jueves, 30 de octubre de 2014

112- Emergencias 87

Los peores presagios de Marina se cumplieron. Nada más verla en urgencias, pasó a la UVI, donde comenzaron a realizarle pruebas, dejando a Celia, con la difícil tarea de recibir a Inés, que aterrizaba en el Hospital, con la ilusión de verse por primera vez en servicio.


Una tontería, que no habían podido conseguir desde que se conociesen, que llegaba en el peor momento. Por transmisiones se fueron avisando y empujada por Manolo, quien debía volver al centro de emergencias, Celia subió a la misma azotea a esperla. A nadie le gusta, ser el portador de malas noticias, menos si es a alguien como Inés que bajaba de su helicóptero sonriendo encantada. Pero le sobraba experiencia, siendo Doctora de emergencias, para dar malas noticias. Por eso la esperó sonriendo, se dejó abrazar y saludar con ilusión, y entonces, apretó riñones buscando las palabras más positivas dentro de lo malo.
- Marina esta bien, escuchame bien Ines. Está bien- le dijo agarrándole el rostro, tratando de tener toda su atención hasta que terminase de contarle- pero le están haciendo unas pruebas- como pudo aguantó ver como el rostro de Inés variaba de la ilusión de verla a la preocupación más absoluta- el dolor abdominal se hizo mas grave y acabó manchando. Muy equivocada debo estar, sino es desplazamiento de la placenta. Pero debemos esperar a que sean mis colegas los que nos digan- terminó su resumen y se preparó mentalmente para todas las preguntas que Inés le haría de forma repetitiva, como cualquier familiar de alguien querido.
Primera la más obvia, que significaba para Marina y para el niño ese desplazamiento  y ahí Celia no quiso entrar. No, hasta que Inés pudiese ver a Marina. Difícil decirle que en él peor de los casos, el bebé debería nacer con demasiada anticipación. Con maestría esquivó las preguntas más comprometidas y tuvo una prorroga, mientras Inés participaba al jefe de servicio provincial que no podía continuar con el servicio. Como le había pasado a Manolo, a pesar de las ganas de quedarse con Inés, Oscar tuvo que marcharse con el helicóptero.
Muy fácil para esos colegas en los que pensaba Celia, pedir sentarse y esperar. Pero qué difícil, para quien queda en esa sala de espera. Bastante había aguantado Ines, respirando normal. De a poco y según pasaban los minutos sin tener más noticias, esa espera fue pudiendo con ella. El aire ya no llenaba sus pulmones como debiera y conociéndose, empezó a buscar salidas de emergencia para ella. Sin Marina, sin Karla, ni Susana, la azotea era su único refugio, pero antes debía ser justa con sus amigos.
- Toma...enviales por mi un mensaje diciéndoles donde estamos- disimulando sus condiciones como pudo le entregó su móvil a Celia- avisa a Xavier también- sin olvidarse de Xavier. Mientras Celia, le hacía el favor, trató de visualizar los ojos de Marina. En ellos encontraría la calma, pero odiosa imaginación que juega malas pasadas cuando menos hace falta. Su cerebro no buscaba una imagen calma de Marina, al revés se empeñaba en mostrársela entre tubos y doctores. Aire, sus pulmones comenzaban a contraerse sin que Celia pudiera atenderla, estando contestando los mensajes, que queriendo saber, enseguida llegaron. Fueron minutos agónicos para Ines, que ni Laura llegando todavía con la bata desde su consulta en el ambulatorio, calmó.
- Cariño...voy a entrar y enseguida me van a decir. Pero están bien, estoy segura de ello- dió igual los besos y sonrisas que Laura le brindó tratando de animarla. Absolutamente igual.
El aire no llegaba libre a sus pulmones, e Inés temió caer al suelo y comenzar a convulsionar. Azotea era igual a altura y en ésta, sería bien fácil resguardarse en los recuerdos de su padre. Apenas pudo balbucear un- ahora vuelvo- a Celia. Sus últimas bocanadas las empleó en caminar hacia las escaleras de emergencia y accediendo a ellas, fue que la vió Xavier.
Xavier acudió tan rápido como pudo y viendo a Ines marcharse, se quedó sin saber a quien preguntar o a donde dirigirse. Sin que Celia lo conociese y todavía con el móvil de Ines, ambos dejaron de mirar a Ines, para mirarse entre ellos.
- Celia supongo- educado como siempre, fue él quien se aventuró tendiéndole la mano para saludarla en cuánto Celia afirmó con la cabeza.
- No se que le ha pasado- lo informó Celia estrechándole la mano, volviendo a mirar la puerta por la que Ines había salido- Y aún no ha salido para decirnos nada- terminó y Xavier se quedó como al principio. A pesar de la amabilidad de Celia, la sala se le antojó de lo más fría y siendo así, prefirió quemar nervios al lado de lo más cálido que podía encontrar en ese Hospital, Ines.
Así pasó a ser otro que se despedía de Celia a las prisas, para ir en busca de Ines. Por puro instinto subió las escaleras que había tras la puerta por la que había salido ésta y vete tu a saber porqué, los nervios le atenazaron el estómago, incluso más que cuando había leído el mensaje, supuestamente de Ines. A cada escalón subido, los nervios se hicieron mas presentes y llegó a los últimos con el alma en la boca. Arriba del todo, abrió la última puerta, tropezando con la imagen de Ines, sentada y encogida al borde de la azotea.
- Ines- la nombró totalmente contagiado por el aire tan desvalido, no visto hasta ahora por él, de la piloto y no se pensó dos veces ir a por ella. Al fin y al cabo, él tenía dos buenos brazos que ofrecer como sostén en un momento de angustia como el que ambos estaban viviendo e Ines, poseía la calidez que te hace albergar esperanzas. Con cautela llegó hasta ella no queriendo asustarla y con absoluta confianza en cuanto Ines dio muestras de saber de su presencia, se sentó tras ella aferrándola entre sus brazos.
- Xavier- tampoco Ines pudo decir mucho más. Controlada la crisis, se dejó acunar por Xavier, asentando su unión. Aunque mucho no pudo durar su abrazo. Las ansias de ambos por saber, les hizo volver a bajar, ahora mas enteros. Ninguno se interesó por el otro, bastándoles tenerse cerca. De nuevo la pobre Celia, fue portadora de nuevas noticias.
- Llegó Lucía y como Laura, pasó para ver que está pasando- les dijo y fue un alivio para Ines. Seguía tocando esperar, mientras Lucía se volcaba a por su hija tumbada en camilla entre cables y vías.
- Mi vida- con cuidado, Lucía trato de calmarla y calmarse. Bastaba ver la cara de su hija, para saber cuánto miedo estaba pasando.
- No dejes que me lo saquen aún, es muy pequeño Mama...no aguantaría fuera, tu lo sabes- agarrada a su madre, Marina entre lágrimas se fue a lo primordial. Siendo médico entendía todo lo que estaba pasando y sin llegar al sexto mes de embarazo, se negaba a una cesárea como solución al desplazamiento que Celia imaginaba. Lucía siguió acariciándola entre susurros amorosos, sin querer entrar en nada, hasta no saber la opinión del colega que estaba dirigiendo las pruebas. Dándole tiempo a Marina, para seguir con sus temores- ¿Has visto a Ines?
- No...pero está aquí, me lo dijo Celia- le contestó Lucía, permitiéndose suspirar. Ella también se había llevado un buen susto y para postre, como profesional sabía lo que estaba por llegarles. Un bebé prematuro, con mas o menos edad, pero prematuro a todas luces.
- En la azotea- musitó Marina, sin poder dejar de llorar como sabía debía hacer. Ahora mas que nunca debía mantener la calma y estar tranquila, pero saber a Ines sola ahí arriba, no podía dejarla tranquila- Sal y buscala, estate con ella... yo estoy bien- le pidió a su madre con verdadera necesidad. Lo necesitaba para afrontar lo que viniese, para eso necesitaba saber a Ines bien y para eso, nadie como su madre. Y como tantas veces, tuvo que agradecer tener esa madre con mayúsculas. Lucía asintió, sabiendo las dos como le costaba soltar la mano de su hija. Pero lo hizo y sin preguntas- Te adoro, no sabes cuánto y como- sincera a morir apretó la mano de su madre cogiendo fuerzas entre sonrisas llorosas de ambas y Lucía tuvo que volver a suspirar, antes de salir en busca de Ines. Como le gustaría en eses momentos, tener la mirada tan segura y calma de Susana sobre ella. Pero ni modo, Susana estaría trabajando y su sobrina, en la sala de espera la recibía lanzándose a por ella.
- Mi otra niña- le dijo abrazando a una Ines, que aguantaba la falta de noticias como podía- Están bien, pero debemos esperar que dice el Doctor- le fue diciendo, sin dejar de acunarla y a Ines, volvió a faltarle el aire. El abrazo de Lucía, le recordaría por siempre a los que recibía de su madre y en momentos así, extrañar a ésta se hacía insoportable- Está más preocupada por ti, por mi y por todos, que por ella misma- prosiguió Lucía entendiendo como Ines se aferraba a ella, sin olvidarse de Xavier, que a su lado esperaba. Sonriendole y sin soltar a Ines, le acarició la mejilla tranquilizandolo- Ahora voy a pelearme con mis colegas, para que los dos podáis entrar a verla- hizo una pausa, soltando a Ines para besarla bien fuerte y los ojos de ésta le recordaron tanto a Susana, que acabo enfadándose con ella misma por la necesidad tan fuerte que estaba sintiendo de ésta- Ah, por cierto- les dijo, necesitando algo bueno que endulzara ese momento- Es un niño- les dijo esperando las sonrisas de ambos. A ella ni tiempo le había dado de asimilar que por el momento, la generaciones de mujeres Sanchez quedaban aparcadas. Las caras de Ines y Xavier, variaron de la sorpresa a la ilusión y de ahí, al pique entre ambos.
- Jajaja, te saliste con la tuya cabrona- no esperó Xavier a que Ines tomase ventaja y los tres pudieron reír relajándose.
- Aja- lo siguió Lucía, con una nueva extraña obsesión. La de mirar la puerta, esperando que no cualquiera entrase por ella. Sin que ese no cualquiera, entrase por la puerta para su alivio, volvió a su papel de madre con los chicos- Tendremos un lindo pajarito- sorprendió a Ines para bien y ésta pronto volvió a sus brazos. Al poco y sin que Ines, pudiera entrar aún, fueron llegaron las primeras amistades. Sobre todo por parte de Marina e incluso Lucía. Normal, siendo Doctoras en Pedraza, los primeros en llegar fueron sanitarios conocidos y al fin, Laura volvió a salir. Al ver la familiar estampa, histrionizó a su forma.
- Ayyyy, yo así me emociono de nuevo- dijo al aire, porque ella es mucha mujer y necesita de la atención hasta del celador que pasaba y Xavier suspiró restregándose la cara. Ni acojonado como estaba podía dejar de rendirse ante las ocurrencias de Laura. Ahora dándose aire exageradamente- Lucía, llegó Fran y quiere verte- no queriendo mirar mucho a Xavier, informó a Lucia de la llegada del ginecólogo de Marina, pero nada que hacer. Sus ojos la traicionaban buscando a Xavier y la imagen de éste, claramente agobiado por la situación, le encogía el estómago quisiera o no.

Lucía enseguida se marchó y al poco lo hizo Ines, acompañada por una enfermera para ver a Marina. Rodeados pero solos, se tuvieron que quedar, Xavier y Laura.



7 comentarios:

  1. Jo que nervios, espero que todo se quede en un susto. Me encanta.
    Saludos

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  2. Pero yo sigo en ascuas, sabemos que es niño, sabemos que relativamente está bien Marina, pero han detenido el posible parto. Nos dejas igual de preocupadas. Eso sí, sabemos que es un pajarito, la incógnita ha sido descifrada.

    Gracias,

    A.

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  3. madreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!! llorando y con el corazón encogido estoy!!!!!!!!!!!
    GRACIAS POR PROVOCAR, todo tipo de estados, emociones y sentimientos!!!!!!!!!!!
    ERES LO MÁS GRANDE ARTIIISSTAZAAAAAAAAAAAA

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  4. Este sube y baja de emociones no es bueno para nosotras. Gemo, no juegues con eso. De la placidez y felicidad más grande a la incertidumbre y la desdicha en unos pocos párrafos. Menos mal que lo primero preparó en cierta forma para que lo segundo no fuera tan duro. Ten piedad de tus personajes y de nosotras. Grande Lucía, madraza. Grande tú, Gemo.
    Constance

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  5. .......INCERTIDUMBRE....PIEDRAS EN ESE CAMINO DE LA VIDA QUE HAN DECIDIDO RECORRER JUNTAS...LAGRIMAS QUE CAMBIAN SONRISAS COMPLICES....ESPERA....Y DE NUEVO INCERTIDUMBRE....ANTE LO QUE PASARA....ANTE LO QUE LAS ESPERA SOBRE ESA VIDA QUE MARINA LLEVA....ANTE ESA ILUSIÓN YA COMPARTIDA POR LAS DOS...ESPERA Y MÁS ESPERA......
    Y MADRE E HIJA ...PROFESIONALES QUE INTUYEN QUE PUEDE PASAR...QUE SE ADELANTAN CASI A ESE DIAGNOSTICO...A ESE RESULTADO QUE PUEDE O NO CAMBIAR SUS VIDAS...PERO ANTES QUE MÉDICOS....MUJERES....MADRES.

    Y TÚ ESCRITORA...PONIENDO AL LIMITE NUESTRAS GANAS POR SABER MÁS....POR QUERER QUE CAMBIES DE NUEVO POR SONRISAS....ESAS QUE ¡¡¡TANTO¡¡¡ DAS...LAS LAGRIMAS QUE AHORA DERRAMAN EN ESA ESPERA QUE PARECE NO ACABAR.

    .......GRACIAS.....SIEMPRE....

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  6. Si..al limite y con el corazon encogido escritora..como siempre al filo de la navaja...esperemos que todo salga ben y continue el sueño de las dos a pesar de las lagrimas que derraman ahora..creo que se lo merecen..
    Grande tu niña..Divina-Wilson

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  7. ayyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!! en ascuas y subiéndome por las paredes...NECESIDAD IMPERIOSA por saber más super MÁSSSSSSSSS
    ARTISSTAZAAAAAAAAAAAA GRACIAS por provocar tantos sentimientosssssss

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