jueves, 16 de octubre de 2014

112- Emergencias 79



No es que fuese muy equivocada Karla, cuando dijo que su hermana hubiese solventado el asunto Xavier-Laura con un...¿te la follas o k ases? Porque Inés es del pensamiento de; hay cosas que sólo un buen polvo soluciona. Horas después, es lo que trataba de explicarle a Marina por teléfono, mientras Karla y Nacho hacían turismo por un lluvioso  Pedraza.

A Laura no había sido muy difícil consolarla, en teoría, porque Marina sabía que en cuanto pudieran verse solas, le iba a tocar hablar muy seriamente con su amiga, de momento prefirió quedarse con la poca palabra de Laura al asegurar que Xavier le importaba cero y que no era más que un capricho. Pero ahora sentada en su sofá con mantita, y zumo a cambio de vino, prefería escuchar la elocuencia de Inés, defendiendo su teoría.
- A ver, ponme un ejemplo más concreto- pidió ronroneandole, viniendole a la cabeza varios protagonizados por ellas mismas. Pero era mucho más divertido que Inés titubease y ríese cómo el trasto que era.
- Jiiijii, déjate que piense- le respondió Inés, mientras ella se deleitaba esperando cualquier cosa de ella- es que me hablas con un tonito que ayyy.
- ¿Suspiros?- encantada, se los otorgó por derecho Marina, mientras Inés soñaba con volar a ese sofá. Estaría tan calentita en él que...
- Sii, es que en los turnos largos te echo de menos y se que estas en nuestro sofá, y me hablas así y recuerdo cuando no nos veíamos y se como te pones cuando llueve y está lloviendo y...- habló bien rápido llevada por las ansias que ese sofá le provocaría el resto de su vida y al final, hasta tuvo que preguntar de que hablaban en un inicio, sin sofás y lluvia de por medio- ¿De que hablábamos nena?
- Jajaja, ya veo que en los turnos cortos no me extrañas- atenta a todo, a Marina no se le escapó el dato.
- Ya estamos con los detalles- se quejó al momento Inés. Con Marina no había quien pudiera relajarse. Pero no, por ésta vez Marina bromeaba y volvía a la conversación principal.
- ¿Te pongo yo el ejemplo? No hace tanto que te enfadaste por las cuentas de la casa- le dijo regresando a la conversación, y cerró los ojos ante el recuerdo de ese enfado.
- Dios que polvazo- le puso nombre Inés, con Marina prácticamente reviviendo ese día.
- Si...
Lo fue, pero antes hubo que pagar la nueva caldera. Un pastizal, que Inés pagó sin darle ninguna importancia. Marina para variar estaba hasta arriba de trabajo, debía acudir a reuniones del partido día si y al siguiente también, a lo que había que sumar los turnos en el centro de emergencias. Para Inés, era de lo más natural, encargarse de la caldera rota, reponerla y pagarla. En ningún momento pensó que ese dinero salía de sus ahorros, como siendo sincera, tampoco caía en quien pagaba un mes los recibos o los gastos habituales. Hasta que, a Marina no le pareció nada bien, que no le hubiese consultado antes de pagarla. Ahí comenzaron los reproches, tú pagas esto, yo aquello e Inés, que no entendía como una pareja podía tener cuentas separadas, que terminaba enfadándose.
- Eso es, tú enfadate conmigo cuando lo que estoy haciendo es mirar por ti. Silvia te dejó la cuenta corriente temblando, esperaba que hubieses aprendido algo después de eso- sacar a su ex, para afianzar su posición no ayudó en absoluto. Lo que consiguió que Inés, se enfadase más.
- Te explique porqué fue, no se a cuento de que siempre tienes que estar sacando a Silvia- enfadada tampoco es que ella se midió, comenzando un intercambio a un tono demasiado elevado.
- Y todavía la defiendes. Ya se que fue un préstamo  por amistad, pero que yo sepa aún no te lo ha devuelto y desde que sabe que estoy embarazada ni siquiera te llama. Ya veo, una amistad super profunda, ja- con toda la maldad había tirado Marina y así difícil que ambas se calmasen, variando el tema para sacar más basura del cajón.
- Porque siempre la tratas mal, a lo gata celosa- se defendió Inés o peor, defendió a Silvia, provocando que el mykoyan de Marina, despegase en tres, dos...
- Estoy por mandarte a la mierda, si es así como piensas de mi- orgullosa estaba a punto de hacerlo realidad y así Inés, optó por la mejor solución.
- Tranquila, que ya me voy yo.
Mentira, porque irse no se fue. Bueno, para ser correctos a darse una vuelta bien larga en bicicleta, si que se fue. Pero después volvió, y tocó noche de mírame pero no me toques. Tensión de ambas, te espío pero no me bajo del burro, paso de cenar, quedate tu en el salón que yo me voy a la habitación, nervios, incertidumbre y un desazón que amarga a cualquiera. Aunque, lo bueno es que el distanciamiento daba para que ambas recapacitasen, contrarrestando con que si una se acercaba los morros seguían y entonces, vuelta a empezar y el burro que se quedaba sin dormir.
Como estaban a punto de hacerlos ellas. Enfadadas por igual, una esperaba que la otra dijese lo que fuese para correr a disculparse, mientras la otra esperaba exactamente lo mismo. Porque dos no se enfadan si uno no quiere, y dos no se arreglan si uno no da el primer paso. Pues ni una, ni la otra lo dieron y en estos casos, la más frágil de ellas, solía ser la más fuerte de carácter. Marina no soportó meterse en la cama con ella, sin un beso, sin un lo siento y sin un nada. Incapaz de aguantar así con Inés a sólo un metro, no quiso que ésta la viese llorar y fue a levantarse cuando la mano de Inés detuvo sus movimientos. Entonces toda la rabia salió de golpe y se giró a por ella, como si el aliento para poder continuar la vida estuviese en la boca de Inés. A por ella se lanzó, besándola con desesperación.
- Ahm...Marina- deshecha, Inés recibió sobre sí el aterrizaje del veloz mykoyan y Marina le hizo cuanto quiso, comiéndosela como le dió la gana. Después, totalmente pegadas como si llevasen años sin abrazarse, cuando en realidad solo habían sido horas, hablar fue mucho más fácil- Yo no entiendo una pareja con las cuentas separadas. No comprendo fraccionar algo contigo, y menos que quieras que tenga unos ahorros para mi. Los ahorros son nuestros, de nuestra casa, no hay más.
- Esto avala mi teoría, hay tensiones que sólo un buen polvo rompe y es lo que les hace falta a Xavier y Laura. Después ya se verá- tras el recuerdo Inés se anotó el Touchdown, sin dejar de prestar atención a la sugerente respiración de Marina, sin olvidar que fuera seguía lloviendo- ¿Nos enfadamos un poco o k ases?-propuso y era buena opción, aunque Marina seguía "mosca" con Laura.
- Jajaja, en cuanto me quite a Laura de la cabeza. Fijate que ésta vez, creo que mi locaza se ha enamorado de verdad- le transmitió a Inés su inquietud. También la pobre, ya podía haber caído que Inés estaba en ese puntito guapo que se alcanza con tu pareja; respiraciones sugerentes, tonitos muy especiales de voz, el recuerdo de un polvazo y ella hablando de la amiga enamorada. Da para esquivar el tema amiga, como intentó Inés, que después del puntazo hay tiempo para todo.
- Si...bueno, eso nunca se sabe. Mandame una foto de como estas ahora mismo en nuestro sofá- a lo importante y según Lucía único se fue Inés, olvidado y mira que puede llegar a ser poco espabilada conociendo el interés de Marina por los detalles que se escapan cuando hablas relajada.
- Ehm...¿nunca se sabe has dicho?- le faltó tiempo a Marina para querer saber y dios, que pocas luces iba a tener Inés contestando.
- Pues..., yo creí que Silvia era lo más para mi, después llegaste tú y
- ¿Y mañana puede llegar otra?- la interrumpió Marina no dejándola terminar. Porque de haberlo hecho, quizás se hubiesen saltado un clásico en ellas.
- No me gusta decir de este agua no beberé, a la vida le gusta darme buenas hostias ¿sabes?- se acabo el tono sugerente para pasar directamente al de.. Que mala leche me está entrando.
- ¿Que tiene que ver aquí las hostias?- subiendo el tono la reprobó Marina para sentenciar queriendo llevar la razón- Yo por nadie he cambiado mi vida como por ti y no creo que lo haga por nadie más.
- Crees, pero no sabes- no se achicó Inés, pese a que los ojos los cerrase en prevengan de un grito de Marina.
- Era un decir, estoy absolutamente segura, no como tú- ofendida hasta se cruzó de brazos. La mala leche, circulaba libre arrasando con todo.
- ¿Pero que- por igual Inés, en ese tiqui taca particular que las dos manejaban como nadie pero stop. Inés estaba deseando llegar a casa y acurrucarse con ella en el sofá, no para llegar y estar de morros, por mucho que después llegase un polvazo. Por eso quiso detener la gresca, aún podía estar a tiempo- Dame un beso ahora mismo.
- Ufff....- resopló Marina, para pasar a recordase que debía tener más temple. Pero es que con Inés era imposible. Para ella quería sus ocurrencias, su tiempo, sus besos y un largo etcétera más.
- Me pones que- también resopló Inés, recuperando la calma, sin olvidarse de su particular venganza por el mal rato pasado- Madre mía, polvazo te voy a dar en cuanto llegue, y te aguantas. Ni masaje en los pies, ni nada...es que ni hola te pienso decir.
Y no para saludos es que estaba Laura en esos momentos. La mejor opción para quitarse el cabreo que arrastraba desde la mañana, fue salir a correr. Vale que no hacía la mejor de las tardes para salir a correr, pero peor era quedarse pensando en la bofetada que tuvo que haberle dado a Xavier o mejor pensando, a el "moro" de Xavier.
Que equivocada había estado con él. Cuanto le había engañado ese papel de padre super tierno que mostraba Xavier. Puede que buen padre fuese, hecho que aún debía demostrar, pintar la habitación de tu hija cuidando el más mínimo detalle no te convierte en padre, ni quedarte atontado mirando su ecografía, ni acariciar la barriga de Marina medio temblando por la emoción. Ay dios mío, pensándolo se estaba dando cuenta de en cuantas cosas y detalles había llegado a fijarse. Y todo, sin querer recordar la noche pasada. Un adolescente juego, como era el de las verdades, la había dejado pegada a él.
- Bien, eh...no he estado con alguien mucho mayor que yo- en su turno de beber de la botella, fue lo que había dicho Xavier. La forma en que lo dijo y como de diferente le había salido la voz, la dejó pendiente de él, sin importarle quien bebía o quien no. Bueno, bien es cierto que ella de Marina y Nacho, lo sabía todo y no debía esperar a verlos beber para saber con quien habían estado. Cosa diferente era Inés, que fue la que la dejó aún más pegada a la reacción de Xavier. Al parecer, fue la única que no bebió de la botella, algo que Xavier apreció y que pudo ser, lo que provocó que ambos se quedasen mirando hablándose sin hablar. Ok, había algo que ella desconocía, porque Marina enseguida tomo la cara de Inés para darle un sentido beso y Xavier, sonrió de lado. WTF fue su pensamiento recordándolo. La sonrisa más sexy de Xavier, la mostraba de una forma natural, en momentos nostálgicos o más bien Agh, se desesperó Laura ante el enredo de sus propios pensamientos con un único protagonista. Normal, no podía creerse que después de estar buscándose toda la noche con la mirada, en la mañana Xavier hubiese sido con ella tan...ni adjetivo sabía ponerle. Vale, estaba claro que cuando ella había ido a reponer cervezas tropezando con Xavier, fue ella la única que sintió temblar el suelo. Grr, solo recordar el calor que emanaba de su cuerpo, los pectorales tan marcados que ni el mismo acero, por no hablar de lo abultado de su...basta, se exigió porque ni sabía donde había ido a parar corriendo.
Seguía lloviendo y por sus gemelos se precipitaba el agua mezclada con ¿barro? Fuck, se cabreó deteniendo la carrera. Se había metido en un descampado y la lluvia estaba cogiendo fuerza. Las que ella ya no tenía para regresar corriendo. Con tanto Xavier, había recorrido los kms normales en su carrera en sólo el trayecto de ida.
- Yo no se que te he hecho- habló para el cielo, donde alguien debería darle una tregua. Pero ni modo, seguía lloviendo, estaba a tomar por saco y el ruido de las motos la hizo enfadarse más. Coqueta cómo pocas, trató de rehacerse la coleta, sin percatarse que estaba junto a un charco. Primera moto que paso y.. - Payaso, ¿es que no me ves?- más mojada por el charco que el payaso de la moto no había visto, comenzó a desatar su mala hostia. Por suerte el segundo esquivo el charco, no sin burlarse y el tercero llegó a pisarlo frenando la moto en seco. A saber que quería el tercer payaso y cuidado porque ella no estaba del mejor humor- De mi parte le dices a tu amigo que es un imbécil, mira como me puso- le dijo al tío que se quitaba el casco y WTF de nuevo, era Iñigo una de sus citas de hace meses.
- Laura, estas empapada, ¿que haces por aquí?- el interés de Iñigo, no disminuía lo más mínimo su enfado e incluso estuvo a punto de contestarle..cagarme en tu.., pero no lo hizo una cuarta moto llegaba a toda velocidad y si, le hacía hasta tragar agua- Joder- exclamó Iñigo y estuvo por bajarse de la moto. De pura indignación Laura comenzó a patear el charco, maldiciendo a la lluvia, a Xavier, a sus amigos y sobre todo al orangután que dejaba su moto apoyada en el suelo, para venir hacía ella.
- Laura, joder- la voz del tipo de espalda de más de metro, embutido en un traje de moto-cross, que para variar le quedaba de miedo, no podía ser más que Xavier y siendo así, toda la frustración en Laura salió de golpe. Iñigo se marchó, no sin reticencias, a petición de Xavier y ella siguió pateando el charco sin guardarse ni un insulto. Como perdigones salían por su boca sin dejar de mojarlo con el agua del charco, así continuó sin tan siquiera darse cuenta de que estaba llorando de total coraje. Vale, suficiente para Xavier. Le importaba cero los insultos de Laura y el agua no podía mojarlo por la equitación que llevaba, lo jodido por tanto,  no era lo que Laura hacía y decía, sino verla cómo la estaba viendo. Por eso fue directo a ella, queriendo abrazarla hasta doler, pero fue acercarse y comenzar a recibir de ésta una buena tunda de patadas y bofetadas, tratando de esquivarlas o mejor, de retenerla entre sus brazos, los dos acabaron rodando por la tierra mojada y al final, pudo bloquearla  entre su cuerpo y la tierra- Laura.

- Sueltame...que me sueltes- exigió Laura, que ni cubierta por adrenalina, podía con el enorme cuerpo de Xavier. Empapada, con el pelo pegado a su rostro, llena de barro y con Xavier viéndola así. Al final, pudo salir de su abrazo pero su llanto no cesó, rasgando las entrañas de Xavier que no sabía que más hacer, para que Laura dejase de llorar. Antes, debía quitarse la chaqueta de la equitación y ponérsela. Para su sorpresa, Laura se dejó hacer sin mirarlo. Así le quito el chubasquero que había quedado para nada y le puso su chaqueta. Fue super enternecedor, ver como el cuerpo de Laura se bajaba un tanto por el peso de su chaqueta y verla cómo pollito mojado con una chaqueta cinco tallas más grande- Di algo y te muerdo.


3 comentarios:

  1. Está claro que Marina e Inés no se aburrirán en su vida, igual que suben bajan, a la misma velocidad. Jaja

    Ay Laura, que acaba de caer del burro que está enamorada de Xavier, y se le ha puesto esa mala leche, jajaja, punto para Xavier por arroparla.

    Gracias.

    A.

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  2. kkkkk meu dia agora começa, obrigada Gemo você é espetacular
    brigoninha

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  3. ..... COMO ESA NORIA...ESA QUE ES LA VIDA...SUBIENDO...BAJANDO...ASÍ ESTÁN MARINA E INES...PEROO NADA QUE NO PUEDA SOLUCIONAR UN ''BUEN SOFÁ''''.....EL PROBLEMA NO ESTA EN QUE SURJAN ESAS SUBIDAS Y BAJADAS...ESO...ESO ES SAL TAMBIÉN PARA EL AMOR...EL PROBLEMA SERÍA...NO ENCONTRAR ESE ''SOFÁ'''...ESE ALGO....QUE LUEGO TODO PUEDA SOLUCIONAR.

    ...ME SIGUE ENCANTANDO ESTA HISTORIA ...

    GRACIAS......ESCRITORA.

    CELESTE-NEGRO

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