Va una de recuerdos 2

No se yo si me habréis bloqueado a mi Almi, pero...tengo excusa por si le da por curiosear por aquí. Aquel gran día en que Gemo se apuntó al paro, Gemo era libre como el viento y ella aún, no me había regalado la palmera de chocolate.

Así que seguimos, recordando los bigote-consejos de mi Papa, yo estaba en aquella oficina de pie, bien vestía, perfumá y formal.

Cachis en la mar, con lo nerviosa que me pongo yo ante una cosa importante de papeleos y me tocaba un pibon de funcionaria. ¡Vamos ya! Encima, en mis adentros seguía mi padre y sus bigote-consejos: Si hay niñas bonitas, tu ni las mires que te me pierdes.

Puede parecer una expresión muy usada en el sur, pero jajaja, ay mi madre, el bigotes de mi padre, lo decía literal. Y diréis, explica bien esto Gemo, y yo voy y os lo explico. Pongamos que Gemo tenia, pues yo que se, unos doce años y era un domingo de romería. Un ambientazo en el río que para que. Venga familias, venga sandias puestas a remojo, venga barreños de sangría y venga niñitas por todos sitios jem jem jem. Lo malo que tiene el día como todo el mundo sabe, es que llega la noche, y cuando llega la noche en el río hace frío, los niños se caen de sueño mataitos de jugar y los Papis cargan los maleteros con lo poco que ha quedado, mientras las Mamis ubican a sus hijos. Aquel anochecer, en que el sol besaba las aguas del río en su despedida, Gemo no aparecía por ningún sitio.

- Ya esta la niña liandola- ésta seguro, fue la queja de mi hermano el picoso.

- Esa se ha ido a investigar cuevas, como si la viera...y ahora vendrá toda sucia- ésta seguro, fue la de mi hermana mayor. A la pequeña por aquellas, aun no se la dejaba opinar y faltaba uno, el que diríamos es, el hermano mas Gemo de Gemo, el mismo que entre risitas, pedía calma.

- Dejarla que ahora vendrá...¿que prisa hay? - mas o menos estas serían sus palabras, a las que seguirían los gritillos histéricos de mi madre acusándolo de saber algo.

Liarla la lié, porque tardaron bastante en encontrarme, sucia estaba y alguna cueva en particular investigue, jajaja ains...de ahí viene y vendrá el bigote-consejo de mi padre: Si hay niñas bonitas, tu ni las mires que te me pierdes.

No mirarla, esa era la solución de mi padre y por mi padre que no lo iba a hacer. Pasa que estaba en un sitio minúsculo y según sus propios consejos no debía yo sentarme. Carteles, mi solución momentánea, fue leerme todos los carteles incluidas las señales que indicaban los aseos.

Mujer, guapa, con carácter y mayor que yo...dios, era demasiado para mi. Mucha tentación para una canija vivaracha que no llegaba a los veinte años.

¿No os ha pasado que ni obligándote a leer algo no lo consigues leer? Estaba de espaldas a su mesa y en consecuencia a su presencia, pero no lograba evadirme, era como si tuviese su mirada fija en mi espalda.

- Pero que penita das- me dije toqueteando los folios colgados en un cartón y me temblaron las piernas, la campanilla y hasta el último rizo, cuando alguien se paró cerca de mi y con una voz sensualmente cazallera me preguntó:

- ¿Me dejas?

Agh....era ella, si. Muerta, enrojecida a modo tomate de la huerta murciana y sonriendo como pava. Así me dejo su pregunta al laito mía. Que digo yo, que eso me preguntaría pero no apuesto nada, porque yo fue sentirla a mi lado y olvidarme, hasta que estaba ahí, para la penosa tarea de apuntarme al paro.

- ¿Curso de albañilería?- siguió preguntándome y esta si que la recuerdo super bien porque yo nerviosa, río en cualquier sitio y por nada. Y eso hice, me dio por reír y entre que reía, que ella me miraba medio alucinando, y que de los folios que yo estaba curioseando ella cogió uno y me lo dio para leer- Próximo curso de albañilería- Se me paro la risa en seco, que no, que yo no iba a eso, y asi se lo dije.

- No, pero....que yo eso no, que yo vengo a apuntarme para la cartilla, que me lo ha dicho mi padre.

¡Vamos ya!, que por un momento me ví en mitad de una obra, subiendo ladrillos, pero la joia...ay la joia...sonrió, arranco dos papeles sin mirar y me dijo:

- Ve rellanando esto, anda

Y corriendo si hace falta. ¡Ayyy! se me cayo un suspiro cuando se marcho de regreso a su mesa y no nos vamos a engañar, le hice un bicheo en toda regla. Mare mía, que culito tenía la muchacha y que buen caminar, por no hablar del aroma que iba esparciendo a su paso.

Ahí, justo ahí llegaba el siguiente bigote-consejo: Cuando hay algo que rellenar, se hace siempre a buena letra, así que...secate las manos-aguas que me tienes, criatura mía.

A este bigote-consejo, le hice caso al momento, tome asiento, ahora si debía, y cachis en to, no llevaba bolígrafo. Si carpeta monísima, según las indicaciones de mi padre, hay que tener carpetas para todo, pero no boli. ¿Por que no me hablo de los bolis?

¿Que debía hacer ahora? ¿Pedírselo a la mujer que a mi lado estaba a punto de dormirse? ¿Ir a pedírselo a la pibon de la funcionaria?

Pues claro que fue la última, me puedo sonrojar a muerte, me pueden sudar las manos, puedo batir récords en tics nerviosos, ¿pero que soy yo? Una torera de la vida.

Tss...ahí que me levante, bien vestía, perfumá, formal y sobre todo, educada....

- Disculpe caballero, pero me es urgente- así le dije al hombre que ella aun estaba atendiendo y mare, cuando me miro ella sonriendo....si, volví a reír- Jijiji, que no tengo boli para rellenar esto.

Firme mi sentencia con esa pedazo mujer....porque era, mujer, mayor que yo, pibonazo y tenia un boli to guapo jajaja, que me flipan los bolis y es un fetiche reconocido, contemplar unas bonitas manos de mujer, con un fino y elegante bolígrafo en ellas.

Mira que me lo había dicho mi padre: Ya estas haciendo cosas de adulta, niña.

Pues....jajaja, no iba muy equivocado el joio bigotes.