112-Emergencias 3

Marina se tuvo que quedar, sin escuchar lo que a Inés le había  ocurrido en ese crucero. Una llamada al centro de emergencias alertaba de accidente en la carretera nacional. Era el propio conductor del vehículo siniestrado el que llamaba y participaba haber perdido el control del coche, para acabar saliéndose de la carretera.

El aviso, no podía ser catalogado de gravedad, pero bastó para que Manolo y su compañero saliesen a la carrera para el lugar de los hechos, así como la unidad sanitaria móvil. Sola en su despacho, Marina sonrió por la curiosidad sentida y en poco se organizó para aprovechar el rato libre estudiando. Novata cómo jefa de servicio, subió el volumen de las transmisiones, para no dejar de estar atenta.

Pocos minutos llevaba pasando apuntes a limpio, cuando la frecuencia interna, se iluminada indicando que al otro lado, pulsaban el repetidor.

- Nos dejaron solas- escuchó hablar a la piloto y dejo de escribir, esperando ver por donde saldría ésta vez- Es la oportunidad perfecta de presentarme como debía haber hecho en su primer servicio y de paso, aproveche y regañeme.

- Jajajaja- seria la voz usada por la piloto o seria la verdadera intimidad en la que se encontraban, que Marina rió tomando el portátil para contestarla- No estamos en el Colegio y mucho menos, tengo complejo de maestra- le contestó mordiéndose el labio. Aún resonaba la tierna voz empleada por la particular piloto.

- Es castaña- le contestó rápido Inés, sorprendiéndola. Para la piloto había quedado clarisimo, su color de cabello.

- ¿Como?- se interesó Marina, con cierto temor. Por lo poco escuchado a la piloto, ésta podría salir con cualquier ocurrencia.

- Años trabajando con transmisiones, te dan ciertos conocimientos- le contestó Inés, retrepándose en el incomodo asiento de su helicóptero- Si usted fuese rubia, me habría contestado al momento. Una rubia tiende a estar predispuesta a echar  unas risas y a unos sanos coqueteos. Si por el contrario, fuese morena, habría contestado por igual rápido, pero pretendiendo reconducir la conversación. Una Morena habla con quien quiere, de lo que quiere. Usted no ha hecho ni una cosa ni la otra. Se mantiene en el equilibrio, de contestar educada y ver, hasta donde llega la impertinente piloto, de nombre Inés, con diez años de servicio a sus espaldas. No se donde habrá trabajado antes, pero lo bueno de usar transmisiones es que no te pueden cortar.

- Cierto- murmuró Marina jugando con el portátil, para finalmente llevarlo cerca de su boca- Uhm.. Siempre puedo usar la frecuencia general, para pedir un uso correcto y apropiado de las transmisiones- prosiguió divertida, ciertamente desinhibida por no tenerla cara a cara.

- Negativo- le rebatió Inés empezando a estar encantada con su nueva Jefa. No parecía cerrada, por lo menos no en cuanto a trabajo se refería- Recuerde que no piensa regañar por falta de complejo de maestra.

- Correcto- le dio la razón sonriendo. Inés demostraba fijarse en los detalles, aunque  para Marina ahora , llamaba más la atención lo dicho por Inés antes- He estado los últimos cinco años en el servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Caridad en Madrid. Obvio, apenas he utilizado transmisiones, ¿alguna experiencia más que deba tener en cuenta?

- Es castaña entonces- contestó Inés, en el que ya estaba siendo su tono normal. Pausado y lineal. Sonoramente calmo, para Marina- Si tuviésemos confianza, le pediría un besi para mi, como premio, pero como todavía no, me limitaré a contarle mi experiencia- dijo con soltura y Marina supo, que no mentía. Lo decía convencida de ello- Antes de que las redes sociales llegasen a nuestras vidas, estaba el teléfono...ya sabe, ese aparato que queríamos fuese pequeñísimo y que años después, queremos que sea enorme, demostrando así, que somos el animal dotado de raciocinio, sin manual de instrucciones y antes que él, las transmisiones. A nivel social, los tres funcionan igual. No hablamos en persona, como lo hacemos por teléfono, por mensajería instantánea o por transmisiones. Esto que le digo, es peligroso y muy a tener en cuenta.

- Tomo nota- murmuró Marina, olvidando apretar el botón para hablar, pero al ver que Inés nada contestaba cayó en la cuenta y ahora sí lo apretó- Es cierto, llevándolo al tan famoso Watsapp, tengo colegas que en persona son tan apagados cómo un farolillo en una noche de Tarifa, y en cambio en whatsapp son los líderes absolutos del grupo.

- Jajaja, ¿quien no tiene alguien así entre sus contactos?- fue decirlo retoricamente, y ambas guardaron silencio. Por la frecuencia general, Manolo hablaba con la ambulancia. El conductor no mostrada contusiones de gravedad y seria trasladado al Hospital, para una protocolaria revisión. Cuando dejaron de escucharlos, Inés retomó la conversación con Marina- Ellos mismos, nuestras compañeros lo hacen. Se ocultan o exageran, llegando a inventar, escoltados por la falta del te con te. Como escucho la primera noche, si el tema sacado para compartir un rato, va de aventuras, éxitos o bromas, se pisan por contestar. Todos han tenido un viaje aventurero, o una preciosa historia de amor. Pero si cómo hoy, el tema es peliagudo, guardan silencio camuflando la verdad. Exponernos, siempre nos deja indefensos y ante eso, tenemos dos salidas, ser nosotros protegiendo nuestros corazoncitos, o ser quien quisiéramos ser.

- Guau- murmuró Marina y reviso corriendo no tener pulsado el botón que la comunicaba con Inés. Tenía tanta razón en lo dicho, pero sobre todo, tenia una forma tan atrapante de contarlo.

- Sabe inglés, su color de cabello es castaño y es, naturalmente curiosa. ¿A que voy bien?- preguntó Inés, sabiendo que llevaba la razón. Una rubia, apretaría el botón dejándola así, escuchar su risa. Una morena, contestaría enseguida si, una castaña haría lo que estaba haciendo su jefa, pensar la respuesta. Respuesta que llegaría.

- Uhm...usted es la experta, yo soy una simple novata, que debería aprovechar la tranquilidad para ponerse al día con sus estudios- terminó por contestarle Marina.

- Lo sabía - pensó Inés, dando dos palmadas. No le había fallado su instinto, ni su experiencia- Y yo debería dejarla hacer- le contestó un poco apenada. Estaba siendo de lo más entretenido, departir con su nueva Jefa, pero tenia razón, su jefa debía estudiar lo que fuese que estudiase, y ella debía calmar el gusanillo de hambre, que en las largas noches de guardia en invierno, le provocaban.

- Bien- la sobresalto Marina, cuando Inés pensaba ya no hablaría- Seguro que ahora estas pensando, ¿que estudia?

- Jajajaja, no...estaba pensando que mi Jefa es castaña, curiosa, sacrificada y en consecuencia, un tanto disciplinada- terminó de decirle, sin darse cuenta que trataba de alargar la conversación cuanto podía. Tampoco  era de extrañar, su copiloto llevaba un buen rato hablando con su chica fuera del helicóptero y la frecuencia usada como su radio-patio estaba callada por trabajo- Se me olvidaba un dato de su personalidad muy importante- volvió a intercomunicar con ella, captando toda la atención de su Jefa- Debe ser muy sociable.

- Déjame dudar, si contestó rápido me acusaras de ser rubia o morena.