Un adiós, improvisado 18

Estando en mitad del paso como estaban, al primer intento de Amanda de soltarse, Alma la soltó. No podía olvidar que Naiara continuaba con ellas, por mucho que la repentina seriedad de Amanda, le provocara ir tras ella. Pensándolo y viéndola regresar al baño junto a su hija, Alma se sonrió. Después de todo, Amanda estaba en su casa y hasta se enfadaba por nombrarle la posibilidad de un nuevo adiós. Con infinito mejor humor, ando hasta la pequeña chimenea, atuso el fuego y salto contenta sobre el sofá.

Su noche había cambiado por completo y que nuevamente estuviese compartiendo otra noche con Amanda, le hizo sonreír aun más.

Exultante-mente feliz, las esperó tranquila contemplando el fuego. Cuando oyó a Naiara salir hablando sin tregua, se incorporó lo justo. Fue Naiara la primera en pasar cerca de sus piernas, y la primera que sufrió una pequeña zancadilla por su parte.

- Jiji Mami- protestó entre risas la pequeña, salvando la zancadilla para después saltar sobre el sofá, como hiciera la propia Alma.

La siguiente fue la extremadamente seria de Amanda, quien a pesar de intentar evitarlo, fue presa de una pequeña llave, que la dejo mal sentada sobre Alma y sus risas compartidas con su hija.

- Simpática- se molestó tratando de soltarte de Alma, pero ésta insistió en su amarre, mientras Naiara las miraba entre risas.

- Que la niña soy yo- les dijo levantándose, entusiasmada de pronto- Mami te hizo una llave, porque sabe karate y yo también- prosiguió para Amanda y de pie, saludo como si estuviese en un tatami.

Amanda correspondía a la pequeña Naiara sonriendo, mientras clavaba las uñas en el muslo de Alma.

- Joder- murmuró esta sufriendo la rabia de Amanda- ¿Que demonios hice ahora?- preguntó mordiéndose los labios. Era un auténtico placer, volver a tener Amanda sobre si, aunque fuese a disgusto y ganándose algún que otro pellizco

- Ser una imbécil, pero tampoco es que sea novedad- contestó Amanda en susurros, mientras detenía el progreso sobre su muslo, de la atrevida mano de Alma.

- Hale ya esta..- sobresaltaba a ambas la niña, terminando su exhibición de karate. Probablemente, la exhibición más corta de ese deporte.

- Jajaja ¿como que ya está?- le preguntó Amanda y su voz no pudo disimular los esfuerzos por soltarse de Alma- Solo hiciste un movimiento- prosiguió como si nada hacia la niña, mientras con sus muslos intentaba una llave que ni en Judo.

- Es un rollo y además, me despeina- explicó la niña centrándose en los extraños movimientos entre Amanda y su Mami.

- Jajaja, eres de las mías- le dijo Amanda sin conseguir zafarse de Alma y su agarre, de Alma y sus besos en la nuca y de Alma y sus manos tentáculos- Que me sueltes joder- gritó girándose cabreada, olvidando a la niña por un momento. Pero ésta no lo entendió como enfado y  y si, como juego.

- Mi Mami vuelve a ser poli, no podrás sola contra ella... yo te ayudo- saltó sobre ellas dejando a Amanda y su seriedad entre ambas.

- Jajaja, eso es...ayuda a Mami- la animo Alma disfrutando del enfado conseguido en Amanda y a muerte, de su cuerpo sobre si. Hasta las manos parecían querer incrustarse en su piel, de tanto como habían extrañado acariciarla.

Pero Amanda no era una presa fácil. Menos, si estaba enfadada como estaba por lo dicho anteriormente por Alma- Bueno...he decidido que puedo despedirme de ti,  más veces- recordaba sus palabras como cuchillos lanzados contra ella, aunque no por ello, dejaba de jugar entre ellas, por la niña y sus risas. Si bien, lo dicho ahora por la niña, llamaba su atención y siempre directa, no se aguanto las ganas de interesarse por los nuevos planes de Alma.

- Huy...te despeinaste toda, Naiara- distrajo a la niña consiguiendo que el juego entre las tres terminase y la niña saliese corriendo en busca de espejo donde mirarse- Jajaja, estas guapísima igual- la animó y fue muy consciente de como Alma aprovechaba la distracción de Naiara,  para ajustar ambos cuerpos, deliciosamente- ¿Dejas el CNI?- ahora si, preguntó por su interés, aprovechando su posición sobre Alma, para provocarla como ella misma había hecho todo el tiempo.

- He pedido el reingreso en la policía- contestó Alma, cerrando un segundo los ojos. El segundo que necesitaba para disfrutar el desnudo muslo de Amanda entre los suyos.

- Te encanta el CNI, adoras tu trabajo en ese cuerpo y se te da de maravilla, ¿por que dejarlo?- mostró así su desacuerdo con la decisión de Alma, y por igual, ambas despidieron la unión de sus cuerpos, con un hondo suspiro. Mientras tanto la niña volvía hasta ellas y Amanda, busco unos segundos de intimidad- Naiara cielo, trae mi maletín, tengo un color ideal para pintarte las uñas.

- Ayyyy- suspiro la niña retorciéndose de placer- Ahora mismo- dijo antes de salir a correr hacia la habitación principal. Alma sonrió viéndola marcharse feliz y cuando volvió la vista a Amanda, ésta parecía entenderla.

- Me he perdido mucho de ella, y no quiero seguir haciéndolo. Crece demasiado rápido- explicó sus motivos, sin que Amanda dijese nada ni cambiase su expresión. Por eso, continuó- Es lo que se hace cuando quieres a alguien y deseas, estar a su lado. Te sacrificas lo necesario para obtener una mayor satisfacción.

- Uhm- murmuró Amanda apoyándose pensativa en el sofá. Tan sensual como siempre- Me estas haciendo sociología de calle.

- No tengo idea de que es sociología de calle, pero si se, que no es lo que quiero hacerte- contestó Alma, queriendo aprovechar al máximo la intimidad entre ambas. La pose de Amanda, altiva y sensual, la provocaba como siempre- Lo que quiero hacerte, es llevarte a la primera pared donde nuestros cuerpos tropiecen, abrir tus labios en un beso sin fin, que mis manos busquen tus pechos, llegar hasta tus tetas también con mi boca, mientras mi mano más rápida, baja hasta tus bragas, donde se cuela, encontrando tu sexo mojado y caliente, como esta el mio desde que volví a verte- dijo cómo deseaba, congelando a Amanda en una abrasivo calor- Mis dedos buscarían entrar en ti, suave, recreándome en tus gemidos, en esos callados suspiros de quiero más y entraría. Entraría en ti, mientras mi muslo ayuda a mi mano con fuerza y entonces, te haría el amor, perdiéndome en tus ojos, en tu boca y resumiendo, en ti- hizo una pausa necesitando respirar. Sus deseos expresados en palabras, no sólo impactaban en Amanda, lo hacían en ella misma, rebotando un deseo que quemaba y dolía por igual. Tampoco ayudaba que ambas en esa vorágine de palabras se hubiesen buscado y que lo que aún, le quedaba por decir, tuviera que hacerlo prácticamente en la boca de Amanda- No se si será sociología de calle o será amor, lo que se, es que podría decirte adiós cada día, si así, me aseguro tenerte en mi vida- pareció terminar casi encima de Amanda, pero continuó permitiéndose la diversión- Puedes besarme.

- Espera que se me pasen las náuseas, por pasteleo extremo- contestó a su petición Amanda,  guardándose de que los labios de ambas se rozasen exquisitamente.

- Ayyyy, ¿es que os vais a besar?- preguntaba realmente entusiasmada Naiara al encontrarlas una encima de la otra con los rostros demasiado próximos. Amanda seria un sueño como pareja de su Mami.

- Sus ganas- contestaron al unísono el par de dos, y ambas, estallaron en risas- Jajaja...eres una payasa- dijo Amanda sin separarse un ápice de la payasa, provocando que la curiosidad de la niña, no tuviese fin.

- Jopes Mami...dime si es tu novia- insistió queriendo saber y ahora si, Amanda huyó de Alma cuanto pudo.

- Si...Amanda es mi novia- contestó decidida a su hija a pesar de la mirada fundida en hierro de Amanda sobre si.

- Dios..conseguirás que vomite esta noche- se quejó Amanda a su estilo, sin ocultar que necesitaba y deseaba tanto como Alma, besarla- Naiara, te hago las uñas y a la cama- continuó para la niña, provocando la risita de Alma, por su aparente urgencia- Es que si te dejo a ti, nos da Navidad- murmuró para Alma guiñándole un ojo. Un simple gesto, una simple frase, y después de horas, por fin, la sonrisa de Alma se expandía feliz.