martes, 29 de julio de 2014

112-Emergencias 24


Enfadada con Marina o no, como le había recordado Oscar, lo cierto es que a los primeros correos le siguieron unos cuantos a los que había que añadir, la remisión de fotos de una a la otra y viceversa, del especial sobrevuelo del Centro. No suficiente con ello, ambas unieron el leerse no directamente, por mensajes del grupo de WA, creado por el Agente Manolo.

El turno, más largo de Inés, se le paso bien rápido entre tanta mensajería, en tanto Marina se divirtió cenando con el grupo dirigido por el mismo Agente, sin despegarse en absoluto de su móvil.
La transferencia de mensajes o correos, se mezclaban sin ningún orden o lógica, pero curiosamente ellas si se entendían entre tanto barullo. Podían estar leyendo el mensaje de Oscar por WA en el grupo: Yo no se donde me enteré, pero dicen que la Presidenta y la Inspectora comenzaron mandándose correitos- y a la vez, comentándolo ellas por separado.
Mensaje de Marina a Inés: ¿En serio? Esa mujer trabaja como una mula, me cuesta verla de correitos calientes.
Mensaje de Inés: ¿Quien dijo calientes? Uy...¿siempre pensando en lo mismo?.. De todas maneras, si alguien me dice que una Doctora, jefa de coordinación, a punto de ser licenciada en sociología y con otro trabajo misterioso, esta de correitos con una piloto que esta que te mueres de rica...tampoco me lo creería.
Mensaje de Marina: Tu ego siempre con tan buena salud. Y..no soy yo, quien valora el sexo como único y fundamental.
Mensaje de Inés: ¿Seré yo?
Mensaje de Marina: Si eres la piloto de altos vuelos y ego, si.
Mensajes y conversaciones que continuaban en paralelo a otras, por el mismo medio.
Mensaje de Laura a Marina: Una vez revisadas las fotos, que a punta de pistola he conseguido que me mandes, te diré...efectivamente Inés lleva unas gafas de aviador, obviamente Rayban.
Mensaje de Marina a Laura: Aja.. Me encanta como le quedan. Con el pelo suelto, debe tener una imagen de los más Top Gun.
Mensaje de Laura a Marina: ¿Pero tu te lees? En esas fotos no se ve más que una figura difuminada. Ni Rayban, ni leches. Hablemos amiga, de verdad..llamame si quieres.
Mensaje de Marina a Laura: Jajaja, yo se las vi perfectamente y estoy a punto de marcharme a casa.
Mensaje de Laura a Marina: No huyas...alguna vez me acabarás confesando lo que te está pasando con esa tía. Lee bien, TIA.
El último mensaje de Laura le hacía arrugar los labios. Su amiga no se daba por enterada de que no quería hablar del tema. Ines era todo un soplo de aire fresco, divertido, renovador y ciertamente tan burbujeante como el mismo champán francés. Después de haberla cagado con ella como lo había hecho y teniéndola ahora por correo y mensajes, no pensaba pararse a pensar en nada, era mucho más excitante y gratificante dejarse llevar. Por eso volvió a Inés, escribiéndole: ¿Llevas gafas Rayban?
Mensaje que Inés contestó con: De noche, solo si tu me lo pides.
Mensaje de Marina: No te hacía tan obediente, pero me gusta. Me marcho para casa y si, te lo pido.
Mensaje de Inés: Yo salgo para casa de mi madre. Seguimos en...¿dos horas?
Mensaje de Marina: Ujum...seguimos.
Lo más adictivo para Marina de esa maraña de mensajes, es que ambas se organizaban sin decirlo de tal manera, que podían estar enviándose mensajes y a la vez, mantener un paralelismo de temas entre ellas. El de la madre de Inés, era lo suficientemente importante, como para preguntarle por mensaje, por eso en su coche, la llamó. Ines pronto respondió a su llamada y el ruido de fondo, le hizo aventurar que como ella, también Inés conducía camino a casa.
- Hola- la saludo Marina sonriendo. Acababan de quedar por mensajes para dentro de un par de horas y al minuto, la estaba llamando.
- Te iba a decir por correo. Cambie turnos- escuchó tras su saludo a Inés, dejándola continuar- Me han aceptado realizar  turnos de 24 horas para poder descansar más.
- Empeoró- sentenció Marina, olvidándose del coqueteo evidente usado por ambas mediante los mensajes, centrándose directamente en el estado de salud de la madre de Inés. Si ésta quería descansar más, su madre sería el único motivo para hacerlo.
- Mi hermana hablo hoy con el médico, y mi madre me acaba de decir que con la excusa de los estudios no ha salido para nada de la habitación. Eso solo significa una cosa- desanimada, Inés la puso al tanto. En solo unas horas de comunicación con ella, había regresado toda la increíble conexión que sentía con ella.
- Inés- suspiró Marina, sin saber muy bien que decir. Era obvio, y no hacia falta conocer en extremo a Karla, para entender la situación. Médicamente a su madre solo se le podía atender con cuidados paleativos. Algo que como médico, le causaba más deshazon- Me gustaría poder decirte...poder..., pero como médico que soy pues...en estos casos, el final es la verdadera paz- terminó con el corazón palpitándole a mil, ante su propia sinceridad. De no ir conduciendo, habría  cerrado los ojos, maldiciendo su deformación profesional.
- La paz en estos momentos...me da horror- contestó a su sinceridad Inés, sin ningún atisbo de molestia. Más bien, todo lo contrario. Confesar su pánico a Marina, estaba resultando de lo más fácil.
- Inés.. Tienes que estar tranquila y...ufff, estas conduciendo...no debería haberte dicho esto- continuó arrepentida Marina. La respiración de Inés, se había alterado, de seguro por ese horror.
- Eres médica.. Es normal, no te preocupes- corrió a disculparla Inés- De ti prefiero sinceridad- prosiguió tan sincera como estaban siendo ambas, pero esa sinceridad pedida le recordó su última noche con Marina- Aunque sin pasarte como la otra noche.
- Metí la pata en todos los sentidos- no de escondió Marina, acordándose de su amiga- Laura va a tener razón.
- ¿Por que en todos los sentidos?- preguntó Inés extrañándose. Según hablaba Marina, esa noche dejo más efectos colaterales que ella desconocía.
- Bueno...- tomo aire Marina, para en seguida proseguir- No me deja en muy buen lugar, usar a un tío que es todo perfección y después buscarte a ti y..
- Fue increíble...- la interrumpió Inés, no queriendo escuchar cómo Marina no sabia catalogar lo ocurrido en su sofá con ella al teléfono- Lo más bonito que me ha pasado en mucho tiempo- terminó confesando a golpe de impulso, haciéndose usual con Marina. Pero algo de lo dicho por ésta llamó su atención- ¿Que razón tiene Laura?
- Uhm...cree que me pasa algo contigo- contestó Marina, guiada por la misma complicidad que Inés. Tan fácil hablar de cualquier cosa con ella, incluida su monumental cagada.
- ¿Y te pasa?- quiso saber Inés, sacada de su pánico poco a poco, por Marina y prácticamente sin que ésta se diese cuenta.
- Aja.. - no tardó en contestar Marina. No había razón para mentir- Es evidente, cariño.
- Bien...- se congratuló Inés, sin vuelcos extraños de su corazón. Por increíble que pareciera, igual que entre ellas podían mantener paralelas conversaciones volcando en ellas, estados distintos, también intercambiaban posiciones. Ahora Inés, era la más segura guiando a ambas- Dale la razón y listo. Nosotras nos entendemos, ¿miento?
- Para nada- contestó sintiéndolo así.
- Y a nadie tenemos que darle explicaciones, ¿verdad?- insistió Inés, queriendo dejarlo lo más claro posible.
- Aja- volvió a contestar Marina, sin ser consciente como las voces de ambas adquieran tonalidades mucho más íntimas y únicas entre las dos.
- Y como necesito muchos mimos, me vas a consentir esta noche- musitó Inés, directa y sin rodeos- ¿A que si?-
- Uhm...nada me apetece más. ¿Que quieres?- preguntó mordiéndose los labios. Eso era lo más eléctrico de lo que estaba ocurriéndole con Inés, como en minutos podían variar tanto y siempre, con un sabor sumamente distinto y especial.
- Por querer....querría que vinieses a El Espinar, llevarte a mi casita de árbol y hacerte el amor ahí, justo ahí toda la noche- la sacudió Inés por completo con su ardiente declaración de intenciones.
- Inés- murmuró Marina, sintiendo los coletazos de tal sacudida. Más allá, de la ardiente, la que entre líneas entendía con esa casita.
- Pero.. por hoy me conformaré con compartir una copa de vino contigo, fumarnos un pity a pachas y tenerte en tu sofá- bajo sus pretensiones sin más remedio Inés. En otro tiempo, en otra situación, ella misma habría volado a por Marina. Y ésta no volaba, bastante tenia con aguantar una nueva sacudida de la mano de Inés. Cada vez más ardiente, con epicentro en un verbo utilizado.
- ¿Tenerme?- quiso recrearse en ese gustoso epicentro, en contraposición con el esfuerzo que estaba realizando, por no pisar a fondo el acelerador y plantarse así, bajo el árbol con casita.
- Si.. Tenerte- respondió Inés, como ella regodeándose en lo que ese verbo implicaba. La posesión escondida y la entrega no pactada.
- Ese esta siendo tu poder- tardó unos segundos en proseguir Marina, con el aliento entrecortado- Me vuelves loca con sólo una palabra- confesó sin temores, deseando llegar al sofá, como guarida donde resguardar las inmensas ganas que en esos momentos tenía de verla, aun sin conocer su rostro.
- Pues eso es lo que debes decirle a Laura...la locura carece de razones- concluyó Inés, apretando con fuerza el volante. Las respiraciones entonces viajaron entre una y otra, tan sumamente íntimas, que costaba interrumpirlas con palabras.
- Me queda como una manzana para llegar. Ten cuidado, ¿si?- fue Marina, quien se atrevió a romperlo, temiendo que a la excitación sentida le siguiera una emoción incontrolable.
- Si...y espérame- contestó Inés para después cortar la llamada, quedándose con el último aliento de Marina escuchado.
Otra vez sin buscarlo o pretenderlo, Marina se convertía en la energía necesaria para afrontar lo que le esperaba en casa. Su madre cediendo a la muerte como única paz a su alcance y su hermana, en pleno ataque de rebeldía contra el mundo, que amenazaba con dejarlas huérfanas sin haber alcanzado la tercera década de vida.
Cuando llegó a la casa, un coche aparcado en la gran parcela de campo, le supuso un grado extra de energía. El coche de la hermana de su padre, la misma que al escucharla salía de la casa, Pretendiendo  no hacer ruido, pero difícil era, si nada más salir tropezaba con la perra de Inés y ésta aullaba, presa del dolor de tanto pisotón.
- Me cago en la madre que parió a esta perra...no hace más que estar en medio- maldecía la mujer de media estatura, negro pelo corto y atuendos, de vieja rokera pasada de vueltas.
- Jajaja, te haces mayor- se descojono literalmente Inés, viendo a su tía intentando disculparse en forma de caricias con la digna de su perra- A mi Lea se la ve donde la pongas- caminando hacia ella, no desaprovechó la oportunidad de picar el mal genio de su Tía. La misma que le venía como agua de lluvia.
- Pss....acabo de llegar y ya quiero verte comer tierra, ¿con esto que siento que hacemos?- la abrazo su Tía, intentando conseguir una zancadilla que hiciera caer a Inés, pero ésta se mantenía en pie, necesitando el abrazo de su Tía. La misma, que la sujeto contra si dejando las bromas de lado- Sush...tranquila, me quedare todo el tiempo que haga falta con vosotras.
- No hay caso, Tía...sigue siendo tan llorona como siempre- la voz de Karla, les hizo soltarse de a poco, tratando de ubicarla y no tardaron mucho, les bastó mirar a la vieja casita de árbol. En sus escaleras, Karla fumaba hierba, y por su aspecto, no sería la primera pipa que se fumaba.
- Esto de que fumes como los indios cabreados...va a ver que hablarlo- le dijo su Tía, claramente en broma, pero Karla apenas escuchaba.
- Jajaja....es la hostia la mierda que me han pasado...es que ahora doy pena...¿sabéis? Doy puta pena porque mi madre se muere...es asqueroso, y claro...siendo asqueroso doy pena...Voy a dársela para fumar a Mama..que se joda la morfina y su puta madre- monologueo Karla, sin poder tener la mirada fija en un punto. Ines en seguida, quiso ir por ella y arrebatarle la pipa, sobre la que volcaba su desesperación, pero su Tía la detuvo.
- Déjala...de alguna manera tiene que explotar. Bien nos vale ésta- le pidió más que consciente de la situación de sus sobrinas y la mirada de Inés, sus ojos tan transparentes como siempre, le hicieron proseguir- La tuya también llegará, no hay de otra.
- Le he pintado las uñas, el mismo color en la de los pies que en las manos, así le gustaba a Papa- continuó Karla, como bien decía su tía- ...Dice que la esta esperando jajaja, hay que joderse... Puta manía de volar.. Puta obsesión de estar en el aire que tenia, la misma que te pego a ti, Inés .. Él la espera...de puta madre, ellos juntos en el cielo con ángeles y orquestas que tocan sinfonías celestiales...¿Y nosotras que? ¿Que mierda pasa con nosotras?
 
 
 
 
 

5 comentarios:

  1. Uffff! Haces revivir cosas que se tienen en el subconsciente y que una creía olvidadas. Sueño y realidad. Como lo que nosotras tenemos que recorrer en la vida. Gracias!
    Constance

    ResponderEliminar
  2. Increible!!!. Tú si que eres la puta ama!!!

    ResponderEliminar
  3. Genial Gemo..genial...Eres la mejor niña...que manera de escribir..ufffff
    Divina-Wilson

    ResponderEliminar
  4. Me repito, pero con muchas ganas de más!
    L.a.c.e.r

    ResponderEliminar
  5. .....''' ESE ESTA SIENDO TU PODER....ME VUELVES LOCA...CON SOLO UNAS PALABRAS'''''.....¿ MEJOR DECLARACIÓN DE RENDICIÓN TOTAL HAY?..NOO...NO LO CREO....ES VERDAD QUE MARINA PUDO HACER LAS COSAS MAL O NO TAN BIEN COMO DEBIERA...PERO CON ESTO...ES EVIDENTE...MUY EVIDENTE...QUE ESA PILOTO..LE IMPORTA..¡¡¡ Y COMO¡¡¡..
    Y COMO TAMBIÉN NO RENDIRSE A ESOS CORREOS...ESA FORMA DE TENERSE A CADA SEGUNDO ESTÉN DONDE Y CON QUIEN ESTÉN ...LOCURA DE LA BUENA LES DISTE ESCRITORA A ESTA PILOTO Y ESTA DOC...EN EL MUNDO DE LOS SENTIMIENTOS...DE LOS SUEÑOS..TODO CABE Y TODO PUEDE RESULTAR ..ABSOLUTAMENTE APASIONANTE¡¡¡ VIVO¡¡¡....

    ME GUSTA ESCRITORA....CADA TROCITO QUE NOS REGALAS¡¡¡ Y COMO DICE DIVINA¡¡¡ QUE MANERA TIENES..¡¡UFFFF¡¡¡ JIJII...ESPERANDO SIEMPRE PODER LEERTE

    GRACIAS....POR ¡¡TANTO¡¡¡

    CLESTE-NEGRO

    ResponderEliminar