El
cambio de Inés, no paso desapercibido para ninguna. Laura rápido
interrogó con la mirada a Marina y ésta solo abrió la boca
impotente. Así las cosas, Inés salió la primera, seguida por una
Marina que se mordía la lengua, auto-imponiéndose paciencia
infinita con ella, dadas las circunstancias y tras ellas a la par,
Karla y Laura.
-
Pufff, por si no tienes amigas lesbianas, te aviso...estas ante su
primer bollo-drama- le comentó Karla, resguardándose bajo su
abrigo. La noche en la sierra se presentaba invernal. Laura no la
entendió y como decía Karla, no tenía amistades cercanas
lesbianas, pero con Marina con un pie en la otra cera, bien valía
informarse.
-
¿Bollo- drama? ¿Que es eso?- se interesó, imitando a Karla. Fuera
hacia un frío que pelaba, algo que parecía no importar a Marina e
Inés, que caminaban cómo si nada y alineadas en fila hacia el coche
de la primera, único a esas horas en el amplio aparcamiento.
-
Mujer contra mujer, de cualquier cosa hacen un mundo- le contestó
Karla, aprovechando para encenderse un cigarro. La única cosa
ocurrida antes del cambio de Inés, había sido la llamada
oportunísima de Manu.
-
Y su cualquier cosa es Manu. Ya veo...- encajó las piezas Laura, la
mar de interesada, pero la sonrisa obvia de Karla, le molesto. Toda
la culpa no la tenía Marina- Pelin exagerada en ese punto tu
hermana, dejame que te lo diga.
-
¿Mi hermana?- fingió indignarse Karla, dispuesta a demostrarle en
primera persona que era un bollo-drama- Perdona...pero Marina digamos
que puede provocarle celos al más liberal. Manu, Xavier...y hasta
ahí sabemos, pero la lista puede ser bien larga.
-
Vamos ya...¿la estas llamado golfa?- indignada Laura podía llegar a
ser más histriónica que Marlene Dieteich una mala noche. Ofender a
Marina, la misma que tendía las llaves a Inés esperando alguna
palabra o sonrisa que no llegaba, era ofenderla a ella o más, bajo
el pacto de la fraternidad irrompible firmado por ambas en párvulos.
-
No llegó a tanto, más bien ligerita- bajó el nivel de bollo drama
Karla a propósito, fingiendo una pasividad que desataría los
nervios de cualquier mujer.
-
Es que no puedes llegar ni a eso. Pues yo he tenido más relaciones
que ella, ¿a mi que me llamas?- conseguido, Laura participaba en un
bollo-drama en primera persona y a lo Aba Gadner en soy el máximo
emblema de la feminidad, se marchaba al coche atusando su rubia y
cuidadísima melena. En otras condiciones, Karla se hubiese
descojonado ahí mismo, Laura era alguien a quien tener al lado a las
buenas y a las malas, porque siempre sería el agua en el desierto.
-
Y esto es un bollo-drama- la siguió haciéndola detenerse con los
ojos bien abiertos. La mar de curioso era el mundo de las lesbianas y
tenia tanto por aprender.
-
Ya veo- gesticuló Laura a lo Sherlok Homes, mirando de reojo a la
pareja que se subía al coche, en completo silencio. De haber tenido
pipa, hubiera golpeado la boquilla contra sus labios.
-
Así es...el bollo-drama será peor cuanto más bollo-intensas sean
ambas partes- continuó Karla, enamorándose fuerte de cada gesto,
expresión u ocurrencia de Laura. La misma que ahora entrecerraba los
ojos, procesando datos.
-
No me digas. Marina es intensa, eso es innegable- mostró su
preocupación sin mucho tiempo para seguir empapándose del
lesbianismo y sus modos. Inés ya había arrancado el coche de
Marina, y ambas las miraban. Desde fuera de notaba el bollo-drama
elevado a la máxima potencia.
-
Pues mi hermana no ha sido intensa nunca, más bien al contrario, por
todo lo que nos ha pasado es más de reírse sin grandes traumas,
pero con Marina pues- dejo caer apurando su cigarro. Con Marina según
la pose que le veía en el coche, su hermana era de lo más bollo
intensa.
-
Ayyy, es lo que más me esta gustando de ellas. Si te fijas, se
comportan como toda una pareja, sin haberse dado ni un solo beso-
suspiró enamorada Laura, pese a la mirada fulminante que estaba
recibiendo de Marina, ordenándola subir al coche.
-
¿No? ¿Estas segura que no lo han hecho?- la interrogó Karla,
haciéndola dudar.
-
Que yo tenga conocimiento, no. Y la mato como no me lo haya contado.
Debe ser tan bonito y tan especial- se dejó caer apoyada en el coche
en el que en teoría debían subirse. A su estilo, suspiró antes de
cerrar los ojos presa de sus ensoñaciones- Labio a labio femenino,
la suavidad que enerva, sin prisas, reconociendo sabores, amando su
mezcla, el pequeño mordisquito que anuncia un nuevo enredo, la
sonrisa intercalada, el abrir y cerrar de ojos, el beso que prosigue
a tientas, distinto siempre y nunca igual. El deseo que nace vigoroso
y que asciende sin brusquedad, manejado por la inimitable,
sensualidad femenina- abrió los ojos, necesitando un abanico, de
pronto no había frío y Karla, la miraba totalmente absorta- Jajaja,
me pongo cachonda de unas formas tan originales, que no me beso
porque no puedo. Venga, sigamos con las clases. ¿Que se supone
debemos hacer nosotras?- le preguntó a Karla, que tras un carraspeo
decidió por fin subirse al coche.
-
Nada, no se te ocurra intervenir aunque ellas directamente te metan,
o estarás en problemas- aconsejó a la Laura, deseando que o Marina
o Inés, justamente le hicieran partícipe solo por ver su reacción
que sin duda, no tendría precio. Para Laura eso se resumía en ser
sigilosa y estar callada, por eso se cubrió la boca con su fular,
mirando sin pestañear por la ventanilla- Jaja, eres lo mejor.
-
Sush...calla, no queremos problemas- le pidió Laura metida de lleno
en su papel. Aunque al rato comenzó a aburrirse, Marina e Inés,
continuaban en un tenso silencio, que amenazaba con hacerla
intervenir. Por suerte, a Marina le volvió la voz.
-
Estaremos un rato, y después nos iremos. No pude cambiar el turno de
mañana- comentó intentado una vía de comunicación con Inés, pero
ésta volvió a omitirla. Habiendo estado ya en si casa, supo que
poco quedaba de camino y no le apetecía lo más mínimo llegar a la
casa de esas maneras- Inés- la nombró paciente aunque el aire
expulsado de más, le resto paciencia sumándole el enfado que
sentía- Genial- musitó ofuscada- nuestra enésima bronca y todo por
unos celos estúpidos- prosiguió a baja voz, prefiriendo mirar la
oscuridad por la ventanilla, que mirarla una vez más y hacerla
hablar como fuese.
-
Si fuese eso- dejo caer Inés, con toda la intención. Sin ver como
el par que viajaba en los asientos traseros se daban la mano, tras el
gesto de Karla, anunciando la explosión del bollo-drama.
-
Ayyy, la mía esta que explota, que yo la conozco- le susurró Laura
a Karla, quien miró a su hermana, no encontrándola en mejores
condiciones que Marina- Sush.. Calla
-
Pero si no he dicho nada- se quejó Karla ante el silencio pedido por
Laura y ésta se cubrió de nuevo la boca con el fular, ésta vez
para retener la risa nerviosa que le daba la situación.
-
Ha sido llamarte Manu, y cambiar tu actitud conmigo...celos, cariño.
Se les llama así- prosiguió Marina, dejando la paciencia a un lado.
Ya le había dado suficiente espacio, pero que continuará callando y
que además, la mirase cómo lo estaba haciendo, terminó por
enfadarla. Demostrando ser tan intensa, como lo había dicho Laura.
-
Celos dices...jajaja, hay que...- se mordió la lengua Inés, pero al
mordérsela salió todo el veneno- Meses imaginándote, uniendo
cachitos de ti como en un puto puzzle y después, me vengo a enterar
que sabía cómo eras porque ya me habían hablado de ti. De tu color
de piel, de tus pobladas pestañas, de tu generoso pecho y hasta de
lo pu- no freno lo bastante rápido como para no aventurar la palabra
que seguía. Palabra e incluso frase final, que Marina entendió
demasiado bien.
-
Te libras de una bofetada, por estar donde estamos, ¿y sabes que? Te
jodes si sabes lo puta que soy en la cama sin haber estado en ella
conmigo y te jodes otra vez, por estar hablando de esas cosas
con un imbécil cómo es Manu. No me voy en un rato, me voy en cuanto
lleguemos- la respuesta de Marina, dejó al coche en completo
silencio. Ines no daba más que para acelerar queriendo llegar cuanto
antes a su casa y el par de atrás, se miró a ojos bien abiertos,
los segundos que tardaron en curiosear el momento.
-
¿Tanto es?- se interesó Karla sobre las cualidades de Marina en la
cama, a pesar de la congoja que le suponía ver a Inés, pasándolo
muy mal.
-
Seeh- contestó exagerando Laura- Pero yo más, ¿eh?- insistió
aprovechando para realzar sus mismas o mejoradas cualidades.
Conociendo a Marina, no había vuelta atrás y en cuanto llegasen, se
marcharían- Que tontería, pasado tenemos todos.
-
Ya claro, pero ha debido ser heavy para mi hermana estar comentando
cosas tan íntimas y enterarse que hablaba de Marina- salió a la
defensa Karla de su hermana, ella también podía ser intensa y
montar un bollo drama con relación o sin ella.
-
¿Pero que cosas le contó el tonto de Manu?- se preguntó Laura,
anotándose asesinar a ignorancia al pavo de Manu y su larga lengua.
-
Pues...no se, lo que se comenta entre amigos- se relajo Karla,
imposible no hacerlo si Laura le pellizcaba como nena pequeña el
dorso de su mano.
-
Ah...esto me recuerda a Miguel, mi ex...jajaja, ay madre mía- el
recuerdo de su ex y las muchas conversaciones íntimas con Marina
sobre él, le hicieron reír, recibiendo la dura mirada de ésta.
-
¿Que le pasaba?- se interesó Karla, acomodándose en Laura. En nada
llegarían a la casa, sin que su madre saliese a recibirla con un
rico vaso de leche.
-
Veras...tenía su cosita doblada- comenzó a contarle entre risitas,
que a Karla volviendo a sentarle cómo agua en el desierto-
Y...cuando, tu sabes...se le notaba aún más. Lo deje justo cuando
se iba a operar y ayyy, ya estamos llegando- exclamó al ver la
entrada de la casa y ni corta ni perezosa, hizo que Karla se
incorporará para tomarla del rostro- No voy a dejar de estar
pendiente de ti. Llamame cuando necesites, cuando quieras charlar,
cuando necesites llorar con alguien o simplemente, cuando sientas la
necesidad de escaparte de un baño por la ventana- se ofreció
pasando de la risa al llanto y afectuosa a morir, se lanzó a
besuquearla.
-
Jajaja, vale...lo haré- rió Karla encantada con ella y terminó por
abrazarla, ahogando en su hombro un suspiro que amenazaba por hacerse
llanto.
-
Ayyy, mi pequeña fugitiva- la acuno Laura entre sus brazos, con el
coche deteniéndose. Las dos se despidieron con la firme promesa de
estar en contacto y porqué no, de verse.
Mientras
que Inés, salia del coche sin intercambiar una palabra o mirada más
con Marina. Ésta se quedó en el coche y no se sorprendió al ver
aparecer por la puerta a Susana. Esta vez en compañía de un chico.
Sin querer ver a Inés, adentrarse en la casa sin tan siquiera
mirarla, fijo su vista en la casita del árbol, esperando que Inés
terminará de entrar y solo salió del coche, cuando Inés ya estaba
dentro de la casa.
Para
no variar, Susana siguió sus pasos hacia ella misma y el chico
situado a su lado, se adentró en la casa tras Inés. Nada podía
saber Marina, de lo que en esos momentos, Susana recordaba...
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Sacar
a su cuñada de la casa, para disfrutar del sol sobre el césped,
había sido una excelente idea. No muy conversadora, como mejor podía
ayudarla en sus duras etapas depresivas por la pérdida de su marido,
era esa. Sentarse junto a ella, a degustar una buena copa de vino,
sin necesidad de banales conversaciones. Ella había perdido a un
marido y a un excelente padre de sus hijas, pero no era la única que
había perdido. Ella también lo había hecho, un hermano y más que
eso, un amigo. Por suerte, sus sobrinas estaban rodeadas de
familiares y amistades, que las mantenían entretenidas y para mayor
suerte, Inés estaba en la edad, en la que un simple beso,
mejora tu día.
Y
fue a Inés, a quien vio bajar de un salto de la casa del árbol,
claramente ilusionada. Le extraño el cronómetro en su mano, pero
entonces recordó que había subido a esa casita acompañada de una
monada de niña.
-
Toma ya- saltó Inés antes de llegar a ella, alzando el cronómetro
y usual en ellas, se chocaron las palmas, bajo la atenta mirada de
Carmen- La he besado durante cuatro minutos y treinta y seis
segundos- les dijo sonriendo al máximo. Todo un récord de beso y
tenia el cronómetro de su padre como testigo. Susana le sonrió
negando con la cabeza, mientras Carmen, paso a regañarla con sólo
nombrarla.
-
Inés- la nombró claramente molesta, sin que Inés, entendiera el
porque de su regaño- ¿La besas por más de cuatro minutos y la
dejas sola en la casita?- le explico dándole los segundos necesarios
para que Inés abriese la boca para quejarse sin que saliese ni una
sola palabra.
-
Jolines...es verdad- comprendió a su madre y con destreza, se
esforzó en preparar un buen ramo de flores silvestre del mismo
jardín que pisaba, ante la sonrisa más que orgullosa de su madre.
Unas ramas de pino como fondo, unas cuantas margaritas y listo, tenia
el ramo preparado para la chica que esperaba en su casita- Ya
esta...¿te gusta?- le preguntó a su madre y le bastó, la sonrisa
de ésta, de lo más bonita. Tocaba correr y subirse a la casita,
pero a medio camino volvió hasta su madre y Tía- Después te hago
uno a ti, bien bonito.
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El
recuerdo a Susana le hizo mirar a la ventana de la habitación de
Inés, ventana que se iluminaba en ese momento, haciéndola sonreír.
Ines no había cambiado tanto desde aquellos años.
-
Susana- el llamado de Marina, parada a su frente, le hizo mirarla-
Me..me hubiese encantado tomar una copa de vino contigo. Pero tengo
que irme- comenzó a despedirse Marina, ojeando por la ventana, como
la casa parecía llena, seguro que con Silvia dentro- Queda en buenas
manos- terminó suspirando fuerte y cuando quiso mirar a Susana, ésta
estaba prácticamente pegada a ella. En su ya habitual silencio, vio
como sacaba un pañuelo del bolsillo de su chaqueta y como con
extrema suavidad, limpiaba sus mejillas. Marina ni siquiera se había
dado cuenta que estaba llorando.
-
Queda en las mejores, o sea conmigo- específico Susana, terminando
de secarle el rostro- Tened cuidado en el camino- se despidió
dejando un suave beso en la mejilla de Marina, que correspondió a su
delicadeza con una sincera sonrisa.
-
Ejem- carraspeo Laura haciéndose notar tras ellas. La rubia se moría
por conocer a tan enigmática mujer con detalles tan deliciosos cómo
el que acaba de tener con Marina- Ayy, no pues que...al final, nadie
nos presentó- comentó ganándose la atención de Susana y no espero
que nadie lo hiciera, ella misma se presentó- Soy el bombón que iba
con Karla.
-
Insuperable bombón, diría yo- le pidió la mano Susana, para
besarla en su dorso y Marina rodó los ojos. Ahora tendría que
aguantar el entusiasmo de Laura todo el camino de vuelta. Lo peor, es
que continuaron empalagándose mutuamente.
-
Enigmática y con buen gusto, lo tienes todo- se lanzó a besarla
Laura, que hasta parecía medir más de lo que la realzaban sus
tacones, cosas de sentirse y actuar muy Marilyn Monroe - Te quiero en
mi facebook.
Marina
podía haber seguido rodando los ojos hasta cansarse. Pero no pudo
hacerlo, toda su atención se la llevó Inés, saliendo con una
pequeña caja, delicadamente envuelta. En solo dos pasos la tuvo en
frente, dejándola sin aliento.
-
Quería mandártela hace tiempo, pero entre unas cosas y otras no
pude hacerlo- la sobresaltó Inés, con la vista anclada a la pequeña
caja- Cuando...cuando mi padre quiso hacernos una casita de árbol,
hicimos varias maquetas y democráticamente ganó la que tienes
detrás. Pero ésta es la que más me gustaba a mi. Tengo dos
y...y..ufff, quería tuvieses una- concluyó incapaz de mirar a
Marina. Los dos días transcurridos hacían sido tan arrolladores con
ella, que no le quedaban sonrisas que mostrar, ni siquiera a Marina.
Pero a ésta no le importó en absoluto, al revés, la muestra de su
fragilidad más el precioso regalo, le hicieron cerrar los ojos al
tiempo que tiraba de la americana de Inés, sin ninguna pretensión
de aguantarse las ganas de besarla, como acabo haciendo.
-
Ayyy, su primer bollo beso, me muero de la alegría aquí mismo...ay,
perdón no debí decir eso, estando como estamos- el entusiasmo
desbordante de Laura viéndolas le hizo hablar de más, ante la
mirada divertida de Susana, que pronto calmó su arrepentimiento.
Mientras
Marina, arrugaba la americana de Inés, en un esfuerzo descomunal por
terminar un beso, que la estaba revolviendo por completo. Ines la
ayudó, dejando un corto beso en sus labios y cogió sus manos,
asegurándose que todo estaba bien.
-
Avisame cuando lleguéis- le pidió sin poder apartarse de sus
labios, asegurándose un nuevo beso, cuando Marina contestase.
-
Si- lo hizo Marina y ambas volvieron a besarse, antes de soltarse.
Una
vez estuvo en el coche con Laura, Marina la miró, esperando que su
amiga algo dijese, aunque tuvo que ser ella, quien lo hiciese.
-
No lo puedo evitar- dijo haciendo una pausa para tomar la mano de
Laura, alzándola con la suya- Me encanta.
-
Y a mi jajaja - la siguió Laura tan sonriente como se mostraba
Marina- Pero no se dice así, se dice...me bollo encanta. Ayyy, soy
muy bollo feliz por ti, ahora mismo. Y me muero por abrir el regalo,
¿me dejas?
La
respuesta de Marina fue si, con más ansiedad que Laura, por ver la
maqueta de la casita de Inés. Nada más desenvolverá ambas abrieron
los ojos sorprendidas. La maqueta de Inés era un enorme helicóptero
como casa de árbol y no venia solo, dentro esperaba para Marina, un
bonito juego de pendientes.
-
Ayyyy me bollo enamoro fuerte, que siiii. ¿Me los dejas para la
Comunión de mi primo?
- No lo puedo evitar..... Me encanta.( me desvelo para poder leerte 2.46 a.m )
ResponderEliminarmuchas gracias Gemo !
Estrella fugaz
¿Te quiero en mi Facebook? Jajajajaja, me encanta esta Laura, es de lo más graciosa. En cuanto a nuestras protagonista, estoy deseando que hablen las cosas en serio de una vez y con tiempo. También será curioso leer la próxima vez que la piloto se vea con Manu sabiendo ahora lo que sabe.
ResponderEliminarEl regalo de Inés, por cierto, precioso.
Me gusta muchísimo la historia...gracias por el trozo.
L.a.c.e.r
Como alguien cantaba...amo a Lauraaaaa, amo a Laura. Esta de categoría la historia Gemo. La tienes perfecta y es lo que más me gusta de tus historias, la mezcla de protagonistas. Y para no aburrir, me encanta el carácter de Marina..es distinto, me gusta. Gracias y sigue por favor
ResponderEliminarQue linda que es esta historia!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias por escribirla
Siempre leo tu historias porque me gusta muchisisimo tu forma de escribir, aunque nunca he comentado, pero hoy no pude aguantar y tuve que dejar la flojera para decirte que me super-mega-recontra-ultra encanta esta historia, esta buenisima la historia, cada uno de los personajes, todo esta perfecto...
ResponderEliminarEl caso es que los bollos celos siguen presentes asi se regalen bollos maquetas de helicopteros con bollos pendientes incluidos. Y es normal que los celos fluyan en cualquier instante. En realidad entre ellas un compromiso formal no hay todo es solo supociciones por la quimica que tienen ambas. Sin embargo es imposible que con esos detalles Marina no se sienta encantada y enamorada. Como es imposible que no reaccione y se defienda de los ataques hasta cierto punto groceros de Ines. Y Laura es todo un caso... el toque de frescura y ocurrencias divertidas
ResponderEliminarGenial gemo y bueno se que nos repitimos mucho pero la historias es magnifica.
.....¡¡¡¡ IMPOSIBLE¡¡¡¡ DE TODO PUNTO IMPOSIBLE¡¡¡¡ NO EMOCIONARSE...NO VOLVER HACERLO¡¡¡ NO SOÑAR¡¡¡¡ NOO '''SENTIR'''..IMPOSIBLE¡¡¡¡...
ResponderEliminar......ESE...ESE...REGALO¡¡¡¡ ESA MAQUETA DE..DE...ESE REGALO OTRA VEZ¡¡¡¡ Y OTRA VEZ¡¡¡ ESOS PENDIENTES¡¡¡ '''ESE REGALO DETALLE DE MUJER..MUJER..MUJER¡¡¡¡...ME ENCANTO¡¡¡¡
.......ESE PRIMER BESO...DESPUS DE ESE ROCE...ESOS CELOS..DE..PAREJA SIN AÚN BESARSE...COMO DECÍA LAURA¡¡¡¡ ES ...UNA HISTORIA TAN TAN TAN REAL EN CUALQUIER MUJER..EN CUALQUIER HISTORIA DE LA VIDA MISMA¡¡¡
....ESCRITORA.....QUE DECIRTE YA¡¡¡¡¡ ADEMÁS DE QUE ESA LAURA ME ENCANTA...ESOS BOLLO-DRAMAS¡¡ QUE Y CLAMAN¡¡¡ QUE DECIRTE...SI UNA Y OTRA VEZ¡¡¡ NOS DEJAS SIN PALABRAS¡¡¡
¡¡ME ENCANTA¡¡¡¡...ACES..¡¡TANTO¡¡¡ CON CADA LETRA TUYA¡¡¡QUE FASCINAS...ENLOQUECES¡¡¡ SIII¡¡¡¡¡
....GRACIAS....ESCRITORA...POR¡¡¡ TANTO¡¡
CELESTE-NEGRO.