En
Mónaco amaneció un día de lo más primaveral, que invitaba a
pasear hasta que el campeonato de Fórmula Uno comenzase. Minerva
eligió unos pantalones cortos acompañados por una larga camisa y un
primaveral sombrero, mientras que Julia prefirió una blusa sin
mangas con jeans pitillo. Guillermo cómo era obvio, no despertó en
sus mejores condiciones y las chicas prefirieron esperarlo en las
puertas del Hotel. Fue ahí, mirando los escaparates de las tiendas
del mismo, donde Minerva miro el reflejo de ambas en los grandes
cristales.
Amante
de la fotografía, le gustaba y mucho, el contraste entre ambas. Su
diferencia de edad como sus diferentes estilos, serio y elegante el
de Julia, y mucho más juvenil el suyo, era como ver el roto, que
hace buena la foto tomada.
El
abrazo de Julia a su espalda, las hizo sonreír a sus propios
reflejos, al tiempo que una bellísima mujer salia por las puertas
principales del Hotel. Las dos, prestaron atención a la mujer, hasta
que Julia, se disculpó besándole la mejilla.
-
Aguarda un minuto- le dijo a Min antes de caminar hacia la mujer-
Helena.
Min
quedo en el mismo escaparate, contemplando cómo Julia llegaba hasta
la tal Helena, a quien beso en las manos. Sin inquietarse, aguardo
cómo la propia Julia le había pedido y cuando la mujer se marchó,
sonrió contagiada por la sonrisa traviesa con la que Julia regresaba
hasta ella.
-
Debes recordar el ejercicio de madurez realizado- bromeó Julia con
los celos de Minerva y ésta se carcajadeo.
-
Jajaja, ahora es cuando te grito exigiéndole saber de esa mujer-
siguió el juego Minerva.
-
Es Helena Prive, la heredera de los hoteles Clivton. La conocí
anoche y fui amable con ella- comento tomándola por la cintura.
-
Ya se yo, lo que tu entiendes por amable- prosiguió sarcástica
Minerva, dejándose acaramelar. No sólo el día o sus atuendos eran
primaverales, sus mismos ánimos lo eran.
-
Oh si, lo fui- rodó los ojos Julia, despertando un beso sensual de
Minerva. Julia creída y de excelente humor, era de lo más deseable
para Minerva.
-
Una vez realizado el ejercicio de madurez, tiene un punto muy sexy
saberte deseada- coqueteo Minerva para terminar enredadas en un beso
que nuevamente, interrumpió Guillermo, esta vez acompañado por
Fernando.
Reunidos
los cuatro, decidieron pasear por la Place de Montecarlo. Fernando
aludió querer comprar un regalo para una amiga especial, mientras
Guillermo se dejaba llevar parapetado tras sus gafas de sol. Las
chicas, simplemente disfrutaban del paseo comentando aquello que
despertaba su atención. Como la fila de caballeros, que esperaban a
las puertas de las más exclusivas boutiques o joyerías.
-
Como los entiendo, si Adela estuviese aquí, así estaría
yo...esperándola mientras ella tortura la tarjeta platino- dijo
Guillermo aliado con esos caballeros, que esperaban estoicos mientras
sus parejas, fundían ese poderoso plástico.
-
Madre mía- exclamó Minerva pegándose a un escaparte. Un fino
colgante, desataba sus ansias. Julia tirada por ella misma, sonrió
al ver el colgante y guiñó un ojo a Guillermo.
-
Por favor...pura suerte- murmuró este no queriendo subirle más el
ego, mientras Minerva, se enamoraba de a poco del finísimo colgante.
-
Mejor entra y ve más- la animo la magnate, tratando de distraerla de
ese colgante.
-
Es que me ha encantado este- insistió Minerva mordiéndose los
labios. Era una auténtica preciosidad, que quedaría de maravilla en
su cuello.
-
Seguro dentro hay más- continuó insistiendo Julia y terminó por
provocar a Guillermo.
-
Que ese te lo compro ayer, entra y sácale otro- dijo rompiendo la
sorpresa y Julia lo fulminó con la mirada, provocando su risa
victoriosa- Jajaja, perdón...
-
Seras...- se quejó Julia y tuvo que retener un exabrupto. En su
particular guerra con Guillermo, ni atendía el abrazo y besos
entusiastas de Min. Ocupada cómo estaba en devolvérsela- Entremos
de todas maneras, seguro quieres llevarle algún detallito a Adela-
le indico dando por hecho que Minerva secundaria su idea.
-
Ay si, Papa- corrió a secundarla Minerva- Le encantará que llegues
con un regalito.
-
Cabrona- murmuró Guillermo cuando Julia lo tomo del brazo
adentrandolo directo en la joyería. Los juegos entre ambos,
continuaron dentro de la joyería. Desatada la vena más caprichosa
de Minerva, Julia quedaba cómo aventajada en ese juego.
-
Papa, estos gemelos se ven geniales para Nicolás- pidió para su
hermano y aun le quedaba su suegra- Aunque puestos a comprar
regalitos- Y para Araceli me encanta este broche, Julia.
La
elección del broche para Araceli, causó miradas cómplices entre
Fernando y Guillermo, haciendo que éste olvidase su guerra con la
magnate dispuesto a ayudar a un amigo.
-
A mi me gusta mucho más este anillo para ella- les dijo sin que
ninguna de ellas fuese consciente de sus verdaderos intenciones. Más
tarde, Fernando regresaría a por ese broche a esa misma tienda.
Así,
la mañana paso entre compras y paseos, que terminaron con el pequeño
grupo invitado al staf de Ferrari, desde donde vieron el campeonato
de Fórmula Uno. Ya en la tarde, Julia acompañó a Minerva hasta el
helipuerto, desde donde esta volaría a Niza.
Yendo
en el coche, a Minerva no paraba de rondarle lo vivido en la joyería.
Estando comprando los regalos, dos conocidas de Julia las saludaron
cariñosas y una de ellas, le pidió una foto. La mujer poso con un
precioso reloj de pulsera y le pidió encarecidamente que le enviase
la foto a casa. Según la propia mujer, le hacía ilusión tener una
foto realizada por Minerva, la prestigiosa fotógrafa de moda.
-
Uhm- murmuró inmersa en sus pensamientos y Julia le beso la mano al
momento- Me esta rondando una idea- arrugó los labios pensativa-
Podría ofrecer una editorial de moda, donde el modelo fuese un
personaje importante, ya fuese de sociedad, político, del mundo del
celuloide, deportes, algo así...no se, de publicación estacional
tal vez- concluyó haciéndola partícipe de su idea conforme la
pensaba y Julia suspiro enamorada- Jajaja, te lo digo para que me
ayudes.
-
¿Vogue?- pregunto Julia intentado ayudarla, aunque en esas lides,
confiaba de sobra en la intuición de Minerva.
-
Quizás...imagina esto...moda masculina de invierno por Julia Arango-
prosiguió entusiasmada con la idea y hasta podía imaginarse las
fotos con Julia.
-
Estas empeñada en vestirme de hombre- se quejó a boca chica Julia.
En verdad estaba encantada con el hecho de que Minerva la
incluyese en su idea.
-
Serian unas fotos terriblemente sensuales...si la editorial tuviese
éxito, podría dedicarme a eso en exclusiva mientras conseguimos ser
Mamás- expuso contagiándose de la sonrisa que inmediatamente
adornaba el rostro de Julia.
-
Oh...ese Mamás me emociona en lo más profundo de mi- declaró Julia
en tanto llegaban al helipuerto, y nuevamente ambas, se separaban
entre cariños y bonitas palabras.
Tocaba
extrañarse con la ilusión de que al regreso de ambas a Madrid,
comenzarían con sus planes de ser Mamás. Mientras tanto, los
mensajes en el grupo de Familia, continuaban:
Mensaje
de Guillermo en "Familia": Adelita de mi corazón, te llevo
regalito. Dime que me extrañaste mucho, anda...¿si?
Mensaje
de Adela en "Familia": Jijiji, ¿y que es pichoncito mio?
Mensaje
de Nicolás en "Familia": Estáis en el grupo de familia, y
leeros así, me puede causar un trauma.
Mensaje
de Julia en "Familia": ¿Pichoncito? Jajajaja ay
Guillermo, pichoncito.
Mensaje
de Guillermo en "Familia": Ya estamos...
Mensaje
de Araceli en "Familia": ¿Se puede saber cuando vais a
venir a verme? No quiero tener que pedírtelo dos veces, Ojitos míos.
Mensaje
de Guillermo en "Familia": ¿Ojitos? Jajaja, mira tu que
cosas.
Mensaje
de Nicolás en "Familia": Me estas fundiendo la batería,
¿podéis dejarlo?
Mensaje
de Adela en "Familia": Pero al final...¿cual es mi regalo?
Aunque enamorada, esta mujer sigue siendo fatal...de Minerva, que decir, siempre me encanta!
ResponderEliminaraiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii amooooooooooooooooo tanto tanto que custo esperar outro dia,que talelas passarem uns dias com araceli na fazenda só as 3 seria um luxo - obrigada gemito você é demais
ResponderEliminarbrigoninha