Capítulo
17
Sentada
en el sofá de casa, la magnate navegaba a través de la gran
pantalla de televisión entre los índices bursátiles mundiales,
repasando la facturación mensual de su empresa. Volcada en ello,
disfrutaba de un café, mirando de tanto en tanto, al pequeño bebé
que dormía plácido en su moisés. A pesar de todas las
actualizaciones realizadas en Elisa para atenderlo, cualquier ruido
del pequeño, la alertaba. Ya fuese una leve tos o el más mínimo
suspiro, si llegaba a sus oídos y a pesar de las cámaras sobre él,
no se quedaba tranquila hasta que ella misma inspeccionaba que estaba
bien. Pasado el café y sabiendo que a Minerva aun le quedaría un
buen rato para regresar a casa, se estiró cansada de tanto número.
-
Elisa...¿a que hora se durmió?- pregunto a su ordenador. Verlo
dormir era sumamente placentero pero comenzaba a extrañar cogerlo en
brazos y disfrutar esa sensación. Su pequeñísimo cuerpo, su calor
especial y su olor a inocencia pura.
-
Hace dos horas, su biberón ya esta listo. Iba a avisarle ahora
mismo- le informo Elisa, siempre educada.
-
Genial- exclamó incorporándose Julia. Por fin iba a poder volver a
cargarlo.
-
Es conveniente esperar a que sea el propio bebé quien se despierte y
pida su toma- continuó informándole su ordenador. Pero la magnate
ya estaba frente al moisés, acariciando la barriguita del bebé.
-
No me gusta oírlo llorar- contestó agachachnándose lo justo, para
impregnarse del adorable aroma del bebé.
-
Es su lenguaje, señora- explicó Elisa paciente.
-
Pues no me gusta- sentenció Julia, atenta a como el Bebé
reaccionaba a sus caricias- Este gordito, ya se está despertando.
Podía
echar de menos a Minerva y estar deseando verla aparecer en casa.
Pero Julia mentiría si dejara que no le encantaba esos momentos a
solas con el bebé. Cantarle como hizo camino de la cocina donde su
biberón esperaba a ambos, dárselo entre infinidad de cariños y
esperar andando con el en brazos por la cocina a que el bebé soltase
el airecito, tras la toma de su biberón. Con un bebé de solo cinco
meses aun no podía disfrutar de tirarse con el en una manta y
pasarse horas contemplándolo asombrándose ante cualquier ruido o
lucecita. Debía conformarse, con devolverlo a su moisés y esperar,
que llegase la hora del baño.
Cuando
Elisa le avisó de que la bañera del bebé estaba lista, fue con el
hasta el baño y cambio los planes de baño, pensando en el día
siguiente. Así, prefirió llenar a medias la bañera normal y
bañarse junto a el. Más despierto al pequeño le encantaron las
piernas de la magnate convertidas en tobogán, derritiendo a la dura
financiera.
-
Te gusta esto, ¿eh?- le preguntaba babeando sin reservas. El niño
sonreía en cada bajada y podía sentir su cuerpecito contraerse por
la emoción. Con sumo cuidado, continuó jugando con el, hasta que
Elisa volvió a comunicarse con ella.
-
Ambrosio solicita video-llamada con el señor Guillermo.
-
Aceptala- contestó pérdida en su dulce momento con el bebé,
Ignorando su desnudez. Tuvo que ser Elisa, quien le avisará y a las
prisas, dejo caer sobre su cuerpo una bata. En segundos, su suegro
aparecía en la pequeña pantalla del baño.
-
Julia joder- exclamó Guillermo en su saludo habitual. Julia y su
manía, de no ser consciente del impacto de su imagen.
-
Mira a quien tengo aquí- dijo sin darle importancia al exabrupto de
su suegro. Lo importante era el bebé y lo guapísimo que se veía en
su improvisado tobogán- Saluda a Don gruñón.
-
Patea a Doña Creída- contrarresto Guillermo, apoyándose en el
escritorio dispuesto a disfrutar de las caritas de emoción del
pequeño bebe.
-
No deberías usar expresiones que conducen a la violencia en su
presencia- le dijo Julia exagerando el cuidado sobre el bebé.
-
Por favor...si no me entiende- se quejó comenzando a babear como su
nuera. El rubiales pequeñajo, además de bueno, era un juerguista.
-
Son esponjas, Don Picoso- insistió Julia, reteniendo el natural
impulso de abrazarlo bien fuerte.
-
Ja...lanzalo un poco más fuerte, mirale como disfruta.
Un
suegro y su nuera desnuda en una bañera, jugando al tobogán con sus
largas piernas. La extraña pero familiar imagen de los tres en ese
baño, fue vista por Minerva nada más llegar a casa y subirse en su
ascensor. La fotógrafa paso de la sorpresa, a las carcajadas y de
ahí a un extremo dolor de ovarios. Julia Arango, le estaba
ofreciendo en ese baño, su imagen más cautivadora.
Cuando
llegó al baño Julia ya estaba vistiendo al pequeño bebé bajo la
atentísima supervision de Guillermo. Verlos a los dos igual de
babosos con el nene aumentaba su dolor de ovarios hasta límites
insospechados. Enternecida saludo a los tres y aunque ellos no lo
supieran, fue muy consciente de las cómplices miradas entre
Guillermo y Julia, pero nada les dijo.
-
Podíais veniros a cenar o vamos nosotros si queréis- ofreció
Guillermo. A el no podían dolerle los ovarios, pero si lo hacían
las mismas entrañas ante la imagen de su hija con el bebé en
brazos.
-
Papa llevo todo el día de pie y con sólo un sándwich, sino te
importa quisiera ducharme y tumbarme en el sofá sin más- contestó
al ofrecimiento de su padre Minerva, sufriendo la ternura que le
producía Julia gastándose en mimos con el bebé que en brazos
portaba.
La
idílica estampa familiar, fue rota por Elisa anunciando la llegada
de Fátima y Cayetano. Fue avisarles de su llegada y Julia miro a
Guillermo sorprendida.
-
Ya llegaron los Papis- dijo Minerva al nene con la intención de
salir a recibirlos. Pero Julia reaccionó instada por Guillermo
reteniéndola- Jajaja, ¿que?- pregunto entre risas al ver las caras
de los consentidos y su disgusto por la inminente despedida de Hugo.
-
Se supone que venían mañana- contestó Julia queriendo arrebatarle
al niño y casi, subirse con el en su avión y huir.
-
Que poca seriedad, ahora que pretenden...¿que se lo entreguéis
hoy?- se quejó Guillermo a punto de ser despertado de su sueño
donde por tres días, había sido abuelo.
-
Eh...esto, os recuerdo a ambos que es su hijo, que llevan tres días
sin el y que estarán locos por llevárselo a casa. Si vais a llorar-
los sermoneo provocando que ambos rodasen los ojos molestos- Jajaja
hacerlo ahora.
No
lo hicieron pero para Julia fue todo un esfuerzo recibir a Cayetano y
Fátima alegremente.
El
joven matrimonio, ausente por la pérdida de la abuela materna de
Cayetano, corrió enseguida a por su bebé y estando en brazos de
Fátima, fue que esta se dio cuenta del cambio en el perfume del
bebé.
-
Uhm- aspiro encantada con el nuevo olor que desprendía su hijo- Pero
que bien huele, mi niño.
-
Es un regalo de Carolina- le explico Julia mirando al suelo. Estaba a
un tris, de que le quitasen su juguete de los últimos tres días y
le costaba horrores separarse de él.
-
Carolina- repitió Fátima mirando a Minerva. Tener a una amiga cómo
Julia Arango, tenía este tipo de privilegios.
-
Si- sonrió Minerva orgullosa de como las amistades de Julia se
afianzaban más sinceras y válidas- Supo que teníamos a Hugo y nos
lo envío, ahora preparamos el bolso y os lo lleváis todo.
Cansados
tras los días de duelo, la pareja no tardó mucho más en irse,
llevándose a Hugo y las chicas, bajaron al jardín para despedirlos.
Viéndolos
marchar y con Julia apoyada en la puerta con las manos en los
bolsillos, Minerva la cogió por la cintura.
-
No se nos dio mal, ¿verdad?- habló orgullosa de como ambas habían
cuidado de Hugo y Julia no respondió al momento, se limitó a ser
ella quien la abrazase a punto de la pataleta infantil.
Quería
su propio Hugo, a ser posible, con la mejora natural de ser niña.
Abrazándola, recordó a Guillmermo y sus presiones.
-
Pero vamos a ver Julia, ¿eres capaz de conseguir que los dueños de
grandes fortunas confíen en ti para que juegues con su dinero y no
eres capaz de conseguir que mi hija me haga abuelo? Que quiero ser
una abuelo joven y guapo...Bueno, guapo seré siempre, es obvio.
Recordándolo,
suspiro sobre el hombro de Minerva, quien sonrió sobre su pecho.
-
Pues nada, ahora que de nuevo estamos solas, ¿me haces el amor?-
pregunto Minerva dando por hecho, que esa proposición rompería el
cargado momento entre ambas.
-
Oh...siempre es un verdadero placer atender sus peticiones, señora
Minerva.
Como
daba por hecho Minerva, Julia acepto enseguida y las risas entre
ambas se mezclaron con vivos besos, mientras se adentraban en la
casa. Al regresar al salón, Elisa volvió a anunciar visita, esta
vez la de John y Manu.
-
Hola.. -saludó cantarina Manu saliendo del ascensor seguida por John
y lo primero que hizo fue buscar a Julia y besarla mimándola, ante
la cara de sorpresa de Minerva.
-
Estas radiante, Manu- la halago Julia, consciente del porqué de sus
mismos para con ella. Le habían quitado a Hugo con nocturnidad y
alevosía.
-
No, o sea no, no la consintáis tanto, que es conmigo con quien
vive- advirtió Minerva divertida, y no sería la única vez, a los
pocos minutos la pareja que faltaba llegaba y Marga se lanzaba en
brazos de Julia.
-
Estas bellísima, Marga- la halago como había hecho con Manu, con la
diferencia de que a Marga la tenia prácticamente en brazos.
-
Madre mía...- murmuró Minerva fingiendo fastidio, pero encantada
con de ser amiga de esas chicas con las que siempre, podían contar.
Así,
con invitados para cenar y pasar un rato entretenido, los planes de
la pareja se rompieron, aunque mediante los mensajes, se mantuvieron
presentes.
Mensaje
de Julia a Minerva: Me dirijo a usted por esta vía, a los efectos de
informarla de que mis intenciones de hacerle el amor, continúan muy
presentes. Esta usted, arrebatadoramente hermosa, señora Minerva.
Mensaje
de Minerva a Julia: Dirigiéndose en estas formas a mi, consigue que
odie un poquito a mis amigas y sus visitas, que me enamore aun
más y que además, me apetezca que me lo hagas muy, muy, sucio.
Mensaje
de Julia a Minerva: Siempre es mi deber, complacerla. ¿Cuarto rojo?
Mensaje
de Minerva a Julia: Siiiiiiiii
Genial, veo el bebe en camino.
ResponderEliminarGracias.
A.
quero uma nina urgenteeeeeeeeeeeeeeeeeeeestas duas mais unidas que nunca e gostaria de ver victoria aceitando de uamvez quejulia seja feliz
ResponderEliminarainnnnssssssssss lo se siente al leerte es indescriptible
ResponderEliminarGRACIASSS ARTISSSTAZAAAAAAAAA
Hasta el final del trozo he pensado que habías dado un salto temporal y que el bebé era suyo. Aún así esta Julia me resulta muy tierna. Cada día me gusta más.
ResponderEliminarGracias por el relato. Genu.
¿Te animas a por una Minerva en pequeño?..¡¡ venga!!
ResponderEliminar¿ Quien se anima? ¿ que me perdi?
ResponderEliminarEra Julia la que no quería niños, quería una minerva pequeña ¿no?
Eliminar....ESA COMPLICIDAD...ESA LOCURA PERMANENTE...ESA FORMA TAN..TAN...TAN...DE ESTAR ''VIVAS'''...ESAS GANAS DE TENERSE Y ESE PASIÓN QUE NUNCA SE VA Y POR EL CONTRARIO....CRECE...CRECE...HACEN DE ESTA PAREJA.....AQUELLO QUE QUIENES AMANOS ...QUISIERAMOS TENER SIEMPRE..¡¡SI¡¡¡ Y ESAS GANAS DE SER MADRE DE ESA DIOSA DEL DESEO ES DE LO MÁS TIERNA...
ResponderEliminarGRACIAS.......