La
pasada en raso, del helicóptero pilotado por Inés sobre el centro
de emergencias, causó diversas reacciones entre todos.
El
sorpresivo mensaje dado por transmisiones de la Presidenta de Madrid,
dejo a todo el personal del centro con la boca abierta. El más
veterano y vivaracho, fue el único que tuvo una reacción rápida.
No podía ser otro que el Agente Manolo, él mismo que sin ver
aparecer a Marina, comenzó a dirigir.
-
Alineemos los coches y ambulancias en el parking, es lo que más
verá- apremio saliendo el primero a la carrera. Tenían cinco
minutos escasos, para colocar los vehículos según su labor. Esther
García Paredes no era la primera en visitar unas instalaciones donde
él trabajase, que si fuese la primera en sobrevolaras a pocos pies
de altura, no podía cambiar mucho el cuento.
Normal
entre funcionarios, a las primeras quejas por tener que dejar su
charla y sus cafés, se unió cierta inquietud gustosa. Era una
oportunidad perfecta para lucir orgullosos, su labor diaria. Celia,
la doctora de turno se ocupó del personal de sanidad, como Manolo
del cuerpo policial. Los únicos que quedaron huérfanos fueron los
teleoperadores, esperando a una Jefa de Coordinación, que no
aparecía.
Y
no aparecía, porque al teléfono la entretenía el coordinador
provincial. Un chupa tintas que enterado del sobrevuelo de la
Presidenta, se preocupaba en exceso de la imagen del centro. Exceso
que difería con su usual labor, sin excesos en la preocupación
porque los centros funcionarán como debieran.
-
Tienes que ponerlos exactamente igual que si bajase a saludaros. Tu
en el centro y ponte el chaleco- lo escuchaba Marina con verdadera
cara de asco, mientras orgullosa por Manolo, los miraba por la
ventana organizados y prácticamente listos para el momento en que
Inés pasara. La única causante de que el ritmo de su latido,
estuviese escandalosamente alterado.
-
Esta todo listo- apuntilló asqueada. Él era el único que los
estaba atrasando.
-
Aja...seguro que es así...Marina es la Presidenta de Madrid...sabes
como yo, quien es Esther García Paredes- insistió anclado a su
peloteo absoluto. Compañeros de partido político, tampoco es que a
Marina le estuviese sorprendiendo su actitud.
-
Aja- lo imitó en su contestación saliendo del despacho harta de su
histerismo- Te dejo, vuelve a llamarme cuando haya volado sobre
nosotros por menos de un minuto- lo cortó en evidente sarcasmo sin
dejar que se le notará el vuelco que el corazón le daba al pensar
tener a Inés medio minuto sobre su cabeza. Ni Presidenta de Madrid,
ni partido político, ni nada que no fuese Inés. Con la veteranía
que no tenía, camino rápido hacia la sala de coordinación, donde
sólo quedaban los teleoperadores- Quedaros uno, el resto conmigo-
ordenó comenzando a caminar más rápido hacia el amplio
aparcamiento oficial. No debía quedar mucho para que el helicóptero
volase sobre ellos. Frente a la puerta de salida, perseguida por
varios teleoperadores se contempló en los cristales de la misma y
sonrió al verse. Daba igual como llevase el cabello o como fuese
vestida, tras esa puerta en solo un minuto más, Inés pasaría a
solo metros de distancia y entonces nadie, le quitaría las
sensaciones totalmente desbordadas que estaba sintiendo.
Fuera
del aparcamiento se situó como debía, presidiendo la alineación de
vehículos de emergencias, con cada dotación de personal colocados
en pie y al lado de sus vehículos. Sonriente y orgullosa por el
grupo de hombres y mujeres, los miró antes erguirse mirando a su
frente. En pocos segundos más, el ruido del helicóptero competiría
con el de su corazón.
Y
en ese helicóptero, misteriosamente Inés no estaba en absoluto
nerviosa. Más bien todo lo contrario. Pilotando su helicóptero,
pareciera que todo su cuerpo se hubiese compenetrado para disfrutar
al máximo en la pasada por el Centro y con ella, de las vistas que
tal pasada le ofrecería de Marina. Tan compenetrado y concentrada,
que ni a Oscar escuchaba.
-
Jajaja, ya veo la barriga de Manolo- exclamó Oscar viéndolos
rigurosamente colocados en el patio. Natural, él busco más que a
los compañeros a los amigos que había en ese grupo- Y
Celia....guapa- entusiasmado Oscar no se midió. La confianza dada
por la Presidenta fue tomada en absoluto por el copiloto que se
mostraba a ojos de ésta como un crío cariñoso e impetuoso- Y...y,
hostias...¿es ella? Inés....¿es ella?- preguntó sin mucho sentido
para la Presidenta y sin que Inés contestase a sus preguntas.
Bastante tenía con aguantarse las ganas y no descender por completo
hasta la mujer que en jeans con botas y chaleco de jefa, elevaba un
tanto la cabeza antes de su paso- Si es ella... el chaleco Inés,
míralo - exclamó Oscar igual de entusiasmado, sin dejar de hacer
fotos con el monitor del helicóptero. No tenía manos bastantes para
sacar las fotos y señalarle a Ines en que dirección debía mirar
para ver a Marina. Escuchándolo y mirando al centro, la presidenta
se sonrió, dando por buena la bajada de pies, según el entusiasmo
mostrado por Oscar. La pasada no duró más de lo dicho por Marina a
su coordinador. Medio minuto que dejó a todos sonriendo, sin saber
muy bien porqué. Ajena a todo o quizás no tanto, la Presidenta una
vez pasado el Centro, volvió a pedir el casco dispuesta a dejar un
nuevo mensaje para el Centro.
-
Me reitero en lo dicho anteriormente, es un placer por el cargo que
ostento, contar con tan magníficos profesionales. Acéptenme la
promesa, de visitarles cómo se debe en mi próxima estancia en estas
increíbles tierras- dijo por radio, imaginándolos todavía en el
aparcamiento no pensando concluir el mensaje sin una alusión clara,
la que a continuación participó- Y agradezcamos a Inés- recalcó
el nombre de la piloto, muy consciente de a quien iban dirigidas las
confianzas mostradas- Su maravilloso vuelo sobre el Centro. Muchas
gracias por todo- se despidió y rió al ver la cara de Oscar,
mirándola prácticamente enamorado.
-
Inés...jajaja, esa estuvo buena Presi- la aplaudió confianzudo
provocando una nueva carcajada de la Presidenta. La jefa de
coordinación, debía haber encajado la flecha envenenada con celos
lanzada por ella misma- Inés... Joder- paso a quejarse Oscar por la
impasividad de ésta y hasta incluso le pego un pequeño zarandeo.
Cuando Inés por fin la miró y a pesar de sus gafas de sol, Oscar
percibió la emoción que parecía bañar a su compañera- Cago en la
puta...ven aquí- la atrajo hacia él y besándola cariñoso, miro a
la Presidenta- Nunca antes se habían visto- le explico contagiado
por la emoción de Inés, incluida cierta humedad llorosa que rozaba
sus mejillas. Querendon, enseguida quiso quitarle hierro al soltarla-
Pues tampoco es para tanto.. ¿Que medirá? ¿Metro setenta como
mucho? ¿Y tanto pecho que decías tiene donde esta?- se lanzó a
preguntar con descaro y el suave golpe de Inés en su hombro, le
valió la pena. Consciente de su especial paquete, aún se soltó
más- Aquí a la pájara le gustan con el pecho grande, ¿quiere
saber como supo su padre que la niña era homosexual?
-
Me encantaría- le contestó la Presidenta, correspondiendo a la
sonrisa agradecida que Inés le ofrecía girándose un instante, con
una sonrisa serena.
-
Tenía como diez o doce años- comenzó a relatar Oscar, amenizando
lo que quedaba de trayecto hasta Madrid- Y estando con su amiguete de
turno, se subieron a un árbol, para espiar a su vecina y sus...- se
mordió la lengua mirando con complicidad a Inés, a punto de echarse
a reír.
-
Bufas- lo secundó Inés, más relajada. Ya habría tiempo de volver
a temblar de emoción cuando dejasen a su paquete en Madrid.
-
¿Bufas?- se interesó la Presidenta cayendo al instante en lo que
sería, más cuando Oscar introdujo las manos en su camiseta,
simulando un gran pecho. Lo dicho, pensó la presidenta, ese par era
calcado a sus Maca y Erika.
-
Bufas, me gustan las bufas Papa- musitó Inés, recordando cómo si
fuese ayer, lo que Oscar a su manera contaba a la Presidenta.
Llevaban
subidos en aquel árbol más de una hora, esperando el momento exacto
en que su vecina de más de veinte años entrase a su habitación y
se desnudase antes de entrar al baño. El grito de su madre, el
primero de ellos, tanto ella como su amiguete lo ignoraron por
deporte.
-
Inés...va a llegar tu padre, entra en casa...no te lo diré más.
Ignorado
por deporte y por babeo extremo de los dos renacuajos que subidos al
árbol, se agarraban a sus ramas al ver a su vecina en la ventana
retirándose la camiseta. Llegaba el momento soñado, el más álgido
y con él, su padre bajo el árbol.
-
Inés, baja ahora mismo de ese árbol. ¿Cuantas veces tengo que
decirte que es peligroso?
Las
ramas que aguantaban las ansias de los dos pre-adolescentes, también
aguantaron el susto por la voz del padre de Inés. Temeroso del
piloto militar, el chaval salto rápido al suelo y casi sin saludarlo
salió a la carrera, mientras Inés bajaba con auténtica desgana y
otro grito se escuchaba.
-
Inés....entra en casa, no te lo pediré más.
Llegaba
así la siguiente omisión al grito de su madre. Imposible atenderla
si su padre la miraba en completa seriedad viéndola bajar del árbol.
-
¿Que hacíais ahí, Inés?- no esperó a preguntarle su padre. El
chaval había salido huyendo del lugar y con la edades que ambos
tenían, el piloto se preocupó por lo que ese par podía estar
haciendo ahí subidos. Advirtiendo su seriedad, en cuanto bajo del
árbol, Inés metió ambas manos en los bolsillos de su pantalón con
la cabeza gacha. Tocaba regañiña- Inés- la apremio reteniendo la
sonrisa que la postura acobardada de su hija le provocaba.
-
Pues...ahí estábamos- subió los hombros la niña, pateando las
piedras de su alrededor.
-
Ya..¿haciendo que?- insistió buscando la mirada de su hija. Fuese
lo que fuese, su hija hablaría en cuanto se mirasen a los ojos.
-
No se- trató de escabullirse Inés, pese a que su padre agachado
moviendo la cabeza de un lado a otro le causaba gracia- Jajaja, Papi
dejame- se cubrió el rostro perdiendo la batalla. Si su padre la
miraba, tendría que decir la verdad. Y si pensaba en la verdad que
debía decir, todos los colores del mundo se le subían a la cara.
-
Jajaja, mi chica- enternecido la agarro de la nuca atrayéndola hacia
él.
-
Inés.. ¿Quieres entrar ya? No te lo....Ah que llegaste, ¿queréis
entrar los dos? No os lo diré más- gritó su madre de nuevo y los
dos, omitiéndola comenzaron a caminar a la casa abrazados.
-
Inés...estoy esperando que me cuentes.
-
Ufff...- resoplo la niña dándose por vencida y se soltó de la
cintura de su padre. De a una y sin respirar, así soltó - Queríamos
verle las bufas a la vecina.
El
que medio histérico de su padre fue instantáneo e Inés, tuvo que
explicar que eran las bufas, quedando a un lado el espionaje a su
vecina.
-
Las tiene enormes- dijo acabando su explicación, nuevamente
enrojecida por completo. Sin soportar la mirada sorprendida de su
padre sobre ella, se cubrió el rostro.
-
Las bufas...- repitió el hombre, sin poder asimilarlo.
-
Es que me ponen nerviosa las bufas grandes, pero me da gustillo. Como
cuando la profe de Mates me acaricia la frente diciéndome, Inés que
traviesa eres. Me pone nerviosa, si....pero me da gustillo- sin
entenderse ella misma se explicaba a su modo, dejando sin palabras
a su padre.
-
¿Me haréis llamaros más veces?
El
nuevo pedido de su mujer, lo hizo reaccionar. Después de la cena
habría tiempo de sentarse para hablar con su hija de bufas y
gustillos. Abrazándola no pudo evitar reírse, por el término usado
por su hija para hablar del pecho de las mujeres....bufas.
Dentro
de la casa y mientras suponía a su hija mayor lavándose las manos,
se acercó a su mujer y a baja voz para que la pequeña no escuchase
nada, la puso al tanto de su sorpresivo descubrimiento.
-
Inés dice que le gustan las bufas- le comentó sin haberlo digerido
aún y la ceja alzada de su mujer tras decirlo, no calmó su
angustia- Las bufas- le insistió llevándose las manos al pecho,
pero nada. Su mujer seguía sin sorprenderse.
-
Venga...tomate la cerveza anda- lo llevo hasta la mesa, donde incluso
lo sentó. La angustia sentida por la preferencias de Inés, fueron
pasando gracias a las monerías de su otro hija, Karla. Calma y dulce
aroma a hogar, que al pobre hombre le duró lo que Inés tardó en ir
a su casita de árbol, recoger de allí una secretisima carpeta e ir
a por él a la cocina.
-
Papi ven conmigo- cargando con la carpeta, tiro de él verdaderamente
ilusionada. Por fin, podía hablar de bufas con su padre. Temeroso,
se dejó llevar por ella y en el salón, se sentó a punto de
síncope, al verla tan bonita e ilusionada dejar la carpeta sobre la
pequeña mesa- Es un secreto, Papi. Antes debemos sellarlo- sin
abrirla le ofreció a su padre su dedo meñique bañado en su saliva
y su padre, impávido mojó el suyo, temiendo como a una vara verde
al secreto que le hacía jurar entre saliva- Jijiji. Ay Papi...vas a
ver las bufas que más nerviosa me ponen.
La
carcajada que escuchó de su mujer a su espalda, no relajaron sus
ojos abiertos al máximo, tras ver los numerosos recortes de pechos
femeninos, primorosamente guardados en esa carpeta.
-
Inés...- cerró la carpeta de golpe- ¿De... De...de donde has
sacado esas revistas?- de tantas preguntas que tenia, le salió esta
como primera.
-
Es un secreto...no se dice.
Para
que insistir. Si lo hacía, Inés le echaría en cara todos los
secretos guardados entre ambos. Como el último helado que le compro
estando malita, o la vez que ambos se bañaron en el río siendo
invierno, o cuando se la llevaba a la base militar sacándola del
colegio o..demasiados secretos entre ambos. Mejor volver a su plan,
después de cenar hablaría con ella. Pero en la cena, le fue
imposible no cuchichear con su mujer sobre sus descubrimientos, hasta
que ésta cansada por lo ciego que estaba su marido, atajaba por la
vía rápida.
-
Inés...¿fuiste con Maria a la biblioteca? - le preguntó a su hija,
conociendo de sobra la relación más ficticia que real, por la edad
de ambas, de su hija con Maria.
-
Siii...y ya se lo he pedido. Cuando me den las alas de piloto, me
casare con ella- contó Inés, parpadeando enamorada. María era la
niña más bonita de toda su vecindad, aunque no tuviese bufas.
Su
confesión atragantó a su padre y no sería la única vez. Su mujer,
insistía en hacerle ver lo evidente. A esa edad, nada esta
totalmente claro.
-
¿Y entonces con Raúl que harás?- le volvió a preguntar a su hija.
-
Seguirá siendo mi novio de Colegio- e Inés, volvió a contestar
sincera, atragantando a su padre.
-
A ver....que me aclare yo- pidió el pobre padre, después de tragar
el duro nudo. Una preguntaría bastaría para aclara la verdadera
sexualidad de su hija- La panadera nueva, ¿te pone nerviosa?
-
Fooh- contestó al momento la pequeña Inés, como al instante se
puso roja- La que más... Tiene las bufas
-
Valeeee...a Papi le ha quedado claro.
Y
tanto que fue así, Inés pasaría las fases de dudas y confusiones
lógicas del crecimiento, pero al final quienes más nerviosa la
ponían, ganarían la partida.
La
Inés de hoy, con alas de piloto y soltera, junto a su amigo y
copiloto, llegados a Madrid no contemplaban las bufas de la
Presidenta, pero si, sus únicos y exclusivos pasos dados hasta una
mujer que parada esperándola sujetaba una bicicleta al lado de un
clásico vehículo oficial. Mujer a la que la Presidenta, saludaba
muy afectuosamente.
-
Snif.. A mi nadie me trae una muda en bici...snif, es de lo más
romántico joder- se emocionó Oscar haciendo partícipe a Inés,
pero ésta había dejado de mirar a la Presidenta, para leer un
correo, que le hacía sonreír cómo pava.
-
Le gusta la barriga de mi helicóptero, es lo puto mejor...¿no?-
comentó babeando sobre la imagen de su helicóptero remitida por
Marina.
-
Si, es de fijarse en los detalles...no te digo yo...Inés, te
recuerdo que estabas enfadada con ella- la regañó Oscar, aunque no
insistió mucho más.
Ines
era de rencor vago y además, ya contestaba al correo de Marina: A mi
me encantó, tu melena al viento. Rompiendo la incomunicación entre
ambas.
madre mia QUE TORRENCIAL DE SENTIMIENTOSSSSSSSSS
ResponderEliminargracias INDESCRIPTIBLESSSSSSSSS por tantiiiisimo
ARTISSTAZAAAAAAAAAAAAA
Dios mio. Que gustazo de trozo. Me encanta y es poco decir. Gracias Gemo
ResponderEliminar😄😄😄 gustazo leerte !!
ResponderEliminarMe sigue encantando la Presi!!!!!! Sigue por favor!!!
ResponderEliminarConstance
Me gusta encontrar en las historias cachitos de su creador/a. Creo, después de seguirte mucho tiempo, que aquí (de rencor vago) y en algunos otros más, te encuentro. Como te dicen, un gustazo leerte.
ResponderEliminarImposible no emocionarse hasta las lágrimas cuando los grandes y significativos momentos que rigen los valores y la gran esencia de la felicidad en la vida están siempre llenos de detalles, complicidad, tolerancia y respeto… Y cuando se tiene una infancia rodeada de armonía, confianza y amor. Imposible crecer sin pensar que tu vida pueda ser diferente.
ResponderEliminarLa naturalidad y lo espontaneo con lo que se define y se descubre una sexualidad y como se asume en una familia hace sin duda la gran diferencia entre una persona resentida, acomplejada y temerosa a otra que crece segura, libre y feliz. Y Ines es un claro ejemplo de ello.
Me gusta mucho la historia y debo confesar que Inés con sus reacciones cada día me sorprende más. Esa melena al viento fue suficiente para olvidar todo. Y bueno es natural en ella cuando se ha crecido sin malicia, sin prejuicios y sin rencores. Aunque sigo pensando que Marina tan facil no la debe de tener.
Muchas gracias gemo. Un placer leerte.
Cari.
......ESCRITORA....LEERTE CADA DÍA...ES UN AUTENTICO PLACER...QUE CON EL TIEMPO...SE INTENSIFICA MÁS Y MÁS....
ResponderEliminarNO DEJARLO PLASMADO AQUÍ...EN ESTE ESPACIO TUYO...DONDE INVITAS A SOÑAR...A DESCONECTAR....A RELAJARSE SIN MÁS...SERÍA PECADO....SI¡¡¡
PUEDE PASAR.....QUE SOLO '''DURE LO QUE DURA UNA RAFAGA DE VIENTO'''....QUE SEA TAN RAPIDO ...QUE...QUE...PAREZCA QUE NI SE ENTERARA....PODRÍA PASAR.....PERO NO PASA...CUANDO EN TUS OJOS...AL MIRAR...PONES EL CORAZÓN...QUE ESTAS ENTREGANDO...ENTONCES ESA RAFAGA DE VIENTO...PUEDE LLENARTE DE TAL MANERA...QUE TE DURA TODA UNA VIDA...QUE LO HAGA PARA SIEMPRE....Y EN ESE PRIMER ENCUENTRO...ES LO QUE LE HA PASADO A INES....PARA EL MUNDO SEGUNDOS...PARA ELLA...TODO EL TIEMPO QUE HA NECESITADO....PARA LLENARSE DE QUIEN ¡¡¡¡TANTO¡¡¡ LE DICE YA...DE MARINA....Y COMO DICE CARI....SIRVIO PARA OLVIDAR TODO...PARA QUE DE NUEVO ALGO QUE ''SE PARO''' VOLVIESE A DAR VUELTAS...COMO SI FUESE...ESA NORIA...QUE ES LA VIDA MISMA...LE BASTO...PARA QUE ESE '''RENCOR VAGO'''' LO FUERA MUCHO MÁS ( ME ENCANTAN ESAS FORMAS TUYAS...ESAS PALABRAS QUE BORDAS COMO NADIE...Y QUE NOS DEJAN ENTRE LA SONRISA Y LAS FORMAS QUE USAS...¡¡ME ENCANTA¡¡¡)...Y SII..YO DIGO TAMBIÉN..QUE UNA INFANCIA SIN COMPLEJOS NINGUNOS A NADA...UNA COMUNICACIÓN FLUIDA A LA VEZ QUE COMPRENDIDA DE ESA FAMILIA QUE TE ARROPA EN TODO...POR FUERZA HACE QUE LUEGO ...SE REFLEJE EN LA PERSONA QUE TE CONVIERTES...¡¡CUANTO AYUDA A QUE ASÍ SEA¡¡¡ ..
.....Y MARINA...ESA MUJER QUE LLEGA REFUGIANDOSE EN TANTAS COSAS QUE LO HACE HASTA DE ELLA MISMA...LO HACE TAMBIEN...LLEGA A ESE RIMER ENCUENTRO...COMO UNA ADOLESCENTE...IMPORTANDOLE POCO LAS FORMAS QUE DEBE SEGUIR...IMPORTANDO POCO EL PUESTO QUE ESTA OBLIGADA A EJERCER....MUY POCO EL QUE LE DIGAN...MUY POCO...PORQUE LO UNICO QUE LE IMPORTA ...'''ES CORRER A QUIEN LE ESTA PLANTEANDO TANTAS COSAS EN SU VIDA...ELLA TAMBIÉN QUIERE APURAR ESA RAFAGA DE VIENTO...¡¡CLARO QUE LO QUERE HACER¡¡¡...NO TENDRA LA SUERTE DE VER '''SU PELO A VIENTO '' TAL VEZ...NO PUEDE...PERO SI PUEDE SENTIR LO QUE SIENTE...CUANDO VUELA A SU ENCUENTRO...DISTINTAS FORMAS DE ENCONTRARSE...Y UN SOLO SENTIMIENTO...QUERER HACERLO....LAS DOS LO SIENTEN..LAS DOS OLVIDAN TODO..PARA DE NUEVO SALTAR A ESOS CORREO..QEU UNA VEZ MÁS LE DICEN..LES RECUERDAN...QUE QUIEREN CONTRA TODO TENERSE...AÚN SIN PODRE ROZARSE....SALTAN ESAS EMOCIONES QUE TENIAN GUARDADAS PARA TAN GRAN OCASIÓN.....EN ESTE CASO...INES TUVO MÁS SUERTE...PUEDO VERLA....MARINA...SENTIRLA...PERO SEGURO..SEGURO..NINGUNA LO OLVIDARA.....
ESCRITORA...ABSOLUTAMENTE LLENO DE CADA UNA DE '''ESAS COSITAS QUE HACEN LA VIDA MÁS BELLA...ABSOLUTAMENTE.
Y ESA PRESIDENTA...QUE LO PROPICIA...QUE DA LA CALMA QUE A ELLAS LES FALTA...QUE SABE DE SENTIR...PORQUE AL BAJAR DE ESE HELICOPTERO ...TIENE EL PORQE DE ENTENDERLO...LA MUJER QUE EN BICICLETA...SE POSA EN ESE COCHE SERIO...BUSCANDOLA...¡¡COMO NO SABER SENTIR ASÍ¡¡¡ COMO NO¡¡¡
GRACIAS....ESCRITORA.....POR ¡¡¡TANTO¡¡¡....