Los
mimos compartidos por las tres entre risas, no pudieron durar mucho
más. El preparado hormonal indicado para Minerva no podía estar
expuesto a temperatura ambiente. Conscientes todas de ello, Araceli
las dejo pasar a la casa en intimidad, mientras ella regresaba al
jardín con Manu y John.
Dentro
y con varios días de tratamiento, Julia mostró destreza preparando
la inyección para después entregársela a Minerva. Era curioso como
sin hablarlo o tan siquiera pensarlo, las dos guardaban silencio en
esos momentos. Como si las dos por igual, pensasen que cualquier
ruido pudiera altarar el proceso.
Un
simple pellizco en su tripa, y un pequeño pinchazo, que a Minerva le
hacía sonreír. Habían pasado diez días de píldora y llevaban
cuatro de estimulación ovárica y en los cuatro, Julia la miraba
pincharse en completa seriedad. Conociéndola, volvió a insistir
cómo en esos mismos, cuatro días.
-
No me duele nada y casi ni lo noto- le dijo soltando la inyección en
la bolsa desechable y tomo su barbilla, sonriendo aún más- Madre
mía, y es solo el principio- se quejó buscando la sonrisa que
obtuvo a la que le siguió un sentido beso de la magnate- Uhm-
disfruto del beso y la abrazo contra ella. Segundos de regreso al
silencio bonito, que ésta vez, fue roto por Julia.
-
Creo que voy a ser una vieja sensiblera- dijo escondiéndose en el
cuello de Minerva y sonrió contra su piel al sentir los temblores
por risa de Minerva- Una sexy vieja sensiblera.
-
Jajaja, yo no me quejo, eres un encanto cuando te pones sentimental-
le dijo Minerva con poquitas ganas de soltarla. Pero estaban a que
Araceli y ésta tenia derecho de disfrutar a su hija.
-
Oh...me alivia saberlo- prosiguió Julia estrechando el abrazo entre
ambas.
La
tarde fuera era absolutamente primaveral, y las chicas, como hacia el
resto, aprovecharon los rayos de sol que caían cálidos una vez
salieron de la casa. Siendo la hora que era, Manu y John decidieron
pasear por la ribera cercana, y Julia cayó en una plácida siesta.
Estando
solas, Araceli aprovecho la intimidad brindada para acercarse a
Minerva, quien tirada sobre una toalla tomando el sol, la vio
llegar y tumbarse a su lado, con su sonrisa más traviesa.
-
Madre mía- le dijo esperando que se acomodará a su lado- Esta
mañana me volvió a preguntar por el colgante- prosiguió a baja
voz. Llevaban solo un día con Araceli y la visita había sido
prácticamente una sorpresa. Por eso, al llegar Araceli llevaba un
colgante, que curiosamente desapareció en cuanto vio a su hija
bajarse del coche.
-
Ay Dios...si es que no se como contárselo- hablo Araceli como
quinceañera ocultando una ilusión- Me lleva loca, Min...muy loca-
parpadeo en exceso y hasta se sonrojo enterneciendo a su confidente.
-
A ver.. Julia estima muchísimo a Fernando, por ahí la tenemos a
favor y solo hay que verte...yo no se, como no te lo nota. Manu y
John, fue lo primero que dijeron, que se te ve más radiante- le
expuso Minerva tratando de animarla.
-
Porque lo estoy- exclamó Araceli, ante las risas de Minerva- Yo no
recuerdo haberme sentido así antes- bajo la voz a petición de una
Minerva más que divertida. Su suegra enamorada era aún más
simpática- No, pero a ver...ay dios...tenía tantas ganas de que
vinieras y poder hablar contigo. Ya sabes que vino el fin de semana
pasado y...y- titubeo temiendo que su hija se despertará en ese
momento. Necesitaba conversar con Minerva de mujer a mujer sin
reservas, como dos amigas.
-
¿Y?- se interesó Minerva pegándose más a ella. El tono de la
conversación variaba a más íntimo y el colgante, comprado por
Fernando en Mónaco para Araceli, quedaba en un mero detalle.
-
Pues que con Joaquín, no hubo nada de nada- dijo ahora de corrido
cubriéndose la cara.
-
Nada de nada- murmuró incrédula Minerva. Habían sido meses de
relación con el astillero. Si bien había sido en la distancia, era
cierto que incluso habían viajado juntos.
-
Bueno.. Quien dice nada de nada dice...- dejo a la frase a medidas,
impacientando a Minerva.
-
¿Si o no Leli?- pregunto metida de lleno en su papel de confidente
Minerva. Si Araceli se lo proponía podía hacerla sentirse tan
sacacorchos cómo con su hija.
-
Dos cositas de nada- contestó sincera y la cara de Minerva
sorprendida por la escasez de relaciones íntimas le hizo proseguir-
La primera no me acabo de gustar y la segunda fue peor.
-
Ah...- murmuró Minerva sin poder creérselo. Joaquín se había
comportado como un auténtico caballero y hubiese apostado fuerte por
el y sus dotes amatorias.
-
No tuvo toda la culpa él, yo no llegaba suficientemente animada-
continuó explicándole Araceli, relajándose ante la mirada
comprensiva de Minerva- Si Fernando no hubiese regresado, hasta
creería que era normal ya en mi...tú me entiendes, pues que para mi
el sexo ya era lo de menos. Me gustaba salir a cenar con el, algún
teatro, algún baile...su compañía vamos...pero Fernando, Ay madre
mía Fernando.
-
Jajaja, ¿con Fernando el sexo ya no es lo de menos?- preguntó en
una clara afirmación. Bastaba ver el sonrojo de su suegra y como
movía las piernas de una lado a otro como una niña.
-
Ay Min...que yo, que yo pues...que apenas me tocaba yo, que tenía
muchas cosas que hacer aquí en el huerto como para ponerme yo a..
Jijiji- de repente su confesión le causaba una risita floja que
ambas trataban de disimular como podían.
-
Jajaja, madre mía con Fernando- prosiguió entre risas Minerva.
-
Jajaja pero no te rías. Esto es muy fuerte, lo que me está pasando
es de traca. Me vuelve loca, me la paso pensando que hacerle, como
sorprenderle...y es...es como si él, fuese el único capaz de
despertar a una especie de... Es como si en mi, existiera otra solo
para él. Me veo haciendo cosas que nunca he hecho y cuando me mira,
cuando lo hace de una manera totalmente íntima, me saca a esa otra,
me desata, me nubla, me...¿me entiendes?
-
Absolutamente- contestó Minerva pasando su mirada en Julia dormida.
Por supuesto que la entendía y continuó explicándole el porque- Yo
la llamo mi princesa interior y solo Julia, es capaz de despertarla.
-
¿Que cuchicheáis?- las sobresalto Manu, tirándose junto a ellas.
Tan metidas estaban en su conversación que ni cuenta se dieron,
hasta que la tuvieron pegada y queriendo saber.
-
Pues eh...-dudo Minerva, olvidando el lado más campechano de su
suegra.
-
De mi...- contestó rápido Araceli. Lo difícil había sido
soltarlo. Mientras ella continuaba, las chicas se miraban cómplices-
Me he quedado obsoleta en cuanto a sexo se refiere- confesó jugando
con la esquina de la toalla y las chicas volvieron a mirarse.
-
Marga- dijo Manu en tanto Minerva ya tecleaba en su móvil- Mañana
viene y también lo hace Fátima...¿eso significa?
-
Noche de chicas- contestó Minerva sonriendo mientras sus dedos
tecleaban rápidos en su móvil.
-
Si claro- exclamó Araceli, siendo ahora ella la que se quedaba
mirando a Julia- ¿Y mi hija?
-
De ella se ocupa, Min- la tranquilizó Manu, abrazándola por la
espalda- No la pasaremos genial y el sexo dejara de estar obsoleto
para ti.
-
Jijij Ay...- regresaron las risitas nerviosas de Araceli y las tres
continuaron al sol entre confesiones.
Fácil
parecía para Manu, pero no tanto así lo vio Minerva. Pretendían
que se deshiciera de Julia, en el pueblo de su madre, de noche y unas
horas. Fácil seria en Madrid, donde Julia siempre tenía un evento
al que acudir, pero en ese pueblo, la única opción se resumía a la
verbena y su elección de reina de las fiestas.
-
¿A la verbena? ¿Quieres que vaya a la verbena?- pregunto asombrada
Julia una vez que Minerva lanzó su magnífico plan ya en la noche.
-
Bueno...eh- dudo mucho en cómo seguir. Solo oírlo en voz alta le
parecía de lo más absurdo. Julia Arango, su Julia, en una verbena
de pueblo. Pero ya lo había dicho y no quedaba de otra, que
seguirlo- Si...John quiere ir, seguro Caye se apunta y de paso os
lleváis a Hugo- prosiguió tratando de no morderse los labios. La
cara de Julia era un poema- Un ratito, lo que es la elección de la
reina y un par de copas- continuó arrebatandole el cartón de
cereales a Julia. Necesitaba distraer nervios y no ponerse a reír,
comiendo lo que fuese, pero Julia volvió a quitárselo- Ay.. Que
quiero.
-
Es el único que nos queda- lo escondió a su espalda Julia, mientras
no dejaba de mirarla extrañada- Supongo, que tu me acompañarás.
-
No- contestó rápido Minerva y ahora si, apretó los labios- Yo me
quedo aquí que...que tu madre nos va a enseñar a hacer pies de
manzana.
-
A ti no te gusta cocinar- rebatió Julia acorralándola contra la
encimera. Minerva había apretado los labios, no mordidos, no
mojados, simplemente apretados y cuando eso ocurría, Minerva estaba
a punto de soltarle lo que fuese que en teoría era secreto.
-
Eh.. La verdad es que no, pero cariño ahora tengo que aprender-
retrocedió lo que la encimera le permitió. Acorralada entre ella y
Julia, no sería capaz de aguantar mucho más la mentira. Pero algo,
en lo que acababa de decir, cambio el rostro de Julia, y por ahí
prosiguió- Que vamos a ser Mamis, habrá que saber hacer cositas en
la cocina- se animó y la sonrisa ensanchandose de Julia la fue
salvando y le recordó, lo dicho por Julia ese mismo día- Cada vez
que digo Mamis, te pones increíblemente guapa- coqueteo olvidando
por un momento deshacerse de la mujer que pretendía besar en ese
justo instante en que Julia, la miraba "sensiblera".
-
Esta bien...iré a la verbena- la sorprendió Julia aceptando sin
más- Así podréis cuchichear de Fernando.
-
¿Que?- volvió a sorprenderse Minerva- ¿Que lo sabias?- insistió
pero no le hacía falta. Julia la besaba muy creída.
-
Fernando hablo conmigo la semana pasada, y me hizo partícipe de sus
intenciones con mi madre- contestó Julia rodando los ojos. Fernando
si, se había comportado como un caballero, ganándose su respeto.
-
¿Que lo sabes desde hace días y no me dices nada? Dame los
cereales- se revolvió Minerva en un nuevo ataque de azúcar.
Increíble que Julia hubiese guardado silencio todo ese tiempo.
-
Jajaja, no.. Son los únicos... y tan solo esperaba que tu me lo
dijeses- alzó el cartón de cereales victoriosa. Los saltos de
Minerva eran de lo más monos e infructuosos.
-
Julia que ahora me tienes que consentir. Dámelos.
amoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo tanto
ResponderEliminarbrigoninha
Julia, les gana por goleada esta vez.
ResponderEliminarGracias,
A.
diosssssssssssssssssssss que no me coge tanta emocion ni sentimientoooo que fuerte lo tuyo
ResponderEliminarGRACIASSSSS ARTISSTAZAAAAAAAAAAAAA
....La VIDA les sigue transcurriendo de manera placentera...etapas mezcladas de una relación donde el fuego continua....
ResponderEliminarGRACIAS.....me sigue encantando..