La
contestación de Alma-Vaya..no me había dado cuenta- entre besos
paralizó por un momento el deseo de Amanda. Examinándola bien
cerca, observó verdad en su frase, sin que le llegase a sentar muy
bien.
-
¿Eso piensas de mi?- pregunto sin soltar su camisa. Quería su
contestación boca a boca, sin duda seria mucho más fácil así,
observar su contestación- ¿Crees que soy una zorra?- insistió
llenándose la boca con ese zorra envenenado y Alma, sonrió buscando
su boca- Que contestes- apremio con genio e incluso la llegó a
empujar, no molestando a Alma. Al fin, había un resquicio en la
inquebrantable Amanda, por donde escarbar.
-
Yo más bien preguntaría- comenzó a contestar Alma, disfrutando del
enfado evidente de Amanda. Alargando su respuesta se dejó caer a su
lado, procurando que ambos cuerpos siguiesen en caliente contacto-
¿Te gusta que creamos que lo eres?- finalizó sin restringirse el
poder tocarla. Pegada a ella, la atrapó por su muslo contrario,
atrayendola, sin conseguir encerrarla entre sus brazos.
Amanda se ocupó de colocar ambas manos en su pecho, a modo de
barrera, entre risas un tanto forzadas.
-
Jajaja cariño, ¿lo soy o no lo soy?- pregunto sonriendo en un
intento de evitar demostrar lo mal que le estaba sentando que Alma
pensase realmente así sobre ella. La sonrisa de Alma ya le estaba
dando una respuesta. Respuesta que podía borrar de un solo beso, el
que intento siendo Alma quien ahora la frenase. Más disgustada,
volvió a buscar su boca y Alma, la esquivo por igual- ¿De que va
todo esto?- pregunto cambiando sus intentos. Ahora quería que Alma
dejase de tomarla por su muslo y alejarse así, de ella.
-
Ouh..Ouh...estamos hablando, ¿si?- la agarró contra si usando las
dos manos. El forcejeo entre ambas, la furiosa mirada de Amanda y en
tanta ida y venida, obtuvo premio. Los cachetes de Amanda bajo su
camisón y desnudos para ella y sus manos. Para ella y sus ansias por
Amanda.
-
Suéltame- exigió excitada tomada por el culo. Podía mirarla
destilando odio y estar realmente enfadada, pero esa forma tan
posesiva de Alma tomándola calentaba su sangre. Disgustada y
excitada, siempre buscaba la misma salida, herir a la fuente de su
cambios- Si yo soy una zorra...¿tú qué eres? ¿La imbécil masoca
que va tras la zorra?
-
Me pones muy caliente enfadada- dijo ignorando en un principio sus
dolosas preguntas. Mucho mejor emplear la fuerza para atraerla hasta
ella y robarle un beso casi a la fuerza. El casi consiguió que
Amanda le robase a ella un buen mordisco en su labio- Joder-
protestó sin soltarla pese al empeño de Amanda, tocaba hacerla
rodar y aprisionarla bajo su cuerpo, a pesar de las quejas de sus
manos por dejar de sentir su delicioso culo- pero me pone mucho más,
como pronuncias ese zorra- prosiguió evidenciando en su voz la
alteración que estaba sufriendo. El camisón de Amanda se arrugaba
en su cuerpo bajo ella y con la pierna conseguía separar las de
Amanda. Malditos pantalones, que la privaban del real contacto piel a
piel y maldita la manía de Amanda estar increíblemente deseable
enfadada.
-
No se te ocurra tocarme- advirtió bajo ella sin dejar de provocarla.
Lo hacían sus ojos queriendo fundirla y lo hacía su pelvis
buscándola.
-
Esta bien- contestó a la advertencia Alma y ahora si, recordó sus
preguntas- Eres tan zorra, como para provocarme cómo lo estas
haciendo y pretender que no te toque- le dijo sin pretender disimular
su excitado estado y le importó muy poco, los movimientos de Amanda
por salir de de bajo de su cuerpo. Con verdadero ardor mordió uno de
sus senos y bajo la mano directa al sexo de Amanda aprovechándose de
su mayor fuerza.
-
Ahm...- se encorvado electrificada por el ansia demostrada por Alma,
sin amedrentarse- Soy capaz de gritar.
-
¿Si?- voló preguntando incrédula a su boca Alma, su boca podía
decir lo que quisiera, su sexo chorreando en ganas, la desmentía
descaradamente- Es lo que quiero, que grites cómo la zorr..agh
mierda- su frase fue interrumpida por un nuevo mordisco de Amanda,
enloqueciendo a ambas. El daño en su labio fue nada. Como siempre,
Amanda la envolvía en locura y en esa locura, el daño era acabar
como en ese instante, pérdida en su única salida. Follarla hasta
reventarse por dentro, queriendo un "algo" más, que se le
antojaba imposible.
-
Vuelve a llamarme zorra- vencida por igual, Amanda le exigió
repetirlo, mientras ella misma guiaba los dedos de Alma haciéndolos
penetrarla- Uhm...- gimió al sentirlos bien dentro y mantuvo su
presión en la muñeca de Alma. Presión que aumentó mientras ambas
se miraban compartiendo la respiración agitada y loca entre ambas-
No me mires así...no lo hagas- suplico en un hilo de voz vetado.
Vetado en deseo, el deseo con el que empujaba su pelvis hundiendo los
dedos de Alma en ella y vetados, no queriendo que el nudo formado en
su garganta, se deshiciera en llanto. Si pudiera, si fuese tan zorra,
anclaría esos dedos en ella, por siempre. Pero con Alma, a pesar de
todo, no podía serlo.
-
Amanda- susurró Alma venciéndose sobre ella. No era inmune a sus
continuas provocaciones mucho menos a lo que ese quiebro en su voz
podía suponer.
-
No...Alma no- quiso evitar la carga de sentimientos. Quería un polvo
más sin desatar todo lo guardado en su interior. Pero Alma la
desobedecía modificando su encuentro- Por favor- insistió
soltándole la muñeca para agarrarla por la nuca y provocar que la
mirase- No- volvió a pedir doliendole a morir la mirada que recibía.
La
de la lucha interior de Alma, la esperanza y la desilusión
mezclándose, pugnando por ganar una batalla que para ella estaba
pérdida. Ganó segundos, los dedos de Alma se detuvieron y temió
durante esos eternos segundos, la reacción de Alma. Pero está, esta
se limitó a obedecerla, rompiéndose otro poco más. Aborreciendola
y aborreciendose, la beso sacándose la camisa. Entre ellas no había
lugar, más que para la locura pasional que guiaba sus bocas y manos
por el cuerpo ajeno, arrancando placer y gemidos. Empaparse en la
otra, destilar deseos físicos ignorando otros y acabar transpiradas,
sin atreverse a mirarse.
Nada
nuevo, que no hubiesen hecho en los últimos tiempos, pero esa noche,
seria la última. La mirada que se evitaba, esperando un cambio de
suerte, una sinceridad, mañana no tendría otra oportunidad para
ocultarse o mostrarse. Quizás por eso, no se miraron, pero si
mantuvieron el abrazo final, a ojos cerrados. Abrazo que terminó por
precipitar caricias que mostraban lo que los ojos no. Quien ahora,
necesito huir de esa carga emocional fue Alma, por eso rompió el
silencio entre ambas.
-
Es media noche, tengo que comunicarme con mi compañero y tu has
colgado una llamada donde pedías cabezas- le recordó soltándola,
queriendo salir de esa habitación cuanto antes y aunque fuese por
sólo unos minutos. Empezaba a ahogarse y Amanda continuaba sin
ofrecerle aire que respirar. Sintiéndose pesada trató de
incorporarse pero Amanda pareció despertar.
-
¿Cuantas horas nos quedan?
que GRANDIOSO y maravilloso placer leerte JODER
ResponderEliminarGRACIAS ARTISSSSTAZAAAAAAAAA
......¡¡¡¡¡CUANTA CARGA DE SENTIMIENTOS CALLADOS...DE PALABRAS QUE QUIEREN SALIR Y SE AHOGAN EN LA GARGANTA COMO SE AHOGAN LOS SUSPIROS POR ESE....ESE...TE QUIERO....QUE NO LLEGA...ESE ''QUEDATE''' Y QUE NO LLEGUE NUNCA ESA DESPEDIDA..
ResponderEliminarDENTRO DE LA MAYOR PASIÓN...DE LA MAS CARNAL DE LAS ENTREGAS...SALE..SALE ESE AMOR QUE AUNQUE DESBOCADO..INUNDA TODO...
EL QUE LLEGUE AMANDA A TIEMPO DE NO PERDERLO...ESO SOLO DEPENDE DE QUE DEJE DE ''CALLAR''....
¡¡¡ME ENCANTA ESTA HISTORIA...PORQUE YA LO ES¡¡¡..ESCRITORA.
GRACIAS.......POR ¡¡TANTO¡¡¡