miércoles, 21 de mayo de 2014

Mi cincuenta cláusulas 117


En Mónaco amaneció un día de lo más primaveral, que invitaba a pasear hasta que el campeonato de Fórmula Uno comenzase. Minerva eligió unos pantalones cortos acompañados por una larga camisa y un primaveral sombrero, mientras que Julia prefirió una blusa sin mangas con jeans pitillo. Guillermo cómo era obvio, no despertó en sus mejores condiciones y las chicas prefirieron esperarlo en las puertas del Hotel. Fue ahí, mirando los escaparates de las tiendas del mismo, donde Minerva miro el reflejo de ambas en los grandes cristales.

Amante de la fotografía, le gustaba y mucho, el contraste entre ambas. Su diferencia de edad como sus diferentes estilos, serio y elegante el de Julia, y mucho más juvenil el suyo, era como ver el roto, que hace buena la foto tomada.
El abrazo de Julia a su espalda, las hizo sonreír a sus propios reflejos, al tiempo que una bellísima mujer salia por las puertas principales del Hotel. Las dos, prestaron atención a la mujer, hasta que Julia, se disculpó besándole la mejilla.
- Aguarda un minuto- le dijo a Min antes de caminar hacia la mujer- Helena.
Min quedo en el mismo escaparate, contemplando cómo Julia llegaba hasta la tal Helena, a quien beso en las manos. Sin inquietarse, aguardo cómo la propia Julia le había pedido y cuando la mujer se marchó, sonrió contagiada por la sonrisa traviesa con la que Julia regresaba hasta ella.
- Debes recordar el ejercicio de madurez realizado- bromeó Julia con los celos de Minerva y ésta se carcajadeo.
- Jajaja, ahora es cuando te grito exigiéndole saber de esa mujer- siguió el juego Minerva.
- Es Helena Prive, la heredera de los hoteles Clivton. La conocí anoche y fui amable con ella- comento tomándola por la cintura.
- Ya se yo, lo que tu entiendes por amable- prosiguió sarcástica Minerva, dejándose acaramelar. No sólo el día o sus atuendos eran primaverales, sus mismos ánimos lo eran.
- Oh si, lo fui- rodó los ojos Julia, despertando un beso sensual de Minerva. Julia creída y de excelente humor, era de lo más deseable para Minerva.
- Una vez realizado el ejercicio de madurez, tiene un punto muy sexy saberte deseada- coqueteo Minerva para terminar enredadas en un beso que nuevamente, interrumpió Guillermo, esta vez acompañado por Fernando.
Reunidos los cuatro, decidieron pasear por la Place de Montecarlo. Fernando aludió querer comprar un regalo para una amiga especial, mientras Guillermo se dejaba llevar parapetado tras sus gafas de sol. Las chicas, simplemente disfrutaban del paseo comentando aquello que despertaba su atención. Como la fila de caballeros, que esperaban a las puertas de las más exclusivas boutiques o joyerías.
- Como los entiendo, si Adela estuviese aquí, así estaría yo...esperándola mientras ella tortura la tarjeta platino- dijo Guillermo aliado con esos caballeros, que esperaban estoicos mientras sus parejas, fundían ese poderoso plástico.
- Madre mía- exclamó Minerva pegándose a un escaparte. Un fino colgante, desataba sus ansias. Julia tirada por ella misma, sonrió al ver el colgante y guiñó un ojo a Guillermo.
- Por favor...pura suerte- murmuró este no queriendo subirle más el ego, mientras Minerva, se enamoraba de a poco del finísimo colgante.
- Mejor entra y ve más- la animo la magnate, tratando de distraerla de ese colgante.
- Es que me ha encantado este- insistió Minerva mordiéndose los labios. Era una auténtica preciosidad, que quedaría de maravilla en su cuello.
- Seguro dentro hay más- continuó insistiendo Julia y terminó por provocar a Guillermo.
- Que ese te lo compro ayer, entra y sácale otro- dijo rompiendo la sorpresa y Julia lo fulminó con la mirada, provocando su risa victoriosa- Jajaja, perdón...
- Seras...- se quejó Julia y tuvo que retener un exabrupto. En su particular guerra con Guillermo, ni atendía el abrazo y besos entusiastas de Min. Ocupada cómo estaba en devolvérsela- Entremos de todas maneras, seguro quieres llevarle algún detallito a Adela- le indico dando por hecho que Minerva secundaria su idea.
- Ay si, Papa- corrió a secundarla Minerva- Le encantará que llegues con un regalito.
- Cabrona- murmuró Guillermo cuando Julia lo tomo del brazo adentrandolo directo en la joyería. Los juegos entre ambos, continuaron dentro de la joyería. Desatada la vena más caprichosa de Minerva, Julia quedaba cómo aventajada en ese juego.
- Papa, estos gemelos se ven geniales para Nicolás- pidió para su hermano y aun le quedaba su suegra- Aunque puestos a comprar regalitos- Y para Araceli me encanta este broche, Julia.
La elección del broche para Araceli, causó miradas cómplices entre Fernando y Guillermo, haciendo que éste olvidase su guerra con la magnate dispuesto a ayudar a un amigo.
- A mi me gusta mucho más este anillo para ella- les dijo sin que ninguna de ellas fuese consciente de sus verdaderos intenciones. Más tarde, Fernando regresaría a por ese broche a esa misma tienda.
Así, la mañana paso entre compras y paseos, que terminaron con el pequeño grupo invitado al staf de Ferrari, desde donde vieron el campeonato de Fórmula Uno. Ya en la tarde, Julia acompañó a Minerva hasta el helipuerto, desde donde esta volaría a Niza.
Yendo en el coche, a Minerva no paraba de rondarle lo vivido en la joyería. Estando comprando los regalos, dos conocidas de Julia las saludaron cariñosas y una de ellas, le pidió una foto. La mujer poso con un precioso reloj de pulsera y le pidió encarecidamente que le enviase la foto a casa. Según la propia mujer, le hacía ilusión tener una foto realizada por Minerva, la prestigiosa fotógrafa de moda.
- Uhm- murmuró inmersa en sus pensamientos y Julia le beso la mano al momento- Me esta rondando una idea- arrugó los labios pensativa- Podría ofrecer una editorial de moda, donde el modelo fuese un personaje importante, ya fuese de sociedad, político, del mundo del celuloide, deportes, algo así...no se, de publicación estacional tal vez- concluyó haciéndola partícipe de su idea conforme la pensaba y Julia suspiro enamorada- Jajaja, te lo digo para que me ayudes.
- ¿Vogue?- pregunto Julia intentado ayudarla, aunque en esas lides, confiaba de sobra en la intuición de Minerva.
- Quizás...imagina esto...moda masculina de invierno por Julia Arango- prosiguió entusiasmada con la idea y hasta podía imaginarse las fotos con Julia.
- Estas empeñada en vestirme de hombre- se quejó a boca chica Julia. En verdad estaba encantada con el hecho de que  Minerva la incluyese en su idea.
- Serian unas fotos terriblemente sensuales...si la editorial tuviese éxito, podría dedicarme a eso en exclusiva mientras conseguimos ser Mamás- expuso contagiándose de la sonrisa que inmediatamente adornaba el rostro de Julia.
- Oh...ese Mamás me emociona en lo más profundo de mi- declaró Julia en tanto llegaban al helipuerto, y nuevamente ambas, se separaban entre cariños y bonitas palabras.
Tocaba extrañarse con la ilusión de que al regreso de ambas a Madrid, comenzarían con sus planes de ser Mamás. Mientras tanto, los mensajes en el grupo de Familia, continuaban:
Mensaje de Guillermo en "Familia": Adelita de mi corazón, te llevo regalito. Dime que me extrañaste mucho, anda...¿si?
Mensaje de Adela en "Familia": Jijiji, ¿y que es pichoncito mio?
Mensaje de Nicolás en "Familia": Estáis en el grupo de familia, y leeros así, me puede causar un trauma.
Mensaje de Julia en "Familia": ¿Pichoncito?  Jajajaja ay Guillermo, pichoncito.
Mensaje de Guillermo en "Familia": Ya estamos...
Mensaje de Araceli en "Familia": ¿Se puede saber cuando vais a venir a verme? No quiero tener que pedírtelo dos veces, Ojitos míos.
Mensaje de Guillermo en "Familia": ¿Ojitos? Jajaja, mira tu que cosas.
Mensaje de Nicolás en "Familia": Me estas fundiendo la batería, ¿podéis dejarlo?
Mensaje de Adela en "Familia": Pero al final...¿cual es mi regalo?

2 comentarios:

  1. Aunque enamorada, esta mujer sigue siendo fatal...de Minerva, que decir, siempre me encanta!

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  2. aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii amooooooooooooooooo tanto tanto que custo esperar outro dia,que talelas passarem uns dias com araceli na fazenda só as 3 seria um luxo - obrigada gemito você é demais
    brigoninha

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