Enfadada
con Marina o no, como le había recordado Oscar, lo cierto es que a
los primeros correos le siguieron unos cuantos a los que había que
añadir, la remisión de fotos de una a la otra y viceversa, del
especial sobrevuelo del Centro. No suficiente con ello, ambas unieron
el leerse no directamente, por mensajes del grupo de WA, creado por
el Agente Manolo.
El
turno, más largo de Inés, se le paso bien rápido entre tanta
mensajería, en tanto Marina se divirtió cenando con el grupo
dirigido por el mismo Agente, sin despegarse en absoluto de su móvil.
La
transferencia de mensajes o correos, se mezclaban sin ningún orden o
lógica, pero curiosamente ellas si se entendían entre tanto
barullo. Podían estar leyendo el mensaje de Oscar por WA en el
grupo: Yo no se donde me enteré, pero dicen que la Presidenta y la
Inspectora comenzaron mandándose correitos- y a la vez, comentándolo
ellas por separado.
Mensaje
de Marina a Inés: ¿En serio? Esa mujer trabaja como una mula, me
cuesta verla de correitos calientes.
Mensaje
de Inés: ¿Quien dijo calientes? Uy...¿siempre pensando en lo
mismo?.. De todas maneras, si alguien me dice que una Doctora, jefa
de coordinación, a punto de ser licenciada en sociología y con otro
trabajo misterioso, esta de correitos con una piloto que esta que te
mueres de rica...tampoco me lo creería.
Mensaje
de Marina: Tu ego siempre con tan buena salud. Y..no soy yo, quien
valora el sexo como único y fundamental.
Mensaje
de Inés: ¿Seré yo?
Mensaje
de Marina: Si eres la piloto de altos vuelos y ego, si.
Mensajes
y conversaciones que continuaban en paralelo a otras, por el mismo
medio.
Mensaje
de Laura a Marina: Una vez revisadas las fotos, que a punta de
pistola he conseguido que me mandes, te diré...efectivamente Inés
lleva unas gafas de aviador, obviamente Rayban.
Mensaje
de Marina a Laura: Aja.. Me encanta como le quedan. Con el pelo
suelto, debe tener una imagen de los más Top Gun.
Mensaje
de Laura a Marina: ¿Pero tu te lees? En esas fotos no se ve más que
una figura difuminada. Ni Rayban, ni leches. Hablemos amiga, de
verdad..llamame si quieres.
Mensaje
de Marina a Laura: Jajaja, yo se las vi perfectamente y estoy a punto
de marcharme a casa.
Mensaje
de Laura a Marina: No huyas...alguna vez me acabarás confesando lo
que te está pasando con esa tía. Lee bien, TIA.
El
último mensaje de Laura le hacía arrugar los labios. Su amiga no se
daba por enterada de que no quería hablar del tema. Ines era todo un
soplo de aire fresco, divertido, renovador y ciertamente tan
burbujeante como el mismo champán francés. Después de haberla
cagado con ella como lo había hecho y teniéndola ahora por correo y
mensajes, no pensaba pararse a pensar en nada, era mucho más
excitante y gratificante dejarse llevar. Por eso volvió a Inés,
escribiéndole: ¿Llevas gafas Rayban?
Mensaje
que Inés contestó con: De noche, solo si tu me lo pides.
Mensaje
de Marina: No te hacía tan obediente, pero me gusta. Me marcho para
casa y si, te lo pido.
Mensaje
de Inés: Yo salgo para casa de mi madre. Seguimos en...¿dos horas?
Mensaje
de Marina: Ujum...seguimos.
Lo
más adictivo para Marina de esa maraña de mensajes, es que ambas se
organizaban sin decirlo de tal manera, que podían estar enviándose
mensajes y a la vez, mantener un paralelismo de temas entre ellas. El
de la madre de Inés, era lo suficientemente importante, como para
preguntarle por mensaje, por eso en su coche, la llamó. Ines pronto
respondió a su llamada y el ruido de fondo, le hizo aventurar que
como ella, también Inés conducía camino a casa.
-
Hola- la saludo Marina sonriendo. Acababan de quedar por mensajes
para dentro de un par de horas y al minuto, la estaba llamando.
-
Te iba a decir por correo. Cambie turnos- escuchó tras su saludo a
Inés, dejándola continuar- Me han aceptado realizar turnos de
24 horas para poder descansar más.
-
Empeoró- sentenció Marina, olvidándose del coqueteo evidente usado
por ambas mediante los mensajes, centrándose directamente en el
estado de salud de la madre de Inés. Si ésta quería descansar más,
su madre sería el único motivo para hacerlo.
-
Mi hermana hablo hoy con el médico, y mi madre me acaba de decir que
con la excusa de los estudios no ha salido para nada de la
habitación. Eso solo significa una cosa- desanimada, Inés la puso
al tanto. En solo unas horas de comunicación con ella, había
regresado toda la increíble conexión que sentía con ella.
-
Inés- suspiró Marina, sin saber muy bien que decir. Era obvio, y no
hacia falta conocer en extremo a Karla, para entender la situación.
Médicamente a su madre solo se le podía atender con cuidados
paleativos. Algo que como médico, le causaba más deshazon- Me
gustaría poder decirte...poder..., pero como médico que soy
pues...en estos casos, el final es la verdadera paz- terminó con el
corazón palpitándole a mil, ante su propia sinceridad. De no ir
conduciendo, habría cerrado los ojos, maldiciendo su
deformación profesional.
-
La paz en estos momentos...me da horror- contestó a su sinceridad
Inés, sin ningún atisbo de molestia. Más bien, todo lo contrario.
Confesar su pánico a Marina, estaba resultando de lo más fácil.
-
Inés.. Tienes que estar tranquila y...ufff, estas conduciendo...no
debería haberte dicho esto- continuó arrepentida Marina. La
respiración de Inés, se había alterado, de seguro por ese horror.
-
Eres médica.. Es normal, no te preocupes- corrió a disculparla
Inés- De ti prefiero sinceridad- prosiguió tan sincera como estaban
siendo ambas, pero esa sinceridad pedida le recordó su última noche
con Marina- Aunque sin pasarte como la otra noche.
-
Metí la pata en todos los sentidos- no de escondió Marina,
acordándose de su amiga- Laura va a tener razón.
-
¿Por que en todos los sentidos?- preguntó Inés extrañándose.
Según hablaba Marina, esa noche dejo más efectos colaterales que
ella desconocía.
-
Bueno...- tomo aire Marina, para en seguida proseguir- No me deja en
muy buen lugar, usar a un tío que es todo perfección y después
buscarte a ti y..
-
Fue increíble...- la interrumpió Inés, no queriendo escuchar cómo
Marina no sabia catalogar lo ocurrido en su sofá con ella al
teléfono- Lo más bonito que me ha pasado en mucho tiempo- terminó
confesando a golpe de impulso, haciéndose usual con Marina. Pero
algo de lo dicho por ésta llamó su atención- ¿Que razón tiene
Laura?
-
Uhm...cree que me pasa algo contigo- contestó Marina, guiada por la
misma complicidad que Inés. Tan fácil hablar de cualquier cosa con
ella, incluida su monumental cagada.
-
¿Y te pasa?- quiso saber Inés, sacada de su pánico poco a poco,
por Marina y prácticamente sin que ésta se diese cuenta.
-
Aja.. - no tardó en contestar Marina. No había razón para mentir-
Es evidente, cariño.
-
Bien...- se congratuló Inés, sin vuelcos extraños de su corazón.
Por increíble que pareciera, igual que entre ellas podían mantener
paralelas conversaciones volcando en ellas, estados distintos,
también intercambiaban posiciones. Ahora Inés, era la más segura
guiando a ambas- Dale la razón y listo. Nosotras nos entendemos,
¿miento?
-
Para nada- contestó sintiéndolo así.
-
Y a nadie tenemos que darle explicaciones, ¿verdad?- insistió Inés,
queriendo dejarlo lo más claro posible.
-
Aja- volvió a contestar Marina, sin ser consciente como las voces de
ambas adquieran tonalidades mucho más íntimas y únicas entre las
dos.
-
Y como necesito muchos mimos, me vas a consentir esta noche- musitó
Inés, directa y sin rodeos- ¿A que si?-
-
Uhm...nada me apetece más. ¿Que quieres?- preguntó mordiéndose
los labios. Eso era lo más eléctrico de lo que estaba ocurriéndole
con Inés, como en minutos podían variar tanto y siempre, con un
sabor sumamente distinto y especial.
-
Por querer....querría que vinieses a El Espinar, llevarte a mi
casita de árbol y hacerte el amor ahí, justo ahí toda la noche- la
sacudió Inés por completo con su ardiente declaración de
intenciones.
-
Inés- murmuró Marina, sintiendo los coletazos de tal sacudida. Más
allá, de la ardiente, la que entre líneas entendía con esa casita.
-
Pero.. por hoy me conformaré con compartir una copa de vino contigo,
fumarnos un pity a pachas y tenerte en tu sofá- bajo sus
pretensiones sin más remedio Inés. En otro tiempo, en otra
situación, ella misma habría volado a por Marina. Y ésta no
volaba, bastante tenia con aguantar una nueva sacudida de la mano de
Inés. Cada vez más ardiente, con epicentro en un verbo utilizado.
-
¿Tenerme?- quiso recrearse en ese gustoso epicentro, en
contraposición con el esfuerzo que estaba realizando, por no pisar a
fondo el acelerador y plantarse así, bajo el árbol con casita.
-
Si.. Tenerte- respondió Inés, como ella regodeándose en lo que ese
verbo implicaba. La posesión escondida y la entrega no pactada.
-
Ese esta siendo tu poder- tardó unos segundos en proseguir Marina,
con el aliento entrecortado- Me vuelves loca con sólo una palabra-
confesó sin temores, deseando llegar al sofá, como guarida donde
resguardar las inmensas ganas que en esos momentos tenía de verla,
aun sin conocer su rostro.
-
Pues eso es lo que debes decirle a Laura...la locura carece de
razones- concluyó Inés, apretando con fuerza el volante. Las
respiraciones entonces viajaron entre una y otra, tan sumamente
íntimas, que costaba interrumpirlas con palabras.
-
Me queda como una manzana para llegar. Ten cuidado, ¿si?- fue
Marina, quien se atrevió a romperlo, temiendo que a la excitación
sentida le siguiera una emoción incontrolable.
-
Si...y espérame- contestó Inés para después cortar la llamada,
quedándose con el último aliento de Marina escuchado.
Otra
vez sin buscarlo o pretenderlo, Marina se convertía en la energía
necesaria para afrontar lo que le esperaba en casa. Su madre cediendo
a la muerte como única paz a su alcance y su hermana, en pleno
ataque de rebeldía contra el mundo, que amenazaba con dejarlas
huérfanas sin haber alcanzado la tercera década de vida.
Cuando
llegó a la casa, un coche aparcado en la gran parcela de campo, le
supuso un grado extra de energía. El coche de la hermana de su
padre, la misma que al escucharla salía de la casa, Pretendiendo
no hacer ruido, pero difícil era, si nada más salir tropezaba con
la perra de Inés y ésta aullaba, presa del dolor de tanto pisotón.
-
Me cago en la madre que parió a esta perra...no hace más que estar
en medio- maldecía la mujer de media estatura, negro pelo corto y
atuendos, de vieja rokera pasada de vueltas.
-
Jajaja, te haces mayor- se descojono literalmente Inés, viendo a su
tía intentando disculparse en forma de caricias con la digna de su
perra- A mi Lea se la ve donde la pongas- caminando hacia ella, no
desaprovechó la oportunidad de picar el mal genio de su Tía. La
misma que le venía como agua de lluvia.
-
Pss....acabo de llegar y ya quiero verte comer tierra, ¿con esto que
siento que hacemos?- la abrazo su Tía, intentando conseguir una
zancadilla que hiciera caer a Inés, pero ésta se mantenía en pie,
necesitando el abrazo de su Tía. La misma, que la sujeto contra si
dejando las bromas de lado- Sush...tranquila, me quedare todo el
tiempo que haga falta con vosotras.
-
No hay caso, Tía...sigue siendo tan llorona como siempre- la voz de
Karla, les hizo soltarse de a poco, tratando de ubicarla y no
tardaron mucho, les bastó mirar a la vieja casita de árbol. En sus
escaleras, Karla fumaba hierba, y por su aspecto, no sería la
primera pipa que se fumaba.
-
Esto de que fumes como los indios cabreados...va a ver que hablarlo-
le dijo su Tía, claramente en broma, pero Karla apenas escuchaba.
-
Jajaja....es la hostia la mierda que me han pasado...es que ahora doy
pena...¿sabéis? Doy puta pena porque mi madre se muere...es
asqueroso, y claro...siendo asqueroso doy pena...Voy a dársela para
fumar a Mama..que se joda la morfina y su puta madre- monologueo
Karla, sin poder tener la mirada fija en un punto. Ines en seguida,
quiso ir por ella y arrebatarle la pipa, sobre la que volcaba su
desesperación, pero su Tía la detuvo.
-
Déjala...de alguna manera tiene que explotar. Bien nos vale ésta-
le pidió más que consciente de la situación de sus sobrinas y la
mirada de Inés, sus ojos tan transparentes como siempre, le hicieron
proseguir- La tuya también llegará, no hay de otra.
-
Le he pintado las uñas, el mismo color en la de los pies que en las
manos, así le gustaba a Papa- continuó Karla, como bien decía su
tía- ...Dice que la esta esperando jajaja, hay que joderse... Puta
manía de volar.. Puta obsesión de estar en el aire que tenia, la
misma que te pego a ti, Inés .. Él la espera...de puta madre, ellos
juntos en el cielo con ángeles y orquestas que tocan sinfonías
celestiales...¿Y nosotras que? ¿Que mierda pasa con nosotras?
Uffff! Haces revivir cosas que se tienen en el subconsciente y que una creía olvidadas. Sueño y realidad. Como lo que nosotras tenemos que recorrer en la vida. Gracias!
ResponderEliminarConstance
Increible!!!. Tú si que eres la puta ama!!!
ResponderEliminarGenial Gemo..genial...Eres la mejor niña...que manera de escribir..ufffff
ResponderEliminarDivina-Wilson
Me repito, pero con muchas ganas de más!
ResponderEliminarL.a.c.e.r
.....''' ESE ESTA SIENDO TU PODER....ME VUELVES LOCA...CON SOLO UNAS PALABRAS'''''.....¿ MEJOR DECLARACIÓN DE RENDICIÓN TOTAL HAY?..NOO...NO LO CREO....ES VERDAD QUE MARINA PUDO HACER LAS COSAS MAL O NO TAN BIEN COMO DEBIERA...PERO CON ESTO...ES EVIDENTE...MUY EVIDENTE...QUE ESA PILOTO..LE IMPORTA..¡¡¡ Y COMO¡¡¡..
ResponderEliminarY COMO TAMBIÉN NO RENDIRSE A ESOS CORREOS...ESA FORMA DE TENERSE A CADA SEGUNDO ESTÉN DONDE Y CON QUIEN ESTÉN ...LOCURA DE LA BUENA LES DISTE ESCRITORA A ESTA PILOTO Y ESTA DOC...EN EL MUNDO DE LOS SENTIMIENTOS...DE LOS SUEÑOS..TODO CABE Y TODO PUEDE RESULTAR ..ABSOLUTAMENTE APASIONANTE¡¡¡ VIVO¡¡¡....
ME GUSTA ESCRITORA....CADA TROCITO QUE NOS REGALAS¡¡¡ Y COMO DICE DIVINA¡¡¡ QUE MANERA TIENES..¡¡UFFFF¡¡¡ JIJII...ESPERANDO SIEMPRE PODER LEERTE
GRACIAS....POR ¡¡TANTO¡¡¡
CLESTE-NEGRO