Inés...Inés,
vamos cariño, despierta- quien tanto insistía llamándola, la
despertó y fue ver a quien lo hacía y sonreír, pese al sueño
interrumpido- Hay luna llena, Inés...y el cielo está despejado.
-
Papi...tengo sueño- se justificaba entre bostezos, acariciando la
barba de su padre, dejada larga en los últimos tiempos. O cerraba
fuerte los ojos, o la sonrisa de su padre más sus besos buscando su
mejilla, le acabarían haciendo aceptar pese al sueño.
-
Pero ésta despejado y pronto me voy, vamos...subid conmigo, ¿si?-
la petición de su padre, y su pronta marcha a otro país por
conflicto bélico, acabó por convencerla. Podía tener dos, ocho o
catorce años, y a cualquiera de esas edades, las locuras de su padre
ganaban a cualquier cosa.
-
Esta bien, ya voy...deja de hacerme cosquillas- rendida a ellas, lo
encerró entre sus ojos, guardando su imagen en ellos.
-
Esa es mi chica, abriga a Karla, fuera hace frío.
Le
bastaron pocas palabras más, para contagiarle su entusiasmo por
subir al tejado. Medio dormida, se abrigo con unas de las bomber
heredades de su padre y a pasos de sonámbula, llegó hasta la
habitación de Karla. Repitiendo el proceso que con ella había hecho
su padre.
-
Hermana...despierta, nos subimos con Papi- la despertó y Karla ni
pudo quejarse. Somnolienta, sonrió alzando los brazos para que su
hermana le pusiera otra bomber bien abrigada- Te cojo aúpa, ¿vale?
Con
ella cargada a sus espaldas, avanzó por el pasillo, adelantándose a
las seguras palabras que diría su madre.
-
Abrigaros para subir y no estéis mucho rato ahí arriba- la imitó
haciendo reír a Karla.
-
Inés- su madre varió sus palabras. Ni modo, Inés ya había dicho
lo que ella iba a decirles.
-
Jajajaja, ay Mami...si ya vamos bien.
Sin
más detenciones, las dos llegaron al hueco de la escalera, viendo la
trampilla de acceso al tejado abierta. Su padre ya estaba arriba y a
Inés, le entraron las prisas. Apremio a su hermana para que subiese
primero y a Karla no le dio tiempo a sentarse en el sitio de siempre,
cuando Inés ya estaba junto a su padre, al filo del tejado con los
brazos en cruz.
-
¿Que soy?- le preguntó su padre en su habitual juego.
-
Humano- contestó esperando el momento.
-
¿Y que tengo?- prosiguió su padre, tan risueño cómo Inés.
-
Alas de acero- contestó en un grito compartido con su padre, ante
los aplausos de Karla.
-
Sois pájaros locos, lo dice Mami- rió Karla, viendo como ambos
enlazaban sus manos, con los brazos aun en cruz.
-
Se respira mejor aquí arriba- les dijo su padre, provocando que Inés
mirase al suelo.
-
Si...y todo es más pequeño ahí abajo- lo secundó variando su
mirada hacia su padre. Quien la soltó, más serio de lo normal.
-
Hasta los problemas...pero eso ya lo entenderás- le dijo,
despeinándola.
-
Ya soy mayor- se indignó Inés, super mayor con sólo catorce años.
-
Si...- contestó su padre en un hilo de voz sin dejar de mirarla
fijo, tanto que acabó inquietándola.
-
Se lo que tengo que hacer, será como cuando fuiste al Golfo o a
Bosnia, yo cuido de ellas- subió los hombros tan convencida, que su
padre sonrió bien orgulloso. Comenzando un intercambio, que solo
ellos entendían.
-
¿Y que pasa si enfrente construyen una casa y la dueña tiene unas
enormes bufas?
-
Jajajaja ay Papi, entonces tendríamos un gran problema.
-
Inés- la regañó como había su propia mujer, negando con la cabeza
y entonces Inés recordó unas bufas muy cercanas, haciéndola cerrar
fuerte los ojos. Si su padre la miraba, se acabaría el secreto-
Oh...oh, ¿que escondes?
-
Ayy Papi, me estoy metiendo en un lío- confesó cubriéndose el
rostro. Pero de nada valía, su padre se lo descubría.
-
Ya...porque las chicas de tu edad no tienen las bufas grandes y las
mayores no te hacen caso y entonces mi chica ataja a lo pájaro loco,
y se fija en quien no debe.
-
Pero Papi yo...es simpática- como decía su padre, atajo hacia las
cualidades de su inminente lío.
-
Jajaja, pues no me gusta. Es bastante mayor que tu- le siguió su
padre sin perder la sonrisa. Como no hacerlo, si su hija se sinceraba
de esa forma.
-
Y guapa- insistía Inés.
-
Puede hacerte daño- igual que hacia su padre.
-
Le gustan mis chistes- más virtudes a destacar por Inés.
-
¿A quien no le gustan?- le sorprendió su padre, siempre tan llano
para hablar de lo que fuese.
-
Jijiji, ¿te cuento el último que me se?- deseándolo preguntar solo
por verle contestar un sí enérgico.
-
Con chocolate caliente y con la promesa, de que mañana mismo le
contaras todo lo que te está ocurriendo con esa mujer a Mama- era la
contestación de su padre, preocupado de veras.
-
Eso esta hecho- sentenciaba Inés,
-
Pues a por mi chocolate- la apremiaba su padre y los tres, se
preparaban para fingir sorpresa, cuando su madre subiese al tejado,
como terminó haciendo.
-
¿Con galletas y en super bol para todos?- aparecía por fin, la Mama
de la familia, cargada con todo lo necesario para disfrutar del vuelo
nocturno de pájaros cargados de pasajeros.
-
Mami tu si que sabes querernos.
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La
ensoñación tan real como si hubiese sido en ese mismo momento,
despertó a Inés, que incluso miró la habitación, creyendo estar
en la suya de la casa de sus padres. Con la ansiedad propia del
familiar recuerdo, trato de ubicarse. Copas a medio consumir en un
mesita de noche baja, ropa por el suelo y alguna bandeja.
Desorientada miró al balcón y los rayos del sol, la cegaron. Una
suave caricia subiendo por su espalda, bastó para comenzar a
tranquilizarse.
-
¿Sabemos si continúa existiendo vida ahí fuera?- preguntó
cerrando los ojos al sentir la sonrisa de Marina sobre su cuello.
-
Jajaja, si supieras lo poco que me importa- le contestó Marina, sin
a esas alturas, poder sorprenderse de lo innato que le nacía el
deseo por Inés- Uhm...- gimió acomodándose a su espalda. Debían
haber pasado como dos días y el tercero, despuntaba con un sol
espléndido. Prácticamente sobre Inés, si le extrañó su silencio-
¿Tienes más sueño?- se interesó queriendo ver su rostro, pero
Inés hundió la cara en la almohada, impidiéndoselo- Inés- la
llamó preocupándose y el leve temblor de ésta bajo ella, le hizo
besar el centro de su espalda y buscar sus manos, para entrelazarlas
fuerte. No podía obviar, que a pesar de su inmensa felicidad y de en
verdad, no saber si fuera continuaba la vida, Inés hacia solo días,
había perdido a su madre. Que llorase con ella, a pesar de hacerlo
medio escondida, fue sobrecogedor. Ahora no tenia que imaginar un
abrazo, ahora podía dárselo por entero.
-
Soñé con ellos- fue más difícil decirle el porqué lloraba, que
dejarse llevar por su natural necesidad de subirse al tejado, con
ella- En noches claras, subíamos al tejado. Allí veíamos los
aviones comerciales pasar y mi padre me enseñó a saber el rumbo que
llevaban, por la estela que dejaban y una brújula.
-
Eso es muy bonito, Inés y que sigas echándolo de menos, lo es
más aún, y no sabes cuanto dice de ti- le dijo tal cual lo sentía,
y acompañó su silencio, el tiempo que Inés necesitó. Pudiera no
importarle lo más mínimo el tiempo transcurrido entre las paredes
de su casa, pero quisiera o no, las obligaciones de ambas proseguían
y llegado el momento, se estiró buscando un reloj o móvil. Sus
movimientos, todavía encima de Inés, fueron detenidos por esta-
Jajaja, tenemos trabajo y esas cosas que permiten pagar la luz, por
ejemplo- se excusó sin perder detalle de sus reacciones. Había
pasado el lógico momento y regresaba la Inés más gamberra, que le
agarraba el brazo sin haber llegado a la mesita.
-
Podríamos intentar vivir sin luz- defendió Inés sus ganas de
continuar encerrada con ella. Sincronizadas y entre sonrisas, Marina
acabo sentada en sus piernas, acariciando su rostro.
-
Uhm...y sin agua- arrugó los labios Marina, no muy conforme en
prescindir del agua. Aunque la cara de Inés, medio llorosa pero
risueña, arañaba sus entrañas, viéndose capaz de prescindir de
cualquier cosa, menos de su sonrisa- ¿Por donde íbamos?- preguntó
regresando a las conversaciones que se daban entre combates de pasión
abrasadora.
-
Por tu sexualidad- le contestó Inés, sin restos de regaños así
misma. Sus manos y prácticamente todo su cuerpo era libre, para
deleitarse con Marina. Ya fuese delineando sus labios, su nariz o
acercándola a ella, sin permitir que ni el aire, corriese entre
ellas.
-
Ah si..- habló haciéndose la interesante Marina. Increíble, como
el solo contacto de su desnudo sexo con el vientre de Inés, era tan
sumamente placentero- Yo era muy heterosexual, ¿sabes?
-
Jajajaja, definitivamente si. Créeme que lo sufrí- tan próximas,
le era imposible no buscar con la boca el sensual cuello de Marina-
¿Y ahora lo eres?- preguntó descendiendo tan suave por su cuello,
provocando que a ella misma como a Marina, se le erizase el vello de
todo el cuerpo.
-
Pues...pues- titubeo a propósito Marina. La suave caricia de Inés,
precipitándose hacia su clavícula unido al placentero roce de sus
cuerpos, la hizo alzar el cuello, queriendo degustarla al máximo- Me
importa tan poco, como si fuera hay vida o no- confesó, con la
respiración alterándose de a poco.
-
Ha sido bestial, sentir que no tenias ni una pizca de miedo o reparo-
prosiguió Inés, abarcando más piel, guiada por una tibieza
perfecta.
-
Uhm...miedo si, mucho.. Justo donde me estas besando- le indicó
iniciando un nuevo juego bien caliente.
-
¿Aquí?- se aseguró Inés, sorbiendo el trocito que indicaba
Marina. El gemido provocado, ansió a sus dientes, queriendo
morderlo.
-
Si...- contestó Marina, comenzando a bailar su sexo en el vientre
que estaba provocando todas sus ganas- Y por aquí más- continuó
empujando la cabeza de Inés hacia su pecho.
-
Joder si...- continuó el juego improvisado por Marina, sin necesidad
de apremios. Ya eran bastante sus infinitas ganas por lamer y morder
cada milímetro de Marina, más aún su voluptuoso y hermoso pecho,
que ya la recibía endurecido. Camino a la aureola tan proporcional
al tamaño de su pecho, que amenazaba con hacerla guardar pleitesia
para los restos, avanzó hasta delinearla y con Marina, casi
jadeando, no evitó la broma- Ufff...este me teme mucho, si- dijo
antes de atrapar entre su boca el pezón duro y erecto. Muerto no de
miedo y si, de deseo.
-
Si..si y este mucho más...te bollo teme muchísimo- acostumbrada a
las bromas de Inés, en cualquier situación, la siguió, como hizo
con su mano, llevándola directa a su sexo.
-
Jajaja- conocida la broma del bollo acompañado de cualquier otra
cosa, Inés rió sin soltar su pezón, mientras sus dedos se mojaban
al compás del deseo de Marina. Tan caliente, tan húmedo y tan
hinchado, que su boca deseó beberse lo que sus dedos provocaban. Con
maestría y deliciosa suavidad, se colo entre sus piernas, sin dejar
una sola gota que no fuese suya.
Para
cuando Marina volvió a besarla, en la boca de Inés encontró su
propio sabor. El más íntimo de ellos, y fue tal el impacto de
saborearse en ella, que deseo de una forma visceral, el sabor
mezclado de ambas. Toda una mujer, y consciente de lo mucho que le
estaba gustando cada cosa descubierta o compartida con Inés,
no titubeo siendo ella la que ahora descendía por el cuerpo de Inés,
con un destino muy apetitoso.
Ella
no podría tener reparos, pero para Inés fue preocupante. Marina no
había estado con ninguna mujer antes de ella y su camino a
electrificantes caricias le aventuraban un final de trayecto,
totalmente desconocido para Marina. La sonrisa de ésta, ya entre sus
piernas, no sólo la hizo pensar en la pedazo mujer que era Marina,
sino que la tranquilizó, invitándola a descubrirse junto a ella.
Gemo, eres...la leche¡¡¡¡¡
ResponderEliminarAyyy...Diooosss miiiooo!!!
ResponderEliminarPERFEITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO GEMITO
ResponderEliminarBRIGONINHA
No os vais a poder quejar...esta semana os he dejado preparados un trozo a diario...espero premios para mi...tipo bombones y esas cosas eh? Besis a todo@s by gemoloker
ResponderEliminarTambién acepto cariño y chupones jajajaja ains mare
EliminarDios...estoy aquí hablando sola, me faltan pastillis..me están faltando si
ue quanto tempo demora chegar uns bombones daqui do Brasil ai hein vc merece variassssss
Eliminarbrigoninha
Ojala pudiera persomalmente carño... Ya q tu has abierto estas preguntas ...Tengo q confesarte q eres mi amor platonico desde hace muchiiiiiisimo tiempo ...me gustas muchas cosas de tibpero sobre todo como escribes... Muchas gracias por todo lo q nos das... Un saludo C
EliminarAyyyy te como pero ya. Y eso que no me has visto siendo incapaz de destapar un yogur, ni una lata de atún, ni pelearme con la lavadora que no me entra en la cabeza tenga que esperar a que haga clic para poder abrirla, ni tampoco...bueno, mejor lo dejo o se te acaba el love jijijiju Gracias guapi. Ah q soy Gemo y voy a trabajar y eso..
EliminarMuchísimas gracias Gemo! Me encanta. Menuda química que tiene esta pareja, son absolutamente adictivas...
ResponderEliminarL.a.c.e.r
Uffffff, uffffff y super uffffff!!!!! Te mereces todo lo que quieras y mucho máaaaaaasssssss!!!!!!! PRECIOSO Y ALUCINANTE. Gracias GRAN GEMO.
ResponderEliminarConstance
El recuerdo de los momentos con sus padres, tan íntimo y entranable, compartido con la mujer de la que se enamoró y que además esta mujer la comprenda y la contenga con toda su ternura, es especial. tienes un poder descriptivo espectacular. Te hace leerlo una y otra vez hasta captar toda la esencia de las palabras. otra vez, gracias Gemo.
ResponderEliminarConstance
....Y LO DICHO CON ANTERIORIDAD..LO REPITO AQUÍ...LO QUE ME PERDI EN ESTOS DÍAS...NI LA LUNA...QUE SOBRE MI POSA AHORA MISMO MIENTRAS ES TODA UN DELICIA LEERTE...PUEDE HACER SOMBRA A ¡¡¡TANTO¡¡ ARTE¡¡¡ NI LA LUNA..NO¡¡¡
ResponderEliminar... Y MERECES...BOMBONES...REGADOS CON EL MEJOR DE LOS VINOS...Y HASTA UNA PLUMA DE ORO Y PIEDRAS PRECIOSAS...PARA SOLO DAR UNA PEQUEÑEZ..A LA GRANDEZA DE TUS LETRAS...DE CADA UNA DE ELLAS...TAN GLORIOSA...COMO ''ESE SABOR QUE LLEVAN LOS BESOS DE LAS AMANTES QUE POR FIN DAN RIENDA A SU AMOR YA..Y A SU PASIÓN SIEMPRE...¡¡¡ ABSOLUTAMENTE INCOMPARABLE YA LO TUYO¡¡¡¡ COMO SABES SACAR ESOS MOMENTOS CALENTITOS....QUE SUBEN HASTA..HASTA...SII...HASTA ALLÁ¡¡¡¡
INCREIBLE ERES ESCRITORA¡¡¡¡ INCREIBLE¡¡¡¡ Y...Y....¡¡¡ÚNICA¡¡¡¡...NORMAL QUE HASTA ENAMORES PLATONICAMENTE¡¡¡ ES PARA ESO Y MÁS...LO QUE SABES DAR CON TUS LETRAS...
GRACIAS....ESCRITORA...POR ¡¡TANTO¡¡¡
CELESTE-NEGRO
Ufff. que alegria me has dado, me lo has puesto muy facil, tengo que decirte que soy una experta en destapar el yogur, abrir las latas de atun y la paciencia del santo Job para esperar poder abrir la lavadora.
ResponderEliminarMis defectos, no te lo voy a decir porque no quiero perderme tus comentarios jajajaj.
Escribes de maravilla, muchas gracias por tus generosidad
Un abrazo C