Apenas
habían tomado unos vinos con la gente de siempre del pueblo, cuando
su hermana la había buscado apartándola del resto. Agradecían y
mucho, que siguiesen preocupados por ellas y siempre atentos para
acompañarlas en su duelo. Pero ninguna de las dos se sentía aún
con ganas de fiesta o simplemente, debían reconocer que tenían la
cabeza en otro sitio y otra gente.
Por
eso cuando Inés comenzó a jugar con su pelo en silencio, supo lo
que ambas necesitaban aunque fuese muy egoísta.
-
Aún tienes tiempo para llegar a Madrid- le había dicho, sin
necesidad de volverse para sentir su sonrisa. Estaba claro que era en
Madrid, donde Inés tenía la cabeza- y de paso, me dejas a mi en
Pedraza- terminó por proponerle. Ella también necesitaba un buen
chute de Laura y sus locuras. Natural, a Inés le faltó tiempo para
aceptar y así fue como Karla, llegó a la puerta de la casa de
Laura.
Sin
haberla avisado, al tocar el timbre no pudo ponerse un tanto
nerviosa. Laura podría estar de fiesta, cenando o a saber. La
tardanza en ser contestada comenzó a desilusionarla, debería
haberla avisado antes de presentarse en su casa de esas formas, pero
de repente, escuchó una carrera a pies desnudos detrás de la puerta
y todos los nervios se le esfumaron. Laura estaba en casa.
-
Un segundo que voy- la voz de Laura claramente alterada ya la hizo
reír, imaginándosela arreglándose para abrir la puerta, daba igual
quien fuese- Llego... Voy llegando- siguió escuchando como le
avisaba sin que llegase a abrir la puerta- Las llaves joder, ¿es muy
importante?
-
Jajaja, no mucho- le contestó pegándose a la puerta- Soy Karla- se
anunció alzando la voz y listo, su chute llegaba servido por una
locaza imposible de no querer.
-
Ayyyy me muero, mi peque...deja que encuentre las llaves y te como la
vida entera- la escuchó alborotada y ella tuvo que apoyar la frente
en la puerta. Sin Laura en su vida, en esos momentos donde más
pérdida se sentía, hubiese sido horrible tratar de encontrarse,
pero por suerte, ahí la tenía. Abriendo la puerta totalmente
despeinada con sólo una camisa de hombre mal abotonada- Mi peque-
como le había avisado se lanzó a por ella, entre abrazos y besos
por cualquier lado. Karla se dejó mimar, sin importarle lo más
mínimo la desnudez de Laura. Hasta que, sin saber muy bien como, su
boca acabo rozando uno de sus senos, provocando que totalmente
sonrojaba se separase de Laura de golpe, aunque ésta con tanta
emoción por tenerla allí, ni cuenta se dió, continuando a lo suyo-
Llegas en el mejor momento- le dijo igual de entusiasmada cerrándose
la camisa- Sube a mi habitación, corre- le pidió a Karla pegándole
una cachetada en el culo. Para ser una noche perfecta solo le faltaba
Marina. Karla se quedó sin saber muy bien que hacer, y Laura la
empujó hasta la escalera- Es la habitación de enfrente no tiene
pérdida, enseguida subo- la apremió al verla tan parada y a Karla
no le quedo de otra que subir, obedeciendola mientras Laura corría
hacia su cocina, para llegar un nuevo cubo con hielo y cervezas.
Haciéndolo, se le vinieron a la cabeza montones de recuerdos que le
hicieron llamar a Marina, mientras regresaba a su habitación.
-
Asco joder, mucho asco- fue la contestación de Marina, haciéndola
arquear las cejas al momento- Otra vez las náuseas- continuó
Marina, haciéndola detenerse en seco.
-
¿Que náuseas?- le preguntó sumando datos, empezando a temer lo
peor.
-
Las asco de...escúchame bien esto, Laura...mañana noche salimos
hacia Suances, y nada, óyeme bien, nada ni nadie me va a joder unos
días con Inés, ¿me entiendes?- la petición de Marina no hizo más
que confirmar sus sospechas. Mareos, náuseas a todas horas y mismo
brillo de cutis. Ningún virus lleva ese cuidado con el cuerpo, más
que uno con una incubación de nueve meses.
-
De puta madre, o sea.. ¿Es si?- se cabreo ante sus propias
conjeturas. La vida y sus graciosas putadas sin venir a cuento, que a
Marina le llegaban en el peor momento posible.
-
Me da igual, que le jodan y que le follen cuatro o cinco...joder,
ahora no Laura, ahora no- se le quebró la voz a Marina y Laura de
inmediato se contagió por completo.
-
Joder Marina....yo te llamaba toda feliz a decirte y...vale, si
quieres los dejo aquí, voy a Madrid y juntas salimos de dudas- le
propuso incapaz de escucharla llorar sin hacer nada, pero Marina
pronto se recompuso, anclada a su decisión.
-
No...ni hablar, te digo que de esto no pienso hacer nada, ni siquiera
pensar, hasta pasados estos días con Inés- sentenció Marina
contundente a pesar de su estado más que ansioso.
-
Puede ser un virus, y estamos preocupándonos por nada- trató de
aliviarla Laura, más valía eso que ponerse a cagarse en todos los
tíos buenos de España y más allá.
-
Con brazos y piernas, aja...todo un virus, si. No te preocupes, ¿si?
Estoy bien, jodida pero bien y me llama Inés, por favor que no se te
escape nada- le pidió Marina nerviosa ahora también por el pitido
que le anunciaba llamada de Inés.
-
Ni palabrita- conjuro Laura, entendiéndola por ahora.
-
Me jode más por ella que por mi, ¿te lo puedes creer?- desanimada,
Marina dejo escapar su mayor miedo, Inés.
-
Seeh... Eso es el amor, Marina...estoy contigo, como siempre- habló
Laura tan emocionada cómo la misma Marina. Ésta sería otra ocasión
en la que ambas, se demostrarían una amistad inquebrantable.
-
Lo se, te quiero bicho, cuelgo que va a creer que estoy ocupada- se
despidió Marina, necesitando más que nunca, a Inés.
-
Vale- contestó Laura, con la vista pérdida en el cubo de hielo con
cervezas, mientras ambas colgaban- Joder- pataleo asqueada como la
propia Marina, sin ver mucha solución posible. Los pasos de Karla
bajando por las escaleras, le hicieron limpiarse disimuladamente las
lágrimas- Ayyy, ¿donde vas con esa cara?- le preguntó al verla
bajar como si hubiese sido testigo única de una aparición en su
habitación.
-
Joder Lau- le contestó Karla, todavía alucinando. Una aparición no
había sido, aunque se le podía parecer- tienes a Paúl Walker
en la cama, con un bonito sombrero de paja, todo hay que decirlo.
-
Jajaja Paúl Walker dice, es Nacho- le contestó divertida Laura.
Total, el problema de Marina no se arreglaría de un día para otro.
Mejor aprovechar una noche como la que se le había presentado, no
fuera a ser, que mañana encontrara al amor de su vida pero estuviese
preñada de un rollete- Menudo marrón, madre mía- musitó con la
cabeza aún en Marina y menos mal, que Karla la miró extrañada,
todavía señalando la habitación donde la copia treinteañera de
Paúl Walker canturreaba haciendo llorar a los mochuelos.
-
¿Nacho? ¿Tu amigo Nacho es ese?- le preguntó Karla, al tanto por
la propia Laura de la especial amistad que habían mantenido desde
pequeños los tres. Pero joder, nunca imagino que Nacho sería como
había resultado ser o mejor, que estaría tan bien como estaba.
-
Seeh...esta bueno, ¿eh?- resumió directa Laura, animándola a subir
de nuevo los escalones.
-
Eh pues..- dudó Karla, no porque Nacho no estuviese buenísimo, sino
porque Laura le hacía volver a la habitación donde justamente
Nacho, cantaba desnudo.
-
Siempre hemos sido lo más de lo más, los tres...guapos e
inteligentes, unas joyas vamos- prosiguió a lo suyo Laura, obviando
el apuro de Karla. Aunque, su resumen como no, hizo gracia a Karla.
-
Jajaja, ya...ya veo- rió pese a la timidez con que subía las
escaleras y entonces es que cayó, en que Laura iba igual de desnuda
que Nacho, por mucha camisa que llevase encima- ¿Y te lo tiras?- no
reprimió la natural pregunta y asistió a una muestra más de
desparpajo de Laura
-
Cuando nos ape, si...a nadie le amarga un dulce. Venga para arriba-
haciendo malabarismos la empujó, deseando llegar a la habitación y
tirarse en la cama con ellos dos. A Nacho, Karla debía encantarle
tanto como a ella.
-
Que esta desnudo, Lau- trató de resistirse Karla, pero no fue muy
convincente.
-
Y yo..ya ves tu, que cosa- reprobó su negatividad Laura. Para ella
estar desnuda con Marina o Nacho, era simplemente natural como la
vida misma. Y lo que para ella primaba, era introducir a Karla en
ese, su mundo- Ayyy, madre mía...te voy a enseñar nuestro
álbum. Quisimos tener una banda de música, ¿sabes? Jajaja Marina,
se creía la Madonna de los noventa, yo obviamente soy más Kylie
Minogue en cualquiera de sus edades.
-
Absolutamente- la secundó encantada Karla y guiada por ella, se
quedó en la puerta de la habitación parada ante la imagen de Nacho,
desnudo, con sombrero y con la guitarra que mal tocaba cubriendo su
intimidad.
-
Que yo me voy, adiós, me fui y no me importa. Nada me detiene aquí,
la vida corta. En avión, por tren, por mar, por lo que sea. Soy
feliz de haber perdido la pelea y te quedas con mi firma en la
libreta. Yo me llevo el corazón en la maleta. - continuó asesinando
la canción Nacho y con dos largos acordes, dio por concluido su
concierto para sonreírlas completamente orgulloso de los gallos
soltados- Aplausos por favor- se retiró el sombrero y a Karla se le
subieron todos los colores de golpe. Para retirarse el sombrero Nacho
no había medido bien y desde su posición, Karla le estaba viendo
todas sus virtudes.
-
Rico, rico- le susurró Laura al ser consciente de a donde miraba
Karla y le dio el último empujón, para entrar en la habitación-
Tápate y presentate como se debe, no ves- apremio ahora a Nacho y su
desnudez, haciéndolo sonrojar como estaba Karla, sin saber muy bien
que hacer.
-
Perdón- recompuso la guitarra correctamente Nacho, y a Karla, su
sonrisa medio tímida le encantó. Luminosa, juguetona y sin
conocerlo, se le antojó tan limpia como la de Laura- Soy Nacho-
continuó presentándose un tanto inquieto. Karla le mantenía la
mirada directa- Ehm...a Nachete ya lo conociste- bromeó señalando
sus virtudes, consiguiendo las risas de ambas.
-
Jajajaja, no ves el guarro- se tiró junto a él Laura e
increíblemente, a Karla le enamoró la imagen de ambos, queriendo
compartirla- Ella es mi peque, llevaba muchísimo tiempo queriendo
que os conocierais.
-
Karla, entonces- apostilló Nacho, ganándose a ambas. A Laura porque
recordando su nombre, se comportaba como se le suponía, todo un
amigo y a Karla, simplemente por escuchar su nombre en una boca tan
risueña- Ven aquí- se incorporó ágil a por ella y ante la sonrisa
enamorada de Laura la sentó delante de él. Karla se dejó llevar
entre nerviosa por las confianzas y divertida, Nacho parecía tan
loco como Laura. Aunque, cuando se pego a ella pasándole la
guitarra, se quedó ciertamente loca- Dile a Lau, que si, me
llevaréis con vosotras a Suances.
-
Jajaja, que no pesado. Es salida de chicas- le contestó Laura
agarrando el cubo para dejarlo en la cama, mientras Karla mantenía
la espalda recta por miedo a la proximidad de Nachete tras ella.
-
Si es por Nachete, me lo escondo- insistió como llevaba haciendo
desde que conociera la escapada a realizar por las chicas, tocando
las cuerdas de la guitarra con Karla entre ambos- Si me pongo pesado,
Marina me lleva- siguió con Laura, dando unos segundos a Karla, para
acomodarse entre él y la guitarra.
-
Ja...esta Marina como para..- se calló a tiempo Laura, mirando
inquieta para todos sitios. Había prometido que ni palabrita podía
decir, pero joder, eran Nacho y Karla, difícil, muy difícil lo iba
a tener.
-
Jejeje, de vuelo en vuelo, que está- bromeó Nacho y al momento,
abrió los ojos pegándose del todo a Karla, tratando de verle el
rostro. Ahora es que recordaba que Karla era hermana de Inés , la
piloto de Marina. El rostro sonrojado de Karla, aprisionada por el
mismo, le pareció de lo más bonito - Hey Guapi...viéndote a ti, no
me extraña que Marina haya cambiado de bando por tu hermana - la
piropeo encantado con el descubrimiento, derritiendo un poquito a
Karla y no iba a dejar de hacerlo. Viendo a las dos y al cubo de
hielo, se le antojó algo que ellas no reprobarían- Nos faltan unas
cuantas chucherías. Esperarme aquí mismo- dijo besando la mejilla
de Karla, para después salir disparado al baño. A solas, Laura jugo
con sus cejas mirando a Karla y ésta se cubrió el rostro con ambas
manos.
-
Es una monada- confesó a baja voz y ahora fue Laura la que se pegó
a ella.
-
Porque es el hombre perfecto, lo hicimos Marina y yo...ahora veras
las fotos y vídeos, me super encanta que estés aquí- le dijo
tirándose sobre ella y Karla comenzó a reírse. Primero Laura y su
desnudez, después Nacho y la suya, y ahora vuelta a la de Laura, con
Nacho saliendo del baño a medio vestir.
-
Fiu...se os ve super lindas así- volvió a piropearlas antes de
marcharse a comprar las chucherías, provocando que ambas se mirasen.
Laura estaba completamente encima de Karla y no parecía tuviese
intenciones de retirarse. Así, Karla buscó la broma.
-
¿Conmigo también te acostarás?- le preguntó nada intimidada por
su cercanía, sin contar, con que Laura podía cortarle la
respiración como hizo.
-
Ahm- se dispuso a contestarle jugando con la nariz de Karla- si- dijo
decidida mirándola como Karla no recordaba lo hubiese hecho- pero no
hoy- concluyó dejando un suave beso en sus labios. Respiración
cortada de raíz y a dios gracias, quien mismo se la había cortado
se la devolvió- Ayyy, voy a darte algo cómodo, así no puedes
estar...es noche de pijamas.
-
Jajaja, ya claro...si estabais desnudos- se giró viéndola rebuscar
en la cómoda y sonrió tranquila. Sin dudarlo, Pedraza esa noche,
había sido el mejor plan posible.
El
mismo pensamiento compartía Inés en el pasillo donde se ubicaba la
habitación de Marina, escuchándola despegar a su estilo, como el
caza más veloz y silencioso. Podía tocar a su puerta, darle una
verdadera sorpresa y abrazarla por horas, pero escucharla enredada
entre sus cambios de humor vertiginosos, era un chute de adrenalina,
digno de sentarse apoyada en la pared, degustándolo.
-
Voy a tratar de ser muy pragmática contigo, esta noche y más
concretamente en este momento- proseguía por teléfono Marina ajena
a la proximidad en la que ambas estaban. Su especial estado, le hizo
comenzar a hablar queriendo que todo entre ellas, quedase claro,
mientras calmaba sus nervios hidratándose- Laura y Nacho, son
los hermanos que no tengo, yo diría que incluso mejorados por la
carencia de vínculo obligado por sangre. He compartido con ellos
todo y nuestra unión es tan íntima, que si, conozco a la perfección
el cuerpo de ambos- ni respiró, prefirió continuar- Pero no, no he
mantenido relaciones sexuales con ninguno de los dos por separado ni
juntos. Eso sí, adolescentes fuimos y alguna tontería si que
hicimos. Resumiendo, los quiero y me encantaría que encajaseis, es
obvia mi pretensión. Espera un momento- le pidió activando el
altavoz del teléfono. Tocaba hidratar su generoso pecho, sin ninguna
intención de detenerse, aunque si jugó con la picardía de Inés,
al dejar el teléfono entre sus desnudas piernas- Cielo, ya te tengo
entre mis piernas- le dijo mordiéndose el labio a la espera de la
contestación de Inés.
-
Oh si nena, ahí te atiendo a todo- le contestó Inés mirando la
puerta que las separaba. Estaba haciendo el tonto ahí sentada cuando
podría estar justo, donde Marina indicaba, pero ésta siguió, no
queriendo que nada se le olvidase.
-
Lo se y sigo, soy independiente y altamente auto-suficiente, imagino
que por la educación recibida de mi madre, además de haberla visto
desenvolverse sin necesidad de hombres a su lado arreglándoles la
nevera, el enchufe o que se yo...relaciones duraderas solo una,
Jaime- pauso dejando las cremas a un lado. El recuerdo de Jaime, la
hizo sonreír- Nos conocimos en la Universidad, es colega
especializado en traumatologia infantil- fue decirlo y tragar saliva
a la vez. No había caído en tan singular detalle y hasta tuvo
tiempo de rogar a quien fuese a que ahora su mundo no se convirtiese
en un baby mundo- Conectamos al momento y yo tendría...pues unos
veinte años. Ya imaginarás, comenzó todo entre fiestas y campus, y
fue genial, porque no era nada empalagoso y tan independiente como
yo. Después yo me quedé en Madrid, él se fue a León...y poco a
poco, natural a ese edad, dejamos de tenernos interés. De ahí a
Manu, hay prácticamente más de cinco años pasándomelo de muerte.
No tengo porque negarlo, ¿eso lo entiendes verdad?- quiso saber su
opinión, dando por hecho que Inés, la entendería. Después de
todo, ella también había tenido sus buenas épocas.
-
Si- le contestó Inés. Totalmente relajada, escucharla contándoselo
tan calma y clara, ahuyentaba cualquier tipo de celos y para que
negarlo, cada vez le gustaba más escucharla, contándole lo que
fuese. Incluso podía imaginar como sus labios se abrían y como el
inferior, más gordito caía, incitándola a morderlo a placer.
-
Bien...a Manu sabes que lo conocí aquí en Madrid en el Hospital
y..- respiró necesitando una pausa. El tema Manu, por conocerlo
Inés, podía ser más peliagudo, pero para ella estaba tan superado,
que lo trató con la misma naturalidad que al resto- Bueno, la
atracción fue instantánea, las noches blancas fueron muy propicias
y el sorteo de quirófanos muy recurrido. Me pille mucho por él,
parecía el hombre ideal. Culto, fantástico amante, dulce por
momentos e igualmente independiente. Lo que viene a ser, un cabron
mentiroso. Superarlo fue proporcional al tamaño de sus mentiras
y...llegamos a ti- sonrió sin caer en que se estaba saltando al que
amenazaba por convertirse en su peor pesadilla.
-
Ah, ah...falta Xavier- le recordó Inés, borrándole la sonrisa.
-
Ehm si, Xavier eh- titubeo regañándose por lo evidente que estaba
siendo su nerviosismo respecto a Xavier. Debía tratarlo como al
resto, por mucho que pudiera ser, que llevase un hijo de él-
Llegaste tú, me enredaste, y..- se quedó pensando e imposible, no
sonreír, con Xavier o sin él- Xavier fue mi intento por mantenerme
libre. Si te hubiese conocido en el Centro de emergencias, en un bar
o en una tienda, supongo que no me habría asustado por sentirme
atraída por una mujer. Puede que incluso te hubiese follado
divirtiéndome como con el resto, sin traumas.. Pero eras mucho más
que eso y justo eso, si que me dio auténtico miedo. Me vi queriendo
mensajes tuyos a cada minuto, queriendo toda tu atención, igual que
recibir tus halagos, bromas o mimos, y todo sin verte. Me daba igual
tu sexo, tu color de pelo, si eras flaca o gorda, alta o baja. Algo
dentro de mi, me decía que pasaría lo que pasó cuando te vi salir
del Tanatorio. Me encantarías fueras cómo fueses. Pasa que...tuve
suerte y estas cañón- terminó alzando la voz entusiasmada, lo
había soltado todo como quería, o casi todo.
-
Dato muy importante a destacar- bromeó Inés volviendo a mirar la
puerta que las separaba.
-
Super...me gusta la gente guapa, tengo mi punto superficial.
Perfecta, no te dije que fuese- confesó a media voz, un tanto
avergonzada.
-
Debo suponer entonces, que todos eran tan guapetes como Manu- quiso
saber Inés, modulando la voz como lo había hecho Marina. Llegaba la
intimidad más próxima, la que la dejaba totalmente pegada a la voz
de Marina.
-
Prefiero que digas como tú- la corrigió Marina, volviendo a
suspirar. Justo ahí, se le hacía tan necesario el poder tocarla.
-
Vale bien...- tomo aire Inés. Juraría sobre la Biblia, que Marina
acababa de colocarse la melena sobre el hombro derecho. Como seguro
no habría parado de tocarse el pelo contándole todo, aunque todo no
había sido- Al final no me has dicho con cuantos.
-
Jajaja, lista es ella por favor- rió por la suspicacia mostrada por
Inés, y le tocó improvisar, como le nació- Pues..pues, ¿no te
vale con que me lo he pasado de muerte y que ahora mismo soy
absolutamente leal a lo que siento por ti?
-
Totalmente- se derritió Inés. Mantequilla fundida a mil grados en
milésimas de segundo.
-
Bien....- suspiró dejándose caer en la cama. El resumen había sido
claro, una piedra menos en el camino. La limpieza realizada sin
olvidar el miedo que iba instalándose en ella por perderla, le
hicieron decir su deseo en ese mismo instante- Me encantaría poder
besarte ahora- confesó cerrando los ojos, buscando el recuerdo de
sus besos e Inés, aprovechó su delicioso silencio para levantarse y
llegar a la puerta.
-
Hazlo- le dijo sin extrañarse del repentino cosquilleo en su
estómago- Ábreme la puerta y hazlo- concluyó apoyando la frente en
la puerta, esperando lo que llegó.
-
¿No?- gritó Marina incorporándose de la cama. Esa era la sorpresa.
Estaba allí, tras la puerta.
-
Si...Ábreme- la apremio Inés. Toda la serenidad con la que la había
escuchado, de repente se había evaporado y de buena gana tiraría la
puerta que la separaba de una Marína, a esas horas seguro que
desmaquillada y con poca ropa. Con poca o ninguna, saberla allí,
tras la puerta era tremendo y a Marina no le daba para caer en su
desnudez. Quería besarla hasta doler, sin perder tiempo. Y no lo
perdió corriendo hasta la puerta, para abrirla y saltar sobre ella
haciéndola retroceder hasta la pared contraria- Jajaja, te gustó la
sorpresa...seeh- se congratuló Inés haciendo malabarismos con ella
y sus besos encima. El petate cayó al suelo, ignorado por ambas,
como ignorada se cerró la puerta.
-
Joder- exclamó Marina sin soltarle el rostro. No por la puerta y si,
por tenerla ahí con ella- Es jodidamente increíble poder besarte-
dijo tras un fuerte beso- y me faltó una cosa por decirte. No me
gustan nada los tatuajes, pero en cuanto pueda tengo clarísimo el
que quiero hacerme- desbordante hablo sin dejarla de besar,
emocionándola. Ese carácter tan arrollador, comenzaba a hacerla
sentir en desventaja, porque ser su epicentro dejaba a Inés, absorta
en sus atenciones. Emoción que mediante el teléfono podía camuflar
apañándose como podía, pero cara a cara y entre besos, Inés no
podía ocultarlo y Marina no sólo lo notaba sino que pareciera, se
alimentaba de él. Así era imposible detener la ansiedad de sentirla
piel a piel y así, Marina se convertía en una auténtica leona,
devorando su presa- Quiero sentirte- a pesar de estar mal sujetas, la
ansiedad le hizo apretar con fuerza sus caderas sobre ella- Necesito
sentirte dentro, ya..¿si?- exigió buscando la mano de Inés, quien
tuvo que tirar de riñones para conseguir dar los tres pasos con ella
hasta la cerrada puerta- Inés- la apremio mordiéndole los labios,
tan desesperada cómo se sentía. Volvía a tocar su piel y probar su
sabor, imposible caer así, en puertas cerradas estando desnuda y sin
tarjeta para abrir.
-
Espera...espera- cómo puedo la apoyo en la puerta Inés,
completamente desbordada por el huracán Marina- Mejor entramos, abre
la puerta- no ajena a su desnudez, le pidió con toda la lógica del
mundo. Pero Marina estaba mucho más interesada en comerle el cuello
totalmente hambrienta de ella- Ahm...joder, Marina.
-
Uhm...me pierde tu sabor- gimió absorbiendo su piel con la boca, sin
poder escuchar más que los gemidos que conseguía ante cada muerdo o
caricia- Y jodidamente increíble como me pones- prosiguió lamiendo
ahora su oreja antes de recrearse con su lóbulo, deshaciendo en
deseo a Inés, que empujó la puerta con ganas de pegarle la patada
que la tumbase directamente.
-
La puta puerta, Marina- se quejó enloquecida por las ganas de llegar
a su sexo para hundirse en ella. Tan fuerte, duro y salvaje como le
palpitaba el corazón, a punto de reventar. Su queja hizo abrir los
ojos a Marina e incluso empujar la puerta con el culo, maldiciendo a
todo ser vivo o inerte, al no conseguir nada más que hacerse daño.
-
No me jodas, Inés...abre la puerta- le ordenó como si Inés tuviese
la solución a su descuido y la cara que puso tan posesa y tan loca,
enamoró un poco más a ésta .
-
Jajaja- estalló en risas Inés, mejor que ponerse a llorar- ¿Tienes
la tarjeta aquí?- bromeó llevando la mano a la división de
los cachetes de Marina. Pero ésta estaba en un punto de no retorno y
se bajó de ella, dispuesta a cargarse la puerta si hacia falta.
-
Mato a alguien, te juro que mato a alguien- maldijo, empujó y
pataleo ante las risas de Inés tras ella. Imposible abrir una puerta
de hotel sin llave, ni lanzagranadas.
-
Vale...bien, yo estoy igual- musitó en un momento dado Inés mirando
al suelo. Putos corazones graciosos, perdidamente enamorados de la
mujer que desnuda se giraba entre sus brazos, absolutamente salvaje.
Estaban ahí, pestañeando encantados.
-
Ya se que estas igual, madre mía- malentendió Marina y menos mal,
cualquiera le explicaba que veía estúpidos corazoncitos de escalada
por sus piernas- ¿Que hacemos?- preguntó por preguntar porque ella
tenía muy claro, lo que quería hacer, volver a comerse los labios
de Inés, que como pudo otra vez, la llevó hasta el ascensor.
-
Si no me gustaras tantísimo, podría pensar pero así, solo se me
ocurre bajar- la informó Inés colándose con ella en el ascensor,
sin poder crear como era capaz de ejecutar otra acción que no fuera
comérsela con llaves o sin llaves. Metidas en el ascensor dio a
recepción y su descarada curiosidad por una parte muy concreta de la
anatomía femenina, soberbiamente exquisita en Marina, se llevó toda
su atención. Habían estado ahí, desde que Marina abriese la
puerta, increíble que no les hubiese prestado atención antes.
Haciéndolo ahora, precipitó los acontecimientos. Marina fue sentir
su lujuriosa mirada y mandar cualquier pudor más allá de la
Antártida.
-
Que le jodan- explotó Marina sin poder aguantarse más y detuvo el
ascensor- Follame de una vez que mira como me tienes.
Estar
estaba y a su pedido se entregó Inés, sin ninguna necesidad de que
nadie la apremiase. Para cuando el ascensor volvió a ponerse en
marcha, sin que ellas lo hubiesen activado, los dedos de Inés,
estaban encerrados entre palpitaciones placenteras y su boca el
aliento más exhausto de Marina.
-
Ehm...estamos bajando- arqueo las cejas Inés. El ascensor bajaba y
no tardaría mucho en abrir sus puertas. Cuando subieron a él,
estaban en la tercera planta, de ahí al bajo, no podría haber más
de justamente tres plantas.
-
Jajaja- rió Marina, sin olvidarse de castigar los labios risueños
de Inés. Mordiéndolos, topo con la mirada tan risueña como sus
labios, y la risa terminó para darle paso al cabreo por no tenerla
cuanto estaba deseando- Joder Inés
-
¿Que?- enseguida se alertó Inés. La seriedad de Marina era total,
justo cuando el ascensor se detenía.
-
Joder- insistía en su cabreo Marina, haciendo tragar saliva a Inés.
El Mykoyan despegaba en tres, dos, uno- No tienes ni idea de lo que
te puedo echar de menos, joder ya- su queja fue dicha con tanto
sentimiento que Inés se quedó con la camiseta que acababa de coger
del suelo para ponérsela en la mano, viéndose en sus ojos.
-
Marina joder- se quejó también ella, poniéndole la camiseta. No
era justo, nada de justo que la revolucionará como lo hacía y que
pretendiera que no se emocionase con sus declaraciones a bocajarro.
-
No- negó Marina recuperando la sonrisa con la camiseta de Inés, mal
cubriendo su desnudez. Ni mijita ganas tenía de levantarse de encima
de ella.
-
¿No que?- pérdida se abrazó a ella, igual de rápido que despegaba
su particular Mykoyan podía ponerse ella a llorar, de pura emoción
con nombre propio.
-
Que tu eres más de jolines que de joder- meloseó Marina, encantada
de tenerla escondida en su cuello.
-
Jajaja, eso es verdad jolines- afirmó Inés, tranquilizándose. A
este paso sus incredulidades serían infinitas.
-
Y que el ascensor se ha detenido también- apuntilló Marina, en nada
las puertas deberían abrirse.
-
Ay dios- exclamó Inés antes de recuperar el control. De entre
muchas posibilidades, deseo aquella donde mejor se desenvolvería.
Con suerte, el ascensor habría sido llamado por una recepcionista
del Hotel. Si era así, sería fácil tirar de simpatía. A Marina
simplemente la arrinconó pidiéndole silencio. Y si, la suerte
estuvo de su lado, porque al abrirse las puertas, las recibió una
joven recepcionista.
-
¿Se detuvo solo?- les preguntó demostrando poca experiencia y a
Inés, le faltó saltar. Bien facilito iba a resultar, por mucho que
la chica estuviese flipando viéndola a ella en pantalón y sujetador
y a Marina con una camiseta que apenas cubría su intimidad.
-
Dios que vergüenza- teatralizo cubriéndose en rostro, mientras tras
ella, Marina alucinaba- No te vas a creer lo que nos pasó. En la
tercera planta tenéis malísima cobertura, estábamos
desmaquillándonos, salió ella a llamar, no me di cuenta salí yo
para lo mismo y zasca, se nos cerró la puerta y mira como vamos-
concluyó dejándola procesar. La chica la había escuchado atenta,
seguro esperando alguna buena anécdota que contar a sus compañeros.
Para Marina en cambio, la niñata no había hecho más que mirar el
torso desnudo de Inés y sus chapas identificativas.
-
¿Entiendo que os quedasteis fuera sin tarjeta?- se aseguró la
chica, ajena a la mirada cada vez más odiosa de Marina sobre ella.
-
Correcto- le contestó Inés, tratando de mantener su sonrisa más
fotogenica.
-
Eh pues...¿te puedo hacer una pregunta?- las sorprendió la chica un
tanto sonrojada. Llevaba buen rato preguntándose por las chapas de
Inés, y fue una de las posibilidades que encontró.
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Claro- acepto Inés, en modo miss simpatía 2014. Más mona no podía
comportarse ni sonreír.
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¿Eres militar?- preguntó la chica, encendiendo el luminoso de bingo
en Inés.
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Lo fui...piloto del grupo de rescate- no se corto en vanagloriarse,
serlo lo había sido.
-
Bueno por favor- musitó Marina antes de morder su propio veneno. No
hacia falta tanto para conseguir una tarjeta de la habitación que su
partido político pagaba. Menos que la niñata sonríese encantada y
menos aún, que Inés la secundase. Tanto Inés como la chica
volvieron la vista hacia ella y algo tuvo que decir- ¿La tarjeta?-
preguntó con sobraba obviedad, sin olvidarse de hacer tragar saliva
a Inés, fulminándola con la mirada.
-
Ah si...¿que habitación es?- cumplió con su trabajo la joven,
costandole marcharse. La mujer en sujetador bien podría entretenerle
las horas de noche que le quedaban y la sobrada de atrás, irse a
tomar un agua con gas que le aligerara la mala leche que mostraba
toda ella.
-
La 210- contestó rápido Inés a su pregunta- A nombre de Marina
Sánchez.
-
Pues- miró la chica comprobando que nadie estuviese cerca- Esperen
aquí y la traigo- les dijo marchándose y Marina no aguanto su super
simpatía por la chica más.
-
Eah...usa los tratos personales como le viene en gana. Sola eres tú,
en conjunto somos ustedes, no te digo yo- se quejó, demostrando lo
mucho que le había encantado la profesionalidad de la recepcionista,
haciendo reír a Inés.
-
Jijiji, nos trae la tarjeta- se anotó el punto, disfrutando de los
celos de Marina.
-
Déjate de bromas, que no. ¿Así sueles ser de simpática?- fingió
como pudo no mucho interés mirándose las uñas y a Inés, volvió a
encantarle. Que tratará de comportarse era un buen punto, sin
olvidar entrar en celoso juego.
-
Bueno...yo también me lo he pasado muy bien- le dijo llevándolo a
su monólogo telefónico y Marina entrecerró los ojos molesta al
momento.
-
Sabía lo utilizarías en mi contra, es que lo sabia- protestó pero
ni caso, Inés enseguida se aproximó a ella, dispuesta a besarla
entre risas- del Grupo de Rescate...bla, bla, bla...- poco más pudo
imitarla, Inés la besó haciéndola cerrar los ojos. Mientras la
chica regresaba al ascensor.
-
Esta habitación es indiv...dual- no necesito precisar más la chica
al regresar con la tarjeta. Boca a boca las encontró y Marina estuvo
ágil, sin soltar a Inés se las apaño para cogerle la tarjeta,
antes de que quisiera hacer más preguntitas.
-
Gracias- le agradeció Inés, presa de Marina- mañana la señorita
Marina le dejara una buena propina- concluyó antes de que las
puertas volvieran a cerrarse. Marina había seleccionado la tercera
planta en cuanto había cogido la llave.
-
Ja...que la espere sentada en sillita baja- concluyó Marina. Por fin
el ascensor subía y hasta que a las nueve de la mañana del día
siguiente la recogieran para clausurar el Congreso, tenia a la piloto
del grupo de rescate para ella sola.
Inés
en manos de Marina, Karla en las de Nacho y Laura, y Susana, el otro
miembro de la familia, viendo la nueva foto subida por Lucía al
Facebook.
hum acho que um baby será até bom para ambas, teram que arrumar mais tempo pra elas e o bebê e espero que inês aceite ou sofreram muito ambas e eu não quero sofrer que saiba gemito por isso confio em te por favor essa historia me alegra muito todos os dias então não me faça passar pelo amargo da tristeza
ResponderEliminarbrigoninha
Y carla se pone mas nerviosa con el roze de seno, o con la apromimación de "nachete"?. Gemo, triangulo?
ResponderEliminarO trio?, no por favor, siempre acaban mal!
ResponderEliminarpra falar verdade eu não gostei muito dessa parte não, dos tres, amigos amigos relação a parte e trio acho sujo e bagunçado desculpa eu é que não gosto realmente acho vulgar e espero que sejam só amigos e n vejo necessidade de estarem sem roupa uma opnião ok gemito
ResponderEliminarbrigoninha
Emociones fuertes le falta vivir a Karla y a lado de Laura seguro las tendrá....Siempre será una tentativa la idea de tres aunque en estos casos por lo general uno de los tres terminara sufriendo mucho más que los otros dos. Creo que Karla se está enamorando de Laura y por ese enamoramiento pudiera dar pasos de manera inconsciente y por otro lado creo también que Laura no llegara a tanto con Karla al menos de esa manera.
ResponderEliminarMarina en todos los aspectos es una mujer sumamente intensa y está claro que en su vida tiene lo que quiere y sabe y ha sabido disfrutar plenamente de esa independencia... Y aun se la sigue pasando de a muerte la chica. A su manera se a medio confesado con Inés y aunque en esa confesión le conto mucho más de lo que le pudiera contarle a cualquier otro amante….Resulto ser un tanto inconsciente en su confesión y en sus actos porque siendo lo que es , teniendo los síntomas que tiene y sobre todo queriendo lo que quiere con Inés no tomo al toro por los cuernos, no mostro síntomas de preocupación, no enfrento de lleno las consecuencia de aquella noche que utilizo a Xavier de hecho hasta lo omite. En fin Marina esta tan segura del poder de dominio que ejerce y despierta sobre Inés que cree que la mujer está hecha de palo y puede darle da palazos cada vez que quiera.
Un placer leerte… Gracias gemo y los demas trozos deben ser lo doble de grandes que este!!
¡¡como mínimo!!
Eliminar.....PUERTAS QUE SE ABREN....DEJANDO PASO A ESE TORRENTE DE PASIÓN YA INCONTROLABLE...FRENTE A ESA PUERTA QUIEN YA NO RESISTE MÁS SIN LOS BESOS QUE CADA VEZ MÁS...LA ENREDAN....DETRAS DE ELLA....ESA OTRA SEGURA..SI....FUERTE....EN APARIENCIA DE VUELTA DE TODO ( CASI LO QUE DICE MI QUERIDA SRA DE LAS LETRAS...) PEROOO ENAMORADA...LO ESTA...PUEDE QUE NO ESTE HACIENDO LAS COSAS COMO DEBE....AUNQUE AÚN AQUÍ...NADA LE CONFIRMA QUE HAYA UN MOTIVO PARA HACERLAS...¿PORQUE ADELANTARSE?...NO VEO YO EN ELLAS DOS ..ESA UTILIZACIÓN POR PARTE DE UNA Y UNA SUMISIÓN POR PARTE DE LA OTRA.....¿ PORQUE?..LAS DOS BUSCAN ENCONTRARSE...TENERSE...LAS DOS CON UNA VIDA TRAS DE ELLAS...MARINA EN ESE CAMINAR ..INTENTANDO DESPEJAR SUS PROPIAS PIEDRAS.....ESA PILOTO CAUTIVADORA...HACIENDO ESO...CAUTIVANDO .....¿ ENTONCES?... LA VEO MÁS....ASUMIENDO AQUELLO QUE DEBA HACER....TIEMPO AL TIEMPO ENTONCES...
ResponderEliminarUN PLACER LEERTE ESCRITORA Y SEGUIR SUMERGIENDOSE EN ESTA APETITOSA HISTORIA POR TODOS LADOS...Y APETITOS HAY MUCHOS....EL SACIARLOS DEPENDE DE CADA UNA DE ELLAS....DE TODAS....YA EL ASCENSOR FUE TESTIGO DE ESE APETITO...
SUBLIME ¡¡¡
GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡¡¡
CELESTE-NEGRO