nés
en manos de Marina, Karla en las de Nacho y Laura, y Susana, el otro
miembro de la familia, viendo la nueva foto subida por Lucía al
Facebook. Tumbada en una litera militar, de guardia en la base de
Torrejon en pleno sábado noche. Sin dos copazos que poder tomarse
con algún ansiolítico que le ayudará a abrazar a morfeo. Había
buscado otros recursos como machacarse con el premiado ensayo de
Vargas Llosa; La civilización de la cultura. Pero ni por esas, ni
por los cigarros consumidos curioseando los perfiles de sus sobrinas
en whatsapp. Una forma como otra cualquiera de saber que ambas
estaban bien. Joder, para Roberto habría sido la hostia, poder
manejar las redes sociales. Hubiese sido un cansino en toda regla,
publicando hasta su primera meada del día.
Genial, pensar en su
hermano fallecido ni mucho menos le iba a ayudar a enrollarse por
horas con morfeo. Le quedaba volver a Vargas Llosa y su dura
radiografía de la actualidad, criticando la banalización de la
cultura, la política y el periodismo. La idea no se le antojó muy
sugerente. Bastante mala leche cargaba de normal, como para
alimentarla gratuitamente. Debía recordarle a Sofía, la culpable de
que ese libro cayese en sus manos, que su insomnio no necesitaba
fuentes de energía extras. Y fue por Sofía, cooperante en África,
la que la llevó a consultar facebook. De seguro habría usado su
face para expresar públicamente su punto de vista sobre el Ebola,
ahora que podía tocar sufrirlo a los blancos de piel. Vale, tampoco
era muy buena idea, cabrearse como una mona viendo lo que su amiga
habría puesto, por supuesto totalmente a su favor.
Lucía
y su foto, se lo puso fácil. No llegó a Sofía ni a los cotilleos
habituales de sus amistades. Por favor, los había que lo comentaban
todo y hasta alguna vez por error al subir una foto, había visto
quien compartía la cama con quien. Pero no, la foto de Lucía bajo
el título- Placeres- había acaparado toda su atención.
En
general la foto llevaba una sensualidad manifiesta que la molesto en
exceso. Quizás fue el elegante mantel, la sugerente vela aromática,
el detalle del libro abierto o la copa que junto a éste estaba
situada. Que diablos, sería la copa con manchas de carmín y sería
su mano, posicionada demasiado sugerente acariciando esa copa. Si no
se hubiese quedado tan absorta contemplando su mano, con su más que
aparente suavidad, o sus largos dedos de uñas perfectamente
cuidadas, se habría regañado. Lucía comenzaba a significar el bien
y el mal, para ella. La loba camuflada en el papel de madre
sacrificada, que cría sola a su hija, trabajadora nata, de hablar
educado, acompañado por un saber estar intachable. Camuflajes, que
de seguro escondían otra parte, la que a ella molestaba sabiendo muy
bien porqué. Podía aprovechar el insomnio y recordarse que no la
conocía. Que en verdad no había camuflajes y lo que tanta molestia
le causaba no era más, que la seguridad aplastante que transmite una
mujer que lo es, por delante y por derecho. Daba igual, irascible y
de mala hostia, se dejó llevar por las ganas de derrotar la
sensualidad contemplada en esa foto. Sentándose en la litera, buscó
un cigarro, antes de comentar la foto con evidente acidez. La foto no
permitía distinguir las líneas del libro abierto, dándole una
oportunidad perfecta, para intentar mofarse escribiéndole: Sábado
noche, supongo que un momento como otro cualquiera para preguntarse
si es posible encontrar un ideal en lo real. Tipo... ¿A qué debe
atenerse el hombre sobre la realidad? ¿Qué idea puede hacerse de
ella mediante el ejercicio de la libertad? ¿Podemos cambiar el mundo
o el mundo nos cambia a nosotros? ¿Qué es lo más cuerdo o lo menos
loco?
Su
comentario llegó a Lucia, mientras ésta continuaba degustando la
copa de vino fotografiada acompañada de un rato de lectura. El
sonido de aviso de notificaciones le hizo sonreír. Sus amigos ya
estarían comentándolo y así, no siguió con la simple lectura
elegida, lo cambió por leer los típicos- Tu si que sabes, reina- o
- Yo te busco por las calles, grande tú- hasta que llegó a Susana y
sus preguntas Cervantistas. Porque si, Lucia identificó las
preguntas y no se guardo las ganas de devolverle el intento de
rebajarla de Susana. En absoluta calma, le escribió: Aja, y
podríamos continuar hilándolo con el erasmiano de la locura y
al tan barroco de la apariencia y la realidad....Cielo.
-
Chupate esa- se dijo dejando el móvil en la mesa, dispuesta a dar un
sonriente trago a su copa. Que hubiese elegido una lectura, fresca,
ágil, con humor y sexo como protagonistas, no la convertía en una
inculta incapaz de no reconocer a Cervantes y su Quijote. Satisfecha
dio ese trago, cruzándose de piernas con sólo un suave corto kimono
puesto. La noche, con Susana molestando o sin ella, era absolutamente
embriagadora y tal como esperaba, Susana le contestó: Podríamos,
pero ambas somos quintagenarias. No creo que nos quede moral para
buscar un ideal e incluso Cervantes lo supo. Si te fijas, la pareja
principal (Quijote y Dulcinea) nunca llega a darse.
Lucía
leía su contestación y Susana se maldecia por el evidente error que
llevaba su mensaje. Vale, mejor coger otro cigarro, irse a la ventana
y sentarse en ella, esperando la contestación donde seguro Lucía,
se reiría de su error. Fumandoselo, pudo leerlo: Cielo yo no busco,
ni ideal, ni simple. Te diré, a mi edad me conformo con una buena
cena y un mejor polvo. Después lo ideal es mandarlo a su casa, y lo
real, disfrutar de mi enorme cama para mi sola, sin que en la mañana
mi habitación huela más que a mi. Despertar cuando me apetezca,
llamar a mi hija y desayunar con ella en una soleada terraza,
mientras me cuenta que encontró a su ideal (Inés) en lo (i) real.
Pd. Resultas muy clásica, delimitando las relaciones a pareja. ¿No
te parece?
-
Agh...joder- se quejó Susana tras leerlo. Por más que le molestase,
parecía estar recreándose en la sensualidad que para ella destilaba
Lucía en sus letras. Pero no, por loba no iba a ganársela, por eso
volvió a responderle: Buena cena, mejor sexo...entonces sin duda no
estamos hablando de la búsqueda de un ideal, sino de la búsqueda de
placeres efímeros. Pd. Totalmente. Touchdown para ti.
-
Mm, por lo menos encajas perder, cielo- musitó Lucía tras leerlo.
Al final Susana estaba siendo mucho más entretenida que el típico
tío buenorro super rico que se folla como y cuanto quiere a la
pava niñata- Aunque te sigue faltando una pizquita de humor-
prosiguió mordiéndose maliciosa la uña de su pulgar. Tocaba volver
a contestarle con: Me parece tan aburrido lo eterno. Es eterno
la marca de café que te encanta hasta que pruebas otra, que oh madre
mía, es más exquisita que la que tomabas. ¿Pensar en guardarle
lealtad eterna o cambiarla por el nuevo descubrimiento? La misma
cuestión te puede surgir, con tu perfume, suavizante de ropa, género
literario y otros posibles placeres más. Pd. Me niego a pensar que
una piloto militar que ha viajado por todo el mundo, le tenga
miedo al sexo y sus formas. Los uniformes siempre tienen su público.
-
Jajaja, bien..también sabes como indagar- rió Susana por primera
vez tras leerla, a pesar de que la loba iba ganando, dándole
así la razón. Lucía podía ser muy peligrosa. Lo que para ella era
placer efímero, para la otra persona podía ser eterno. Tan viejo
como el mismo mundo, tan cruel que nadie se acostumbra a quedar
herido. A pesar de sus pensamientos, volvió a escribirle con humor,
eso sí...con el suyo: Eterna va camino de ser mi insatisfacción por
no cumplir una fantasía. Montármelo con una doctora de impoluta
bata blanca. Pd. Oh...ya te contesté a esto.
-
Vaya sorpresa, déjaste que indagara- dijo Lucía al leerlo,
mojándose los labios, totalmente satisfecha. Susana lo había dejado
perfecto para ir despidiéndose. Lo poco si breve, dos veces bueno.
Así escribió: Recuerda que la insatisfacción puede llevarte a la
más absoluta frustración y cuidado, esa si que puede ser eterna.
Pd. Se me va acabando el trago.
Al
terminar de leerlo, Susana suspiró, Lucia le anunciaba un pronto
final a su intercambio de opiniones. Pese a su desánimo, escribió:
Y lo eterno es taaaaan aburrido. Pd. ¿Se te va acabando el trago y
no sabes lo que haces?
Vale,
podría haber sido más ingeniosa para tratar de retenerla y que
siguiese acompañándola en su desvelo, pero no dio para más y
espero a que Lucía le contestase, como hizo, con: Recuerdame que
alguna vez te recete alguna pomada cicatrizante. Hoy dejaste heridas
al descubierto. Pd. Casi siempre se lo que hago. Si fuese siempre, no
tendría la pizquita de locura necesaria para sobrevivir. Que tengas
buenas noches y sueñes bonito, sin malvadas doctoras de bata blanca,
¿o en verdad prefieres soñarlas? Ya no lo tengo claro.
-
Que Cabrona- pensó Susana releyéndolo y que narices, no iba a dejar
que ella se llevase la piedra. Todavía podía contestarle con: Son
cicatrices inteligentes, saben cuando cerrarse o quedar abiertas, no
te preocupes por ellas. Pd. Ahora la incrédula soy yo, no te hacia
una fanática de la literatura erótica. ¿Eres de las que se han
pasado horas viendo el trailer del año?
-
Jajaja- rió Lucía con la última contestación de Susana. Lista y
audaz, bien valía una última contestación juguetona: Dejo de
preocuparme por tu piel entonces. Pd. A fanática no llego, vi el
trailer una sola vez, la necesaria para desear ser la chica con
antifaz, esposada a la cama que sufre el placer intenso y salvaje del
deseo. Tan efímero, pero tan jodidamente bueno a la vez.
Orgullosa,
envió para a continuación recoger la mesa con la intención de
dormir plácidamente. A Susana le costó digerir el último mensaje
de Lucía y unas cuantas vueltas en la pobre colchoneta de la litera
y Karla lo hacía tranquila, hasta que una suave caricia se precipitó
desde su frente pasando por su nariz hasta sus labios. Caricia que le
hizo abrir los ojos para quedarse enganchada a los marrones de Nacho,
mirándola risueño.
-
Tienes los ojos tristes- le dijo el dueño de la caricia acercándose
a ella y lo dijo tan a baja voz, y con tanta ternura, que Karla se
emocionó, regalandole una tímida sonrisa- y treinta y cuatro pecas,
sólo en esta zona- delimito el rostro de Karla dejando el lado de su
mano bajo su nariz. Karla no contestó nada, se limitó a acariciarle
la barba, sin que ninguno dejara de mirarse. Pero el teléfono de
Karla sonando rompió el mágico momento y ésta fue a cogerlo,
sentándose con el a los pies de la cama. No podía ser otra persona
que Inés, quien a esas horas la llamase.
-
Estoy bien, deja de preocuparte. Mañana mismo nos vemos- le dijo
nada más descolgar sabiendo de sobra para que su hermana la llamaba.
Tras la línea escuchó movimientos e incluso pudo escuchar a Marina
regañando a Inés, por las altas horas y algo más.
-
Karla no le hagas caso, tiene sobre-protección aguditis. Yo se la
trato - escuchó decirle a Marina e iba a contestar, pero Inés se le
adelantó.
-
Le descubrí un defecto, hermana...hace mogollón de ruido lavándose
los dientes- le dijo Inés, haciéndola sonreír. Solo Inés era
capaz de contar una intimidad así, y todavía no llevarse una
bofetada.
-
Poco exagerada es- escuchó a Marina defenderse y tuvo cuidado de no
reír. Laura estaba durmiendo, aunque no tanto. La mano que comenzaba
a acariciarle la nuca, no podía ser de Nacho, las suyas estaban bajo
su cabeza.
-
Aquí estábamos dormidos ya. Marina cuidame al pájaro y
tu...desconecta de todo y céntrate en ella- se despidió dejándose
arrastrar por Laura de nuevo a la cama y cuando volvió a acomodarse
en ella, con Laura pegada a su espalda y Nacho en su frente, suspiró
antes de cerrar los ojos. Se estaba increíblemente bien, mimada por
los dos.
Y
en Madrid, Inés dejaba caer el teléfono en la cama, mientras Marina
trepaba por su cuerpo hasta quedar cara a cara.
-
Cuéntame, porque te llaman pájaro en verdad- le pidió, no
queriendo pensar en las pequeñas mentiras que comenzaba a acumular.
No es que fuese escandalosa haciendo gárgaras, es que fue lo único
que se le ocurrió tras sufrir nuevas náuseas que Inés escuchó.
Inés ante su petición rodó los ojos, pero Marina la hizo mirarla
de frente y así...
-
Vale, bien...no es nada heroico, más bien lo contrario. A mis tres
años, era la sombra de mi padre y me creía igual de fuerte y ágil
que él. En el cumpleaños de mi madre, me las apañe para subirme a
una de las ramas del árbol sobre el que se asienta la casita.
Normal, me pegue la hostia del siglo y me fracture el cráneo. Pase
meses hospitalizada, y mis padres tuvieron que cumplir promesas tan
extravagantes como caminar descalzo más de cien kilómetros. Quede
super bien, como ves...pero desde entonces, comenzaron a llamarme
pájaro. Ya sabes, fui el polluelo que se cae del nido.
La
explicación de Inés, fue tan tierna y especial cómo había
sido la relación con su padre. Pero la que leyó de parte de Karla
al día siguiente, la inquietó.
Mensaje
de Karla a Marina: Pájaro y su correcta interpretación; Inés te
habrá contado la hostia heavy metal que se metió de pequeña. Pero
ni caso, la verdadera explicación a raíz de ese hecho, es que mi
madre siempre comparaba a Inés y su físico con la fortaleza de una
águila real o un quebrantahuesos, con la idiosincrasia de que por
dentro, puede ser tan fácil de destruir como un pobre gorrión. Sin
olvidar su obsesión por las alturas. De ahí que ambos siempre
dijeran: Cuidame al pájaro. Fue lo penúltimo que me dijo mi madre
antes de morir e Inés, no lo sabe.
Wau...éste necesito volver a leerlo, me pareció impresionante.
ResponderEliminarVerdaderamente da gusto leerte, siento no haber posteado estos días, pero el móvil no es mi mejor amigo, jajajaja, aunque en el relato es el protagonista por excelencia.
ResponderEliminarLa relación entre las chicas va evolucionando, aunque vienen curvas hasta saber si hay o no hay embarazo, y con respeto a las demás, ese tira y afloja entre Susana y Lucia es de altura. La ternura, mimo y cariño con el que se está encontrando Karla es maravilloso, pero ya tarda mucho Laura en dar el paso, aunque Nacho no sería mal pretendiente.
Muchas gracias.
A.
yo también. impresionante.
ResponderEliminarconstance
La historia va a dar un giro importante si finalmente Marina queda embarazada. No sabemos cual será la reacción de Inés si eso ocurre, miedo me da.
ResponderEliminarRespecto a Laura, Nacho y Karla...esperemos que no se cree ningún triángulo porque ya sabemos como acaban.
Por ultimo en cuanto a Lucía y Susana...se ha juntado el hambre con las ganas de comer...
Muchas gracias por el trozo Gemo.
L.a.c.e.r
madre miaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!! que necesidad imperiosa de saber mas y masssssssss
ResponderEliminarGRACIAS POR TANTO!!!!!!!!!! ARTISSTAZAAAAAAAAA ERES TANTIIIIISIMO
Jo que largo se me hace el fin de semana cuando no hay trocito.
ResponderEliminarIncreiblemente deseo que sea mañana a las 10 para seguir esta historia.
Saludos
Jamaiquera
Realmente este relato me sigue encantando,,sus personages son todos magnificos y un descubrimiento..la madre de Marina..esta mujer es de armas tomar y a mi las mujeres con cararter y medio bordes..me gustan muchisimo niña...pero eso tu ya lo sabes escritora....
ResponderEliminarGrande tu...Divina-Wilson
..... No podía ser de otra forma....absolutamente de acuerdo contigo..Dama ...
EliminarY un placer....encontrarte..
....... Y MIENTRAS QUIENES ENCONTRARON EL CAMINO QUE DESEABAN ....LO DISFRUTAN...CON ESA INTENSIDAD QUE SOLO LOS AMANTES PUEDEN SENTIR....OTRAS QUIEREN BUSCAR LA FORMA DE ENCONTRARLO...EN SU MADUREZ...EN ESE OTOÑO DE LA VIDA...DONDE YA NADA SORPRENDE PERO QUE SE QUIERE SEGUIR BUSCANDO UNA SENSACIÓN ..UNA CARCIA...QUE NOS HAGA SONREIR...O UN RETO QUE NOS HAGA MEDIRNOS CON LA RIVAL CON LA QUE QUISIERAMOS PERDER DEL TODO LA PARTIDA.....OTROS CAMINOS PUEDEN TOMARSE DESDE ESA LOCURA QUE DA...EL NO SABER SI GUSTARA MÁS LA PIEL DE UN HOMBRE O EL BESO ROBADO DE UNA MUJER..INDECISIONES....PERO TODAS LLENAS DE PASIÓN...
ResponderEliminarESCRITORA....ESTA HISTORIA TIENE PARA ...¡¡¡TANTO¡¡¡...QUE SE DISFRUTA DOBLEMENTE...
GRACIAS......SIEMPRE.....