Para
cuando Inés, volvió a abrir los ojos, estaba acomodada en el sofá
del salón. Tremendamente cansada, los abrió de a poco, y no siendo
la bellísima cara de Marina quien la recibía, no estaba mal que
fuese la original. Quiere decir, su madre.
-
No temas, pero somos las últimas supervivientes, y debo inyectarte-
le dijo la mujer al verla abrir los ojos, en completa seriedad,
mientras parecía examinarla- Un zombie consiguió alcanzarte- bromeó
sin mostrarlo en absoluto y a Inés, se le fue ensanchando la sonrisa
a medida que comprendía la broma, tras su abrazo en la cocina.
-
No puedo quejarme, me acompañará una Doctora- sonrió sin que la
madre de Marina le dejara incorporarse como intentaba.
-
Así es y ésta doctora quiere hacerte unas preguntas, antes de
probar a incorporarte- la mujer, ahora se fijó en sus ojos e Inés,
los cerró por inercia. Era bestial lo mucho que ambas se parecían,
y eso le hacía sentir haber adelantado el tiempo años ha- Abre los
ojos- pidió a Inés, con clara experiencia y ésta, obedeció para
inmediatamente maldecirse. Sus "bufas" también se parecían
en exceso. Siendo la madre y no la hija, trago saliva antes de que su
innata curiosidad por esa parte de la fisiología femenina le jugara
una mala pasada. Había que improvisar, y hacerlo rápido.
-
De Amenabar- bromeó como lo había hecho la mujer anteriormente sin
que ella le sonríese. Parecía más pendiente de sus ojos, que de lo
que ella dijese-Me gustó esa película, creo que fue la primera
película española que vi en el cine- siguió hablando, un tanto
intimidada con la cercanía de esa mujer.
-
Debías ser una niña- la sorprendió la mujer. Al final , a parte de
examinarla minuciosamente, también le prestaba atención. Lo dicho
por la mujer, volvió a hacerla sonreír y lo hizo tan cerca, que la
mujer notó diferencias en su forma de sonreír.
-
Más que una niña, menos que una mujer. Pero lo suficiente para
haberme llevado ya, dos hostias importantes. Una mucho mayor que la
otra, he de decir- sincera hasta para meterse en líos, no fue
diferente con la mujer que ahora tomaba asiento junto a ella, sin
dejar de mirarla, con demasiada atención.
-
No creo que se puedan recibir dos hostias iguales- tardó en
proseguir a Inés, dejando las manos cruzadas sobre su falda. El
simple gesto, gustó a Inés, por la elegancia con la que había sido
realizado. Pero la mujer seguía mirándola, invitándola a debate.
-
Créame que si. Hace poco recibí otra, excesivamente parecida-
contestó convencida aceptando la invitación de la mujer. Más que
intimidar, su mirar pausado y sus suaves formas, invitaban a
conversar. Aunque para ese momento, empezaba a extrañar bastante a
Marina, y con ella, la mínima paz alcanzada. Puede que siguiera
sonriendo, pero sus ojos comenzaban a mostrar, lo que esa
conversación le producía.
-
Siento disentir contigo- volvió a demorarse la mujer,
intranquilizando a Inés- Pero estoy absolutamente segura, que no
pueden dolerte por igual- concluyó sonriendole por primera vez. Se
estaba ahorrando algunas de las preguntas, que debía formularle tras
su reconocimiento. La misma Inés, le estaba ofreciendo las
respuestas, sin haberlas formulado.
-
Mi padre murió hace quince años y ahora lo acompañó mi madre-
sentenció Inés. Creyendo ganar con ello, toda la razón y la mujer,
sonrió lo justo más, para tranquilizarla.
-
Me estas dando la razón. No te puede doler igual- insistió
rompiendo la unión de sus manos, para peinar la siempre díscola
ceja de Inés-Básicamente, porque con ésta has terminado por perder
a los dos- no pudo amortiguar las palabras como hubiese querido y
esperó que Inés dejara correr las lágrimas que se amontonaban en
sus ojos, esperando caer, pero para su sorpresa, Inés se empeñó en
sonreír- Siempre me ha gustado la gente risueña. Aquellos que son
capaces de reírse de todo, apretando dientes o sin hacerlo. Gente
limpia, que prefiere comenzar el día sonriendo, por lo que pueda
pasar y si su día, no se da del todo mal, acabarlo por igual,
sonriendo. Pero, entre alegrar a una doctora sonriéndola al
despertarte tras tener que sujetarte para que no caigas por
desvanecimiento, y sonreír cómo mueca guardando lo que en verdad
sientes, convirtiendo esa mueca a la larga en máscara, hay una
diferencia. Porque el primero realmente es feliz, mientras el
segundo, esta muy lejos de serlo- dijo sin pausas y sin rodeos.
Concreta y tan clara, como lo había sido Marina en el duelo por su
madre.
-
Se parecen demasiado, es un hecho- subió los hombros Inés,
girándose un tanto hacia el espaldar del sofá. Mejor eso, que
volver a sonreír después de lo dicho. La mujer fue quien si lo
hizo, acariciándole la mejilla.
-
Te diré...la tuve yo sola y sola la eduque hasta hacerla una mujer,
si Marina no se pareciese a mi, sería muy ingrato por su parte. Pero
cielo, ella cocina mucho peor que yo y se entretiene con demasiada
facilidad. Se fue hace rato y mira como estamos- dejo una última
caricia en Inés, dispuesta a levantarse- Supongo que el que estés
mal alimentada guarda relación con lo que hemos hablado. Voy a
recetarte unos vitaminicos, pero si en unos días, no aumenta tu
apetencia, deberás ir a consulta. Ahora voy a traerte algo para
tomar. Quedate echada, mientras regreso y llora un poco, a veces no
hay más camino, que dejarnos acompañar por el llanto- terminó
haciéndolo a propósito ya incorporada y tras el sofá. Guardándose
de dejarle la intimidad necesaria, para después marcharse a la
cocina, dejando a Inés echa un ovillo. Lo hablado entre ellas, su
parecido con Marina, el dolor por su madre, más el cansancio
acumulado, acabó con Inés, que ahora no desvaneció, simplemente se
durmió.
Así
la encontró Marina, al regresar cargada con la comida para las tres.
Verla en su sofá, dormida como una niña, le hizo dejar las bolsas
en la mesa y sin preocuparse por su madre, acercarse hasta ella.
Contemplando dormir y sin querer despertarla, no pudo evitar colar la
mano bajo su camiseta, acariciando su vientre.
-
Debes estar agotada- musitó regañándose por no haberla dejado
parar y sonrió maliciosa, tampoco es que Inés se hubiese quejado.
Extrañada por como había acabado durmiendo con su madre allí, fue
a besarla sin concretar el sitio, cuando su madre entró al salón.
-
Por fin llegas- fue el saludo de su madre, tras el sofá y con la
vista claramente anclada a su mano posada en el vientre de Inés.
-
Si...no lo había encargado, tuve que esperar- se explicó sacando
muy lentamente la mano que su madre no dejaba de mirarle. Pillada en
toda regla, no iba a mostrar sorpresa- Se ha quedado dormida-
prosiguió incorporándose, aun extrañada e increíblemente calma.
-
Te explico en la cocina. Es mejor dejarla descansar- le informó su
madre, invitándola a acompañarla hasta la cocina. Donde con
absoluta calma, ambas departieron sobre Inés y su desvanecimiento.
Marina
sabía de sobra, que su madre no le preguntaría por las muestras más
que cariñosas con las que le había visto tocar a Inés, se
mantendría como hizo, solo interesándose por como se conocían y el
motivo de la teórica fiesta.
Tomando
un ligero aperitivo, Marina prefirió no mentirle, tampoco había
caso, su madre ya habría hecho su propio esquema, así que más que
centrarse en la fiesta, lo hizo en el Centro de Emergencias,
cometiendo algún error.
-
Uhm- murmuró Lucia, su madre, sirviéndose una nueva copa de vino.
El gusto de su hija por estos y sus magníficas elecciones, solían
hacerlas compartir alguna botellita con mucha asiduidad- Si los demás
también viven entre Segovia y otros pueblecitos, ¿como es que no se
quedaron a dormir?- se interesó pareciendo distraída, y se sonrió.
Marina se removió en la silla inquieta, igualito que cuando era
pequeña e incluso, los ojos le brillaban como entonces.
-
Pues...pues, en verdad solo vino ella a pasar unos días, no supe
nada mejor que decirte para justificar el desorden- confesó
sonriéndose por los nervios sentidos, prácticamente adolescentes y
estuvo a punto de echarse a reír, ante la sonrisa evidente que
mostró su madre. Tontería mentirle a esa mujer- Si no fueses tan
maniática del orden- encogió los hombros, sin que ambas perdieran
la sonrisa. Para las dos, era igual de gratificante comprobar su
conexión, más allá de las palabras.
-
Y del buen gusto, no lo olvides- la prosiguió Lucia, sin perder la
oportunidad de precisar- La mentira se lleva mal con ambos.
-
Una simple excusa, no llega a mentira- rectificó Marina, sonriendo
contra su copa. No podía haber tenido más suerte con su madre y a
partir de ese instante, las dos dieron por hecho que hablaban de
Inés, sin hacerlo.
-
Infantil por tu parte- la reprobó Lucia, no mostrando ninguna
extrañeza por el hecho de que Inés, fuese la primera mujer en la
vida de su hija. Obvio, a Marina con ese detalle, no le hizo más que
enorgullecerse por su madre y lo fácil que siempre le había puesto
las cosas. Por eso, inició un intercambio rápido de pareceres con
ella.
-
No es fácil- le dijo, dando por supuesto que hablaban de mantener
una relación con una mujer- Menos en política.
-
No vas equivocada- afirmó su madre.
-
Pero me da igual-confesó Marina, tomando la mano de su madre, y ésta
enseguida jugueteo con sus dedos.
-
No hay nada más convincente que la ilusión- le sonrió,
ofreciéndole todo su apoyo.
-
Por cosas como esta, nunca me hizo falta un padre. He tenido y tengo,
todo contigo- declaró Marina, no pudiendo pedirle más. Simplemente
perfecta.
-
Es solo porque te adoro y sorprendida estoy, no creas. La falta de un
padre, o más bien de su figura, era mi excusa para lo prolifera que
has sido con los hombres. Quizás el no tener como la mayoría de las
niñas un ideal masculino, te llevaba a buscar sin guión previo, que
se yo...- se sinceró no sorprendiendo a Marina- para Inés no tengo
excusa- concluyó sonriendo divertida. Como madre no las necesitaba,
menos viendo la sonrisa de Marina, a punto de la carcajada.
-
Lo cierto es que yo tampoco, jajaja...solo se que me encanta y que,
es tan diferente, tan original, que a pesar de haber pasado lo mio al
ir descubriendo cosas que jamás pensé me pasasen, no me
planteo, ni me cuestiono nada...Solo quiero vivirlo. No se si te vale
como excusa- siguió hablando todo lo sincera que pudo, en un
ambiente íntimo a la vez que divertido. Bien visto, no se arrepentía
en absoluto de que su madre le hubiese pillado, porque eso le
permitía estar compartiendo con ella una copa de vino, hablándole
de Inés, mientras ésta dormía tranquila en su sofá.
-
Original para decirme que estaba a punto de caerse, fue...sin duda-
le indicó Lucia, tan a gusto como su hija y Marina rodó los ojos
pellizcándose el labio.
-
Lo es en más cosas- afirmó yéndose al lado más provocativo. Con
su madre no había reservas, y tampoco era la primera vez que
entraban en intimidades de blancas sábanas.
-
Ahora entiendo los hematomas en su hombro- negó la cabeza Lucia.
Recordándolos perfectamente y a Marina no le hizo falta más, para
reír.
-
Jajaja, su culpa...me desata- rió siguiendo la mirada de su madre
hasta la puerta de la cocina, donde Inés las miraba con las manos en
los bolsillos.
-
Encontré otra superviviente- bromeó con ella Lucia, antes de
levantarse para preparar la comida. Con ella despierta, no había
motivo para esperar.
-
Ya veo...- la prosiguió Inés, un tanto avergonzada. En cuanto Lucia
les dio la espalda, se acercó tímida a la mesa. Desde donde Marina,
le lanzaba un mordisco escandalizándola. Apenas había llegado a la
puerta y Lucia la vio enseguida, por lo tanto no les había escuchado
nada y estaba convencida, de comportarse como una buena amiga. Pero
Marina, por el contrario, tiraba de su camiseta acabando de
acercarla- Marina- la regañó temiendo que Lucia se girase y de
pronto, al ver a una sentada y a la otra de perfil junto a la
encimera, le ocurrió lo mismo que al llegar a la puerta, se quedó
enganchada a la armonía de sus parecidos- Se os ve increíble...-
comentó a Marina a baja voz- por separado alucine, juntas sois la
hostia- sonrió abriendo los ojos, Marina la miraba con todas las
intenciones de darle un beso.
-
Cielo- se giró Lucia, sorprendiendo a Inés, y haciendo morderse los
labios a Marina, por el beso no dado- es que lo somos.
-
Jajaja, bien..vale, pero yo también un poco...¿eh?
TU SI ERES LA HOSTIA GEMO..Y LA MAS GRANDE NIÑA...
ResponderEliminarESTE TROCITO ES BUENISIMO Y..ESOS DETALLES TUYOS..UFFF
Y ESA MADRE IDEAL..UFFF...ME GUSTA ESTE RELATO MUCHISIMO..VAMOS..ESTOY PEGADA A EL...Y AUNQUE EL VERANO ES UN TIEMPO MUY DISPERSO MI VISITA A TU PAGINA ES SAGRADA AUNQUE NO SIEMPRE POSTEE ESCRITORA...Y A FUERZA DE REPETIRME..ERES BUENISIMA NIÑA...
GRANDE DE ESPAÑA TU GEMO...DIVINA-WILSON
que mentirosa eres verde.. confiesalo.. entras porque te preciono para que lo hagas jajajajaja,.. Besos Verde
EliminarA mi me encanta esta mujer desde antes de saber que ella era Lucia por el montaje.. Con suegras asi de guapas, inteligentes, concientes y ALIVIANADAS el mundo seria mucho mejor jejejeje.. Ays que ahora si... de esta noche no paso jajaja
ResponderEliminarGracia gemo maravillosamente genial y dame el R.I.P.
Cari.
perfeitoooooooooooooooooooooooooo amo tudo que você escreve gemito
ResponderEliminarbrigoninha
Genial. Me encanta la naturalidad con la que la madre de Marina se ha tomado todo. Que no me canso de decirlo, me encanta...
ResponderEliminarGracias Gemo.
L.a.c.e.r
CARI...COMO CONFIDENTE ERES MALISIMA...JAJJAJAAJ
ResponderEliminarYA APUNTE EN MI AGENDA...NADA DE SECRETOS A CARI...LOS SUELTA TODOS...NO ES DE FIAR..AJJAJAJA...
NO LE HAGAS CASO A CARI GEMO...NADIE ME PRESIONA..ENTRO PORQUE ERES BUENA ESCRITORA HASTA DECIR BASTA NIÑA...
JJAJAJA...
GRANDE TU....DIVINA-WILSON...
P.D..EN CUANTO A TI BORDE MIA..NO ME VUELVAS A DECIR QUE YO DESAPAREZCO...JJAJAAJA..TU PARECES EL GUADIANA...SI NO SABES SU LEYENDA..LEELA QUERIDA..JAJAJAAJ
A MI PESAR SE TE QUIERE ..AUNQUE TE PAREZCAS ULTIMAMENTE MAS Y MAS A HOUDINI CARIÑO...JJAJAJA...MUAKSSSSS
......ESCRITORA....ME QUEDO CON CADA UNA DE LAS PALABRAS DE DIVINA...CON TODAS ( CARI..CON LAS TUYAS TAMBIEN EH? JIJIJI)..
ResponderEliminarES VERDAD QUE EN VACACIONES CUESTA MÁS LLEGAR A ESTE RINCONCITO...DONDE TAN A GUSTO SE ESTA¡¡¡ PERO EL PODER HACERLO...LLEGAR Y ''VER'' ''SENTIR''' ESTA HISTORIA...ESTA FORMA TUYA...QUE AL REPETIRLO NO HACE OTRA COSA QUE DEMOSTRAR QUE ES IMPOSIBLE LEERTE Y NO HACERLO....EL VER A ESTA MARINA CON ESA MADRE...ESA NATURALIDAD EN ''TODO''' TODO...PORQUE ASÍ LO HACES POSIBLE TÚ...Y A ESA INES CADA VEZ MÁS..MÁS...DUEÑA DE ESE ''SENTIR'''...EL QUE ESTA HISTORIA SEPA ..TRASMITIR..¡¡¡TANTO¡¡¡ TANTO¡¡¡ TANTO¡¡¡...HACE QUE EL LLEGAR Y PODER LEERTE...SEA TODO UN PLACER....
GRACIAS......ESCRITORA....
Y AUNQUE TARDE.....LLEGO...CLARO QUE SI¡¡¡¡ ME ENCANTA HACERLO¡¡
CELESTE-NEGRO.