Estaba
claro que sería una larga noche. Subida delante de ella en el
ascensor, podía sentir sus continuos suspiros. Según lo presenciado
en la cena, nada había salido como ella pretendía y a eso, no
estaba nada acostumbrada.
-
No quiero a nadie en mi habitación, encargate- hablo la enfada mujer
tras ella, haciéndola apretar dientes. Su tono de voz era totalmente
descortés, pero no cedió a su provocación. Firme y estática,
mirando las puertas del ascensor esperó la llegada a su
planta-Nadie, salvo tú.
Podía
contestarle que esas no eran sus funciones y que prefería montar
guardia en su puerta. Gajes del oficio, podría apostar triple a
nada, que con esa contestación, solo conseguiría una nueva
discusión entre ambas. Por eso prefirió continuar con su silencio y
con su trabajo.
Las
puertas del ascensor se abrieron sin que ninguna variara su
comportamiento. Llegadas a la planta, salió la primera del
ascensor comprobando que en la puerta de la habitación se encontraba
su compañero. Con un leve gesto de cabeza ambos dieron el visto
bueno y entonces si, cedió el paso a la mujer.
-
Tss- la sintió chascar la lengua consciente de que la mujer la
miraría al pasar por delante de ella- te encanta toda esta tontería.
Nueva
provocación e iban dos. Acostumbrada a sus ataques esperó que
avanzase por delante de ella y a tres pasos como marcaba el protocolo
la siguió, temiendo quedarse a solas con ella.
La
vio caminar por el amplio pasillo, cuidándose de que sus pies se
alinearan a cada paso dado, bolso elegantemente colgado de su
antebrazo y la cabeza recta. Jodida pero orgullosa. Inteligente y
hermosa, pero dispuesta a joder. Jodida y queriendo joder. El mejor
plan para ser su último servicio con ella.
A
escasos dos metros su compañero saludo con un educado buenas noches
que solo fue respondido por ella misma. Amanda, la protegida de ambos
se limitó a girarse hacia ella indicándole que lo despidiese.
Cuando
la vio entrar en la habitación, espero que como siempre, fuese
directa al balcón para cumplir su visual orden.
-
Me quedo yo en planta, baja a recepción- le dijo a su compañero y
este por esta noche, tampoco iba a sorprenderla. Sonrió socarrón-
No me jodas Paco- mostró su molestia y siendo compañero pero además
amigo, éste estalló en carcajadas palmeandole el brazo.
-
Jajaja, que pases buena noche- se despidió de ella caminando
tranquilo y ella se apoyo en la puerta.
Como
suponía Amanda estaba en el balcón hablando por teléfono. De
seguro, a su interlocutor le estaba cayendo la reprimenda del año.
En el tiempo que llevaba prestandole sus servicios había llegado a
conocer algo de sus negociaciones. De ese algo, lo más importante
era que al momento cúspide de llegar a un acuerdo final, el trabajo
previo era de suma importancia y esa noche, se había demostrado que
en esta ocasión, no se había hecho como se debía.
Observando
su espalda, no pudo evitar contemplarla sabiendo que ella no podía
verla. Se había retirado la chaqueta y mostraba uno de sus clásicos
vestidos de corte recto por encima de las rodillas. Sin haberlo
evitado, sus ojos recorrieron su estrecha espalda, su perfecto culo,
bajaron a sus piernas y suspiró. Amanda se quitaba los zapatos
haciéndole rugir un joder, que no brotó de su garganta. Sin ningún
fetiche reconocido, debía reconocer que las piernas de esa mujer
eran para ser nombradas como el primer fetiche de su vida.
Kilométricas, finas y de gemelo marcado. No por ejercicio físico,
suponía seria por tantos años usando tacón alto. Un nuevo joder
quedo atrapado en su garganta. Si sus piernas le gustaban sus pies le
volvían completamente loca. De pie grande, fino, dedos largos y
pedicura perfecta. Si cómo en ese instante, con su mano lo
masajeaba, era para olvidarse de todo y volar a ese balcón, a ser
ella quien tomase ese pie.
Si
no tuviese todo aquello que le encantaba en una mujer, sino
estuviese tan jodidamente buena, todo sería mucho más fácil. El
tercer joder no llego a su garganta. Se estaba comportando como una
puta masoca. Guardando cada uno de los detalles que tanto le gustaban
de ella y no era ahora, llevaba haciéndolo todo el santo día.
Velando por ella misma, dejo la puerta y la cerró tras ella con
suavidad. Lo que menos necesitaba era que Amanda se girase ante un
sonido brusco.
Cerrada
la puerta, por costumbre se quedo parada con las manos entrecruzadas
al frente, pero joder, en esa posición continuaría viéndola. Mucho
mejor avanzar y quedarse junto al míni-bar dándole su lado derecho.
Más
cerca de ella, la escuchaba corregir a quien fuese, y al poco, Amanda
se giraba para entrar en la habitación. Mala elección había
sido el mini-bar. En sólo dos pasos, Amanda estaba en su frente a
escasos centímetros, sonriendo.
-
Discúlpame-solicitó y tapó el micrófono del móvil apoyándolo en
su pecho- ¿Vas a tener esa cara de amargada toda la noche?- llegaba
así su tercera provocación. A solo un palmo, no vario su sonrisa a
pesar de su pregunta.
-
Es la que tengo- entro al tapó sin moverse lo más mínimo. A un
palmo, continuaba Amanda sonriendo.
-
Mientes- pronunció a baja voz Amanda llevando la mano hasta su
mejilla y acerco el rostro al de su escolta- Tienes otras muchísimo
más sexys- concluyó en un susurro y a su escolta le costó un mundo
no suspirar por la efímera caricia dejada en su mejilla. Caricia que
se precipitada por su chaqueta hasta que llegar a sus manos- Sírveme
un whisky- concluyó arrugando los labios para dejar una última
caricia en la mano de su escolta y retomar su conversación
telefónica.
Seria
más fácil, mucho más fácil, sino tuviera el poder de excitarla
con un solo susurro. Era buena opción servirle el whisky y
aprovechar ese tiempo en recomponerse. No iba a ceder en su última
noche, así le costase reventar de deseo por ella. Pero no contó con
el espejo situado encima del mini-bar y la imagen que de Amanda, éste
reflejaba.
Amanda
y su vestido deslizándose por su cuerpo-Joder-murmuró y estuvo a un
tris de que el ancho vaso se escapase de su mano directo al suelo. Al
vestido le siguió el sujetador y ahí estaba, su deseosa piel
bordada en canela. Podía estrellar el vaso contra el cristal y
romper su sensual reflejo o beberse el whisky con verdadera
necesidad. Optó por la segunda, reafirmándose como masoca. Sin
romper el cristal, trago el exquisito líquido, con la
vista anclada al reflejo de su espalda . Sino hubiese probado el
sabor de su piel, sino la hubiese acariciado, seria más fácil.
Habiéndolo hecho, el deseo por volver hacerlo, le hacía revolverse
contra si misma- Una sola noche más-trataba de animarse en plena
lucha. Podía repetirse la misma frase en sentido contrario- Una sola
noche más- saboreando la piel que su dueña escondía bajo una
sedosa bata negra. Negra cómo su carácter, sedosa cómo su misma
piel. Pérdida en su propia lucha, cerró los ojos dando un último
trago. Cuando volvió a abrirlos, el espejo le ofreció el reflejo de
Amanda y peor, de sus ojos mirándola a través del mismo espejo. A
su espalda, Amanda no sonreía y se limitaba a mantenerle la mirada.
A ninguna le importaba el tic tac interminable, ni los segundos que
marcaba en lo que duró su enredo visual y fue Amanda, quien rompió
el silencio.
-
¿Es bueno?- se interesó por el whisky recortando la distancia entre
ambas y le arrebató el vaso sin que la escolta emitiera ninguna
palabra- Cuando comenzaste a trabajar me encanto tu silencio-
prosiguió sin molestarse por su falta de contestación. Buscando
comodidad se apoyo en el mini-bar sin que la escolta modificase su
postura. Apoyada dio un pequeño sorbo y dejo el vaso, deslizándolo
hacia la escolta- Profesional, recta, nada curiosa,
respetuosa...-hizo una pausa en su pequeño discurso sobre las
cualidades observadas en la escolta y ésta se puso en guardia
esperando la estocada con la que seguro proseguiría- Después se me
hizo...aburrido- concluyó sonriendo por dentro. Alma podía hacerse
pasar por la tipa más inalterable del mundo, pero su físico la
traicionaba. Sus mandíbulas tensas le daban la victoria. Pero por
esta vez, la victoria no se le antojo dulce. Mañana no la tendría
como saco de boxeo. Mañana no estaría ahí apretando dientes.
Mañana dejaría de verla. Sus propios pensamientos le dieron cierto
asco. Parecía una patética enamoradiza y eso provocó su enfado con
las dos- Perdona por no ser la típica que se entrega por un jodido
beso- estalló arrebatandole el nuevo whisky servido y dejo su apoyo
para caminar sin sentido por la habitación. Solo quería un buen
polvo como despedida, no podía ser tan difícil.
-
Jodido beso- repitió sus palabras Alma, en un murmuro cargado de
incredulidad. Así lo resumía ella, en un jodido beso.
-
Oh por favor- se quejó al escucharla- No te hagas la digna...besas
de muerte y follas aun mejor...- gesticulo excesivamente. Tanto como
su cabreo le provocó- pero tienes la maldita manía de cargarlo todo
con un...- busco la palabra exacta que lo definiera pero su escolta
la miraba impávida por el espejo- Agh- se exaspero y bebió el dedo
de whisky de un trago. Agobiada le extendió el vaso de nuevo-
Sírveme otro.
-
Ya bebió suficiente- trató de hablar lo mínimo intentado no
alargar la inaguantable tensión entre ambas, pero su corta
contestación no gusto a Amanda. Ahora no se lo decía así el
reflejo de su imagen, lo hacía de cara. Era tiempo de no escudarse
en un cristal, por eso se giró al tiempo que Amanda se sentaba en un
pequeña butaca.
-
Se me paso antes, otra de tus cualidades, amante protectora. Lo cual
te hace aún más aburrida- sin variar su postura ofensiva hacia
ella, ataco cruzándose de piernas- Ponme otro whisky- exigió
aburriéndose y la escolta le negó con la cabeza en su típica,
estúpida y fría pose- ¿Así quieres que sea?-pregunto sin
necesidad de aclarar, ambas sabían que se refería a su última
noche juntas.
-
Como si le importase lo más mínimo- no fue una contestación, fue
más bien una afirmación equivocada. Así lo único que conseguía
era una nueva batalla dialéctica.
-
Dios...- se revolvió su corto cabello Amanda. Menuda despedida
estaban teniendo - Escuchate por favor...me vas hacer llorar...pero
de pena, es eso o vomitar por empalago- concluyó sintiendo cómo su
cuerpo sufría las horas de lucha, lo poco comido y el alcohol
ingerido. En ese estado no pudo ver como su escolta reprimía una
carcajada. No había caso con esa mujer. Ajena a sus pensamientos se
incorporó denotando cansancio con la intención de ducharse- Puestas
a no follar, me daré una ducha- se desperezo consciente de que la
bata se abría mostrando su abultado pecho y si, los ojos mostrando
avidez de piel de la escolta le renovaron la sonrisa- ¿Pides
mientras tanto algo de picar?
-
Si- contestó en un hilo de voz, ahora ambas sonreían. Esa mujer le
hacía sentirse en una trepidante montaña rusa, pero ella misma a
esa montaña le había puesto fin de trayecto. El mero pensamiento de
lo poco que le quedaba para dejar de verla, ensombreció su sonrisa y
Amanda caminando hasta el baño lo advirtió.
Lo tuyo no tiene nombre, niña....GRACIAS y mas, mas, mas...menudas dos fieras, muero ya
ResponderEliminarY COMO ME GUSTA EL INICIO..Y QUE PAR DE MUJERES..
ResponderEliminarUNA MATADORA SUPREMA Y OTRO A VERLAS VENIR..
AUNQUE ME PARECE QUE A LA MENOR INSINUACION DE ALMA ...
SE TIRARA A SUS BRAZOS SIN NINGUN REMEDIO.....
HAY MUJERES A LAS QUE NO TE PUEDES NEGAR..Y AMANDA ES UNA DE ESAS...
QUE TE VOY A DECIR GEMO..QUE ME ENCANTA NIÑA...
YO TAMPOCO ME PUEDO RESISTIR A AMANDA...MALA SOY..UFFF
DIVINA-WILSON
.....Y A MI¡¡¡¡¡¡¡¡¡ COMO ME GUSTA ESE INICIO Y COMO ME GUSTA LLEGAR A ESTE BLOG...Y VER COMO DE NUEVO TENEMOS HISTORIA...Y TAL COMO COMIENZA...LLEVA ESE SELLO TUYO YA¡¡¡ GRABADO A FUEGO¡¡¡...TINES LA CAPACIDAD DE TRAER HASTA AQUÍ.....A TODAS LAS DIOSAS DEL DESEO...AQUI YA¡¡¡....TENEMOS UNA DE ALTOS VUELOS¡¡ MUY ALTOS...CLARO QUE LUEO QUIZÁS LA CAIDA SEA MÁS GRANDE...O NO¡¡¡ PORQUE MUJERES ASÍ...SON COMO LOS ''JUNCOS''..CLARO QUE LA OTRA LA DE ESE NOMBRE TAN TAN TAN DE TENERLA...ALMA LUEGO PUEDE SER ESA ''BELLA SIN ALMA''' JIJIIJI TODO PUEDE PASAR NO?..
ResponderEliminarLO MEJOR DE TODO ESCRITORA ES QUE DE NUEVO ESPERAREMOS ....A QUE NOS REGALES MOMENTOS MARAVILLOSOS....DONDE LA '''LOCURA''' ES PROTAGONISTA
GRACIAS.......POR ¡¡TANTO¡¡¡¡