Inés
no llego a contestar el último mail de Marina, y ninguna volvió a
comunicarse con la otra. Para Inés la mejor oportunidad de hablar
con ella se presentaría en el siguiente turno en el que
coincidirían, pero ese turno de día, no hubo tregua para la piloto.
Desde Segovia, tuvo que llevar a dos altas personalidades en Sanidad
hasta León y a la vuelta, tuvo que participar en el rescate de un
escalador atrapado en el macizo de Los siete picos. En cualquier otro
servicio parecido, habría bajado del helicóptero completamente
eufórica. La dificultad del terreno y lo arriesgado de la maniobra,
era pura adrenalina inyectada en vena, si además se conseguía
rescatar sano, era absolutamente electrificante.
Su
copiloto Oscar, si bajo entusiasmado por el rescate y corrió a la
cafetería a celebrarlo, mientras ella lo seguía con la cabeza
puesta en Marina, quien a esas horas ya habría finalizado turno.
Encarni, pronto observó como Ines llegaba distraída y con poco
trabajo en la barra, salió a recibirla. Nada más verla, Inés la
cogió de la mano y a paso rápido la llevo hasta una mesa, donde
prácticamente la sentó.
-
Esta es la situación- le dijo a las prisas, cogiendo una servilleta
sobre la que dibujo dos círculos- Yo estoy aquí en Segovia, donde
esta el Hospital General- señaló el primero de ellos- y ella aquí
en Pedraza, donde esta el centro de emergencias- paso a señalar el
otro y Encarni se cubrió el rostro, esperando cualquier cosa- Puedo
ir hasta allí, bajar y decir que Oscar se desvaneció.
-
Ya...y cuando dices bajar, te refieres a bajar con el helicóptero-
preciso Encarni poniendo los ojos en blanco. Menuda brasa llevaba
aguantada con la tal doctora y lo que le quedaba. Porque Inés no
percibió su ironía, más bien se entusiasmó un poquito más con su
plan.
-
Sabes que lo puedo aterrizar donde sea- dijo con vehemencia. Más de
tres mil horas de vuelo le daban sobrada experiencia.
-
Ya...en la misma plaza de Pedraza que bien bonita es- siguió
Encarni, sin poder creerse que Inés insistiera.
-
Exactamente, me tomo un café y la espero...Pedraza no es tan grande
y algún café se tomará en esa Plaza- expuso su plan y la
adrenalina circulando aun libre por su sangre, no le dio para pensar
mucho más.
-
Claro...y te sientas en sillita baja por si de tanto esperarla te
caes- asintió Encarni, a punto de sufrir un esguince cervical de
tanto mover la cabeza, incrédula.
-
¿Es que no le gusta la plaza?- alzó la voz Inés, perdiendo el
control de sí misma. A nadie con un mínimo sentido del gusto, le
disgustaría esa plaza
-
Inés....empiezas a preocuparme. ¿No es más fácil escribirle otro
correo?- trató Encarni de poner algo de cordura o acabaría enredada
por Inés.
-
Pss...me ha tomado por salida y se la lee muy quemada con el sexo.
Ahora mismo somos agua y aceite. Que terminó el correo hablándome
de usted...venga ya, que el usted es de mi para ella, porque es Jefa
y yo a los Jefes los respeto- sentenció creyéndoselo totalmente,
pero entonces el Jefe de Urgencias, pasando a su lado, aprovechó
para saludar a la heroína del día.
-
Inés, enhorabuena...me han contado la pirueta que has tenido que
hacer para sacar el escalador- la congratuló el Doctor dándole dos
palmadas que por poco, le hacen comerse la mesa y siguió caminando
hacia la barra.
-
Jajaja, ha sido nada Jefe..pero no estaría mal que se pagará un
café o dos, que luego las lenguas lo ponen de tacaño con el
personal- agradeció el cumplido alzando la voz lo justo para que el
Doctor se girase riéndose.
-
Ya...los super respetas si- murmuró Encarni, conociéndola de sobra.
-
A lo que iba...- retomó el tema Inés, empezando a ser insoportable
no encontrar una manera rápida de contactar con Marina.
-
Debiste contestarle el último, y como no lo hiciste, pues ahora le
escribes otro- le regañó paciente Encarni, guardando esperanzas de
reconducir la conversación y sacar algo en claro.
-
Me lo dijo la chica...- se defendió Inés. El movimiento nervioso de
sus piernas, empezaba a no servirle de nada y probó con las
servilletas. Sacar, doblar y dejar para coger otra- Me dijo no le
contestes.
-
Y tu vas y le haces caso- volvió a regañarla Encarni y
extrañamente, se vio moviendo las puntas de sus pies arriba y abajo,
una y otra vez.
-
Es que parecía muy segura- de nuevo tuvo que defenderse Inés
quedándose sin servilletas cuando más las necesitaba. Ahora
Encarni, la miraba con curiosidad claramente acusatoria.
-
¿Y que hacia esa chica ahí a esas horas?- le preguntó Encarni sin
darle tregua y chasco la lengua, no quedaban servilletas para
entretenerse.
-
Ah...pues...estaba ahí, si- contestó a la evasiva Inés, mirando
para cualquier lado que no fuesen los cariñosos ojos de Encarni,
ante los que no podría mentir.
-
¿Haciendo que?- insistió Encarni, cogiéndola de la barbilla,
provocando que ambas temblasen por la inercia de los movimientos de
las dos con los pies. Curiosamente ninguna lo detuvo, probablemente
por la falta de servilletas.
-
Bueno pues....- se dispuso a contestar Inés y lo hizo sincera, no
podía de otra forma si Encarni la estaba mirando a los ojos directa-
es que, yo la había visto antes, pero claro llego la Doc por correo
y ya pues.. - prosiguió tratando de sonar inocente y Encarni
entrecerró los ojos, exigiendo más- Pero no, no me mires así, yo
no estaba coqueteando con ella, si sabes que no se. Yo ni idea de
ligar tengo, de verdad que no.
-
Inés, me contaron lo del rescate.. Madre mía- las interrumpió una
joven enfermera que en confianza, poso su mano en el hombro de Inés
y su sonrisa.
-
Jejeje, eso es nada guapi. Tu si que te lo curras en neonatos, eres
lo más- la piropeo mirando de reojo a Encarni y su examen visual.
Por suerte la enfermera solo le guiñó un ojo y se marchó contenta,
por lo menos, eso mostraba su forma de caminar coqueta. Forma en la
que Encarni se fijó.
-
Ya.. Tú no coqueteas- no murmuró esta vez Encarni, lo dijo tal cual
e Inés corrió a defenderse.
-
Si sabes que ni mirona soy, que no miro nadita. Que soy de respetar a
las mujeres, por favor- se defendió gesticulando en exceso, no le
quedaba de otra, cualquier cosa que dijera no hacer y enseguida
alguien aparecía dejándola como mentirosa. Y ésta, no fue la
única.
-
Inés...a las doce sale el tren- le grito unas mesas más alejadas
Oscar e Inés captó rápido el mensaje oculto. A sus doce pibonazo
de impresión.
-
Joder...y tanto que sale- murmuró con la vista clavada en el
pibonazo y ante la mirada más allá de lo incrédulo de Encarni,
alzó ambos brazos para mostrar a la mesa de Oscar un ocho con sus
dedos- Un siete dicen..que no tenéis ni idea- se dispuso a discutir
con Oscar y la puntuación de la mesa de éste, hasta que Encarni,
palmeo la mesa fuerte.
-
Ya...que tampoco miras- ni murmuro, ni a voces, directamente sonó a
un nuevo regaño.
-
Mucho ya...pero no me ayudas, Encarni- se quejó Inés como única
salida a tanta evidencia.
-
Dame el móvil- se harto Encarni y le pidió el móvil dispuesta
solucionar el problema ella o Inés era capaz de demostrable in situ,
todo lo que decía no ser. Con experiencia la mujer activo la cámara
del móvil y sonriendo se hizo un "selfie" que ni en los
Oscars. Conseguida la foto, continuó demostrando experiencia en el
sistema android, abrió el correo, adjunto su propia foto, puso en M
en destinatario, busco a la única Marina que había entre los
contactos de Inés y ante la cara desencajada por la impresión de
ésta escribió cómo asunto: Le presento a la cocinera más paciente
de Segovia. Inés leyendo no pudo más que sonreírle cariñosa, por
ella la más paciente, la más guapa, la más afectuosa y en
definitiva la más Mami.
-
Ponle que te quiero un montón- interrumpió no aguantándose las
ganas de besarla- y que eres la mejor cocinera, y la mejor
chocolatera también y que...
-
Cállate que no me dejas- la interrumpió Encarni cogiéndole gusto a
hacer de celestina y por supuesto, Inés no le hizo caso.
-
Si es que estoy nerviosa, Encarni. Pss...pareciera que esta mujer me
gusta, pero que no ¿Eh? Que yo no creo en este tipo de relaciones,
así sin un verse, sin un hablar cara a cara, verla bailar, ver como
se viste...jajaja, que no, que yo no creo en estas tecnologías-
concluyó y Encarni, ni se sorprendió cuando el móvil de Inés
vibró por un mesaje de WhatsApp recibido. Una nueva evidencia
llegaba.
-
Pilar Foro, dice que luego te cuenta como le fue en su cita con el
ginecólogo, pero que estés tranquila, que todo ha salido bien, y un
beso amiga. Amiga con mayúsculas- leyó Encarni y se le quedo
mirando, esperando la explicación que enseguida le llegó.
-
Es piloto comercial- le dijo Ines encogiendo los hombros- la conocí
en un foro de aviación , super buena niña y mejor amiga, pero.. -
hizo una pausa tragando saliva, Encarni la miraba con la ceja alzada-
En persona es verdad que no la conozco.
-
Ya.. Porque tu no crees en esto...vamos que- volvió a los murmuros
Encarni y al móvil. Ante la atentisima mirada de Ines, escribió: Ay
disculpe el atrevimiento, en verdad le escribe la misma de la foto,
Encarni para lo que usted necesite. Supongo que habrá escuchado por
transmisiones el durisimo y dificultoso rescate en que ha participado
Inés, pues bien...no se preocupe, todo salio genial y están
felicitándola, entre unos y otros no le han dejado acabar este
correo y por si esta usted preocupada por ella, lo termine yo. Un
saludo, y en cuanto la dejen, seguro Inés le dice algo- terminó de
escribir y bien orgullosa le dio a enviar. La cara de Inés
alucinando entre colores más allá del fosfórito le importó
poquito. El problema estaba resuelto por mucho que la doctora al
leerlo alucinase más que Inés.
-
Pe..pero...En- titubeando entre rosas chillones y verdes alegres,
Inés no daba crédito- Que quiere cañita.. ¿Que cañita lleva
eso?- preguntó recordando sus últimos correos compartidos con
Marina a punto de echarse a llorar, mientras Encarni comenzaba a reír
sin parar.
-
Jajaja, la justa para que cuando lo lea, piense en ti. ¿No es lo que
querías?- descojonada fue esta vez ella la que busco el rostro de
Inés para besarla y como no, Inés cedió a la mejor cocinera de
toda Segovia. Mal o bien, correcto o incorrecto, el correo llegaría
a Marina rompiendo el tedioso silencio entre ambas.
-
Piloto del 112, toda una heroína resultaste- un nuevo Doctor, las
interrumpía e Inés pronto lo reconoció.
-
Doctor Manuel, Manu para los amigos.
Jajaja, me está encantando ésta historia, Gemo.
ResponderEliminar..... ¡¡¡GENIAL¡¡¡ JIJIJIJI...ES ABSOLUTAMENTE GENIAL ESTA PILOTO¡¡ ''TORBELLINO DE COLORES '''' PARA ALEGRAR LA VIDA....Y SI¡¡¡ SIN CREER EN NADA QUE NO PUEDA VER...PALPAR...INCREDULA DE ''SENSACIONES A TRAVER DE LETRAS'''...JIJIJIJI...Y INGENUA AL PENSAR..¡¡ QUE NO PODÍAN ATRAPARLA'''...
ResponderEliminarY ESA ENCARNI ES TODO UN PORTENTO¡¡¡ JIJIJI '''EN SILLITA BAJA TE SIENTAS'''....POR SI TE CAE¡¡¡¡ ESCRITORA...LO TUYO VA YA MÁS LEJOS DE LA MISMA CARCAJADA QUE PUEDE SALIR AL LLERTE...JIJIJIJI...LO DICHO ANTERIORMENTE..¡¡¡¡ ABSOLUTAMENTE GENIAL¡¡¡
Y ÚNICA...SIGUES SIENDO EN CADA UNA DE TUS HISTORIAS...
¡¡¡ ME GUSTA¡¡¡¡....
GRACIAS.........POR ¡¡¡TANTO¡¡¡¡
CELESTE-NEGRO.
ARTISSTAZAAAAAAAAAAAAAAAA esque llevas un ritmo, un no se que..que no es ni medio normal!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminargraciasssssssssss muero de ganas de más y MÁSSSSSSSSSSSSSSSS
graciassssssssss