martes, 5 de agosto de 2014

112- Emergencias 29


A Marina no le quedo ninguna duda de quien era la mujer que se apoyó en el marco de la puerta, ante sus palabras, con una sonrisa de lo más idiota. Sentir como la miraba de arriba a abajo, no la achico lo más mínimo e incluso, pudo notar como las uñas le crecían.

- Mm...cuanta hostilidad siendo dos desconocidas- habló tras unos segundos de reconocimiento mutuo, Silvia. No siendo ninguna de las amistades de Inés y tampoco familiar, para Silvia la castaña que le mantenía la mirada alzada cómo gallo, no podía ser más que alguna compañera de emergencias y dentro de ese grupo, alguien con la suficiente cercanía y confianza, para estar en su casa y en su habitación. La ecuación era sencilla, si sumaba la mala baba con que esa mujer la estaba miranda- Ah ya...ni tan desconocidas, debes ser la doctora- apostilló pidiendo paso. Marina con extrema lentitud se movió lo justo para que Silvia pasase.

- Aja, soy Marina- uso su nombre en reprobación la distancia con Inés marcada en sus palabras, en tanto Silvia cruzaba la puerta, exagerando al agachar la cabeza para mirarla. La sonrisa ahora más estúpida de Silvia, le hicieron recordarse donde estaban y porqué.

- Lo cierto es que tu me has reconocido antes que yo- ignoró lo que dijese Marina, dando cortos pasos por la habitación de Inés. En pleno duelo no anunciado, se guardo de demostrar lo mucho que esa habitación le gustaba y atacó queriendo poner a cada una en su lugar- Tendrás que disculparme, te imagine más alta y llamativa, claro que...conociendo a Inés, era difícil imaginar otra cosa.

- Jajaja- rió Marina, sin proponérselo. El ataque personal, le pareció de lo más infantil, propio de tías que arrastran complejos subidas a veinte centímetros de tacón. Reteniendo sus risas, se cruzó se brazos cómo la propia Silvia, plantándole cara- Perdona, yo no te imagine, pero te hice más inteligente. Me sobra con mi estatura, si es lo que te preocupa- terminó en una sonrisa altiva. Silvia podía medir lo que midiese y tener el porte que tenía, pero el zorra lo llevaba grabado en la frente. Y la zorra no pareció inmutarse, ni siquiera ofenderse, se limitó a mirarla por segundos, hasta que culminó su examen sobre Marina.

- Toda una hetero aventurera resultaste- escupió Silvia, casada de la pose altanera de Marina y se lanzó directa, a rebajarla- ¿Hasta cuándo será? ¿Hasta que paseando tomadas de la mano algún payaso homofobo os moleste? ¿O hasta que no sepas como presentarla a tu círculo? O quizás...¿cuando temas que en tu partido político se enteren? No por tener una presidenta que mantiene una relación lesbica se está a salvo de la discriminación...¿tiraras todos tus esfuerzos por Inés? ¿Será hasta ese momento?- preguntó prácticamente sin respirar y se anotó, cada impacto logrado en Marina- No soy tan tonta, y lo que si soy, es curiosa cuando se trata de salvaguardar a quien me importa.

- Pues hay un dicho que dice, la curiosidad mato al gato- las interrumpió Susana, sorprendiendo a ambas. Silvia enseguida mostró rabia por su intromisión, mientras Marina trataba de mantenerse tranquila, así le costase respirar.

- Que gusto verte, Susana- la saludó Silvia con auténtica desgana. Había conseguido acorralar a la doctora y como grano en el culo, llegaba Susana en el mejor momento.

- Curiosa y claramente mentirosa- apuntilló Susana, dejando una disimulada caricia en la mano de Marina. Viendo a Silvia a punto de contestarle, prefirió adelantarsele- Venga...traga bilis y vamonos al Tanatorio, en nada será la incineración- con desparpajo despacho la tensión entre todas y con confianza tomo la mano de Marina tirando de ella. Como en el Tanatorio se había dejado guiar por Inés, ahora lo hizo con su Tía. Pero las acusaciones de Silvia pesaban y bajando las escaleras, no pudo callarse.

- Hoy la he visto por primera vez, hoy...y..y...- detuvo el avance de ambas y Susana se giró a mirarla. Tan cerca y seria, que un tanto la intimidó. Susana se había duchado y cambiado de ropa. Americana y pantalones de pinzas gris humo, con botas moteras doc martens negras, camiseta blanca, fular y gorro negro, que le daban un aire androgino muy atrayente-  Nosotras nos entendemos, ¿vale? No se porque tengo que dar explicaciones o...o

- Hey...- la interrumpió Susana y hubiese sido un alivio si sonríese, cosa que no ocurrió -que yo no te las he pedido- dijo Susana volviendo a bajar las escaleras. Lo que menos le apetecía en esos momentos, era estar en medio de una pelea de gatas.

- Ya...por eso has sido tan simpática y agradable conmigo- la reprobó Marina bajando tras ella.

- Es que yo no lo soy nunca. No se porque tengo que dar explicaciones- la imitó claramente y volvió a gustarle Marina. Arriba le había demostrado ser más que una cara bonita con un espectacular escote y había sido, justo por dejarse vencer. La cara de Marina molesta por su imitación, le hizo sonreír por dentro- ¿Y el jersey?- interrogó acusativa, viendo las manos vacías de Marina, quien en teoría había subido en busca de abrigo para las chicas.-

- Que lo lleve la mastodonte- contestó Marina a medio reír. Menudo día estaba llevando y lo que le quedaba.

Muy distinto al que estaba llevando Laura. Cuando Marina desapareció de la mano de Inés, se quedó sin nadie conocido anteriormente a esa triste cita. Con Manolo y Celia estuvo entre agradable conversación hasta que necesito ir al aseo. Viva y alegre, entrar al Tanatorio le produjo cierto desánimo e incluso grima. No muy católica, fue cerrar la puerta del baño y santiguarse por lo que pudiera pasar. Nada más hacerlo y antes de lavarse las manos en su usual costumbre de hacerlo antes y después, el fuerte olor a marihuana, le hizo abrir los ojos a punto de indignarse. Pero no le dio tiempo, una chica salió de uno de los cubículos, para saltar con agilidad a la ventana, por la que parecía se disponía a escapar como si estuviese en un presidio. La extrañada escapada dejó a Laura parada, mirando como la chica terminaba de salir por la ventana.

- Pero bueno...¿apestas esto y ahora sales a la calle?- preguntó sin dejar de alucinar con un gusanillo inquieto subiéndole por los pies. ¿Donde iría la chica? ¿Por que huía por la ventana? ¿Y que hacía fumando maria en unos aseos de Tanatorio? Demasiadas preguntas para quedar sin respuesta por hacer un pis. Olvidándose de su fisiológica necesidad, salió del baño y astuta, sonrió a quien se iba encontrando, mientras  calculaba por donde debía salir para encontrar la pared por donde había huido la fugada del velatorio. Con su chispa habitual, al salir se cruzó con Manolo y Celia, quienes la miraron sin nada mejor que hacer- Chicos...esos baños deberían ser cerrados, no os digo más- les explicó a su forma sin detenerse. Debía llegar a la esquina cómo hizo y entonces girar. Pero, debía ser más disimulada y sigilosa. Por eso se puso las gafas de sol, revisando que nadie la viese y se cubrió la boca con su fular. Su propia imagen parapetada en la esquina, le recordó más a Isabel Pantoja que a James Bon, y obvio, le fue imposible no reír- Jajaja, ayyy que me hago pis- con tanto jugar a los espías mal logrados la chica se le escapaba directa a lo que a esa distancia le parecía un prado. Debía avanzar cómo hizo un tanto agachada, menos mal que las miradas que recibió extrañadas por su forma de caminar, le hizo espabilar y aligerar el paso. La chica de pantalones bombachos, bajos de cadera y camiseta, andaba demasiado deprisa para una Bon improvisada. Con tanta película montada en su cabeza no llegó a alcanzarla, pero siguió su pista con la astucia justa de seguir una línea recta. Tras ella, un hermoso prado propio de la sierra segoviana y como propias, unas cuantas reses pastando tranquilas- Ayyy, no llevo rojo, dejar de mirarme no ves- advirtió a las resés, que natural pasaron de ella, más centradas en apurar los pocos rayos de sol que les quedaban. La chica se sentó en la misma hierba que rumiaban las vacas y en pocos pasos más, llegó hasta ella, por suerte a distancia de las resés. De nuevo debía ser precavida, si las resés estaban a la derecha de la chica, ella debía ponerse a la izquierda, no fuera a ser que les diera por embestirlas. Después de todo, ella desconocía quien era la chica a ratos fumetas, a ratos fugada- Tu fumas hierba y esas de ahí se la comen. Que cosas, ¿no?- improvisó sin haberlo pensado. Había seguido a una desconocida y ahora tomaba asiento junto a ella, de educada era decir algo como había hecho. La chica la miró un segundo, para después dejarse caer en la hierba.

- Si vas a decirme que lo sientes mucho, cuenta con que ya lo has hecho y dejame en paz- le espetó la chica en un tono que a Laura se le antojó familiar. Laura enseguida la chequeo, tratando de recordarla sin conseguirlo, desesperando a su objetivo- Que me dejes en paz- insistió la chica,  y a Laura se le iluminó la bombilla. Con esa misma chica, ya había discutido antes.

- Chica...lo tuyo es querer discutir conmigo en cualquier forma o lugar- se quejó queriendo tumbarse como lo estaba Karla, pero las resés seguían cerca y su ropa no merecían las posibles manchas verdosas.

- ¿Y lo tuyo que es?- le preguntó Karla claramente molesta con ella, y prácticamente con todo el puto mundo. Por las gafas de sol, no veía los ojos de Laura, pero si su sonrisa sarcástica. Lo estaba haciendo de nuevo- Oh vamos...casualidad- rodó los ojos sin querer ver como ahora Laura sonreiría por completo y prefirió mirar las resés- Saben distinguir a los extraños- quiso inquietarla usando a las vacas para ello, sería una buena forma de volver a quedarse sola- ¿Lo sabías?- insistió y maldijo la sonrisa que le brotó, al sentir a Laura aproximarse a ella.

- No les temo...y en todo caso, mi miedo será insignificante al lado del que tu estas sintiendo- mintió sobre su miedo a las resés, prefiriendo mirar al frente. Su carácter alegre y ciertamente impulsivo, no le impedía sentir cierta compasión por Karla. No debía ser nada fácil, probablemente de haberle tocado a ella, estaría mucho peor de lo que en apariencia estaba Karla.

- Si has venido siguiéndome hasta aquí para psicoanalizarme, estas perdiendo el tiempo- le avisó Karla, sintiendo unas ganas horribles de hacerse un ovillo, cerrar los ojos y dormir por años.

- Naah...no tengo especialidad. Me quede en medicina interna y como soy una vaguita, pues ahí voy, año a año- se explayo Laura sin dejar de prestarle atención. Debía ser tan doloroso, tan insufrible. Karla no podía pasar de los veinti pocos años y ya huérfana. De pronto sintió frío, un inmenso frío por ella- Te voy a abrazar, no vayas a gritar- la informó necesitándolo, sin olvidar las resés pastando cerca- Después nos vamos, se acerca la hora- se cuido de nombrar la incineración de su madre y se tumbó con cuidado a su lado. Cualquier falso paso y podrían desatarse varios acontecimientos. Que Karla la rechazase, que Karla se enfadase o que Karla hiciera lo que hiciera, provocase a las resés. Pero ni una, ni otra, Karla se dejó abrazar y estuvieron calladas por largos segundos, hasta que Karla, inició un doloroso intercambio de palabras.

- No quiero estar allí.

- No puedes dejar sola a Inés.

- Ella puede y creo que no la perdono por eso mismo.

- Mientes. Sabes que le duele tanto como a ti y solo envidias que ella pueda mantenerse en pie. Pero es solo eso, mantenerse en pie.

- No me psicoanálices.

- No lo hago....ayyy, creí apestarías a maria, pero no..hueles rico.

- Volverá a hacerlo, ahora se pasara la vida pendiente de mi, como si ella no importase. Ya lo hizo con mi padre.

- Es que invertir los polos seria catastrófico. Eres la peque.

- Ufff, es imposible no discutir contigo, eres bien cansina.

- Jajaja, y cariñosa. ¿A que empiezo a besarte peque?

- Cómo vuelvas a llamarme así, incitare a las vacas.

El grito siguiente de Laura, estuvo a punto de provocarlas, al asustarlas. El abrazo continuó, pero sin que Laura dejase de estar pendiente de la hora. Mientras en el tanatorio, Marina se escabullo de tener que presenciar el saludo entre Inés y Silvia. Ya tenía bastante sube y baja, como para añadirle ingredientes gratuitos. De nuevo su salvadora fue Susana, con la que en silencio, a la espalda del centro, se fumaba un cigarro, pensando en que momento elegir para marcharse. Después de todo, Inés estaba rodeada de amistades y familiares, y ellas apenas estaban coincidiendo. Lo más correcto a su parecer, era dejarla con ellos. El silencio compartido con Susana, era increíblemente tranquilizador y espiándola a hurtadillas, le encontró muchas semejanzas con Inés. Como la forma de estar parada o el toque atlético de ambas. Sin aviso y sin haber escuchado pasos, una mano en su cadera, la revolvió por entero y así, ni pudo tomar conciencia de como la dueña de esa mano, con la otra le quitaba el cigarrillo.

- Imagine que estarías aquí- la voz de Inés a su espalda, prácticamente pegada a ella, le supuso un desmedido vuelco. Su mano de nuevo deliciosamente apoyada en su cadera, fue un golpe de calor directo.
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. La verdad que no entendi muy bien la pelea de Silvia y Marina pero ahi estan las dos en el tanatorio acompanando a Ines en los momentos mas duros para culquiera que pierde un ser querido.

    Me gusta el personaje de Laura... Tiene algo que te atrapa con sus ocurrencias y tambien me gusta la idea que entre Karla y ella surga algo.

    Gracias gemo.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, me da a mi que Marina va a sudar tinta en este encuentro. Gracias Gemo, la historia tiene de todo, y el personaje de Laura es de lo más simpático.

    ResponderEliminar
  3. Silvia ha entrado a matar. Menos mal que Susana estaba cerca de Marina. Lo que sí queda claro es que esta última debe tomarse las cosas con más calma. No se hizo Roma en dos días. Primero debe ser consciente que está hasta las trancas de Inés, lo demás, una lo irá viendo. Esperemos que la piloto sepa estar ahí, como Marina lo está haciendo con ella. De todas maneras creo que tanta mano en la cintura, tanto susurro van a hacer que la doctora se olvide pronto que está ante una mujer y se deje llevar.
    Veremos que nueva conversación mantienen estas dos...y deseando que llegue mañana para leerla.
    Gracias Gemo.
    L.a.c.e.r

    ResponderEliminar
  4. ........ MARINA SABE QUE DEBE ESTAR...QUIERE ESTAR....Y SABE COMO ESTAR...POR MUCHO QUE ALGUIEN QUE YA NADA TIENE QUE HACER LA QUIERE FASTIDIAR...''' YO NO TE IMAGINE...PERO TE HACIA MÁS INTELIGENTE'''...JIJIJIJI ESO ES MARINA...PARA QUE DECIR MÁS...SI ESTA DICHO TODO...

    Y ESTAR ...ESTÁ....PARA CUANDO INES LA NECESITE ..LA BUSQUE...Y COMPARTA UN SIMPLE CIGARRILLO....POR ESO...PORQUE ESTA....SABE QUE INES...LA NECESITA...ESO TIENE UN NOMBRE EN ESTADO PURO...AUNQUE AÚN NI LO SEPAN...SI¡¡¡

    Y....ESCRITORA.....ESO DE QUE TUS PERSONAJES ...TODOS...TENGAN TOQUES DE PROTAGONISMO...PORQUE AL SE R COMO SON NO PUEDE SER DE OTRA FORMA..ES...ES...LO QUE ES ESA LAURA YA...INCREIBLE...JIJIJI ESE TROCITO...DONDE BRILLA CON LUZ PROPIA..CON O SIN ESPECIALIDAD ES..JIJIJI ME ENCANTA¡¡¡....
    Y SIGUEN...LAS DOS...INES Y MARINA...SIGUEN EN ESE PRIMER ENCUENTRO...DONDE NO TUVIERON EL MEJOR DE LOS ESCENARIOS...PERO LO IMPORTANTE SI...EL VERSE...Y SOBRE TODO ''SENTIRSE'''...
    ABSOLUTAMENTE DESBORDANTE ESTA HISTORIA TUYA ...LLENA DE SENTIMIENTOS...DE TODOS...

    GRACIAS....POR ¡¡¡TANTO¡¡¡¡

    CELESTE-NEGRO

    ResponderEliminar