Había
sido todo un acierto, incluir en la gran reforma de la vivienda un
pequeño cuarto rojo, en honor a sus juegos iniciales con la famosa
trilogía de Grey. Poco o nada, se parecía la habitación diseñada
por la propia Minerva, a la del señor Grey. Concebida para la
relajación absoluta, envuelta en un marcado ambiente sensual. Ideal
para cuando las agendas de ambas las mantenía separadas por días o
como había ocurrido esa noche, cuando ambas se encerraban en ella,
dispuestas a disfrutarse por horas. A la mañana siguiente,
comenzaría una nueva semana laboral, con kilómetros de distancia
entre las dos.
Con
el deseo vencido, Minerva disfrutaba de las caricias de Julia por su
vientre. Golosa de las velas comestibles, aun dejaba caer cera sobre
su vientre, para después atraparlo dulcemente.
Pensando
en Hugo, el hijo de Caye y Fátima, las caricias de Julia en su
vientre, se tornaron diferentes para Minerva.
-
Estas muy callada- le sorprendió la voz de Julia y no tuvo con que
contestarle. Tenia clarísimo el punto profesional en el que se
encontraba, muy poco a poco se hacía un nombre en las editoriales de
alta costura, pero aún no era lo suficiente como para permitirse
trabajar a freelance y poder así, quedarse embarazada. Pellizcándose
nerviosa el labio, Julia cerró más la caricia esperando que algo
dijese.
-
Uff- resoplo peinando su cabello- En un hueco que tuve esta tarde,
estuve revisando nuestras agendas- hablo confiada en cómo Julia la
miraba- este mes apenas coincidimos en el mismo sitio unos días y no
puedo acompañarte a la boda de los Buitrier en Mónaco. No se -
prosiguió pensando en alto. Deseaba tanto como Julia ser madre junto
a ella, pero ni profesionalmente se lo podía permitir ni tampoco es
que en pareja, tuviesen el tiempo.
-
Es la boda de Ricardo Buitrier, te avise de lo importante que es para
mi asistir- se quejó minimamente Julia. Había algo más que sus
ocupadísimas agendas en el desánimo de Minerva- Pero no pasa nada,
Fernando esta invitado y mi madre estará encantada de acompañarme-
continuó creyendo que el desánimo que mostraba Min era consecuencia
de no poder asistir a la boda junto a ella, dejándola sola en una
boda de alta alcurnia, donde más de una dama podría querer
aprovechar la soledad de la magnate.
-
A veces me confundes, Julia- dijo Minerva haciendo que ambas se
incorporasen. Le daba igual la boda, o más bien, no era la mayor de
sus preocupaciones- Me refiero- continuó al ver la molestia por sus
palabras en Julia- Ahora estaremos seis días sin vernos, pero en
cambio te alias con mi padre, presionándome por un hijo. No es así,
como yo lo querría tener.
-
No estas siendo justa en esto, Minerva- contestó Julia
incorporándose del todo para vestirse con una de sus batas.
-
No intentes irte, estamos hablando, ¿si?- la retuvo Minerva,
dispuesta a que ambas hablasen a las claras.
-
¿Y que hablamos? Con un chasquido de dedos podría hacer que
tuvieses el trabajo que quieres como lo quieres, pero te empeñas en
hacerlo sola y sabes, que me llena de orgullo, pero a consecuencia de
eso, debemos separarnos.
-
Claro, seria más fácil que no trabajase en nada y me dedicase a ser
la mujer de Julia Arango sin más- disentio Minerva elevando el tono
y rápido, Julia contestó.
-
Sabes que jamás querría algo así para ti- dijo molesta por la
evidencia.
-
Lo se- sonrió halagada. Era ahí, en esas mínimas declaraciones
donde Julia la elevaba a lo más alto. Pero en verdad, ella no sentía
que estuviesen discutiendo, lo mismo ni conversando, en realidad solo
buscaba calmar sus dudas con la propia Julia. Hacerla partícipe de
sus contras y pros, decidir algo tan importante en conjunto. Por eso
tiro de ella, haciéndola sentarse en la cama junto a ella- Quiero
que el día que lo tengamos, podamos estar en casa juntas y
disfrutarlo por igual.
-
La- corrigió el artículo Julia, volviendo a las caricias.
-
Imaginate seis días como ahora, no tengo el valor de que tu estés
seis días sin el o ella- rectifico a tiempo, al ver las intenciones
de Julia de volver a corregirla- Ni tampoco privarme yo esos seis
días- terminó de confesar en la intimidad de la cama y cara a cara.
-
Con lo cual estamos igual- prosiguió por ella Julia- esperamos un
poco más, tu te consolidas y entonces, Minerva pequeñita te
arrebatará todas mis atenciones- terminó rodando los ojos y a
Minerva le faltó chillarle o directamente comérsela.
-
Bueno, si eso ocurre, la pobre Minerva mayor no podrás más que
esconder muy bien escondida la llave de este cuarto- advirtió
regodeándose en los mimos altamente pastelosos de ambas. Pero
continuaban siendo las dueñas de ese cuarto, por eso se despegó de
Julia, buscando la última vela encendida. Fue apenas separarse y
Julia, ya prestaba atención a todos sus movimientos. Regresaba su
fruto más dulce y prohibido.
-
Oh...eso sería muy rencoroso por tu parte- contestó a la
advertencia de Minerva mojándose los labios. Minerva se acomodaba en
la cama con sus ojos clavados en ella y la vela en la mano,
llevándola hasta su seno.
-
Además de un auténtico despilfarro- continuó Minerva en un
esfuerzo. Solo esos ojos grises eran capaces de hacerle desear la
cera caliente cayendo directa en su pezón- Nos quedan muchas velas
por quemar- concluyó dejando que la cera le cayese y gimió en
cuanto la sintió quemando su pezón. Julia la miraba totalmente
absorta en ella, haciéndola sentir la mujer más importante de la
faz de la tierra- Julia- la nombró con el pecho encogido en esa
mezcla que solo Julia le hacía sentir.
-
Eres lo más bonito que tengo, Minerva- declaró a punto de
derretirse cómo la misma vela.
-
Porque tú, me haces serlo- le dijo Minerva antes de provocar un
nuevo beso que las enredaría en la clandestinidad de ese cuarto.
Días
más tarde, con Julia fuera , todo lo claro que parecía haber
quedado esa noche en el cuarto rojo, quedo en un espejismo. Desde esa
noche, Julia se guardaba mucho de hablar de una hija en futuro y
ahora era a Minerva, a quien las dudas le asaltaban. Esta vez
no busco ayuda en sus amigas, ni tampoco en Julia, prefirió
confesarse con su madre.
-
De repente veo carritos de nenes por todos sitios y me sorprendo
haciendo tonterías como hinchar la barriga y verme en el espejo, y
lo peor, es que soy yo la que pedí tiempo y mira, aquí estoy entre
el si ahora o el si después- le dijo a su madre, quien la escucho
enternecida. Madre de dos hijos, la mujer podría firmar que cuando
los ovarios duelen, poco se puede hacer.
-
Hagamos esto, pedimos cita en la clínica mañana, nos explican todo
el procedimiento, y después tomamos un café, hablas con Julia y al
menos, te tranquilizas un poco, ¿te parece?
La
solución de su madre, cuanto menos servía para saber de primera
mano todo el procedimiento hasta quedarse embarazada.
Estando
en la sala de espera de la clínica, Adela se entretenía con
revistas de sociedad, mientras Minerva daba por pérdida la lucha
contra sus nervios. Estaba deseando que la cita concluyese y llamar a
Julia para contárselo todo.
-
Se me había olvidado la boda de Buitrier. Ay...me hubiese encantado
verte entre tanta gente de poder- le dijo mostrándole el amplio
reportaje sobre el evento y leyendo en él, topo con un artículo que
nada le gustó y por el que cerró la revista con malos genios-
Deberías haber asistido con ella, no sabes la cantidad de zorras que
esperan una oportunidad y vas tu, y la mandas sola a Mónaco. Podría
contarte infinidad de cotilleos de las cositas que pasan en ese tipo
de bodas. Ja. Y tu aquí, tan tranquila.
Las
palabras de su madre, a Minerva le hicieron coger la revista mal
abandonada y curiosearla. Para ella, fue revelador, darse cuenta que
por primera vez, no sentía celos ni otro tipo de inseguridad.
-
Es increíble- dijo extrañando a su madre- la se allí y estoy
absolutamente segura de ella. ¿No es la leche?
Me dejas con ganas de más.
ResponderEliminarGracias.
A.
podia vim duas minervas kkkkk seria muito bom e minerva podia da uma surpresa pra julia, dandoum satinho rosa de presente kkk
ResponderEliminaramooooooooooooooooooooo tanto que doi essas duas ja também o bebê
brigoninha
Estas dos siguen en plena luna de miel y directas a por la pequeña Minerva
ResponderEliminaren nada...pero aun quedan rescoldos de la pasion y teniendose ganas y que en esa habitacion roja sigen dando rienda suelta cual insaciables amantes....Aunque...dejame decirlo Gemo..hecho de menos a la Julia del principio niña.....Soy una retorcida..lo se..jajajaja
Divina-Wilson..
.....'''PORQUE TÚ..TÚ ME HACES SERLO''''....LA RESPUESTA MÁS..MÁS...MÁS APASIONADA...SINCERA...QUE ALGUIEN PUEDE DAR A QUIEN LA VE BELLA...POR MEDIO DE ESOS OJOS QUE EL AMOR SIEMPRE TORNA PODER VER A QUIEN AMAS DE ESE MODO...UNA VEZ MÁS PALABRAS QUE CALAN PARA DEMOSTRAR LO QUE LAS DOS SIENTEN...
ResponderEliminarPERO ESA TERNURA EN MUCHO YA REFLEJADA SABIENDO COMO EL CORAZÓN YA DOMINA...NO HACE EN NINGUN MOMENTO QUE LA PASION ....LA LUJURIA...ESA LOCURA ABSOLUTA QUE SE TIENEN BAJE EN INTENSIDAD...ESO NO¡¡¡ ESE ''''CUARTO ROJO''' SABE MUCHO DE ELLO...Y COMO¡¡¡...LO SON Y LO SERAN...AMANTES PERFECTA....POR ENCIMA DE TODO...ENVUELTAS EN ESE DESEO QUE NNCA ACABA...VELAS QUE AÚN COMESTIBLES ARDEN COMO ARDEN ELLAS EN CADA ENCUENTRO...NO FALTA NADA ESCRITORA¡¡¡ NADA¡¡¡¡
Y COMO DICE DIVINA...A MI TAMBIÉN ME PERDERA ESA ''DIOSA DEL DESEO'''...SI¡¡¡¡¡...HAYA LOS CAMBIOS QUE HAYA EN SU VIDA...SEA ESAS GANAS DE SER MADRES O LA MISMA VIDA...ESA JULIA CANALLA ...NUNCA DEBE DEJAR DE SERLO....Y ESTOY SEGURA QUE ASÍ SERÁ...ES..ES..''LA MUJER'''...LA LOCURA CON NOMBRE DE M MUJER.
GRACIAS..........
Se puede cambiar tanto por amor? Eh?
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