112- Emergencias 73

Valeeee, ¿cuantas veces más Inés iba a tener que arrodillarse? Estaba claro que debía hacerlo. Le bastaba repasar su whatsapp.

Mensaje recibido de Laura: Se puede ser muy mujer, pero para quien te sabe mimar puedes convertirte en una niña, como para quien te sabe seducir, convertirte en un volcán de sensualidad. Y puedes casarte por X cosas, ¿pero que mujer no quiere una bonita declaración?

Mensaje recibido de Karla: Hermana por favor. Pídeselo. Tengo a Laura histérica con el tema. No puede ser tan difícil.

Mensaje de Oscar: Tienes un helicóptero, le hacemos una pancarta, sobrevolamos Pedraza y te folla viva esa noche. Yo lo veo claro.

Mensaje de Encarna: Ayyyy, que decepción. Dejame que te lo diga, con lo que yo te quiero y salir con esto. Casarse sin pedida ni nada, yo sufro.

Mensaje de Marina: No te agobies con lo que todos te dicen. A mi me da igual, entiendo que no lo querías hacer y que fueron las circunstancias.

Valeeee, que dardo envenenado llevaba el mensaje de Marina y que cansinos podían ser el resto. Menos mal que su Tía, estaría de su parte...o no.

Mensaje de Susana: Conozco miles de poemas, un buen vino, una noche estrellada y solo, decir lo que sientes. Eso sí, a Lucía ni mu de mis consejos.

Pues eso estaba intentando hacer desde hacía rato. Nada más entrar a la casa, había encendido el i,pod con la música preferida de Marina, mientras ella iba a la cocina a por un vaso de agua. Después había sacado la cajita con el anillo de compromiso de sus jeans, se había arrodillado y la había esperado en esa postura con una rosa en la mano. Pero...no surtió efecto. A Marina le dio por quitarse el jersey al regresar al salón.

- Estoy muerta, apaga todo, cierra y sube- le había pedido sin tan siquiera mirarla. Ok, tocaba deshacer la postura de lo más idiota para obedecerla. No pasaba nada, el i,pod estaba conectado en toda la casa. Solo tenía que darse prisa en apagar las luces, cerrar con llave la puerta principal, subir rápido a la habitación y volver a arrodillarse.

- Sus muelas a caballo, joder- tuvo que quejarse. Porque como había pensado, lo hizo todo bien rápido y llegó a tiempo a la habitación. A tiempo de que Marina le lanzase los pantalones, que cayeron sobre su cabeza para marcharse al baño, sin nuevamente verla arrodillada. ¿Lo peor? No era sentirse de lo más pava ahí arrodillada con una rosa que amenazaba con marchitarse en cualquier momento y con unos pantalones en la cabeza. Lo peor, era ver los retazos de su alma, corazoncitos de piernas y brazos, literalmente descojonándose de ella en su cara. Pues nada, ¿quien era ella? Una piloto de rescate. Venga ya, una pedida no podía ser más difícil que meter su helicóptero en un risco. Así que, vuelta a levantarse e ir al baño, arrodillarse de nuevo, abrir la mampara y...joder. Marina desnuda en ella esperándola.

- Ufff cielo...estoy muy caliente- le dijo Marina pasando de la rosa, de la música de fondo y NO de su postura. La cual a Marina le vino genial, para subir una pierna en el hombro de la piloto, con las cosas muy claritas.

- Madre mía, nena- pronto Inés tiró la rosa y la cajita con el anillo. Esta postura no hacía reír a carcajadas a sus corazoncitos, más bien los hacía enrojecer y huir a esconderse bajo las sábanas antes de que los gemidos y jadeos de Marina inundarán el baño y sus aledaños.

Satisfacer a una mujer como Marina embarazada, estando de rodillas, era absolutamente gratificante y loco, pero también cansado.

Valeeee, Inés no sólo era capaz de meter un helicóptero en un risco, sino que también para conseguir sus alas había tenido que andar durante cuarenta kilómetros cargando con una mochila que pesaba 15 kilos. Que su chica revolucionada por su embarazo se hubiese corrido en su boca dos veces, destrozándole las cervicales y las rodillas, no podía ser tanto. Pero claro, después vino ducharse de veras, irse a la cama, mimar a Mami y pájaro, esperar que durmiera y bajarse al sótano. Estaba claro que de todas las opciones, la más factible pasaba a ser la de Oscar. Claro que, modificándola, porque usar un helicóptero de emergencias para declararse tal cual estaban las cosas en España no era plan. Pues guay, se quedaba con la idea de la pancarta y en lugar de helicóptero, la colgaría del árbol del jardín y Marina la vería al día siguiente. Manos a la obra, le tocó buscar una sábana, sprays, cuerdas y salir a colgarla una vez la tuvo lista.

- Jijiji se sale- dió el visto bueno una vez la tuvo colgada. Y dios, que bueno poder por fin irse a dormir, más pensando que al día siguiente tenía turno de catorce horas. Que gozada y que satisfacción meterse en la cama, abrazarse a Marina por la espalda, darles las buenas y no joder...fuera comenzaba a llover y dentro ella quería morirse. Si llovía la pancarta se iría a tomar por saco, como acabó sucediendo- De puta madre- volvió a quejarse cabreándose. Por sus ovarios que Marina tendría una pedida de matrimonio. Aunque, sus amigos no apostasen un duro por ella.

Mensaje de Óscar: Piensa que...el basket se te da bien. Bueno, digamos que no siempre te meto una paliza.

Mensaje de Laura: Dios mio de mi vida haciendo punto con San Pedro esperando a alguien bueno. ¿Pero como eres tan torpe?

Mensaje de Karla: Jajajajajajajajajaja

Mensaje de Susana: Inés no me jodas. No puede ser tan complicado.

Mensaje de Karla: Jajajajaja, no puedo parar de reír Jajaja, no puedo.

- Ja ja ja- ironizó sentada en su helicóptero. Que facilito lo veían todos. De buena gana, le hubiese gustado verlos preparando tostadas con forma de corazón y mermelada de fresa, para que el único terremotillo que pudiera sacudir Pedraza en años, se diera en el momento en que ella colocaba cuidadosamente las tostadas en una bandeja para tirarlas al suelo y menos mal, que se había guardado de contarles la que había liado para escribirle la petición en la luna trasera del coche de Marina, incluyendo provocar vaho, para que después ésta le contara tan ricamente que su coche estaba averiado y se iría a trabajar con no se quien. Pues nada, tocaba pensar en más formas y cuidarse de Murphy y en ello estaba, cuando por WA le llegó un mensaje de la segunda mujer que le hacía suspirar.

Mensaje de Lucía: Cielo, ¿me puedes explicar por qué te quieres casar con mi hija? Ten cuidado que se que estas trabajando. Te quiero, cielito.

- Ayyyy- como no suspirar con Lucía. Esa mujer que la había acogido como si fuese una hija más. Contestarle a su pregunta le llevaría un buen rato tecleando. Mucho más práctico, era dejar su móvil en posición de grabar, darle a "rec", darle así mismo y sin darse cuenta al botón de las transmisiones quedando abierto y ser todo lo sincera que podía- Porque casarme con Marina me preguntas, y no tengo una única respuesta que darte- sincera empezó y el hecho de pensar lo íntimo que sería ese video y que además, era una confesión a Lucía, estando echando de menos muchísimo a su madre, le hizo abrirse a ella como nunca- Sería sencillo contestarte con que la quiero, pero querer a Marina abarca muchos más sentimientos de los que yo conocía hasta ella. Podría contestarte con una cursilada, diciéndote que me hace mejor persona y no te mentiría. O que por primera vez siento que soy lo más importante para alguien- llegada a ese punto, la emoción bloqueaba su garganta y una canción se le venía a la mente- Y a la noche mientras duermes me despierto. Y mi suerte sigue bien, tú estás aquí- comenzó a  cantarla  sin pudor e incluso usó un bolígrafo y la carpeta de informes para acompañar su canto a baja voz- Y la vida se me escapa hasta tu cuerpo. Y le digo a Dios que no hay nada mejor, que ser esclavo de tu amor- terminó y seguro que a Lucía no le importaría cuando viese el video, que se sonara la nariz. Había acabado de cantar prácticamente llorando- Marina se ha convertido en mi todo y en la mayor de mis verdades. Y aquí, desde donde te grabo esto, es que empecé a enamorarme de ella- prosiguió cogiendo el móvil para mostrarle a Lucía el interior del helicóptero y más concretamente las radio-transmisiones del mismo. Las que activadas sin que ella se diese cuenta, seguían emitiendo sus palabras para todo el 112 de la provincia de Segovia - Por aquí escuche su voz por primera vez, regañándome Jajaja, y siguieron muchas más- resopló para tomar aire, exigiéndose ir al grano o el video pesaría tanto que necesitaría de muchas megas de conexión para enviarlo- Me quiero casar con ella, porque es mía y me siento suya...porque es y son, mi familia- concluyó y otra vez a llorar. Vale, después de moquear un rato, enviaría el video a Lucía, eso sí dejaban de martillear su móvil a mensajes y llamadas. ¿Que narices les pasaba? La respuesta a su pregunta, se la daría Oscar abriendo la puerta del helicóptero para abrazarla.

- Yo también te quiero...y ha sido la hostia, en la cafetería están todos emocionados...imaginate como estará Marina tras escucharlo todo- le dijo abrazado a ella y a Inés, le faltó tiempo para intentar soltarse y confirmar que el botón repetidor estaba encendido.

- No me jodas- se quejó pensando en las consecuencias que tendría su emisión. Las burlas y coñas del personal le durarían meses. Pero, ahí estaba su colega de aventuras, apagando el repetidor para poder soltar la línea y a que Inés, le diera un síncope de amor, en cuanto escuchó la voz de Marina, por esas transmisiones.

- Cariño...yo también quiero casarme contigo. Ahora, pido a todo el mundo tranquilidad para no convertir las transmisiones del 112 emergencias en un cachondeo.

Difícil, muy difícil obedecer a la jefa de coordinación del centro de Pedraza si el personal quería felicitarlas y guasa, sobre todo mucha guasa. Enrojeciendo a Inés como nunca, que bien que deseaba que la azotea se abriese y ella cayese haciendo rapel.

- Inés....me ha dejado loco el acompañamiento, ni Estrella Morante la tiene igual.

- Inés...aprovecha y declarate también a Hacienda.

- Inés...ahora que te hicieron mejor persona, ¿me pasas veinte mil pavos?

Valeeee, que alguien detuviese la cadena de cachondeo formada, por favor.

- Repito...- pareciera que Marina hubiese escuchado sus súplicas porque su voz, volvió a sonar pidiendo silencio, aunque...-respeten las transmisiones o el rubor de la enamorada piloto durará siglos.

- Jajaja, cuanto más cabrona más me gusta, es un hecho- musitó Inés, y por fin. La pedida de matrimonio un tanto extraña y extravagante quedaba hecha. El cachondeo continuó durante todo el turno, pero quien lo había empezado antes, que había sido Inés, era quien primero se marchaba a casa.

Mensaje de Ines a Marina: Por fin...me voy para casa. No sabes lo bien que suena en mi cabeza. Ojo, no salgas a ningún aviso más, salvo que sea totalmente necesario y en cuanto acabes corriendo para casa a hacerme la cena. Jajaja, vale...ya me pego yo. Ahora es cuando te caen mogollón de besos.