domingo, 11 de mayo de 2014

Un adiós, improvisado (7)


La contestación de Alma-Vaya..no me había dado cuenta- entre besos paralizó por un momento el deseo de Amanda. Examinándola bien cerca, observó verdad en su frase, sin que le llegase a sentar muy bien.

- ¿Eso piensas de mi?- pregunto sin soltar su camisa. Quería su contestación boca a boca, sin duda seria mucho más fácil así, observar su contestación- ¿Crees que soy una zorra?- insistió llenándose la boca con ese zorra envenenado y Alma, sonrió buscando su boca- Que contestes- apremio con genio e incluso la llegó a empujar, no molestando a Alma. Al fin, había un resquicio en la inquebrantable Amanda, por donde escarbar.

- Yo más bien preguntaría- comenzó a contestar Alma, disfrutando del enfado evidente de Amanda. Alargando su respuesta se dejó caer a su lado, procurando que ambos cuerpos siguiesen en caliente contacto- ¿Te gusta que creamos que lo eres?- finalizó sin restringirse el poder tocarla. Pegada a ella, la atrapó por su muslo contrario, atrayendola,  sin conseguir encerrarla entre sus brazos.  Amanda se ocupó de colocar ambas manos en su pecho, a modo de barrera, entre risas un tanto forzadas.

- Jajaja cariño, ¿lo soy o no lo soy?- pregunto sonriendo en un intento de evitar demostrar lo mal que le estaba sentando que Alma pensase realmente así sobre ella. La sonrisa de Alma ya le estaba dando una respuesta. Respuesta que podía borrar de un solo beso, el que intento siendo Alma quien ahora la frenase. Más disgustada, volvió a buscar su boca y Alma, la esquivo por igual- ¿De que va todo esto?- pregunto cambiando sus intentos. Ahora quería que Alma dejase de tomarla por su muslo y alejarse así, de ella.

- Ouh..Ouh...estamos hablando, ¿si?- la agarró contra si usando las dos manos. El forcejeo entre ambas, la furiosa mirada de Amanda y en tanta ida y venida, obtuvo premio. Los cachetes de Amanda bajo su camisón y desnudos para ella y sus manos. Para ella y sus ansias por Amanda.

- Suéltame- exigió excitada tomada por el culo. Podía mirarla destilando odio y estar realmente enfadada, pero esa forma tan posesiva de Alma tomándola calentaba su sangre. Disgustada y excitada, siempre buscaba la misma salida, herir a la fuente de su cambios- Si yo soy una zorra...¿tú qué eres? ¿La imbécil masoca que va tras la zorra?

- Me pones muy caliente enfadada- dijo ignorando en un principio sus dolosas preguntas. Mucho mejor emplear la fuerza para atraerla hasta ella y robarle un beso casi a la fuerza. El casi consiguió que Amanda le robase a ella un buen mordisco en su labio- Joder- protestó sin soltarla pese al empeño de Amanda, tocaba hacerla rodar y aprisionarla bajo su cuerpo, a pesar de las quejas de sus manos por dejar de sentir su delicioso culo- pero me pone mucho más, como pronuncias ese zorra- prosiguió evidenciando en su voz la alteración que estaba sufriendo. El camisón de Amanda se arrugaba en su cuerpo bajo ella y con la pierna conseguía separar las de Amanda. Malditos pantalones, que la privaban del real contacto piel a piel y maldita la manía de Amanda estar increíblemente deseable enfadada.

- No se te ocurra tocarme- advirtió bajo ella sin dejar de provocarla. Lo hacían sus ojos queriendo fundirla y lo hacía su pelvis buscándola.

- Esta bien- contestó a la advertencia Alma y ahora si, recordó sus preguntas- Eres tan zorra, como para provocarme cómo lo estas haciendo y pretender que no te toque- le dijo sin pretender disimular su excitado estado y le importó muy poco, los movimientos de Amanda por salir de de bajo de su cuerpo. Con verdadero ardor mordió uno de sus senos y bajo la mano directa al sexo de Amanda aprovechándose de su mayor fuerza.

- Ahm...- se encorvado electrificada por el ansia demostrada por Alma, sin amedrentarse- Soy capaz de gritar.

- ¿Si?- voló preguntando incrédula a su boca Alma, su boca podía decir lo que quisiera, su sexo chorreando en ganas, la desmentía descaradamente- Es lo que quiero, que grites cómo la zorr..agh mierda- su frase fue interrumpida por un nuevo mordisco de Amanda, enloqueciendo a ambas. El daño en su labio fue nada. Como siempre, Amanda la envolvía en locura y en esa locura, el daño era acabar como en ese instante, pérdida en su única salida. Follarla hasta reventarse por dentro, queriendo un "algo" más, que se le antojaba imposible.

- Vuelve a llamarme zorra- vencida por igual, Amanda le exigió repetirlo, mientras ella misma guiaba los dedos de Alma haciéndolos penetrarla- Uhm...- gimió al sentirlos bien dentro y mantuvo su presión en la muñeca de Alma. Presión que aumentó mientras ambas se miraban compartiendo la respiración agitada y loca entre ambas- No me mires así...no lo hagas- suplico en un hilo de voz vetado. Vetado en deseo, el deseo con el que empujaba su pelvis hundiendo los dedos de Alma en ella y vetados, no queriendo que el nudo formado en su garganta, se deshiciera en llanto. Si pudiera, si fuese tan zorra, anclaría esos dedos en ella, por siempre. Pero con Alma, a pesar de todo, no podía serlo.

- Amanda- susurró Alma venciéndose sobre ella. No era inmune a sus continuas provocaciones mucho menos a lo que ese quiebro en su voz podía suponer.

- No...Alma no- quiso evitar la carga de sentimientos. Quería un polvo más sin desatar todo lo guardado en su interior. Pero Alma la desobedecía modificando su encuentro- Por favor- insistió soltándole la muñeca para agarrarla por la nuca y provocar que la mirase- No- volvió a pedir doliendole a morir la mirada que recibía.

La de la lucha interior de Alma, la esperanza y la desilusión mezclándose, pugnando por ganar una batalla que para ella estaba pérdida. Ganó segundos, los dedos de Alma se detuvieron y temió durante esos eternos segundos, la reacción de Alma. Pero está, esta se limitó a obedecerla, rompiéndose otro poco más. Aborreciendola y aborreciendose, la beso sacándose la camisa. Entre ellas no había lugar, más que para la locura pasional que guiaba sus bocas y manos por el cuerpo ajeno, arrancando placer y gemidos. Empaparse en la otra, destilar deseos físicos ignorando otros y acabar transpiradas, sin atreverse a mirarse.

Nada nuevo, que no hubiesen hecho en los últimos tiempos, pero esa noche, seria la última. La mirada que se evitaba, esperando un cambio de suerte, una sinceridad, mañana no tendría otra oportunidad para ocultarse o mostrarse. Quizás por eso, no se miraron, pero si mantuvieron el abrazo final, a ojos cerrados. Abrazo que terminó por precipitar caricias que mostraban lo que los ojos no. Quien ahora, necesito huir de esa carga emocional fue Alma, por eso rompió el silencio entre ambas.

- Es media noche, tengo que comunicarme con mi compañero y tu has colgado una llamada donde pedías cabezas- le recordó soltándola, queriendo salir de esa habitación cuanto antes y aunque fuese por sólo unos minutos. Empezaba a ahogarse y Amanda continuaba sin ofrecerle aire que respirar. Sintiéndose pesada trató de incorporarse pero Amanda pareció despertar.

- ¿Cuantas horas nos quedan?






2 comentarios:

  1. que GRANDIOSO y maravilloso placer leerte JODER

    GRACIAS ARTISSSSTAZAAAAAAAAA

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  2. ......¡¡¡¡¡CUANTA CARGA DE SENTIMIENTOS CALLADOS...DE PALABRAS QUE QUIEREN SALIR Y SE AHOGAN EN LA GARGANTA COMO SE AHOGAN LOS SUSPIROS POR ESE....ESE...TE QUIERO....QUE NO LLEGA...ESE ''QUEDATE''' Y QUE NO LLEGUE NUNCA ESA DESPEDIDA..
    DENTRO DE LA MAYOR PASIÓN...DE LA MAS CARNAL DE LAS ENTREGAS...SALE..SALE ESE AMOR QUE AUNQUE DESBOCADO..INUNDA TODO...
    EL QUE LLEGUE AMANDA A TIEMPO DE NO PERDERLO...ESO SOLO DEPENDE DE QUE DEJE DE ''CALLAR''....
    ¡¡¡ME ENCANTA ESTA HISTORIA...PORQUE YA LO ES¡¡¡..ESCRITORA.
    GRACIAS.......POR ¡¡TANTO¡¡¡

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