martes, 28 de octubre de 2014

112- Emergencias 85

Recuerdos, ilusiones o fantasías, distintas de la que Laura sin pájaros estaba viviendo.....
Tener a Xavier sobre si, acorralándola entre su gran cuerpo y el mueble recibidor de la casa de éste, lo podría considerar como toda una fantasía a punto de ser cumplida. Todo un oso de enormes manos y anchas caderas para ella. Un oso que besaba tan húmedo y cíclico, como para perder la cabeza y querer quedarse pegada a su boca. Y además, tenía la deliciosa manía de nombrarla a cada separación necesaria para seguir respirando.


Más, Laura quería mucho más de él. Quería sentirlo rompiéndole las medias como rasgándole la piel con su barba. Pero Xavier a cambio, suspiraba contra su boca y se abrazaba a ella, como si necesite sujetarse a algo para no caer. WTF fue el pensamiento de Laura, prácticamente ahogada entre sus brazos. "Tranquilita, estas tan buena que se ha mareado", se ordenó esperando volver a sentirlo besarle el cuello, sus labios rodando directos hasta la clavícula, un leve mordisco y que se precipitasen hasta su pecho, bien agarrado por sus manos. "Ay dios", su entrepierna temblaba con solo imaginárselo comiéndole las tetas con descarada lujuria. Pero, "one the moment, please". Xavier estaba ardiendo. El grito en su interior ante este reconocimiento al subir con su mano desde la nuca de Xavier hasta su frente le hizo repetir varios fuck seguidos. A la mierda, su ética profesional. Ella también estaba ardiendo, de otra manera, pero ardiendo al fin y al cabo. Se había llevado meses admirando lo increíblemente bien que Xavier llenaba los vaqueros tanto por delante como por detrás y por fin, para alguien tan sexual cómo  ella, podía sentir ese poderío sobre ella. Pero, Xavier casi que temblaba, suspirando guarecido en su pequeño cuerpo.
- Mon beau- musitó Xavier y a ella le faltó chillar. Las manos de Xavier reaccionaban de nuevo y ni idea de que le habría dicho en francés. Lo importante era tomarlo de la cara, ignorar que estaba sudando o no hacerlo, porque Xavier transpiraba a Farenheit, que le daban ganas de arañarlo todo. Desatada se lanzó a por su boca, esquivando la mirada un tanto pérdida de Xavier, que ardiendo en fiebre, no daba para más que sonreirle. La cara de deseo de Laura, su cabello alborotado y sus labios rojos encarnizados, lo tenían prendado entre escalofríos a la imagen más intima y hermosa de Laura, así entre fiebre prosiguió hablándole en su idioma maternal- Ma bella- derretido le salió de bien dentro el halago y ésta vez Laura lo entendió. Otra hubiese suspirado enamoradísima, ella gimió y...
- Ahm...que si, que estoy buenísima, si lo se...pero estoy, me tienes, me.. dios...follame por favor te lo pido- tan acelerada estaba y se había esforzado en no decir lo que al final dijo, que ni cuenta estaba tomando de como con la mano bajaba por el pecho de Xavier hasta que lo que encontraba en el borde del precipicio de sus piernas la hacía gemir absolutamente entregada a las proporciones de Xavier- Ahm...muero ahora mismo- gritó mordiendo los labios de un Xavier que volvía a buscar agarre en ella o acabaría cayéndose. Lo encontrado en esa zona no podía ser más perfecto y que poco le habían engañado sus ojos en conjunción con los pantalones de Xavier. Normal que la cremallera de estos siempre estuviese visible y abultada, no era sólo por el culazo que ahora apretaba con una mano y que se moría por sentirlo bombear, era también por su emergente, dura y gor..
- Laura, je suis en train de vertige- habló como pudo Xavier, necesitando llegar a su cama y caer en ella. Pero al hacerlo en francés, Laura no entendió más que vértigo y eso era lo que a ella le estaba dando de no sentir de una buena vez, la magnifica masculinidad que tocaba entre sus piernas. Aunque si que lo hizo, colgándose del cuello de Xavier.
- Vértigo tengo yo, honey- más dada al inglés, cantó victoria entre nuevos besos que enredaban poderosamente bien sus lenguas, camino a la habitación de Xavier. Que podía saber ella del verdadero estado de Xavier, pese a su evidente excitación. O si- Por Jesucristo reproduciendo peces saltándose la veda- pensó la profesional que había en ella. De seguro Xavier había pillado un buen resfriado al mojarse con ella y después seguir con la moto. Alguien muy malvado entre los dioses de todo el mundo, se estaba vengando de ella. Afrodita no podía ser, debía ser algún Dios frígido,  impotente y por supuesto, que no cargase con la bandera bien alzada que llevaba Xavier. Se le iba la noche sin el premio gordo conseguido. Necesitaba pensar rápido, mientras Xavier conseguía que ambos llegasen sin accidentes a su habitación.
Su primer polvo. Vale, no era para tanto. Pocas veces el primer encuentro entre dos personas que se desean tanto como ellos mismos, sale que te cagas. El primero suele un conjunto de ansias que explotan en las primeras caricias. Es el flojito que rompe la barre entre dos, el que desinhibe y da paso al Real Polvazo. Puestos a perder éste último, le tocaba tirar de refranero español y afianzarse a eso de..más vale pájaro en mano que ciento volando. Y el pájaro que ella acariciaba daba para valer unos cientos de ellos.
- J'ai froid, mon coeur- lo dicho de nuevo por Xavier estuvo a punto de hacerla apretarle el pajarito hasta ahogarlo de la impotencia, pero por suerte para ese pajarito, los dos cayeron a la cama y no como Laura pretendía.
- Xavier, ¿que dices?- ofuscada le preguntó sin mucho miramiento sepultada entre el colchón y la sonrisa febril y boba de Xavier- Ay dios, honey...no me mires así que me lo bajas todo. Que no, Xavier...que no, que tu no sabes con quien has dado. Que yo no soy de esas- a mas se quejaba, mas enternecido y mimoso se mostraba Xavier. Ni de coña iba a seguir bajo él, dejándose acariciar por la mirada de éste. Las malas no se enamoran, es básico por favor. Debía salir de esa cama, inflarlo a paracetamol y después ya vería que hacer- Esta bien, desnudate y quédate aquí tranquilito- con la batalla pérdida, la doctora internista que era, tomaba el control. Pero ni tan fácil, quitarse los noventa kilos que podía pesar Xavier de encima aguántandose las ganas de abusar de él no fue tarea fácil, aunque ayudó que siguiese murmurando pasteladas en francés- Así no vamos bien- siguió a las quejas al conseguir sacárselo de encima- que me susurres en francés mientras me estés dando caña en la cama me puede gustar, no digo yo que no- indignada se incorporó de la cama para ir a la cocina- pero dándome caña de la buena, que no tengo veinte años y ni entonces, porque ya era bastante puta. Ayyy, mira que cosas me haces decir y mira como llevo los pezones. Ahora mismo me podrían colgar en ellos abrigos de pana mojados. Ja ja ja- llegando a la cocina se acordaba de esos dioses frígidos culpables de su desdicha- Con solo chascar los dedos tendría el polvo que quiero- los retaba y un trueno ensordecedor le daba el susto de su vida- Ayyyy, vale ya me callo- les decía mirando inquieta para todos lados. Si en ese justo instante la pequeña pantalla de televisión de la cocina se hubiese encendido, el infarto estaría asegurado. Un alivio, creerse importante para los dioses del Olimpio, le bajó un poquito la calentura. Lo justito para poder preparar un buen vaso de leche que acompañaría con un gramo de paracetamol. En ello estaba, tratando de tatarear una canción que hablase de una mujer muy zorra, acostumbrada a ganar, cuando su propio reflejo en el cristal de la ventana la hizo sonreír- Si es que me gusto mucho, porque puedo- se piropeo mirándose. No era para culpar a Xavier y sus halagos franceses. Le bastaba mirarse para...ponerse más cachonda y vuelta a empezar, menos mal que la profesional que era, tomó el vaso de leche y buscó la pastilla en su bolso, dispuesta a cumplir con el juramento hipocrático dado. Así llegó de vuelta a la habitación y hasta el cristal del vaso resonó por sus uñas sobre él, al ver a Xavier tendido en la cama en bóxer- Oh my god- el pobre vaso sufrió sus ansias por ese culazo y su dimensional espalda a juego. Por ese mismo dios, que no se recordaba en otra parecida. Xavier estaba absolutamente mordible y ella sostenía un vaso de leche con miel. Todo de lo mas hot y añejo a la vez. Vale, ok...suficiente. Xavier se giró al sentirla y abrió las sabanas invitándola a acomodarse con él, mirándola igual que lo hacía minutos antes y Laura pasó de regañarlo más. El deseo insatisfecho empezaba a hacerle mella, incluso podía notarse cansada. Pues a tomar por saco todo. Le dió la leche y la pastilla, y sin mirar como los tomaba, se desnudó obviando lo que ella misma siempre relucía. Xavier podía estar ardiendo en fiebre, pero no por eso ser imbécil. La sensualidad con que Laura se estaba desnudando frente a él, levantaría a un muerto y fue lo que estaba ocurriéndole a él.
- Laura- embelesado por la feminidad que destilaba el más simple gesto de Laura, como retirarse el sujetador dándole la espalda, le estaba pareciendo único por soberbio. Era para levantarse de la cama y aplaudirla jurándole devoción para los restos. Sería la fiebre, pero él no recordaba haber visto algo parecido en la vida.
- Honey...duerme- de espaldas a él y cara a la cómoda con espejo, Laura lo mandó a dormir. Le estaba costando lo suficiente pasar de todo y comérselo con fiebre o sin ella, como para escucharlo mas. Por ella ya bastaba y retirándose los pendientes tuvo que desdecirse. Xavier estaba tras ella y su forma de mirarla volvía a ser la de Pub. El gustazo de ver la locura rondando sus ojos, le hizo dejar el pendiente sobre la cómoda sin dejar de mirarlo por el bendito espejo, recuperando el control total. No se giró, por muchas que fuesen las ganas de hacerlo, lo esperó retándolo con una sonrisa de lado que dibujaba victoria. Estaba viendo el deseo que quería y Xavier no la dejó regodearse más en él, atrapándola por la espalda con vehemencia- Ahora si...Honey- le dijo orgullosa, llevando el brazo hacia atrás buscando el agarre que de seguro necesitaría. Xavier llegaba con todo, deseando cada tramo de piel contemplada en su desnudo. Quería lamer su cuello, quería colarse en sus bragas, comprobar que estaba tan mojada como necesitaba y después rompérselas para adentrarse en ella, buscando su oreja.
- No voy a dejar que me vuelvas loco- mordiéndole el lóbulo trató de anteponerse a la niña caprichosa, pero ésta rió sin cortarse.
- Jajaja....ya veremos, ¿donde tienes los condones? Cualquiera se descuida contigo- tampoco se cortó en recordarle ciertas virtudes pero ninguno pudo reír más. El roce de sus intimidades, los hicieron gemir por igual y Laura volvió a regodearse con la imagen tan salvaje de ambos, que el espejo ofrecía.
Ella orgullosa, mostrándose tan fiera como ese hombre le provocaba y otra, con el alma encogida.
Los movimientos de Nacho podían ser más suave o tomar fuerza a un ritmo vertiginoso, daba igual. Porque en todo momento lo cubría con besos y caricias que a ella la atenazaban totalmente emocionada. Era como si en verdad, la estuviese cubriendo por completo. Desbordada por momentos, tenía que tomarle la cara y besarlo con todo el sentimiento que era capaz, intentando devolverle algo de lo que él le estaba dando. No había llevado la cuenta y de haberlo hecho, seguro la habría perdido de las veces que ambos se habían ido. Juntos, por separado, con su miembro o con sus dedos. Pareciera que quisieran quedarse pegados el uno al otro o que el mundo, fuese a dejar de existir. Fuera podían escucharse truenos, que dentro sólo se escuchaban sus respiraciones cortadas por alguna palabra suelta. Un nuevo giro en la cama la dejó sobre Nacho y le pareció un momento perfecto para volver a sentirlo suave. Quería retenerlo en su vagina, alargar ese preciso instante de tenerlo dentro de ella. Suave y de a poco. Con toda la pretensión del mundo, se sentó queriendo tener su cara bien a mano. Mirarlo hasta desgastarse si con eso a Nacho, le quedaba claro cuanto había llegado a significar para ella. Y Nacho, pareció entenderla. Detuvo cualquier movimiento y dentro de ella, por fin soltó sus miedos.
- Tienes sólo 24 años, Karla. Estás empezando una carrera profesional y lo normal es que conozcas gente y que te diviertas y yo...yo estoy más adelantado y quiero lo que Marina tiene- confesó prácticamente temblando. Sus temores no se basaban en Laura como Karla creía y eran mucho más profundos, que unos probables celos. Karla enseguida le sonrió, moviéndose sobre él para que su erección no bajase lo mas mínimo. Si las dudas de Nacho eran esas, todo pasaba a estar clarísimo entre ellos.
- Todo eso, puedo tenerlo contigo- le dijo para volver a besarlo, bailando la cadera sobre él.
La noche de los pájaros varió a noche de sabanas revueltas, que piel con piel, intentaban retener el tiempo. Eso algunas, porque otras como Marina, tras el susto de la lechuza, intentaban dormir bien agarradita a Inés, pero cualquier ruido la sobresaltaba, dando pequeños saltitos que movían la cama.
- ¿Lo has escuchado cariño?  Hay algo abajo- le decía pegándose a ella, como si así, ese algo que ella decía había fuera a desaparecer e Ines le contestaba con gemiditos que simulaban estar dormida. Pero nada que ver, era solo en prevención de que Marina no la volviese a mandar inspeccionar la casa- Inés- se desesperaba ante la pasividad de Inés y sus ruiditos. De estar pegada a ella, pasaba a zarandearla. A grandes males, grandes remedios pensaba Inés. Volviendo a su infalible solución para todo, sexo- Ines...no pero- de repente Ines se giraba y sus manos llegaban rápidas a sitios de interés turístico en su cuerpo- Ahm...cariño, que...pues- a las caricias le seguían besos y si, un buen polvo también aparca a el miedo.

Noche especial para todos, que por ser así, a la mañana siguiente unió a tres amigos inseparables.



5 comentarios:

  1. Pasional la noche para todos.

    Gracias,

    A.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Jo, porfi que no le pase nada al pajarito
    Saludos

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  4. .....'''''''' NOCHES DE SABANAS REVUELTAS.....QUE PIEL CON PIEL....INTENTABAN RETENER EL TIEMPO'''''''
    ESCRITORA....SIEMPRE....SIEMPRE....HILAS CADA UNA DE TUS PALABRAS PARA HACER EL MEJOR BORDADO...CON ESTAS...CON ESTAS....BORDASTES LA PASIÓN....Y LA HICISTE ÚNICA....COMO LO ERES TÚ.

    GRACIAS........POR ¡¡TANTO¡¡¡.......

    CELESTE-NEGRO

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