miércoles, 21 de mayo de 2014

Va una de recuerdos 3


Ahí estaba yo, en la oficina del Ínem de mi barrio, bien vestía, perfumá, formal y con buena letra.

Tss, estuvo fácil lo de rellenar los papelillos, básicamente porque poco tenían que rellenar.
Fuera de la filiación personal, ya sabéis...nombre y apellidos, nombre del padre, nombre de la madre, domicilio y etc, no tenía apenas naita que rellenar. Experiencia profesional cero, si yo venia justo a eso, a iniciarme en el mundo del trabajo y llegamos a la parte más escabrosa del relleno a buena letra; estudios y con ellos, el siguiente bigote-consejo: En una cosa oficial, no se miente. No se te ocurra hacerme pasar vergüenzas.

Mi padre y su legalidad. No hay tío más legal que mi padre, tan legal que ni se miente al espejo diciéndose guapo, en eso no he salido a el, yo me pego unos piropos que ríete de los albañiles ante un pibonazo.

Estudios terminados ponía en una de las casillas- Tss...tendrá maldad- pensé leyéndolo y mare, que escalofrío sentí. Estaban demasiado presentes mis últimas notas, tanto, que aún escuchaba el eco de la voz de mi madre diciéndome- En el cubo de la basura tuve que haberte dejado, no tenía que haberte cogido- y es recordarlo ahora, y me siguen dando.

Que es mentira, que no me cogieron del cubo de la basura, lo se por los grupos sanguíneos de mis padres, lo se porque tengo toda la cara de mi madre y toita la mala folla del mundo, que es la de mi padre, el tío el bigote. Pero dolía y duele, la cuarta de cinco y era a mi, a quien decían haber recogido del cubo de la basura una fría y tenue noche. Porque no pudo ser la quinta si ella vino cuando ya no se la esperaba? O mejor porque no fue el tercero? Jijiji, el tercero es el más picoso, el más empollón, el más apañado y no, no es el más ligon. 

No, pero no, no de verdad no insistais, no me hagáis hablar del tercero, porque no me perdona lo de Amparillo y no es que a la Almi, esa historia le haga mucha gracia. De hecho, y solo diré esto, en casa de mis padres hay una foto de grupo recortada y detrás escondida hay una carta de amor, que cuando mi Mami tiene ganas de meterse con ella, abre el marco y saca la carta y dios, vuelve a contar la historia una y otra vez. 

La que pudo liar Amparillo, dos hermanos, una chati, unos padres que creen que el gay de la casa es el picoso y no la rizosa recogida en el cubo la basura, un verano en la playa y una carta que meses después llega, con sorpresita. 
Un descubrimiento que hará temblar los cimientos de una familia, hay un gay o dos? Próximamente en.. Gemo ves muchas películas jajaja.

Me resituo, estaba en la oficina del Ínem con el vello erizado, ahora no por la funcionaria, no. Por las notas, aquellas que me condenaban a repetir curso. Agüita la que yo pase aquel día en que me las dieron. Es más fácil decir la que había aprobado que las suspensas jajaja, y no, no seré tan simple de acusar al consejo de profesores de cogerme mania, más que nada porque no viéndome, cómo no me veían, difícil coger mania a una mochila, monisma por otro lado. Fiesta con los compis de curso, el que más suspensos tenia, pagaba las primeros litros. Bien por ahí, fiesta y risas, pero fue llegar a mi placeta, ver a mi hermano mayor, entregarle las notas, que las viera, que me mirase y pensar yo - Me da, que bien no se van a tomar esto-. Pero ahí estaba mi hermano el más molón- Pss..peores las lie yo, pon cara de lo siento mucho y en dos días, la Mama te ha perdonado, Papa pues.. - No pudo seguir hablandome, un ser extraño, un empollón con el pelo a lo tazón, paso a nuestro lado con su mejor cara de he reventado las notas a matrículas de honor y me dijo el muy...muy hermano picoso mio- Jajaja, ya me he enterado, vete olvidando de tu moto, le pongo ya el candado?

Mi moto...snif, mi adorada moto. La que me costó la vida conseguir, corría peligro y el muy cabron, querido hermano mío, subió corriendo deseando dar la noticia de mi suspenso. Fueron solo dos minutos, lo que tarda un carbroncillo en subir hasta un cuarto piso deseando hundirme en la miseria, y por la ventana, se escuchó la voz clara de mi madre, diciendo mi nombre compuesto más- Sube ahora mismo, que te vas a enterar...que vergüenza cuando venga tu padre y se entere...que vergüenza-. 

En mi casa todo es pasar vergüenza, que repites, es una vergüenza, que no te sabes una calle de la ciudad, es una vergüenza, que le levantas el ligue de verano a tu hermano, es una vergüenza...ups al final solté lo de Amparillo, que se fastidie por picoso Jajajja. 

Me voy del asunto y no me frenais, por si alguien interesado, me encadenaron la moto así como dos meses y el bigotes, se pego más de una semana sin dirigirme la palabra para nada. El único consuelo, es que mi madre, ha sido de fácil perdonar, siempre y aquella vez, también.

- Ven aquí lucerillo mio, si a Papa se le pasara enseguida, pero tienes que entenderlo también.

- Vale...pero snif.. Y mi cola cao?

Mi padre sin hablarme, me he llevado unos cuantos palos en la vida, pero que mi padre no me hable, es y siempre será, lo peorcito para mi y el joio bigotes, lo sabe.

Normal que me quedase desvalida mirando el papelillo del Ínem, pero...entonces vi el bolígrafo con el que estaba escribiendo. Naah no era el cutre Bic azul, no, no...era un bolígrafo de lo más monismo que ayyyyy, olía que te morias del gusto y te incitaba, te incitaba a guardartelo en el bolsillo jajajaja y aquí no ha pasado nada. Pero entre olerlo, recordar las notas, el enfado del bigotes y mi moto encadenada, acabe dibujando en el papelillo, que es una costumbre de siempre y ayyyy, ahora que hacía? 

Vivaracha he sido siempre, sigilosa me levante, fui al tablón y cogí otro papelillo a rellenar. Ti tiriri, tan contenta por mi hazaña volvía a mi asiento, que se ve, sonreía demasiado, desatando la curiosidad de la funcionaria.

- Que te ha pasado ahora?- me pregunto con una sonrisa requetebonita y por primera vez la vi de frente tranquilamente. Llevaba el pelo cortisimo y los labios pintandos a un tono bastante llamativo. Muy delgada, eso lo recuerdo muy bien, porque llamo mi atención. Pero claro, yo debía contestarla.

- Que me he equivocado- conteste en el tono arrepentido usado en las notas, ella sonrió aun más y lo propio, hizo el caballero. 

Ahí fue que mire al caballero y ay dios...tenía cara abuelo y a mi eso, me puede y me da por hablarles y ya no hay quien me calle.

- Jejeje, aquí de papeleos? 

- Si niña, arreglandome la jubilación.

- Cachis en...pero si esta usted hecho un toro, que jubilación ni na.

- Jajaja, pero ya me va tocando descansar. Ahora te toca a ti.

Yo que se...la coba que le di al hombre, se que medianamente estamos terminando, cuando me ofreció un caramelo. 
Y zaca...se lo di a ella. 

- Nooo...si tengo más- insistió él sacando caramelos, mientras yo se lo acercaba más a ella.

- Siii, pero este para ella.

- Será por caramelos.

Aquello se convirtió en la guerra de los caramelos y jajaja, la mesa de la funcionaria quedo plagada de ellos, pero ojo, cuidado y atención, en las manos de la funcionaria, solo estaba el mio.

Ti tiriri ti riri...no te fíes de una sonrisa inocente de una vivaracha sin nada que perder, sería la moraleja de este recuerdo, pero la vida es tan, pero tan retorcida...

3 comentarios:

  1. Jajajaja! Me encanta! Cuando puedas nos cuentas más...Que no me vendrían mal unos consejillos. Soy un desastre ligando jejeje
    A la espera de más vivencias...
    L.a.c.e.r

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  2. y seria mucho pedir que cuentes lo de Amparillo ?
    saludos : )
    Estrella fugaz

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  3. je,je lo de la guerra de caramelos estuvo buenooooooo

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