112- Emergencias 8

Y Encarni fue quien tuvo que entenderla, los siguientes días. Después de no despedirse, a Ines le falto alma para enviarle un correo, estuvo tentada de hacerlo millones de veces en solo días, pero sus mail eran descartados conforme leía lo que ella misma había escrito.

Justo acababa de escribir otro, cuando sin descartarlo, dejo el móvil sobre la barra de la cafetería, casi estrellándolo. Agobiada se deshizo la coleta que sujetaba su melena, para volver a hacérsela, y en cuento vio a Encarni, acercarsele estallo.

- ¿En que piensa esta mujer Encarni? ¿Es que no me echa de menos? Faltan cuatro días para volver a coincidir en turno, ¿y se comporta asi? Un poquito de por favor- se quejo sin que Encarni se sorprendiese. Imposible hacerlo, si llevaba aguantando lo mismo todo el turno- Te voy a decir una cosa, porque estamos en medio de un código cero y en cuanto me avisen salgo con un corazón hasta Madrid, pero vamos...sino, me presentaba en el centro de emergencias, personalmente- concluyo super decidida y entonces si, Encarni intervino.

- Con un ramo de rosas rojas recién abiertas- la secundo con evidente sarcasmo y la vio sonreír, realmente pensando en esa posibilidad- Pero vamos a ver, Ines...¿crees que esa Doctora se quedaría de lo mas normal viéndote llegar allí? Eres la piloto del 112 y tu puesto esta en este Hospital, por no hablar de que sabe tus gustos y en dos conversaciones por el trasto ese que usáis, te presentas allí y con rosas- acabo poniendo los ojos en blanco. Conforme lo iba diciendo lo veía mas absurdo, pero lo peor, era saberla capaz de hacerlo.

- Jejeje, madre mía...que carita tan bonita pondría- babeaba imaginándose la cara de la doctora. Cara que ella no había visto, pero había imaginado de mil maneras distintas y como al final fuese, seguro le gustaría y mucho- Mi helicóptero les gusta a todas, Encarni- rodó los ojos viniéndose arriba. Helicóptero, flores y el libro para su sobrina, que de seguro seria tan guapa e interesante como la Doc.

- Jajaja, ¿que también llevarías el helicóptero?- preguntó por preguntar, y tanto que Ines era capaz de llevarlo y hasta envolverlo en lazo si hacia falta.

- Desde luego Encarni, a veces tengo que explicártelo todo- de un salto se bajo del taburete y girándose señalo su chaleco donde se leía impreso: Piloto 112 Emergencias- ¿Que soy?

- Claro- evidenció Encarni, agradeciendo a los dioses que Ines fuese destinada a ese Hospital. Se agradecía y mucho, unas risas con ella a cualquier hora del día. Pensándolo bien, sin duda la Doctora aunque fuese muy poquito, debía extrañarla- Y si fueras piloto de caza, también irías con un caza a verla, si esta clarisimo.

- Jejeje, ya me vas pillando la idea Encarni- se sentó de nuevo en su taburete, al tiempo que un doctor, para ella desconocido se posicionaba a su lado y pedía un café, sin saludar a ninguna de ellas Aunque a Ines, lo que le jodió, es que no fuese cortes con Encarni, quien se dispuso a servirlo rápido haciéndole muecas de hastío. Ines se fijo en el tipo y como miraba molesto su movil. Su barba claramente cuidada, para aparentar justamente descuidada, su cabello perfectamente cortado, su impecable bata blanca y sus larguísimas y cuidadas manos, aburrieron hasta el extremo a Ines, quien no pudo evitar murmurar- Cantananas- murmuo que el doctor escucho girándose hacia ella.

- ¿Perdona?- se intereso no queriendo juzgar de primeras y le importo poco lo que Ines hubiese murmurado. La piloto tenia una salvaje belleza, digna de agradecer y de tomarse un cafe con ella.

- Ah..no que...me preguntaba si eras pediatra- contesto reteniendo la risa maliciosa, devolviendo la mirada a Encarni. Un simple murmuro, y el tipo se erguia como gallo de corral hambriento de gallina- Veras, que palo te pega la gallina- pensó viendo como toda su atención se volcaba en ella.

- No, soy cirujano... el Doctor Manuel Carrión- educado y con sonrisa blanca como la nieve. A Ines no le quedo de otra que aceptar su mano y la leve caricia que en ella dejo- Para lo que necesites, piloto- destaco el piloto creyendo ganar su atención y prosiguió, queriendo alargar la conversación- He oído que estáis en pleno código cero- con lo dicho gano la atención de Ines, por primera vez.

- Ufff...los chicos del comite ético se han dejado el alma para convencer a la familia del muchacho fallecido- le siguió Ines, totalmente orgullosa de las chicas y chicos que formaban la coordinación de órganos. Su labor daba vida, de otra que acababa de fallecer, y para ella era un mundo, la lucha desgarrada entre sentimientos tan dolorosos, como la perdida de un hijo, una pareja, o un amigo.

- Y ahora te toca volar llevando vida...debe ser la parte mas gratificante de tu puesto- continuó Manuel, dejando a un lado el coqueteo. Al final, era tan profesional como su bata indicaba.

- Sin duda- contesto Ines recordando muchos viajes parecidos- Aunque tengo que aguantar a batas blancas como usted discutiendo a veces a los gritos.

- Estresa tener en tus manos toda una vida, soportar a un doctor estresado debería llevar recompensa por el estrés que a su vez, produce.

Simpático, el tipo después de todo era simpático. Aunque la gallina le iba a recibir con las mismas ganas siéndolo o no. El esperado aviso, detuvo la conversación de ambos e Ines, se preparo para salir a la carrera tras besar a Encarni pidiéndole suerte.

- Nos vemos por aquí Doctor- se despidió así de él, casi saliendo al trote.

- Si...hoy empece en Urgencias y Manu, llamame Manu- le contesto éste viéndola salir corriendo para regresar al poco, por igual corriendo.

- El móvil- les dijo Ines, tanto a Manu como a Encarni y corriendo de vuelta, reviso su movil y el correo que esperaba ser descartado- Que demonios- susurro dándole a enviar sin pensar en mas, que llegar al helicóptero y llevar ese corazón al receptor que en Madrid lo esperaba.

Sin ningún fallo de cobertura, su correo llego hasta el móvil de la Doctora Marina, haciéndolo vibrar en su mesita del salón Volcada en el texto que estaba redactando en su portátil, Marina solo comprobó que había recibido y de quien, para después seguir tecleando Totalmente inspirada, prosiguió redactando y fue en un punto y aparte necesario, que volvió a mirar el móvil y sonrió, pensando en la remitente.

Le había sido extrañado, por lo impulsiva que le había parecido Ines, que no le remitiese el correo con el libro para su sobrina, antes. Después de todo, fue la propia Ines, quien le habia dicho tener todos los libros- También lesbicos- pensó retirándose las gafas de lectura. Acababa de perder el hilo de lo que estaba escribiendo y así, ganaban las ganas de leer con que nueva ocurrencia de la piloto, llegaba el libro de fantasía prometido. Colocándose de nuevo las gafas, manejo rápido su móvil para comenzar a leer, fijándose en cada detalle;

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De InesPajaroLoco

A Marina Prado Sanchez

Asunto: Lo prometido es deuda

Estimada Doctora, tengo a bien remitirle el libro prometido. Como estuvimos conversando, en él tiene un amplio muestrario específicamente fotografiado, de todas las posturas del Kamasutra Lesbico, si a pesar de las indicaciones e imágenes, le surgen dudas, no dude (valga la redundancia) en consultarme. Jajaja, si ha leído hasta aquí, aun me cae mucho mejor, no le quepa duda.

Y ahora en serio (hasta puse cara de seriedad, y eso me afea horrores), le envío el libro y por favor, descríbame en cuanto ocurra, la cara de mega ilusión que por seguro pondrá su sobrina, claramente enamorada de Caramon Majere como yo misma.

Atte, Pájaro loco.

Pd. ¿A usted le he vacilado de que tengo helicóptero? Y si...si se que si, no lo niegue, no es bueno engañarse, en verdad...me echo de menos :)