No
fue tarea fácil apaciguar a su hermana Karla y por suerte contó con
la ayuda de su Tía. Presa de la somnolencia que da el abuso de la
hierba, rato después Karla se dejaba caer en la cama vestida. Inés
no intentó convencerla de ponerse cómoda, bastante tenía con
mantenerse a su lado tragando su mismo dolor. Sentada a su lado, se
limitó a hacerle tirabuzones en su pelo, esperando que se durmiera y
cuando creyó que ya estaba dormida, beso su cabeza antes de
levantarse con la intención de ir con su madre.
-
Llévate las alas, no quiero verlas cuando despierte- le pidió
Karla, sin levantar la cara de la almohada. Las alas a las que se
refería, estaban colgadas en el techo de su habitación. Ines
suspiro mirándolas, siéndole imposible no acordarse de su padre
colocándolas en las habitaciones de ambas- Lo odio ahora mucho más
que cuando se estrelló con el puto avión. Y fijate que entonces,
pensé que no podía odiarlo más- continuó a su forma, marcando en
odio lo mucho que extrañaba al dueño de esas alas, al punto de
odiarlo por no tenerlo cuando más lo estaba necesitando. Inés la
escuchó sin moverse del sitio, prácticamente llorando en silencio,
sin poder dejar de mirar esas alas- Y con él, también te odio un
poco a ti...por permitirle seguir volando, aún después de muerto-
terminó de decirle, hundiendo en la almohada el mismo temblor que
sentía Inés.
El
consuelo que años atrás Inés había empleado en su hermana, ahora
le rebotaba en la cara- Papa seguirá en el aire, cruzándolo
conmigo- palabras que trataban de consolar a una niña seis años
menor que ella, cuando ocurrió el fatídico accidente, donde el
padre de ambas perdió la vida. El accidente aéreo no mermó las
ganas de Inés, de secundar a su padre siendo piloto, para Karla en
cambio, supuso odiar todo ese mundo.
-
¿De verdad quieres que las quite?- le preguntó a Karla, con
verdadero esfuerzo. Esa noche lo único que le faltaba, era tener que
subirse a retirar las alas de su padre.
Karla
gimoteo contra la almohada y hasta algún golpe dio al colchón.
Ninguna debía cerrar los ojos para verse subidas con su padre
en uno de los helicópteros militares, como tampoco tenían que
hacerlo para recordar sus palabras: Si alguna vez no estoy con
vosotras, buscarme en el aire....en las alas de un águila o en las
de un halcón. Papa como las alas de esas dos aves, guía un
auténtico pájaro de hierro...¿saludamos a Mama?
-
No las quites- contestó Karla en un suspiro, devolviéndole el
aliento a Inés.
-
¿Tampoco me odias?- le preguntó e incluso se permitió sonreír
mirando a su hermana, escondiéndose bajo la almohada.
-
Solo cuando me dejas sin galletas- la escuchó contestar y entonces
si, dejo la habitación de su hermana para bajar directa a la de su
madre, acompañada por su tía.
Con
el estado tan débil en que se encontraba su madre, Inés no pudo
atender más que la compañía silenciosa de su Tía, hasta que ésta
la mandó a descansar. Adormilada, se dispuso a obedecerla, pero
antes se aseguró que su madre estuviese bien tapada. Haciéndolo, se
fijó en sus uñas pintadas, recordando lo dicho por Karla al llegar
a casa esa noche: Como le gustaban a Papa...dice que la esta
esperando.
Recordándolas,
se fijó en el cabello de su madre, claramente arreglado, así como
sus cejas. Tan arreglada como si al día siguiente tuviese un evento
al que acudir. El descubrimiento le hizo buscar la mirada de su Tía,
con auténtico pánico. Su madre se había preparado para el
desenlace final.
-
Lo ha querido ella y así se ha hecho. Vete a descansar algo, yo te
aviso de cualquier cosa- no quiso sonar dura su Tía, pero Inés era
capaz de contagiarla con el mismo pánico que toda ella mostraba.
-
Ha...hago una llamada y vuelvo, no pienso separarme de aquí-
advirtió con un nudo en la garganta, augurio del enorme nudo que
estaba por llegarle.
Sin
ser consciente de las horas que eran, salió directa a la pequeña
casa de árbol instalada en el amplio jardín de la casa familiar.
Prácticamente autómata, se subió a ella, tumbándose después en
la cómoda moqueta. Si miraba las paredes o cualquier rincón de esa
casa, encontraba vestigios de toda su vida, imposible así, que esa
casita no fuese su escondite preferido.
Escondite
que en ese momento, no le salvaguardaba del inmenso dolor instalado
en su alma. Seguramente, porque como Karla había dicho, la ausencia
de su pájaro de hierro, se hacía más patente y dolorosa.
Necesitando un auténtico Cóndor dispuesto en especial para ella,
que la subiera directa al aire cargando con ella el peso insufrible
que la dejaba tiritando, no quiso retener la mirada en ningún objeto
de esa casa, prefirió a Marina, su particular C-5M super galaxy,
capaz de transportar cinco helicópteros. Los tonos de espera pasaron
sin que se diese cuenta, daba igual la hora, los tonos y todo, lo que
no fuese acabar escuchándola.
-
Uhm...- un pequeño gemido fue la respuesta de Marina, la misma que
parecía estirarse- Me quede dormida- la informó con un nuevo gemido
gustoso, que a Inés se le antojó totalmente delicioso- Creo que no
soy la única medio dormida- continuó hablando ante el silencio de
Inés y tuvo que acabar por apreciarla a decir lo que fuese- Inés-
sin pretenderlo, sin ser consciente su tono fue más dulce. Tono, que
emocionó a Inés, una palabra más de Marina y no podría evitar
romper a llorar.
-
Ufff- resoplo tratando de controlar el llanto y su Cóndor, se
comportó cómo tal. Marina entendió su resoplo y hasta el aire
cargado en dolor que expulsaba Inés por la nariz y que llegaba
hiriente a sus oídos.
-
Vale..., escúchame Inés, no puedes hacer nada, más que mimarla al
extremo, no te guardes nada y piensa que...piensa que a ella si
puedes decirle todo lo que a tu padre no pudiste- la animó Marina
olvidando cualquier rastro de sueño. Primaba Inés, y su insufrible
desdicha.
-
Como sea...dios... hablame de cualquier cosa, si? Lo que sea menos de
mis padres- acongojada pidió volar, subir centenares de pies, allá
donde las nubes son el suelo.
-
Bien- sonrió Marina sobrecogida. El fuerte y rígido Cóndor,
empezaba a sentir verdadera ansiedad por compartir un abrazo.
Real, físico y cálido- Me quede dormida pensando en algo que
dijiste... Nosotras nos entendemos- le recordó la frase y le dio el
tiempo para que como Ines se encontraba, se ubicara.
-
A nuestra manera, si- afirmó Inés, recuperando un tanto la
respiración. Sobre las nubes, la tierra tiene más sabor a hogar.
-
Pues...sabes mi situación con Manu- prosiguió Marina, guardándose
de poner al tanto a Inés de su noche, con extremo cuidado.
Consciente de que su cagada de la anterior noche, había hecho mella
en ambas.
-
Xavier- la rectificó Inés, sin mucha cabeza para pensar en más
nadie. Ni siquiera, para caer en la coincidencia de nombres.
-
No, Xavier es...ehm- hablar de Xavier con ella, a Marina le comenzaba
a escocer. No en vano, ella era quien acusaba a Inés, de
sobrevolarar el sexo y ahí estaba, follando sin más con Xavier. Por
eso prefirió omitirlo, creyendo poder redirigir la conversación- Me
refiero a mi ex...bueno, decir ex..es excesivo.
-
¿Que es Xavier?- le preguntó Ines incorporándose. La moqueta ya no
era tan cómoda, y el impresionante pájaro de acero, amenazaba con
descender a velocidad de riesgo, sin tener el tren de aterrizaje
listo. Los celos atacan sin lógica alguna, y a Inés le estaban
pinzando el mismo estómago. Que Marina tardase en darle una
contestación, no ayudaba.
-
Te estaba hablando de Manu- insistió Marina en saltarse a Xavier. Lo
importante era Manu y la borrachera que lo mantenía dormitando en su
cama.
-
Y yo de Xavier- insistió Inés con el veneno de los celos abriéndose
camino por sus venas. Como fuego que recorre broza bañada en
gasolina.
-
Inés..- le pidió calma Marina, muy consciente que a malas, tampoco
ella iba a quedarse callada- Dejame explicarte, ¿si? Cuando llegue a
casa estaba aquí esperándome- se armo de paciencia, aunque de saco
hondo y de gran cabida no era.
-
¿Quien de tantos?- no esperó Inés para soltar algo de veneno.
Circulándole libre por la sangre, las sienes le bombeaban
inconscientes, de solo imaginarla con otros. Lo que en días no le
había afectado, ahora le sacudía con fuerza acumulada.
-
Voy a ignorar lo que acabas de decirme, por como estás- respiró en
un último intento por contenerse. Primaba la situación de Inés,
entenderla y asumir lo mal que estaba. Pero las ganas de gritarle que
a ninguno de ellos le hubiese permitido esas formas como con ella
estaba haciendo, eran inmensas.
-
Jajaja, ¿como estoy?- alzó la voz Inés, dejándose descontrolar y
así, no hizo más que continuar cargando contra ella y la
frustración de no tenerla pegada a ella, justo en esos momentos-
Ah...ya se, guardando cola...Manu...Xavier, ¿cuando me toca a mi?
-
Inés- avisó Marina. El saco se rasgaba ante las ofensas recibidas
de Inés. Más allá de las palabras, el tono totalmente agrio, que
como tal, agriaba cualquier dulzor. Pero Inés, no dio muestras de
recibir su aviso, más bien lo contrario.
-
Vale...ya voy enterándome, el tal Manu te estaba esperando en
casa...y ahora es mi turno.¿ Es así?- colapsada por una furia
inexplicable de la que se arrepentiría en cuanto se aplacase,
prosiguió- Ahora es cuando te pongo caliente y te corres
conmigo...pero en la cama te aguarda él, ¿verdad?
-
¿A esto le llamas tu entendernos?- le gritó Marina. A Manu ya
podrían rebotarle la cabeza siete veces que en esos momentos era lo
que menos le importaba a Marina- ¿A que me ofendas de esta forma?
-
Perdón....- se disculpo sumamente cínica, obligando al aterrizaje
forzoso y sin SOS posible para ninguna- Lo mismo me salte turno en la
cola, y ahora le toca a Xavier. ¿Algún otro más? ¿Te va bien con
tres o quizás quieras más?
-
Me vais sobrando todos- contestó tras unos segundos Marina. Siéndole
totalmente increíble el giro de la conversación prácticamente a
golpes- Y haberlo pensado antes de animarlo a venir a recuperarme.
¿Uhm?- lanzada cómo la misma Inés, dejo de guardarse nada- También
podemos hablar de eso. ¿Quieres? Hagamoslo...hablemos de un tío que
siempre es la pobre víctima pero que juega como le viene en gana con
los sentimientos de los demás...pobre él que se enamoro de dos
mujeres, engañando a ambas...pero mira, siempre hay un alma
caritativa que lo cobija e incluso le da ánimos para que venga aquí
con cuentos de separaciones milagrosas. ¿Te ha contado que su mujer
está embarazada? ¿Te ha dicho que llevaban dos años intentándolo?
¿Y te ha llegado a decir que ni de hijos ni de mujer sabía yo
nada?- prosiguió en un tono quebrado, que rasgaba a Inés, como la
gran barriga de acero del Cóndor tratando de no caer en picado por
la pista- Pero oh...su cara de nene bueno, su increíble sonrisa y su
forma de ser tan camaleonica, te lleva a animarlo, mandándolo a mi
casa. ¿Y ahora te sorprende que este en mi cama? ¿No es lo que
querías mandándolo aquí?- hizo una pausa ahogándose pero sin
querer ni poder detenerse- Claro que...si me paro a pensar que te
tiras a una tía con dos palabras cruzadas, heme aquí...que no se de
que sorprendo...¿O me lo negarás? ¿Me vendrás diciendo que en su
cama dejaste trozos de tu alma? Pues fijate, yo tengo los ovarios
suficientes para reconocer que me he tirado a Xavier cómo me ha dado
la gana y sin dejarme en su cama más que las bragas- volcó el
recuerdo de los celos sentidos por esa chica tirando directa a matar.
Si nos vamos a estrellar, el comandante de vuelo que muera como el
que más. Para Inés, fue como sentir los motores ardiendo, el avión
descontrolado y la pista de aterrizaje que se termina. La gran
explosión te abrasa, los gritos de pánico te ensordeceden y ahora
solo quedan, pequeñas explosiones que confirman tu último vuelo.
-
Basta Marina...no sigas, por favor no sigas- suplicó con una Marina
imaginaria, realizada con retazos de fotos, manoseada por cualquiera
y que orgullosa y altiva, se lo restregaba sin contemplaciones.
-
Heterosexual, cariño- herida, continuó a pesar de sentir tanto
dolor como provocaba- Es lo que soy y es lo que hago, me follo a tíos
-
Marina- interrumpiendo o no, su nombre ya era el sollozo que avisa de
una perdida.
-
Y lo disfruto, como mujer del siglo XXI que soy...libremente
-
Vale...bien- destruida, para Inés era mejor aceptar la derrota, sin
tener que continuar recibiendo puñales.
-
Y si...tú turno en mandaros a la mierda fue el tercero, y tu solita
lo conseguiste....Deseo con toda mi alma un milagro para tu madre, de
corazón que lo deseo...Adiós, Inés.
El
final de la llamada, dejo a Inés sin saber ni donde estaba. La
última explosión, la que deja la desolación como el peor de los
paisajes, había llegado y lo más trágico, es que en la puerta de
la casita, su Tía le anunciaba el siguiente aterrizaje forzoso. Él
más doloroso, para el que nadie, ni piloto, ni pasajeros, están
preparados.
Me has dejado muda Gemo..muda y sobrecogida ante tanto dolor..
ResponderEliminarHay una cosa que es mortal..mortal cuando hay una cosa que te hace daño..Mortal cuando la escuchas de la persona que quieres o aprecias..
La palabra...y cuando una esta furiosa y dolida y suelta lo que piensa sin poderse detener y la bala al corazon de la otra suele matar...
En este caso las dos dispararon a matar..y aunque entiendo el dolor de Ines creo que la respuesta de Marina se la merece....esperemos que las aguas se calmen y a ver que pasa....genial Gemo..un trocito apabullante
Adicta a ti Gemo..Divina-Wilson
Lo único que puedo decirte es que he revivido una parte dura de mi vida, como aquellas que han pasado por un hecho similar, y sinceramente el trozo anterior no lo pude terminar de leer y este no lo he podido empezar, porque mis ojos se anegan rápidamente. Pero está perfectamente descrito. Ahora de cuando en cuando va muy bien desahogarse. Jajaja.
ResponderEliminarGracias.
A.
Lo que hacen los celos... Normal que Ines con tanto dolor acomulado explotara. Sin embargo no es nada justificable las maneras. Y Marina con ese caracter que se carga normal que no se los aguntara y la mandara al carajo .
ResponderEliminarAhora pues a espera que ambas se tranqulicen y que Marina la busque pq supongo que se enterara que la suegra a volado mas alto que ellas.
Gemo que te puedo decir que no te han dicho. se me ocurrren muchas cosas pero... me mandarias al carajo jajajaja
Muchas gracias de verdad es un enorme placer leerte. Y como bien lo dice Mi querida amiga verde genial Gemo..un trocito apabullante... Imposible no quedarse mudo.
Cari.
obrigada gemito por mais uma espetacular história, você consegue nos preender num aspiral de emocões diferentes a cada instante, ÉS ESPECIAL GEMO
ResponderEliminarbrigoninha
Puff...menudo trozó. Me has dejado sin palabras. Ha sido completamente desgarrador. Creo que era necesario que ambas aclarasen las cosas, pero cuando te falta esa persona físicamente los celos se disparan mucho mas allá de la realidad. Ambas han cometido errores. Las formas de Inés no han sido correctas, pero Marina no se ha quedado detrás. Ese: soy heterosexual...etc etc...le sobraba, creo yo. Por eso ahora me planteo quién dará su brazo a torcer y se acercará a la otra. La muerte de la madre de Inés es, además, un añadido. Independientemente de eso, me gustaría que Marina se aclarase y definiese su nueva orientación sexual, si es que la tiene, y que ambas fueran conscientes de que esa discusión se debe a celos sentidos de dos personas que están enamoradas la una de la otra.
ResponderEliminarMuchas gracias por el trozo Gemo...deseando leer el siguiente...
L.a.c.e.r
¡Trozaco! Parafraseando a Inés, Gemo, tú eres lo puto mejor...
ResponderEliminarTrozo conmovedor en grado sumo... y creo que Marina, una vez más, es bastante inoportuna, la misma Inés le pidió sinceridad -pero sin pasarse- y la verdad es que no era el momento hablar de los otros pretendientes, por decirlo así. Un poco de contención no era mucho pedir.
Artistaza, ¿te acuerdas esos tiempos en que nos regalabas dobletes y hasta tripletes...? pues eso.. ¡Ah tiempos aquellos!
un beso calypso
Conseguiste que me pusiera a llorar, algo muy difícil a esta altura de mi vida.
ResponderEliminarConstance
Niñaaaaaaa que te esta quedando una historia que es una delicia así que gracias por escribirla
ResponderEliminarSaludines
..... LA VIDA ARRASTRA A VECES...Y CUANDO ESTAS EN ESA NUBE DONDE TE CREES A SALVO DE TODO...Y TIENES QUE BAJAR O TE HACEN BAJAR...TODO PUEDE PASAR...A ELLAS LES HA PASADO..MOMENTOS DUROS EN LA VIDA DE INES...CRUELES PARA CON ELLA...NECESITANDO LOS BRAZOS DE LA MUJER QUE YA LA ATRAPO...DE MARINA...LA BUSCA...Y LA ENCUENTRA...PERO LOS CELOS APARECEN...POR NECESITARLA ¡¡TANTO¡¡¡ APARECEN Y SUS PALABRAS SE CONVIERTEN EN CUCHILLOS QUE SIN PIEDAD ALGUNA QUIEREN HERIR A QUIEN NO QUERRIA HACERLO....A QUIEN PRIMERO QUIERE COMPRENDERLA...SERVIR DE DIANA...PERO SE VE VENCIDA..SE VE DOBLARSE COMO ESE JUNCO..QUE NO SIEMPRE PUEDE SEGUIR DE PIE..LO INTENTA..PERO NO LO CONSIGUE..NO¡¡...Y ESOS CUCHILLOS SE CRUZAN ENTRE LAS DOS...HACIENDOSE UN DAÑO GRATUITO QUE NO QUIEREN...PERO QUE ES DIFICIL DE EVITAR SI ADEMÁS LOS CELOS SE HACEN FUERTES...DOLOR..MUCHO DOLOR EN MOMENTOS TENSOS...QUE NO RECUERDAN EN NADA A ESOS MOMENTOS EN LOS QUE SE SIENTEN TAN VIVAS...TAN LLENAS DE TODO LO QUE YA SIENTEN...DOLOR QUE NO CONSIGUEN EVITAR...NO EN ESE MOMENTO DONDE NO SON NI DUEÑAS DE LO QUE DICEN....
ResponderEliminarESCRITORA UNA VEZ MÁS SUBLIME...DESNUDANDOLAS EN CADA PALABRA DICHA Y ESTA VEZ NO ES EN LA CAMA...''ÚNICA'''..LO SIGUES SIENDO...¡¡¡SI¡¡¡
GRACIAS.....POR ¡¡TANTO¡¡¡¡