Quedar
con Xavier a Marina no le supuso más, que afianzar su decisión.
Debía tomar las riendas de su vida y asumir lo que le había
ocurrido de la forma más adulta posible. No considerándolo una
cita, apenas cuidó su imagen, algo que Xavier a la hora de recogerla
en la puerta de su casa, ni apreció. Para él, Marina estaría igual
de espectacular con un cómodo pantalón y camiseta como iba, que con
un Dior.
Verlo
frente a ella, parado y sonriendo, fue el primer pellizco que Marina
sentiría esa noche, que además su sonrisa se ensanchase antes de
halagarla, le hizo recordar que debía tener muy presente no
comportarse como una zorra.
-
Estás guapísima- la saludó Xavier y ambos se besaron en la
mejilla, pero Xavier no se conformó con el amistoso saludo y atrapó
su cintura antes de que Marina bajase tras haberse alzado para
besarlo- Me alegró mucho tu llamada- continuó atrayendola hacia él
sin que Marina pudiera más que dejarlo hacer. Para su suerte, su
vecina más cotilla, pasó caminando mientras ellos se abrazaban.
-
Buenas noches, Marina- saludó la mujer negando con la cabeza,
desaprobándola claramente.
-
Buenas noches, camine más rápido... la noticia puede perder valor
de aquí al kiosko- le contestó Marina, en unos de sus arranques.
-
¿Que me dijiste?- la mujer se detuvo no queriendo creer lo que bien
había escuchado y Xavier, se dispuso a intervenir, tomando de nuevo
a Marina por la cintura.
-
Dijo que buenas noches y que salude de nuestra parte al kioskero- le
dijo Xavier risueño por sus habilidades, mientras Marina se quedaba
anclada a la imagen de la gran mano de Xavier en su vientre.
Mirándola ni siquiera escuchó a Xavier- Bien...ahora vayamos a
cenar.
Autómata
tras esa imagen caminó junto a él hacia la Plaza y de pronto, sin
más rodeos ni adornos, prefirió decírselo tal cual.
-
Estoy embarazada, Xavier- soltó abrazándose así misma, sin ser
consciente que habían llegado a la terraza del restaurante al que
habitualmente acudía y sólo fue consciente cuando quiso mirar la
reacción de Xavier, que se había quedado con la silla en sus manos
a medio abrir para que ella tomase asiento. Marina se mantuvo
mirándolo sin ningún tipo de expresión en su rostro. Diferente fue
Xavier, Marina pudo ver como pasaba de la sorpresa, a la perplejidad,
de ahí al desconcierto y entonces, pudo ver como sus ojos comenzaban
a brillar al igual que pudo ver como su sonrisa aparecía y no sólo
eso, se ensanchaba mostrando una ilusión absoluta.
-
Es...es- titubeo intercalando su mirada entre el rostro de Marina y
su vientre. Según mostraba más alegría por la noticia, Marina fue
contagiándose. Era el primero entre tantos, que mostraba ilusión,
que se alegraba y en el que no encontraba ningún tipo de reproche.
-
Tuyo si- continuó la frase que creía, intentaba decir Xavier,
equivocándose.
-
No...quería decir que es increíble, se que es mío Marina- le
aseguró antes de abrazarla y ni modo. Marina rompió a llorar entre
sus fuertes y seguros brazos. La realidad de la que tanto había
huido, le estallaba en brazos de Xavier y éste insistió en
comportarse como el mejor de los caballeros desarmándola. Debería
haberse enamorado de él y ahora sería todo infinitamente más
fácil. Pero el corazón suele ir por libre y a su aire, y aunque no
podía negar sentirse resguardada por su abrazo, no era el que su
alma quería y esperaba, poder recibir- Tranquila...- acunando su
llanto, trato de calmarla- sabes que no voy a ponerte ningún
problema, si tú no quieres, si tienes algún
-
Está decidido, quiero tenerlo...- lo interrumpió Marina alejándose
de sus brazos, sin que Xavier perdiese la sonrisa- eres tú quien me
tiene que decir que quiere- prosiguió tomando asiento, como hizo a
continuación Xavier.
-
Yo..pues, no lo había pensado y está claro que no lo hemos buscado,
aunque- hizo una pausa, mostrando ahora una sonrisa más pícara.
Normal, Xavier estaba recordando su última noche con Marina y ésta,
en un ataque de confianza, le tapó la cara un tanto avergonzada, por
su comportamiento esa misma noche- Jaja, bueno.. No le podremos decir
en su día, que la pasamos mal creándolo- bromeó Xavier haciendo
rodar los ojos a Marina. Ella tampoco podía asegurar haberlo pasado
mal, aunque lo que más recordaba de aquella noche, no era como
devoró al hombre que ahora mismo no dejaba de acariciarla,
empatizando con ella y si, su entrega esa misma noche a Inés. La
evidente paradoja de haberse quedado embarazada esa misma noche, la
ensombrecio un tanto y para no variar, Xavier estuvo al quite tirando
de la silla donde estaba sentada para pegarla a él- Yo quiero
vivirlo y quiero estar a tu lado y...- realizó una pausa, llevando
nuevamente la mano al vientre de Marina, emocionándose- y...es una
niña, estoy seguro..será ma petite princesse- el tono que empleó y
sus formas, provocaron que Marina se contagiase. Era cierto,
inesperado y para nada deseado, pero dentro de ella crecía la vida,
la continuación de si misma. Así, Marina por primera vez sonrió
pensando en su habichuela y así, no fue consciente de la proximidad
de Xavier, hasta que éste besó sus labios. Emocionada, jodida, por
primera vez ilusionada y mimada, no correspondió al beso pero
tampoco lo rechazó. No era justo con el hombre que la besaba con
infinita ternura. Todo un hombreton, de ancha espalda y torso, rudo
como buen vasco, que en perfecto francés, ya había bautizado a su
futura hija, según el mismo, como su pequeña princesa. Como ser
entonces arisca con él o como no dejarlo festejar el momento. Pero
una cosa era dejarlo mostrarse feliz y otra, permitirle tomar no sólo
sus labios sino su boca por entero.
-
Espera...- lo detuvo y joder, la sonrisa de Xavier no pareciera poder
borrarse con nada, por eso continuó más cariñosa- Hay mucho de que
hablar y debemos ponernos de acuerdo, solucionar el tema legal y
antes que nada, debo ser sincera contigo. Para nada quiero
confundirte, Xavier...tengo pareja y más allá de que ahora mismo
ella esté sin poder encajar ésta situación, es que yo la quiero y
a pesar de que soy una cabrona que se queda embarazada de uno,
estando enamorada de otra..soy absolutamente leal a lo que siento por
ella, ¿esto lo entiendes?
-
Totalmente- le contestó Xavier, congratulándola. Y es que Xavier,
se guardó muy mucho, de aparentar el impacto de saberla con una
mujer, de la que decía estar enamorada. Para Xavier no podía ser
tanto, no llegaba a dos meses que ellos si habían estado juntos y
por suerte, la tía no parecía estar muy por la labor. Y él era
quien estaba ahí, y él era el padre junto a Marina, del pequeño
ser que crecía en su vientre. Por eso no se apartó lo más mínimo
de ella, para acabar diciéndole- Pero ahora estamos aquí tu y yo,
merecemos celebrar que vamos a ser padres y aún más, que sonrías.
En
algo llevaba razón, Xavier. Inés no estaba en esa plaza, no podía
estarlo si se encontraba en su piso en Segovia, esperando que su Tía
le diera una explicación a porqué tenía ella una foto de la
ecografía de Marina.
-
Ya sabes que dicen, amigos hasta en el infierno- fue la escueta
respuesta de Susana. Poco o nada, dada a hablar de si misma, tampoco
lo iba a hacer con Inés, y siendo realista no parecía y estaba
segura no era, la mayor preocupación de ésta. Bastaba verla siendo
incapaz de mirar la foto- Deberías centrarte más, en saber que
cojones quieres hacer o vas a hacer al respecto- prosiguió con ruda
claridad. Entendía que a su edad, primero llegase el enfado, que
éste entonces se enredara con la decepción sentida por la otra
parte y que entre una y otra, acabasen por tomar cierta distancia.
Pero la experiencia de los años, la llevaban a apremiar a Inés. El
silencio de ésta y la incertidumbre que mostraba, le hicieron ser
aún más clara- Estás acojonadisima, y no te culpo...hay dos cosas
que te unen prácticamente por siempre a otra persona, y ninguna de
ellas es el matrimonio. Hipoteca e hijo, unen más que esa tontería
de papel que se firma en pomposa celebración. Y entiendo que no sólo
te produce miedo esa unión entre Marina y Xavier- dejó caer el
nombre del padre a conciencia, sorprendiendo a su sobrina- también
lo hace no entender cual será tu papel en todo esto. Pero Inés, no
creo que de repente Marina tenga todas las respuesta, y pueda
tranquilizarte desde ya...y siendo sincera, tu actitud me ha
sorprendido hasta a mi. Imagina que al principio y dado que os
conocisteis por radio y correos, imagina que siendo reservada, Marina
se hubiese callado tener un bebé, yo que se...un crío de meses, ¿me
dirías que no la hubieses recibido igual en el entierro de tu madre?
Me da la impresión que pierdes la perspectiva de que no hay engaño,
hay un embarazo no deseado, que es distinto. Y ya sabes que a clara
no me gana nadie, aquí quien menos me importa es Marina y su poco
atino, me importas tú y me preocupa mucho que te metas en un jardín
como ese, pero siempre he pensado que las hostias hay que llevárselas
una misma, sin presiones y por propia voluntad...porque puede que
pase, y a veces así sucede, que después de encontrar una piedra de
narices en mitad del camino, éste a continuación se abre
ofreciéndote unas vistas increíbles. Así que...respira, tómate tu
tiempo y decide que hacer- terminó no creyéndose haber hablado
tanto e Inés, parpadeo después de no apenas haberlo hecho
escuchándola.
-
El puto, Xavier- musitó Inés, sin saber si alegrarse porque no
fuera de Manu, o al revés empezar a temer de veras, perder a Marina.
-
Hay que joderse..¿de todo te quedas con eso?- enseguida protestó
Susana, por situaciones así, era por las que prefería no ser nada
habladora.
-
Es un armario empotrado, vasco de origen francés con estudios y
bufete de abogados propio. ¿Con que quieres que me quede?- enunciar
sus virtudes, la descompuso un poco más. Ahora Marina hablaría con
ese dechado de virtudes, nada menos que para decirle que iba a ser
padre.
-
¿Alguna enfermedad que le conozcas?- le preguntó si Tía
sorprendiéndola.
-
Eh.. No, supongo que ninguna- le contestó desconcertada y la media
sonrisa de su Tía le dio miedo, a saber en que estaba pensando.
-
De puta madre entonces...un buen semental, no se puede pedir más-
concluyó satisfecha Susana, retomando la lectura que por su sobrina
había abandonado, ante la indignación de ésta- Si lo piensas,
tengo razón...apuesto a que se te hará el culo pepsi-cola, cuando
ellos dos sean los que tienen que ponerse de acuerdo en temas de
sanidad, educación y demás cosas...mientras que tú disfrutas de la
criatura. De todos, estas en el mejor lugar.. La pareja de la madre,
quien la puede consentir cuanto quiera, jugar, llevártela por
ahí...un sin fin de cosas.
-
¿Por que la nombras en femenino?- se interesó Inés y ahora fue
ella quien sorprendió a su Tía, y hasta pudo verla removerse
inquieta en el sofá. Algo muy extraño, siendo su Tía.
-
Porque van tres generaciones de mujeres Sánchez...ésta será la
cuarta- le contestó, pendiente de no titubear y hasta forzó un tono
arisco que a Inés, no le distrajo. De que y porque conocía tantas
cosas de las Sánchez su Tía, fueron las preguntas que al momento
asaltaron a Inés- Dejame leer- trató de escabullirse Susana, y lo
hizo volviendo a la lectura, pero así llamó más la atención de
Inés. Quien se acercó para ver bien la portada del libro, aluciando
al distinguir el género literario que leía su Tía.
-
¿Novela erótica heterosexual? ¿Desde cuando lees tu algo así?- le
preguntó quitándole el libro, totalmente incrédula pero enseguida
Susana lo recuperó arrebatándoselo de las manos.
-
Desde que me lo regalan...y dejame ya- le contestó esquiva Susana, y
lo se lo dejó pasar, bastante tenía ella con lo que tenía.
-
Pues no...ya es bastante putada que Marina esté embarazada como para
que yo no pueda tener un poco de suerte, será niño...por mis
ovarios que si.
Y
putada, también era para Laura tener a Karla en el jardín de su
casa, sin que quisiera entrar. Pero para ésta ya era bastante
haber acudido corriendo a por Laura, bastándole un simple mensaje,
como para entrar en la casa, sin hacerse oír primero.
-
Vale cariño, quieres estar ahí...a metros de mi, lo acepto y lo
respeto- le habló abriendo la ventana que las separaba, para
comenzar a intentar subirse a ella, no sin esfuerzo- pero yo puedo
subirme aquí.
-
Más bien intentarlo- murmuró Karla, sonriendo antes los esfuerzos
de Laura.
-
Se que esperas que no lo consiga, pero ayyy- gritó temiendo una
caída de menos de un metro, que es la altura de la ventana que daba
al jardín desde su salón. Toda una proeza que le hizo aplaudirse
así misma al conseguir sentarse en ella.
-
Lo hiciste, si- la secundó Karla, sentada en el césped y apoyada en
una jardinera. No muy lúcida, ladeo la cabeza encantada con la
imagen de Laura sentada con una pequeña bata, bajo la que apostaría,
no habría más prendas- Pareces la portada del Principito.
-
Puede- sonrió Laura, tan encantada como Karla. Verla ahí tirada,
seguro que con algo de más tomado, con esa carita de niña buena que
esconde montones de basura, le provocó sinceridad absoluta- Lo que
no parezco es lesbiana y no me refiero al físico.
-
Es que no lo somos- encogió los hombros Karla, retrepándose más en
la jardinera, olvidando que era aquello que quería decirle, cuando
interpuso una distancia entre ellas.
-
Puede- volvió a contestarle Laura, aguantándose un poquito más,
las ganas de ir hasta ella- Pero me encanta compartirlo todo contigo,
me encanta verte aquí ahora mismo y todo esto de Marina, primero
enamorarse de una tía de una manera tan bestia, después su embarazo
y ahora, querer que Xavier lo sepa y tome su propia decisión, me ha
hecho pensar que hay muchos tipos de parejas y que incluso, no hay
que ser pareja. Hoy no tenemos porque amarrarnos a estereotipos de
otros tiempos. Puedo ser muy excéntrica a veces, histrionicas otras,
me gusta explorar mis sentimientos para bien o para mal y lo que más,
vivir todo aquello que me ocurre. No soy lesbiana, es cierto y que me
enamoras como amiga también es cierto, pero no lo es menos, que
estoy deseando saltar esta ventana y que me beses- concluyó saltando
el vertiginoso metro de altura y en tierra firme, se quedó parada un
segundo, sin dejar de mirar a Karla, y su más allá de atrayente
aura- Has fumado hierba- volvió a hablarle caminando despacio hacia
ella. Increíble, notar la tensión que al momento se generaba entre
ellas- has bebido alguna cerveza de más- prosiguió deteniéndose a
la altura de Karla, quien alzó la cabeza en cuanto notó la mano de
Laura acariciando su cabello, para después tirar de él- y estas
aquí- continuó necesitando de golpe una bocanada de aire, los ojos
de Karla mirándola desde abajo, la trasladaron a Suances- Karla-
nombrándola no evitó un leve jadeo. No sólo era como la miraba,
era su mano abriéndole la bata.
-
Te faltó una cosa- le dijo Karla, recolocánodose lo justo, para que
su cabeza quedara a la altura de las caderas de Laura. La misma que
viéndola mirar su sexo desnudo, se mordió los labios, antes de
querer saber.
-
Que...¿que cosa?- titubeo de puro deseo, al sentir los dedos de
Karla, dibujando su sexo.
-
Que te encanta, tenerme entre tus piernas- le contestó Karla, antes
de hundir la boca entre ellas.
Bueno ya tenemos la pareja Laura-Karla encarrilada.
ResponderEliminarInés, haciendo medio suya la habichuelita o el garbancito.
Mariana hablando claro con Xavier y dejando claro su amor por Inés.
Por cierto que civilizados todos los hombres de este relato por ahora. Jajaja.
Y Susana aprendiendo nuevas cositas, ese libro regalo de Lucia puede ser.
Gracias, me encanta como van solucionándose los problemas y como van solventando cada pareja sus pequeños obstáculos.
A.
Como Esther no reaccione rápido hasta yo me enamoraría de Xavier ;)
ResponderEliminarMomentos duros para Marina que debe centrarse únicamente ahora en su nueva faceta como futura mamá. La reacción de Inés me parece desmesurada. Como dice su tía ellas no estaban juntas y además, ella se había liado con otra chica...lo que pasa es q en su caso la probabilidad de embarazo es cero. Al fin y al cabo es lo mismo.
Entre Laura y Karla hay una pasión desmedida que veremos a ver como acaba. Necesitan hablar más.
Susana y Lucía. Me da la sensación de que me va a gustar y mucho esta pareja...
Deseando leer mucho más.
Muchas gracias por los trozos Gemo.
L.a.c.e.r
¿Esther?....jajaja que obsesión con Maca!!
EliminarJajajajaja! Cierto, me he dado cuenta después de haberlo enviado... Pero no me negarás que Maca es mucha Maca..
EliminarUn saludo
L.a.c.e.r
Jajaja, me hizo mucha gracia el error, porque si bien es cierto que nunca pensé esta historia como de Maca y Esther, llegue a comentarlo con Celeste. La verdad es que bien que podrían haber sido ellas. Chicas es siempre un gusto leer vuestros comentarios, al fin y al cabo, para eso se cuelga cada trocito, para después poder leer vuestras impresiones. Un besi bien fuerte a todas.
EliminarUhmm..muuucha Maca, pero si tuviera que elegir entre esta Marina y Maca, tendría problemas!!...saludos!!
ResponderEliminar..... MADRE MIA¡¡¡ ESE DESEO ENTRE KARLA Y LAURA ARRASA COMO EL MAS DEVASTADOR DE LOR HURACANES¡¡¡ SIN DUA¡¡¡ CARGAN ESE AIRE QUE RESPIRAN DEL FUEGO QUE DA ESE MISMO DESEO..¡¡ LO HACEN¡¡¡....
ResponderEliminar...... Y MARINA....MARINA LA SIGO VIENDO PERDIDA...PERDIDA COMO CUANDO SINTIO QUE EL AMOR TENIA NOMBRE DE MUJER EN SU VIDA...LA SIGO VIENDO...PERDIDA HASTA EN ESA FORMA DE...DE.....NO SER INES ESA PRIMERA PRIORIDAD POR MUCHO QUE UN POLVO DE UNA NOCHE HAYA HECHO DE SU COMPAÑERO DE CAMA EL PADRE DEL HIJO QUE LLEVA...PIENSO EN ESA CONVERSACIÓN COMO IMPORTANTE...PERO NO NECESARIAMENTE PRIMERO QUE CON INES....ES VERDAD INES SE APARTO...PERO SI LA QUIERE EN SU VIDA...DEBE LUCHAR POR TENERLA....A PESAR DE LO QUE YA LLEVA EN SU VIENTRE...PORQUE SI LO CONSIGUE...SERA ALGO DE LAS DOS...DE UNA VIDA COMPARTIDA...LUEGO LLEGARA EL DONDE ENCAJARLE A EL COMO PADRE...PIENSO...
ESCRITORA .....SUBLIME EN CADA UNO DE ESTOS TROZOS QUE NOS REGALAS Y QUE TEJEN TAN MARAVILLOSA...TAN HUMANA HISTORIA....
GRACIAS....POR ...¡¡TANTO¡¡¡
CELESTE-NEGRO.