de la familia de Inés y gracias a eso y a mi propia experiencia con ellos, te digo...el pilar fundamental de la familia era el abuelo. Un ser muy parecido a Susana, seco y solitario que vivía rodeado de pájaros. Inés cuenta que el abuelo solía enfadarse por cualquier cosa y que siempre, lo contentaban con un chocolate hecho por Carmen. Daba igual cual fuera el motivo de su enfado, en cuanto olía ese chocolate el abuelo ya estaba sonriendo. A Inés le pasa lo mismo, puede enfadarse por lo que sea, que si enseguida le demuestras tú cariño baja su enfado y entonces puedes hacerle entender. Karla es igual, y lo sabes por Nacho e incluso por Susana, y ésta...no creo que sea tan diferente, a fin de cuentas, ella también es Merino- concluyó echándole la culpa a su embarazo por emocionarse con lo dicho a su madre, pero ella no era la única.

- Genial...ahora quiero abrazarla más, aunque mucho no he entendido- le había contestado  su madre, tan emocionada como ella y Marina volvió a reír, buscando un mejor resumen.

- Quiero decirte que no la dejes pensar, la cagaste y ni explicación para ello debe tener, así que debemos entender que no te recibirá con los brazos abiertos- expuso con cierra gracia por la de veces que ella había usado y de seguro usaría, el truco que iba a darle- Pues bien, pasa de si te mira mal o no te habla, besala con naturalidad y ya te digo, que tú misma notarás cuando puedes contarle la tontería que te pasó- le dijo y ahora si que estaba orgullosa de su consejo. Le bastó escuchar el suspiro de su madre- Que sea pronto por favor...estamos deseando todas, que estáis bien. A parte de que no quiero cargármela, porque yo por ti..

- Matas jajaja, mi vida como te quiero y como me gusta que me estés acompañando. Mírame, toda una mujer temblando por un beso....- la conversación entre ambas duró hasta que Lucía tomó la salida de la autovía y tuvo que dar varias vueltas hasta que encontró un gentil guía.
En tiempo presente, las dos también hablaban vía teléfono, mientras Laura seguía muerta de risa, por el enfado de Inés, tras descubrir el truquito Merino.

- No somos tan fáciles, ¿sabes?- se defendía Inés sacando pecho por las Merino y al final, Laura se apiadaba de ella, totalmente sincera.

- No se si es fácil, pero a mi encanta que seáis así. Demuestra que no juzgáis y que apreciabas y le dais toda la importancia como se debe, a un cariño, una caricia o un mimo- le decía Laura tirando de truco y a Inés, no le quedaba un beso por recibir de la rubia- I love it, Baby.

- Jijiji ains...no  pero que no ¿eh? Yo ahora voy a ser mas dura- insisitia Inés en salvar la honra Merino, pero dios que rico la abrazaba Laura- Ayyy, que bien hueles hoy.

- Yo siempre, Baby.... hey, hey Baby , I wanna know if you'll be my girl - grilladas de la cabeza, las dos bailaban bien calentito la mejor canción de Dirty Dancing hasta que Marina regresaba de hablar con su madre y ambas, se interesaban por lo que estaba pasando.

- Pues...pues- dudaba Marina sin las cosas muy claras- La ha besado y se va para casa a prepararle mi mejor receta- las informó arrugando los labios. Aún no podían saber si el truco Merino había funcionado, aunque podía prever que ese truco unido a la recetada con secretos pasada a su madre, debía funcionar si o si.

- Me encanta este momento de Lucía luchando por Susana y...creo que ha llegado el mío- las sorprendió Laura tras lo dicho por Marina, con una seriedad impropia en ella que su amiga entendió. Por fin Laura caía del burro, aunque lo hacía a su modo- ¿Conocéis alguna tienda de motocross?

La reacción tan esperada en Laura, sumado a su madre colgando en su muro de Face una foto de Susana con Inés y Karla, echa en su propia boda bajo el título- Pájaros de la mañana, llevarles mis caricias- volvieron a emocionarla y ya llevaba unas cuántas lágrimas cuando la caricia de una pluma cayendo sobre su rostro la hacía dejar de mirar el móvil para prendar un tembloroso suspiro de la sonrisa de Inés.

- Me encantan estos besos- entre pucheros le cogió el rostro a Inés, queriendo besar la sonrisa perenne de la piloto, pero ni modo, tenía el día llorón y eso que aún, no sabía como le iría a su madre.

Porque si, conducida por el Cabo, caminó enérgica por la Base, hasta que topó con la mirada seria de Susana sobre ella. Como había temido, se bloqueó delante de ella y esos hombres a los que instruía, pero entonces y antes de que Susana comenzara a caminar hacia ella, recordó las palabras de su hija- Besala con naturalidad- volviendo a caminar decidida dejando atrás al Cabo. Si, lo haría tal cual, dándole igual la seriedad de la piloto y las miradas extrañas de los chicos tras ella, tal cual llegó hasta ella y no dejó que Susana dijese nada, directamente la besó como si se hubiesen visto esa misma mañana, acordándose de los chicos que seguían mirándolas.

- Seguro agradecéis que la interrumpa para pedirle las llaves de casa, podéis respirar mientras me las da- simpática supo ganarse las sonrisas de los muchachos, alguna gracieta y sobre todo, consiguió noquear a Susana, que como pocas veces le pasase, se quedó sin saber muy bien que pintaba en todo eso- Oh, lo siento chicos las lleva aquí mismo- con soltura aunque temblando y sin querer mirarla, le quitó las llaves que sabía eran de la casa y con el corazón en la boca, volvió a besarla- No tardes mucho en venir- le dijo tras el beso y prácticamente sin respirar, se despidió de los chicos para desandar el camino hecho con el Cabo. Pero joder, el ansia por saber como había quedado Susana, le hizo sacar su móvil y disimular que estaba leyendo algo para sacar la foto que más tarde las chicas vieron.

Ese mediodía, pasó sin que ninguno dejase de estar pendiente del móvil, esperando saber que resultados obtenía Lucía con el truco Merino.