jueves, 28 de agosto de 2014

112- Emergencias 48


Apenas habían tomado unos vinos con la gente de siempre del pueblo, cuando su hermana la había buscado apartándola del resto. Agradecían y mucho, que siguiesen preocupados por ellas y siempre atentos para acompañarlas en su duelo. Pero ninguna de las dos se sentía aún con ganas de fiesta o simplemente, debían reconocer que tenían la cabeza en otro sitio y otra gente.

Por eso cuando Inés comenzó a jugar con su pelo en silencio, supo lo que ambas necesitaban aunque fuese muy egoísta.


- Aún tienes tiempo para llegar a Madrid- le había dicho, sin necesidad de volverse para sentir su sonrisa. Estaba claro que era en Madrid, donde Inés tenía la cabeza- y de paso, me dejas a mi en Pedraza- terminó por proponerle. Ella también necesitaba un buen chute de Laura y sus locuras. Natural, a Inés le faltó tiempo para aceptar y así fue como Karla, llegó a la puerta de la casa de Laura.

Sin haberla avisado, al tocar el timbre no pudo ponerse un tanto nerviosa. Laura podría estar de fiesta, cenando o a saber. La tardanza en ser contestada comenzó a desilusionarla, debería haberla avisado antes de presentarse en su casa de esas formas, pero de repente, escuchó una carrera a pies desnudos detrás de la puerta y todos los nervios se le esfumaron. Laura estaba en casa.

- Un segundo que voy- la voz de Laura claramente alterada ya la hizo reír, imaginándosela arreglándose para abrir la puerta, daba igual quien fuese- Llego... Voy llegando- siguió escuchando como le avisaba sin que llegase a abrir la puerta- Las llaves joder, ¿es muy importante?

- Jajaja, no mucho- le contestó pegándose a la puerta- Soy Karla- se anunció alzando la voz y listo, su chute llegaba servido por una locaza imposible de no querer.

- Ayyyy me muero, mi peque...deja que encuentre las llaves y te como la vida entera- la escuchó alborotada y ella tuvo que apoyar la frente en la puerta. Sin Laura en su vida, en esos momentos donde más pérdida se sentía, hubiese sido horrible tratar de encontrarse, pero por suerte, ahí la tenía. Abriendo la puerta totalmente despeinada con sólo una camisa de hombre mal abotonada- Mi peque- como le había avisado se lanzó a por ella, entre abrazos y besos por cualquier lado. Karla se dejó mimar, sin importarle lo más mínimo la desnudez de Laura. Hasta que, sin saber muy bien como, su boca acabo rozando uno de sus senos, provocando que totalmente sonrojaba se separase de Laura de golpe, aunque ésta con tanta emoción por tenerla allí, ni cuenta se dió, continuando a lo suyo- Llegas en el mejor momento- le dijo igual de entusiasmada cerrándose la camisa- Sube a mi habitación, corre- le pidió a Karla pegándole una cachetada en el culo. Para ser una noche perfecta solo le faltaba Marina. Karla se quedó sin saber muy bien que hacer, y Laura la empujó hasta la escalera- Es la habitación de enfrente no tiene pérdida, enseguida subo- la apremió al verla tan parada y a Karla no le quedo de otra que subir, obedeciendola mientras Laura corría hacia su cocina, para llegar un nuevo cubo con hielo y cervezas. Haciéndolo, se le vinieron a la cabeza montones de recuerdos que le hicieron llamar a Marina, mientras regresaba a su habitación.

- Asco joder, mucho asco- fue la contestación de Marina, haciéndola arquear las cejas al momento- Otra vez las náuseas- continuó Marina, haciéndola detenerse en seco.

- ¿Que náuseas?- le preguntó sumando datos, empezando a temer lo peor.

- Las asco de...escúchame bien esto, Laura...mañana noche salimos hacia Suances, y nada, óyeme bien, nada ni nadie me va a joder unos días con Inés, ¿me entiendes?- la petición de Marina no hizo más que confirmar sus sospechas. Mareos, náuseas a todas horas y mismo brillo de cutis. Ningún virus lleva ese cuidado con el cuerpo, más que uno con una incubación de nueve meses.

- De puta madre, o sea.. ¿Es si?- se cabreo ante sus propias conjeturas. La vida y sus graciosas putadas sin venir a cuento, que a Marina le llegaban en el peor momento posible.

- Me da igual, que le jodan y que le follen cuatro o cinco...joder, ahora no Laura, ahora no- se le quebró la voz a Marina y Laura de inmediato se contagió por completo.

- Joder Marina....yo te llamaba toda feliz a decirte y...vale, si quieres los dejo aquí, voy a Madrid y juntas salimos de dudas- le propuso incapaz de escucharla llorar sin hacer nada, pero Marina pronto se recompuso, anclada a su decisión.

- No...ni hablar, te digo que de esto no pienso hacer nada, ni siquiera pensar, hasta pasados estos días con Inés- sentenció Marina contundente a pesar de su estado más que ansioso.

- Puede ser un virus, y estamos preocupándonos por nada- trató de aliviarla Laura, más valía eso que ponerse a cagarse en todos los tíos buenos de España y más allá.

- Con brazos y piernas, aja...todo un virus, si. No te preocupes, ¿si? Estoy bien, jodida pero bien y me llama Inés, por favor que no se te escape nada- le pidió Marina nerviosa ahora también por el pitido que le anunciaba llamada de Inés.

- Ni palabrita- conjuro Laura, entendiéndola por ahora.

- Me jode más por ella que por mi, ¿te lo puedes creer?- desanimada, Marina dejo escapar su mayor miedo, Inés.

- Seeh... Eso es el amor, Marina...estoy contigo, como siempre- habló Laura tan emocionada cómo la misma Marina. Ésta sería otra ocasión en la que ambas, se demostrarían una amistad inquebrantable.

- Lo se, te quiero bicho, cuelgo que va a creer que estoy ocupada- se despidió Marina, necesitando más que nunca, a Inés.

- Vale- contestó Laura, con la vista pérdida en el cubo de hielo con cervezas, mientras ambas colgaban- Joder- pataleo asqueada como la propia Marina, sin ver mucha solución posible. Los pasos de Karla bajando por las escaleras, le hicieron limpiarse disimuladamente las lágrimas- Ayyy, ¿donde vas con esa cara?- le preguntó al verla bajar como si hubiese sido testigo única de una aparición en su habitación.

- Joder Lau- le contestó Karla, todavía alucinando. Una aparición no había sido, aunque se le podía parecer-  tienes a Paúl Walker en la cama, con un bonito sombrero de paja, todo hay que decirlo.

- Jajaja Paúl Walker dice, es Nacho- le contestó divertida Laura. Total, el problema de Marina no se arreglaría de un día para otro. Mejor aprovechar una noche como la que se le había presentado, no fuera a ser, que mañana encontrara al amor de su vida pero estuviese preñada de un rollete- Menudo marrón, madre mía- musitó con la cabeza aún en Marina y menos mal, que Karla la miró extrañada, todavía señalando la habitación donde la copia treinteañera de Paúl Walker canturreaba haciendo llorar a los mochuelos.

- ¿Nacho? ¿Tu amigo Nacho es ese?- le preguntó Karla, al tanto por la propia Laura de la especial amistad que habían mantenido desde pequeños los tres. Pero joder, nunca imagino que Nacho sería como había resultado ser o mejor, que estaría tan bien como estaba.

- Seeh...esta bueno, ¿eh?- resumió directa Laura, animándola a subir de nuevo los escalones.

- Eh pues..- dudó Karla, no porque Nacho no estuviese buenísimo, sino porque Laura le hacía volver a la habitación donde justamente Nacho, cantaba desnudo.

- Siempre hemos sido lo más de lo más, los tres...guapos e inteligentes, unas joyas vamos- prosiguió a lo suyo Laura, obviando el apuro de Karla. Aunque, su resumen como no, hizo gracia a Karla.

- Jajaja, ya...ya veo- rió pese a la timidez con que subía las escaleras y entonces es que cayó, en que Laura iba igual de desnuda que Nacho, por mucha camisa que llevase encima- ¿Y te lo tiras?- no reprimió la natural pregunta y asistió a una muestra más de desparpajo de Laura

- Cuando nos ape, si...a nadie le amarga un dulce. Venga para arriba- haciendo malabarismos la empujó, deseando llegar a la habitación y tirarse en la cama con ellos dos. A Nacho, Karla debía encantarle tanto como a ella.

- Que esta desnudo, Lau- trató de resistirse Karla, pero no fue muy convincente.

- Y yo..ya ves tu, que cosa- reprobó su negatividad Laura. Para ella estar desnuda con Marina o Nacho, era simplemente natural como la vida misma. Y lo que para ella primaba, era introducir a Karla en ese, su mundo-  Ayyy, madre mía...te voy a enseñar nuestro álbum. Quisimos tener una banda de música, ¿sabes? Jajaja Marina, se creía la Madonna de los noventa, yo obviamente soy más Kylie Minogue en cualquiera de sus edades.

- Absolutamente- la secundó encantada Karla y guiada por ella, se quedó en la puerta de la habitación parada ante la imagen de Nacho, desnudo, con sombrero y con la guitarra que mal tocaba cubriendo su intimidad.

- Que yo me voy, adiós, me fui y no me importa. Nada me detiene aquí, la vida corta. En avión, por tren, por mar, por lo que sea. Soy feliz de haber perdido la pelea y te quedas con mi firma en la libreta. Yo me llevo el corazón en la maleta. - continuó asesinando la canción Nacho y con dos largos acordes, dio por concluido su concierto para sonreírlas completamente orgulloso de los gallos soltados- Aplausos por favor- se retiró el sombrero y a Karla se le subieron todos los colores de golpe. Para retirarse el sombrero Nacho no había medido bien y desde su posición, Karla le estaba viendo todas sus virtudes.

- Rico, rico- le susurró Laura al ser consciente de a donde miraba Karla y le dio el último empujón, para entrar en la habitación- Tápate y presentate como se debe, no ves- apremio ahora a Nacho y su desnudez, haciéndolo sonrojar como estaba Karla, sin saber muy bien que hacer.

- Perdón- recompuso la guitarra correctamente Nacho, y a Karla, su sonrisa medio tímida le encantó. Luminosa, juguetona y sin conocerlo, se le antojó tan limpia como la de Laura- Soy Nacho- continuó presentándose un tanto inquieto. Karla le mantenía la mirada directa- Ehm...a Nachete ya lo conociste- bromeó señalando sus virtudes, consiguiendo las risas de ambas.

- Jajajaja, no ves el guarro- se tiró junto a él Laura e increíblemente, a Karla le enamoró la imagen de ambos, queriendo compartirla- Ella es mi peque, llevaba muchísimo tiempo queriendo que os conocierais.

- Karla, entonces- apostilló Nacho, ganándose a ambas. A Laura porque recordando su nombre, se comportaba como se le suponía, todo un amigo y a Karla, simplemente por escuchar su nombre en una boca tan risueña- Ven aquí- se incorporó ágil a por ella y ante la sonrisa enamorada de Laura la sentó delante de él. Karla se dejó llevar entre nerviosa por las confianzas y divertida, Nacho parecía tan loco como Laura. Aunque, cuando se pego a ella pasándole la guitarra, se quedó ciertamente loca- Dile a Lau, que si, me llevaréis con vosotras a Suances.

- Jajaja, que no pesado. Es salida de chicas- le contestó Laura agarrando el cubo para dejarlo en la cama, mientras Karla mantenía la espalda recta por miedo a la proximidad de Nachete tras ella.

- Si es por Nachete, me lo escondo- insistió como llevaba haciendo desde que conociera la escapada a realizar por las chicas, tocando las cuerdas de la guitarra con Karla entre ambos- Si me pongo pesado, Marina me lleva- siguió con Laura, dando unos segundos a Karla, para acomodarse entre él y la guitarra.

- Ja...esta Marina como para..- se calló a tiempo Laura, mirando inquieta para todos sitios. Había prometido que ni palabrita podía decir, pero joder, eran Nacho y Karla, difícil, muy difícil lo iba a tener.

- Jejeje, de vuelo en vuelo, que está- bromeó Nacho y al momento, abrió los ojos pegándose del todo a Karla, tratando de verle el rostro. Ahora es que recordaba que Karla era hermana de Inés , la piloto de Marina. El rostro sonrojado de Karla, aprisionada por el mismo, le pareció de lo más bonito - Hey Guapi...viéndote a ti, no me extraña que Marina haya cambiado de bando por tu hermana - la piropeo encantado con el descubrimiento, derritiendo un poquito a Karla y no iba a dejar de hacerlo. Viendo a las dos y al cubo de hielo, se le antojó algo que ellas no reprobarían- Nos faltan unas cuantas chucherías. Esperarme aquí mismo- dijo besando la mejilla de Karla, para después salir disparado al baño. A solas, Laura jugo con sus cejas mirando a Karla y ésta se cubrió el rostro con ambas manos.

- Es una monada- confesó a baja voz y ahora fue Laura la que se pegó a ella.

- Porque es el hombre perfecto, lo hicimos Marina y yo...ahora veras las fotos y vídeos, me super encanta que estés aquí- le dijo tirándose sobre ella y Karla comenzó a reírse. Primero Laura y su desnudez, después Nacho y la suya, y ahora vuelta a la de Laura, con Nacho saliendo del baño a medio vestir.

- Fiu...se os ve super lindas así- volvió a piropearlas antes de marcharse a comprar las chucherías, provocando que ambas se mirasen. Laura estaba completamente encima de Karla y no parecía tuviese intenciones de retirarse. Así, Karla buscó la broma.

- ¿Conmigo también te acostarás?- le preguntó nada intimidada por su cercanía, sin contar, con que Laura podía cortarle la respiración como hizo.

- Ahm- se dispuso a contestarle jugando con la nariz de Karla- si- dijo decidida mirándola como Karla no recordaba lo hubiese hecho- pero no hoy- concluyó dejando un suave beso en sus labios. Respiración cortada de raíz y a dios gracias, quien mismo se la había cortado se la devolvió- Ayyy, voy a darte algo cómodo, así no puedes estar...es noche de pijamas.

- Jajaja, ya claro...si estabais desnudos- se giró viéndola rebuscar en la cómoda y sonrió tranquila. Sin dudarlo, Pedraza esa noche, había sido el mejor plan posible.




El mismo pensamiento compartía Inés en el pasillo donde se ubicaba la habitación de Marina, escuchándola despegar a su estilo, como el caza más veloz y silencioso. Podía tocar a su puerta, darle una verdadera sorpresa y abrazarla por horas, pero escucharla enredada entre sus cambios de humor vertiginosos, era un chute de adrenalina, digno de sentarse apoyada en la pared, degustándolo.

- Voy a tratar de ser muy pragmática contigo, esta noche y más concretamente en este momento- proseguía por teléfono Marina ajena a la proximidad en la que ambas estaban. Su especial estado, le hizo comenzar a hablar queriendo que todo entre ellas, quedase claro, mientras calmaba sus nervios hidratándose-  Laura y Nacho, son los hermanos que no tengo, yo diría que incluso mejorados por la carencia de vínculo obligado por sangre. He compartido con ellos todo y nuestra unión es tan íntima, que si, conozco a la perfección el cuerpo de ambos- ni respiró, prefirió continuar- Pero no, no he mantenido relaciones sexuales con ninguno de los dos por separado ni juntos. Eso sí, adolescentes fuimos y alguna tontería si que hicimos. Resumiendo, los quiero y me encantaría que encajaseis, es obvia mi pretensión. Espera un momento- le pidió activando el altavoz del teléfono. Tocaba hidratar su generoso pecho, sin ninguna intención de detenerse, aunque si jugó con la picardía de Inés, al dejar el teléfono entre sus desnudas piernas- Cielo, ya te tengo entre mis piernas- le dijo mordiéndose el labio a la espera de la contestación de Inés.

- Oh si nena, ahí te atiendo a todo- le contestó Inés mirando la puerta que las separaba. Estaba haciendo el tonto ahí sentada cuando podría estar justo, donde Marina indicaba, pero ésta siguió, no queriendo que nada se le olvidase.

- Lo se y sigo, soy independiente y altamente auto-suficiente, imagino que por la educación recibida de mi madre, además de haberla visto desenvolverse sin necesidad de hombres a su lado arreglándoles la nevera, el enchufe o que se yo...relaciones duraderas solo una, Jaime- pauso dejando las cremas a un lado. El recuerdo de Jaime, la hizo sonreír- Nos conocimos en la Universidad, es colega especializado en traumatologia infantil- fue decirlo y tragar saliva a la vez. No había caído en tan singular detalle y hasta tuvo tiempo de rogar a quien fuese a que ahora su mundo no se convirtiese en un baby mundo- Conectamos al momento y yo tendría...pues unos veinte años. Ya imaginarás, comenzó todo entre fiestas y campus, y fue genial, porque no era nada empalagoso y tan independiente como yo. Después yo me quedé en Madrid, él se fue a León...y poco a poco, natural a ese edad, dejamos de tenernos interés. De ahí a Manu, hay prácticamente más de cinco años pasándomelo de muerte. No tengo porque negarlo, ¿eso lo entiendes verdad?- quiso saber su opinión, dando por hecho que Inés, la entendería. Después de todo, ella también había tenido sus buenas épocas.

- Si- le contestó Inés. Totalmente relajada, escucharla contándoselo tan calma y clara, ahuyentaba cualquier tipo de celos y para que negarlo, cada vez le gustaba más escucharla, contándole lo que fuese. Incluso podía imaginar como sus labios se abrían y como el inferior, más gordito caía, incitándola a morderlo a placer.

- Bien...a Manu sabes que lo conocí aquí en Madrid en el Hospital y..- respiró necesitando una pausa. El tema Manu, por conocerlo Inés, podía ser más peliagudo, pero para ella estaba tan superado, que lo trató con la misma naturalidad que al resto- Bueno, la atracción fue instantánea, las noches blancas fueron muy propicias y el sorteo de quirófanos muy recurrido. Me pille mucho por él, parecía el hombre ideal. Culto, fantástico amante, dulce por momentos e igualmente independiente. Lo que viene a ser, un cabron mentiroso. Superarlo fue proporcional al tamaño de sus mentiras y...llegamos a ti- sonrió sin caer en que se estaba saltando al que amenazaba por convertirse en su peor pesadilla.

- Ah, ah...falta Xavier- le recordó Inés, borrándole la sonrisa.

- Ehm si, Xavier eh- titubeo regañándose por lo evidente que estaba siendo su nerviosismo respecto a Xavier. Debía tratarlo como al resto, por mucho que pudiera ser, que llevase un hijo de él- Llegaste tú, me enredaste, y..- se quedó pensando e imposible, no sonreír, con Xavier o sin él- Xavier fue mi intento por mantenerme libre. Si te hubiese conocido en el Centro de emergencias, en un bar o en una tienda, supongo que no me habría asustado por sentirme atraída por una mujer. Puede que incluso te hubiese follado divirtiéndome como con el resto, sin traumas.. Pero eras mucho más que eso y justo eso, si que me dio auténtico miedo. Me vi queriendo mensajes tuyos a cada minuto, queriendo toda tu atención, igual que recibir tus halagos, bromas o mimos, y todo sin verte. Me daba igual tu sexo, tu color de pelo, si eras flaca o gorda, alta o baja. Algo dentro de mi, me decía que pasaría lo que pasó cuando te vi salir del Tanatorio. Me encantarías fueras cómo fueses. Pasa que...tuve suerte y estas cañón- terminó alzando la voz entusiasmada, lo había soltado todo como quería, o casi todo.

- Dato muy importante a destacar- bromeó Inés volviendo a mirar la puerta que las separaba.

- Super...me gusta la gente guapa, tengo mi punto superficial. Perfecta, no te dije que fuese- confesó a media voz, un tanto avergonzada.

- Debo suponer entonces, que todos eran tan guapetes como Manu- quiso saber Inés, modulando la voz como lo había hecho Marina. Llegaba la intimidad más próxima, la que la dejaba totalmente pegada a la voz de Marina.

- Prefiero que digas como tú- la corrigió Marina, volviendo a suspirar. Justo ahí, se le hacía tan necesario el poder tocarla.

- Vale bien...- tomo aire Inés. Juraría sobre la Biblia, que Marina acababa de colocarse la melena sobre el hombro derecho. Como seguro no habría parado de tocarse el pelo contándole todo, aunque todo no había sido- Al final no me has dicho con cuantos.

- Jajaja, lista es ella por favor- rió por la suspicacia mostrada por Inés, y le tocó improvisar, como le nació- Pues..pues, ¿no te vale con que me lo he pasado de muerte y que ahora mismo soy absolutamente leal a lo que siento por ti?

- Totalmente- se derritió Inés. Mantequilla fundida a mil grados en milésimas de segundo.

- Bien....- suspiró dejándose caer en la cama. El resumen había sido claro, una piedra menos en el camino. La limpieza realizada sin olvidar el miedo que iba instalándose en ella por perderla, le hicieron decir su deseo en ese mismo instante- Me encantaría poder besarte ahora- confesó cerrando los ojos, buscando el recuerdo de sus besos e Inés, aprovechó su delicioso silencio para levantarse y llegar a la puerta.

- Hazlo- le dijo sin extrañarse del repentino cosquilleo en su estómago- Ábreme la puerta y hazlo- concluyó apoyando la frente en la puerta, esperando lo que llegó.

- ¿No?- gritó Marina incorporándose de la cama. Esa era la sorpresa. Estaba allí, tras la puerta.

- Si...Ábreme- la apremio Inés. Toda la serenidad con la que la había escuchado, de repente se había evaporado y de buena gana tiraría la puerta que la separaba de una Marína, a esas horas seguro que desmaquillada y con poca ropa. Con poca o ninguna, saberla allí, tras la puerta era tremendo y a Marina no le daba para caer en su desnudez. Quería besarla hasta doler, sin perder tiempo. Y no lo perdió corriendo hasta la puerta, para abrirla y saltar sobre ella haciéndola retroceder hasta la pared contraria- Jajaja, te gustó la sorpresa...seeh- se congratuló Inés haciendo malabarismos con ella y sus besos encima. El petate cayó al suelo, ignorado por ambas, como ignorada se cerró la puerta.

- Joder- exclamó Marina sin soltarle el rostro. No por la puerta y si, por tenerla ahí con ella- Es jodidamente increíble poder besarte- dijo tras un fuerte beso- y me faltó una cosa por decirte. No me gustan nada los tatuajes, pero en cuanto pueda tengo clarísimo el que quiero hacerme- desbordante hablo sin dejarla de besar, emocionándola. Ese carácter tan arrollador, comenzaba a hacerla sentir en desventaja, porque ser su epicentro dejaba a Inés, absorta en sus atenciones. Emoción que mediante el teléfono podía camuflar apañándose como podía, pero cara a cara y entre besos, Inés no podía ocultarlo y Marina no sólo lo notaba sino que pareciera, se alimentaba de él. Así era imposible detener la ansiedad de sentirla piel a piel y así, Marina se convertía en una auténtica leona, devorando su presa- Quiero sentirte- a pesar de estar mal sujetas, la ansiedad le hizo apretar con fuerza sus caderas sobre ella- Necesito sentirte dentro, ya..¿si?- exigió buscando la mano de Inés, quien tuvo que tirar de riñones para conseguir dar los tres pasos con ella hasta la cerrada puerta- Inés- la apremio mordiéndole los labios, tan desesperada cómo se sentía. Volvía a tocar su piel y probar su sabor, imposible caer así, en puertas cerradas estando desnuda y sin tarjeta para abrir.

- Espera...espera- cómo puedo la apoyo en la puerta Inés, completamente desbordada por el huracán Marina- Mejor entramos, abre la puerta- no ajena a su desnudez, le pidió con toda la lógica del mundo. Pero Marina estaba mucho más interesada en comerle el cuello totalmente hambrienta de ella- Ahm...joder, Marina.

- Uhm...me pierde tu sabor- gimió absorbiendo su piel con la boca, sin poder escuchar más que los gemidos que conseguía ante cada muerdo o caricia- Y jodidamente increíble como me pones- prosiguió lamiendo ahora su oreja antes de recrearse con su lóbulo, deshaciendo en deseo a Inés, que empujó la puerta con ganas de pegarle la patada que la tumbase directamente.

- La puta puerta, Marina- se quejó enloquecida por las ganas de llegar a su sexo para hundirse en ella. Tan fuerte, duro y salvaje como le palpitaba el corazón, a punto de reventar. Su queja hizo abrir los ojos a Marina e incluso empujar la puerta con el culo, maldiciendo a todo ser vivo o inerte, al no conseguir nada más que hacerse daño.

- No me jodas, Inés...abre la puerta- le ordenó como si Inés tuviese la solución a su descuido y la cara que puso tan posesa y tan loca, enamoró un poco más a ésta .

- Jajaja- estalló en risas Inés, mejor que ponerse a llorar- ¿Tienes la tarjeta  aquí?- bromeó llevando la mano a la división de los cachetes de Marina. Pero ésta estaba en un punto de no retorno y se bajó de ella, dispuesta a cargarse la puerta si hacia falta.

- Mato a alguien, te juro que mato a alguien- maldijo, empujó y pataleo ante las risas de Inés tras ella. Imposible abrir una puerta de hotel sin llave, ni lanzagranadas.

- Vale...bien, yo estoy igual- musitó en un momento dado Inés mirando al suelo. Putos corazones graciosos, perdidamente enamorados de la mujer que desnuda se giraba entre sus brazos, absolutamente salvaje. Estaban ahí, pestañeando encantados.

- Ya se que estas igual, madre mía- malentendió Marina y menos mal, cualquiera le explicaba que veía estúpidos corazoncitos de escalada por sus piernas- ¿Que hacemos?- preguntó por preguntar porque ella tenía muy claro, lo que quería hacer, volver a comerse los labios de Inés, que como pudo otra vez, la llevó hasta el ascensor.

- Si no me gustaras tantísimo, podría pensar pero así, solo se me ocurre bajar- la informó Inés colándose con ella en el ascensor, sin poder crear como era capaz de ejecutar otra acción que no fuera comérsela con llaves o sin llaves. Metidas en el ascensor dio a recepción y su descarada curiosidad por una parte muy concreta de la anatomía femenina, soberbiamente exquisita en Marina, se llevó toda su atención. Habían estado ahí, desde que Marina abriese la puerta, increíble que no les hubiese prestado atención antes. Haciéndolo ahora, precipitó los acontecimientos. Marina fue sentir su lujuriosa mirada y mandar cualquier pudor más allá de la Antártida.

- Que le jodan- explotó Marina sin poder aguantarse más y detuvo el ascensor- Follame de una vez que mira como me tienes.

Estar estaba y a su pedido se entregó Inés, sin ninguna necesidad de que nadie la apremiase. Para cuando el ascensor volvió a ponerse en marcha, sin que ellas lo hubiesen activado, los dedos de Inés, estaban encerrados entre  palpitaciones placenteras y su boca el aliento más exhausto de Marina.

- Ehm...estamos bajando- arqueo las cejas Inés. El ascensor bajaba y no tardaría mucho en abrir sus puertas. Cuando subieron a él, estaban en la tercera planta, de ahí al bajo, no podría haber más de justamente tres plantas.

- Jajaja- rió Marina, sin olvidarse de castigar los labios risueños de Inés. Mordiéndolos, topo con la mirada tan risueña como sus labios, y la risa terminó para darle paso al cabreo por no tenerla cuanto estaba deseando- Joder Inés

- ¿Que?- enseguida se alertó Inés. La seriedad de Marina era total, justo cuando el ascensor se detenía.

- Joder- insistía en su cabreo Marina, haciendo tragar saliva a Inés. El Mykoyan despegaba en tres, dos, uno- No tienes ni idea de lo que te puedo echar de menos, joder ya- su queja fue dicha con tanto sentimiento que Inés se quedó con la camiseta que acababa de coger del suelo para ponérsela  en la mano, viéndose en sus ojos.

- Marina joder- se quejó también ella, poniéndole la camiseta. No era justo, nada de justo que la revolucionará como lo hacía y que pretendiera que no se emocionase con sus declaraciones a bocajarro.

- No- negó Marina recuperando la sonrisa con la camiseta de Inés, mal cubriendo su desnudez. Ni mijita ganas tenía de levantarse de encima de ella.

- ¿No que?- pérdida se abrazó a ella, igual de rápido que despegaba su particular Mykoyan podía ponerse ella a llorar, de pura emoción con nombre propio.

- Que tu eres más de jolines que de joder- meloseó Marina, encantada de tenerla escondida en su cuello.

- Jajaja, eso es verdad jolines- afirmó Inés, tranquilizándose. A este paso sus incredulidades serían infinitas.

- Y que el ascensor se ha detenido también- apuntilló Marina, en nada las puertas deberían abrirse.

- Ay dios- exclamó Inés antes de recuperar el control. De entre muchas posibilidades, deseo aquella donde mejor se desenvolvería. Con suerte, el ascensor habría sido llamado por una recepcionista del Hotel. Si era así, sería fácil tirar de simpatía. A Marina simplemente la arrinconó pidiéndole silencio. Y si, la suerte estuvo de su lado, porque al abrirse las puertas, las recibió una joven recepcionista.

- ¿Se detuvo solo?- les preguntó demostrando poca experiencia y a Inés, le faltó saltar. Bien facilito iba a resultar, por mucho que la chica estuviese flipando viéndola a ella en pantalón y sujetador y a Marina con una camiseta que apenas cubría su intimidad.

- Dios que vergüenza- teatralizo cubriéndose en rostro, mientras tras ella, Marina alucinaba- No te vas a creer lo que nos pasó. En la tercera planta tenéis malísima cobertura, estábamos desmaquillándonos, salió ella a llamar, no me di cuenta salí yo para lo mismo y zasca, se nos cerró la puerta y mira como vamos- concluyó dejándola procesar. La chica la había escuchado atenta, seguro esperando alguna buena anécdota que contar a sus compañeros. Para Marina en cambio, la niñata no había hecho más que mirar el torso desnudo de Inés y sus chapas identificativas.

- ¿Entiendo que os quedasteis fuera sin tarjeta?- se aseguró la chica, ajena a la mirada cada vez más odiosa de Marina sobre ella.

- Correcto- le contestó Inés, tratando de mantener su sonrisa más fotogenica.

- Eh pues...¿te puedo hacer una pregunta?- las sorprendió la chica un tanto sonrojada. Llevaba buen rato preguntándose por las chapas de Inés, y fue una de las posibilidades que encontró.

- Claro- acepto Inés, en modo miss simpatía 2014. Más mona no podía comportarse ni sonreír.

- ¿Eres militar?- preguntó la chica, encendiendo el luminoso de bingo en Inés.

- Lo fui...piloto del grupo de rescate- no se corto en vanagloriarse, serlo lo había sido.

- Bueno por favor- musitó Marina antes de morder su propio veneno. No hacia falta tanto para conseguir una tarjeta de la habitación que su partido político pagaba. Menos que la niñata sonríese encantada y menos aún, que Inés la secundase. Tanto Inés como la chica volvieron la vista hacia ella y algo tuvo que decir- ¿La tarjeta?- preguntó con sobraba obviedad, sin olvidarse de hacer tragar saliva a Inés, fulminándola con la mirada.

- Ah si...¿que habitación es?- cumplió con su trabajo la joven, costandole marcharse. La mujer en sujetador bien podría entretenerle las horas de noche que le quedaban y la sobrada de atrás, irse a tomar un agua con gas que le aligerara la mala leche que mostraba toda ella.

- La 210- contestó rápido Inés a su pregunta- A nombre de Marina Sánchez.

- Pues- miró la chica comprobando que nadie estuviese cerca- Esperen aquí y la traigo- les dijo marchándose y Marina no aguanto su super simpatía por la chica más.

- Eah...usa los tratos personales como le viene en gana. Sola eres tú, en conjunto somos ustedes, no te digo yo- se quejó, demostrando lo mucho que le había encantado la profesionalidad de la recepcionista, haciendo reír a Inés.

- Jijiji, nos trae la tarjeta- se anotó el punto, disfrutando de los celos de Marina.

- Déjate de bromas, que no. ¿Así sueles ser de simpática?- fingió como pudo no mucho interés mirándose las uñas y a Inés, volvió a encantarle. Que tratará de comportarse era un buen punto, sin olvidar entrar en celoso juego.

- Bueno...yo también me lo he pasado muy bien- le dijo llevándolo a su monólogo telefónico y Marina entrecerró los ojos molesta al momento.

- Sabía lo utilizarías en mi contra, es que lo sabia- protestó pero ni caso, Inés enseguida se aproximó a ella, dispuesta a besarla entre risas- del Grupo de Rescate...bla, bla, bla...- poco más pudo imitarla, Inés la besó haciéndola cerrar los ojos. Mientras la chica regresaba al ascensor.

- Esta habitación es indiv...dual- no necesito precisar más la chica al regresar con la tarjeta. Boca a boca las encontró y Marina estuvo ágil, sin soltar a Inés se las apaño para cogerle la tarjeta, antes de que quisiera hacer más preguntitas.

- Gracias- le agradeció Inés, presa de Marina- mañana la señorita Marina le dejara una buena propina- concluyó antes de que las puertas volvieran a cerrarse. Marina había seleccionado la tercera planta en cuanto había cogido la llave.

- Ja...que la espere sentada en sillita baja- concluyó Marina. Por fin el ascensor subía y hasta que a las nueve de la mañana del día siguiente la recogieran para clausurar el Congreso, tenia a la piloto del grupo de rescate para ella sola.

Inés en manos de Marina, Karla en las de Nacho y Laura, y Susana, el otro miembro de la familia, viendo la nueva foto subida por Lucía al Facebook.
 
 
 



7 comentarios:

  1. hum acho que um baby será até bom para ambas, teram que arrumar mais tempo pra elas e o bebê e espero que inês aceite ou sofreram muito ambas e eu não quero sofrer que saiba gemito por isso confio em te por favor essa historia me alegra muito todos os dias então não me faça passar pelo amargo da tristeza
    brigoninha

    ResponderEliminar
  2. Y carla se pone mas nerviosa con el roze de seno, o con la apromimación de "nachete"?. Gemo, triangulo?

    ResponderEliminar
  3. O trio?, no por favor, siempre acaban mal!

    ResponderEliminar
  4. pra falar verdade eu não gostei muito dessa parte não, dos tres, amigos amigos relação a parte e trio acho sujo e bagunçado desculpa eu é que não gosto realmente acho vulgar e espero que sejam só amigos e n vejo necessidade de estarem sem roupa uma opnião ok gemito
    brigoninha

    ResponderEliminar
  5. Emociones fuertes le falta vivir a Karla y a lado de Laura seguro las tendrá....Siempre será una tentativa la idea de tres aunque en estos casos por lo general uno de los tres terminara sufriendo mucho más que los otros dos. Creo que Karla se está enamorando de Laura y por ese enamoramiento pudiera dar pasos de manera inconsciente y por otro lado creo también que Laura no llegara a tanto con Karla al menos de esa manera.

    Marina en todos los aspectos es una mujer sumamente intensa y está claro que en su vida tiene lo que quiere y sabe y ha sabido disfrutar plenamente de esa independencia... Y aun se la sigue pasando de a muerte la chica. A su manera se a medio confesado con Inés y aunque en esa confesión le conto mucho más de lo que le pudiera contarle a cualquier otro amante….Resulto ser un tanto inconsciente en su confesión y en sus actos porque siendo lo que es , teniendo los síntomas que tiene y sobre todo queriendo lo que quiere con Inés no tomo al toro por los cuernos, no mostro síntomas de preocupación, no enfrento de lleno las consecuencia de aquella noche que utilizo a Xavier de hecho hasta lo omite. En fin Marina esta tan segura del poder de dominio que ejerce y despierta sobre Inés que cree que la mujer está hecha de palo y puede darle da palazos cada vez que quiera.

    Un placer leerte… Gracias gemo y los demas trozos deben ser lo doble de grandes que este!!



    ResponderEliminar
  6. .....PUERTAS QUE SE ABREN....DEJANDO PASO A ESE TORRENTE DE PASIÓN YA INCONTROLABLE...FRENTE A ESA PUERTA QUIEN YA NO RESISTE MÁS SIN LOS BESOS QUE CADA VEZ MÁS...LA ENREDAN....DETRAS DE ELLA....ESA OTRA SEGURA..SI....FUERTE....EN APARIENCIA DE VUELTA DE TODO ( CASI LO QUE DICE MI QUERIDA SRA DE LAS LETRAS...) PEROOO ENAMORADA...LO ESTA...PUEDE QUE NO ESTE HACIENDO LAS COSAS COMO DEBE....AUNQUE AÚN AQUÍ...NADA LE CONFIRMA QUE HAYA UN MOTIVO PARA HACERLAS...¿PORQUE ADELANTARSE?...NO VEO YO EN ELLAS DOS ..ESA UTILIZACIÓN POR PARTE DE UNA Y UNA SUMISIÓN POR PARTE DE LA OTRA.....¿ PORQUE?..LAS DOS BUSCAN ENCONTRARSE...TENERSE...LAS DOS CON UNA VIDA TRAS DE ELLAS...MARINA EN ESE CAMINAR ..INTENTANDO DESPEJAR SUS PROPIAS PIEDRAS.....ESA PILOTO CAUTIVADORA...HACIENDO ESO...CAUTIVANDO .....¿ ENTONCES?... LA VEO MÁS....ASUMIENDO AQUELLO QUE DEBA HACER....TIEMPO AL TIEMPO ENTONCES...

    UN PLACER LEERTE ESCRITORA Y SEGUIR SUMERGIENDOSE EN ESTA APETITOSA HISTORIA POR TODOS LADOS...Y APETITOS HAY MUCHOS....EL SACIARLOS DEPENDE DE CADA UNA DE ELLAS....DE TODAS....YA EL ASCENSOR FUE TESTIGO DE ESE APETITO...
    SUBLIME ¡¡¡

    GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡¡¡

    CELESTE-NEGRO

    ResponderEliminar