viernes, 17 de octubre de 2014

112- Emergencias 80

Todavía bajo el cuerpo de Xavier, en un bloqueo perfecto, empapada y prácticamente bebiendo del charco, Laura sentía que más bajo, no podía caer. Por eso, y no sin esfuerzo, siguió forcejeando queriendo salir de ahí y correr sin detenerse hasta su casa o mejor, hasta casa de su madre. Pero no hubo forma y al final, tuvo que gritarle.

- Suéltame...que me sueltes- le exigió y ni cubierta por adrenalina, podía con el enorme cuerpo de Xavier. Empapada, con el pelo pegado a su rostro, llena de barro y con Xavier viéndola así. Al final, pudo salir de su abrazo pero su llanto no cesó, rasgando las entrañas de Xavier que no sabía que más hacer, para que Laura dejase de llorar. Antes, debía quitarse la chaqueta de la equipación y ponérsela. Para su sorpresa, Laura se dejó hacer sin mirarlo. Así le quito el chubasquero que había quedado para nada y le puso su chaqueta. Fue super enternecedor, ver como el cuerpo de Laura se bajaba un tanto por el peso de su chaqueta y verla cómo pollito mojado con una chaqueta cinco tallas más grande. Pero eso no significaba que ese pollito, se quedase callado- Di algo y te muerdo- lo amenazó sin fuerzas ni para limpiarse la cara. Por eso se dejó seguir haciendo, a pesar de su amenaza. Que se jodiera cómo lo estaba ella. Le dió igual, la cara de Xavier claramente superado, y también que cada tanto la nombrase cómo si con eso, todo se arreglase. Ahora si que quería pasar de él. De él y el mimo con el que le había puesto la chaqueta o como ahora, le retiraba el pelo pegado de la cara. Absolutamente igual, que los dedos le temblasen, si de buena gana y si le quedase algo de fuerza, se los mordería a traición. Porque Xavier, siguió mimándola en vez de darle lo que hubiera solucionado todo, un buen beso que de seguro, le hubiese hecho temblar cómo hoja que mece el viento. Pero no, el tenía que seguir a lo caballero aburrido.
- Te llevo a casa, ven- tiró de su mano Xavier, en vez de darle el beso que Laura parecía llevar esperando siglos. Pues bien, se dejó arrastrar, ponerse el casco y si, sintió deseos de arañarle todo el pecho que la camiseta de algodón empapada en agua mostraba. Pero no, él iba de caballeros y damas, y a ella le urgía algo mucho más directo. Estando de frente, no pudo callarse por mucho que ésta vez, hubiese preferido hacerlo.
- Que idiota eres- murmuró antes de que Xavier le pusiese el casco y le indicará como mantenerse en pie. Ni una palabra dijo defendiéndose, y Laura lo dió por perdido. Mejor, dedicarse a mantenerse en pie en la moto, no dudando en agarrarse a su pecho con todas las fuerzas. Vale, a los pocos metros, Laura tuvo que exigirse no soñar con un paseo igual, pero pidiéndole a Xavier que acelerase y cogiese cualquier sobresalto. Total, Xavier sería capaz de negárselo, porque según el protocolo de actuación que estaba manteniendo para con ella, bajaría la velocidad no vaya a ser, que se cayesen. ¿Como era capaz de conducir la moto como si nada?- Ayyyy- gritó sin que Xavier pudiera escucharla. Éste por fin detenía la moto y ahora seguro se giraría, la cogería entre sus fuertes brazos y la besaría con todo y...una caquita para ella. Porque Xavier frenó la moto, pero para saludar a la pareja de la Guardia Civil con la que se acababan de cruzar.
- Coño Xavier, no puedes salir a carretera así como vais. Que se baje la chica.
No hacía falta que el Agente dijera lo que le estuviese diciendo a Xavier, algo a lo que ella no atendía. Ya se bajaba ella solita, super indignada. Hasta de esperar algo que no llegaba, mientras Xavier, trataba de explicarse con los Agentes.
- Íbamos a dar unos saltos y acabé manchándola, no vive lejos.
Lejos es donde pensaba marcharse Laura, en cuanto fuese capaz de quitarse el casco. La idiota era ella, por fijarse en un aburrido de libros, que ni saltar en la moto sabe, o si sabe no es como a ella le gusta.
- Hostias, si es la Doctora Belmonte. A ver empezado por ahí, Xavier.
Alguien la había nombrado y dios, que gusto volver a respirar sin el casco puesto. Pero nada, no había forma de peinarse y la moto no tenía ni un triste espejo donde mirarse. El coche policial seguro tenía y yendo hacía él, fue que se dió cuenta de como los dos Agentes la miraban.
- Lleva la moto sin espejos, no les digo más que código circulación- se chivo a los Agentes cómo nena chica sin olvidarse de su melena. Por fin, unos buenos cristales donde mirarse y- Ayyy- se veía horrible en ellos.
- Jajaja, la llevamos nosotros, Xavier- le informó el Agente. La Doctora más simpática de todo el ambulatorio de Pedraza, bien valía llevarla calentita a su casa y ahora si, Laura fue testigo de la conversación.
- No hace falta- insistió Xavier, a pesar de la sonrisa sobrada con la que Laura apoyada en el coche policial lo miraba- yo la acercó en un momento, vosotros estáis trabajando.
- Exactamente- insistió por igual el Agente, que incluso se permitió retirarle la chaqueta de Xavier a Laura. Mucho más calentito su abrigo de guardia- Es una ciudadana en apuros y tu moto es monoplaza- prosiguió el Agente, dejando caer la pullita de la moto, mientras cubría a Laura con su abrigo.
- Y sin espejos que va, vamos ya- ayudó Laura, tomándose la revancha contra Xavier. Tenía su punto, verlo cabreándose por no poder llevarla y tenía un puntazo, verlo aguantarse las ganas de cogerla de un puñado y subirla a la moto con él. Pero ni en broma, la guardia civil le había servido la venganza y ella la iba a coger por entero. Así, se dejó mimar por los Agentes y se subió al coche, pese a la mirada, ahora indescifrable de Xavier sobre ella todo el tiempo.
Ella en un coche de guardias civiles y Lucía, en uno militar. Nunca antes había estado tan cerca de creerse Michelle Obama. La primera dama norteamericana, subida en un jeep militar, escoltada por dos militares. Uno, el que conducía el jeep, mucho más simpático que la tipa, al parecer y por lo poco que ella entendía, de graduación más alta, muchísimo más agria con ella. Debía suponer, que la soledad que se palpaba en la Base, todo un pequeño pueblo, se debía a ser tarde. Lo que no tenía tan claro, era que hacía Susana en un día así. Ahora que no ejercía como piloto, ¿que tipo de guardia hacía? Demasiadas preguntas para no ser contestadas. Más, teniendo un joven militar espiándola de tanto en tanto por el espejo interior del vehículo.
- Uhm...disculpad mi ignorancia, pero...¿Teniente Coronel es alta graduación?- les preguntó, no queriendo que la mujer se molestase con ella por ignorarla, aunque ni modo. La mujer se giró mirándola incrédula, seguro que por la pregunta que acababa de hacer. Por suerte, el joven estaba presto por atender sus dudas.
- De las más altas. Ahora mismo, la Teniente Coronel Merino, es la máxima autoridad en esta base- le contestó el joven, ante la mirada reprobatoria de la mujer sobre él, y Lucía arrugó los labios, no muy convencida ante la explicación- A ver, un piloto sale como Teniente, el ascenso suele ser rápido.
- Ahm....Voy entendiendo, Inés se retiró como Capitán- recordó en voz alta Lucía y ahora la mujer, la miró todavía más curiosa sin restar un ápice de hostilidad hacía ella.  Ay niña, pensó Lucía para si, ni lo intentes. Pero no sólo ganó la curiosidad de la mujer, también la del chico, que pronto quiso saber.
- ¿También conoce a la Capitán Merino? Los Merino en ésta base son leyenda, una de las familias de pilotos más respetadas- le contó el joven y se le notaba totalmente entusiasmado. Lógico, pensó Lucía. Trabajando en una base militar aérea, los pilotos deben ser lo ídolos a seguir y como bien decía el joven, los Merino habían destacado justamente en ese terreno. Lo siguiente que iba a contarle el muchacho, la dejó pensando en su hija y el gorrión que la visitaba- Fue increíble que la Capitán saliese con vida de aquel accidente, hay una leyenda, ¿la sabe?
- No- respondió Lucía sintiendo un escalofrío. Recordaba perfectamente lo contado por su hija sobre unas cartas del taro, el accidente de pequeña de Inés y éste otro, del que el joven, iba a hablarle.
- Aquel día, dicen que se vieron miles de golondrinas sobrevolando la zona donde el helicóptero de la Capitán se estrelló. Gracias a ellas, se localizó a tiempo a la Capi
- Deje de contar fantasías, Cabo- la orden de la mujer, calló al joven y allá la hizo erguirse dispuesta a sacar la cara por el muchacho- La Capitán fue quien dió su ubicación, no unos estúpidos pájaros. Es hija y sobrina de pilotos, sabría calcular su posición con los ojos cerrados.
- Bien, pero- siguió el Cabo, demostrando conocer toda la historia militar de Inés, comenzando a asustar a Lucía-  ¿Que explicación le da a que después volase con una granada sin anilla sin que ésta llegase a explosionar? Sin entrar en todos los accidentes de la Teniente Coronel que
- Ehm....siento ser yo quien te interrumpa- le habló Lucía, queriendo recuperar la calma- pero es que la Capitán  es la pareja de mi hija y sigue pilotando. Por suerte según parece, Susana no.
- Ah, disculpe, no quise asustarla- enseguida el muchacho se disculpó y ella le sonrió restándole importancia.
- Detén el coche. Están dándole novedades, después hablaré con usted Cabo- la sargento ordenó ya Dios gracias para Lucía. De seguir escuchando accidentes contados cómo meras anécdotas, tratándose de Susana e Inés, hubiese entrado en pánico y a la diosa afrodita gracias, por haber corrido hacía esa base, donde Susana con uniforme de camisa azul celeste, pantalón de un azul más oscuro y chapiri, se cuadraba delante de varios militares perfectamente alineados. Primera vez, que veía uniformada a Susana. Desde lejos, podía apreciar lo impoluto del uniforme y la seriedad de sus movimientos. Si Cabo y Sargento seguían hablando, ella lo desconocía, pegada a la imagen de Susana como estaba, no podía atender a más, que no fuese ella y sus gestos. Tanto, que sin consultar se bajó del coche, provocando la reacción de la Sargento.
- La Teniente Coronel ha ordenado que la llevásemos a la cantina de Oficiales- se bajó incluso como lo había hecho Lucía y ésta estuvo a punto de carcajadearse. La mujer parecía dispuesta a subirla a la fuerza al coche.
- ¿Si?, pues yo prefiero que sea ella, quien me lleve. Sin acritud, cielo. Ya habéis hecho bastante y me ocuparé de que la Teniente Coronel, sepa de vuestro buen hacer- no gastó más tiempo con ella, Lucía. Comprensible sus celos. Susana en esa base, debía tener un corrillo de adeptas. Ni dos pasos había dado, caminando hacia Susana y ésta ya se había percatado de su presencia. No estaría nada mal, pegarle ahí en medio de la nada, un beso que le tirase el chapiri de la cabeza, pero era mucho más excitante y divertido, dejar a la Sargento rabiosa y a Susana con las ganas.
- No deberías estar andando sola por una base militar- fue el saludo de Susana. La que no se cortó un pelo, en recrearse con la belleza de Lucía en jeans y chaqueta de cuero, con su pelazo al aire.
- Me deshice de tus escoltas- chuleó cuanto quiso Lucía, caminando hacia ella como en pasarela, tal cual le pedían los ojos de Susana. Para después pararse en su frente, disfrutando de la tensión que circulaba libre entre ambas.
- No dude ni un momento en que desobedecerías mis ordenes- le confesó Susana, sin perder de vista a la Sargento y el Cabo, que continuaban parados unos metros más atrás.
- En mi defensa puedo decir, que siempre he sido muy roja. Ya sabes, anti-monarquica y anti-ejército- medio en broma, la siguió Lucía. Vale, sentir esa tensión entre ambas era la hostia, pero las ganas de besar la seriedad de Susana, comenzaban a hacerle mella.
- Ya veo...pues has venido al sitio ideal para ti- no la reprobó Susana, pensando en hacer una pausa y mandar de paseo a la Sargento y su celo profesional. Con un leve movimiento de cabeza, mostró sus intenciones a Lucía, sin olvidar seguirle la guasa al pasarla caminando hacia la Sargento-  Larga vida al rey.
- Jajaja, tampoco lo dude ni un momento- rió Lucía, para después suspirar viéndola caminar hacia sus escoltas. La zona donde estaban, un enorme patio pisado por solos ellos cuatro, bajo un dimensional mástil con la bandera de España ondeando. El lugar en si y lo deshabitado que estaba, le produjo cierto frío. Susana hablaba con la Sargento y por favor, a la mujer le faltaba sentarse como un can ante su amo. Lógico por otra  parte. Observándola de lejos, la mujer mostraba ademanes poco femeninos y a pesar de Susana y de la distancia entre ellas, continuaba retándola. Había tenido su gracia al principio, ahora en cambio le resultó aburrido. Pena de gente que no sabe perder. A saber el tiempo y las guardias que había tenido esa mujer para acercarse a Susana, sin que a la vista de los acontecimientos hubiese tenido éxito. Pues bien, en vez de aprender la lección, la tomaba con ella. Aburrido e incluso patético. Buscando entretenerse, se giró observando los grandes Edificios que cerraban el gran patio de armas y volvió al mismo punto visual. La Teniente Coronel y sus subordinados. El agradable muchacho la sonrió en la distancia y elevó la vista al cielo. Lucía siguió su mirada, sin entender nada. Despejado estaba el cielo, la bandera seguía ondeándose por el leve viento y un pájaro de tamaño considerable, sobrevolaba sus cabezas. ¡Pájaro! Pensó, siguiendo su vuelo con la mirada, sin darse cuenta que el muchacho se acercaba hasta ella.

- Medio pájaros - viéndola mirar el pájaro, el muchacho la sobresaltó un tanto- Eso cuenta la leyenda sobre los Merino, son medio pájaros.



6 comentarios:

  1. Me encantooo, Laura y Xavier van a traer cola, y Lucia y Susana, siempre tienen ese puntito excitante. Me gusta, si. Besos

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  2. ARTISSSSSSTAZAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!
    contigo nunca se está preparada para tannnnnto como das, con cada una de las partes que regalas!!!!!!!!!!!
    GRACIASSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!
    más más mássssssssssssssssssss

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  3. Maravilloso, espero la continuación. Ay esos pájaros.

    Gracias.

    A.

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  4. Vaya tensión sexual no resuelta tienen Laura y Xavier. Esperemos que la resuelvan pronto. De Lucia y Susana poco puedo añadir y es que esta pareja me encanta.
    Por cierto Gemo, no te lo creerás pero al leer en el periódico la noticia del nuevo diccionario de la RAE pensé, ¿habrá participado nuestra yo soy Esther? seguro que si ;) Lo mio es de traca, lo sé...
    Un saludo y gracias por el trozo!
    L.a.c.e.r

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  5. Gemo: Sabes que en Simbología los pájaros representan el Alma en un nivel superior de conciencia, a la trascendencia y a la amistad? En mitología son los mensajeros de los Dioses y los encargados del alma de los muertos. Son Símbolos Solares y representan al intelecto.
    Y como mensajeros, propician la comunicación arriba-abajo.
    La historia, cada vez mejor. Al estilo Gemo. Gracias.
    Constance

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  6. ...ALAS...LEYENDAS PARA ESA ESTIRPE...PARA ESA FAMILIA ...QUE EN CADA VUELO DEJO Y DEJA UN CACHITO DE HUMANIDAD...DE PROFESIONALIDAD...DE TERNURA Y DE LOCURA..DE ESA LOCURA QUE ENVUELVE A QUIENES QUIEREN ...Y MUCHO MÁS A QUIENES LOS QUIEREN...ESA ES LA VIDA DE ESTA ''PAJORO LOCO'''....QUE DONDE LLEGA...DEJA HUELLA...COMO ESA HERMANA TIERNA Y PERDIDA HASTA LA SACIEDAD O COMO ESA TIA...QUE EN ESE OTOÑO DE SU VIDA ARRASA COMO LA PRIMAVERA TRAS UN INVIERNO FRIO...LUCHA DE DAMAS...EN EL SENTIR...EN EL DECIR...ES LO QUE VIVE CON ESA MADRE DE LA DOC...QUE LA DESAFIA EN CADA MOVIMIENTO PERO QUE LUEGO RENDIDA QUEDA ANTE LO QUE YA SIENTE..
    MUJERES TODAS BUSCANDO SENTIRSE UNA Y OTRA VEZ...VIVAS..
    GRACIAS......ESCRITORA...SIEMPRE...

    CELESTE-NEGRO

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