miércoles, 23 de abril de 2014

Mi cincuenta cláusulas 107



Minerva, de regreso a la mesa, tuvo minutos suficientes para tranquilizarse y molestarse más a su vez. Era completamente infantil, imaginar "algo" entre Fátima y Julia, pero a pesar de remarcarselo una y otra vez, la imagen de ambas regalándose muestras de cariño, le quemaba la sangre. Delante del grupo de amigos, supo disimular, aunque no del todo. Como siempre, Manu quien más la conocía, la presintió nerviosa y un pelin alterada. Pero el grupo charlaba distendido y no hallo ocasión de poder interrogarla sobre aquello que la mantuviese así.

Amigas desde pequeñas, las dos contaban con la suficiente conexión como para hablarse sin decir una palabra. Manu pudo ver, como Minerva rechazaba la mano de Julia sobre la suya, cuando regreso a la mesa acompañada de Fátima. También como Julia interrogó a Minerva con la mirada por el rechazo y como ésta le restaba importancia, sin recuperar la normalidad. Al poco los ojos de ambas amigas se encontraban y con todo el disimulo que las circunstancias le permitían, Minerva señaló a Fátima, quien cuchicheaba tranquila con Cayetano. Que Minerva le insistiera señalando a Julia y Fátima, le hizo reír y para cuando quiso tapar sus risas con la servilleta, toda la mesa le prestaba atención.

- Perdón- se disculpó sin querer mirar a Minerva y ganó tiempo bebiendo de su copa- Min, ¿me acompañas al aseo?

Por supuesto que la acompañó, necesitaba hablar con ella, contarle la tontería que estaba amargándole la cena y que, como amiguísima que era, le sacase del error, evitando una estúpida escena de celos a Julia. Manu rió a gusto en cuanto se separaron unos metros de la mesa, a pesar del enfado de Min.

- Por favor, Min...¿en que momento se te ha podido ocurrir algo así?- le preguntó no queriendo que por lo ilógico que ella lo veía, acabase en un enfado entre ambas.

- Joder- exclamó Minerva consciente de que Manu tenía razón. Juntar a Julia y Fátima era como querer que el agua y el aceite funcionasen bien juntos- Vine a buscarlas al ver que tardaban demasiado y me las encontré en la barra tomando una copa- resumió señalando la escena del crimen y hasta le dio para sentirse un poco patética. No le ayudó que Manu se tapara la boca en un nuevo intento por retener las risas que la situación le provocaba- Gracias, ¿eh?

- Y por verlas aquí tomando una copa, te has montado una película de cuidado, perdona si me da la risa, pero piénsalo bien, Min- se defendió Manu queriendo en todo momento ayudarla, a pesar de lo absurdo que lo encontraba y Min arrugó los labios sabiendo que Marga tenia razón.

Las que ahora tardaron en regresar a la mesa fueron ellas y para entonces, Julia conversaba con el grupo de amigos distendida, pero sin perder de vista a Minerva. Inexplicable había sido que Minerva rechazara su caricia, verla después irse con Manu entre cuchicheos le hizo alertarse y que al regresar, Minerva solo encogiera los hombros al preguntarle por el motivo de su tardanza, terminó por molestarla.

Una por creer lo que no era y la otra, por no saber que diablos pasaba entre ellas, provocó que la situación entre ambas no fuera nada cómoda. Así las cosas, la magnate fue encerrándose al más puro estilo Arango, mientras Minerva desoía a Manu y el silencio de Julia, removía sus infantiles celos. De regreso a casa con Lola llevándolas de vuelta, Julia se limitaba a mirar por la ventana y Minerva, improvisaba un interrogatorio.

- Tardaste mucho con Fátima, ¿no?- pregunto y cerró los ojos. Tan evidente y poco disimulado había sido su pregunta

- Uhm- apenas murmuró Julia sin mirarla- más o menos como tu con Manu.

- Auch- pensó Minerva con la contestación que le había sido dada. Julia tenia razón, no es que ella hubiese sido breve con Manu, claro que, ella no había estado haciendo manitas con Manu. Hecho que cambiaba toda la película- Ya, pero bueno, no se...me ha llamado la atención. ¿Hablabais u os encontrasteis con alguien?- insistió y Julia dejo de mirar por la ventanilla para mirarla a ella, mostrándole que no sólo era ella la molesta. Julia por alguna razón también lo estaba.

- No, fuimos al baño, salimos, nos apeteció un Blody y lo tomamos. Eso fue todo- contestó Julia sin sospechar nada. Estaba ocupada en intentar comprender el repentino distanciamiento de Minerva.

- ¿A mitad de cena y solas?- siguió insistiendo Minerva, a pesar de ella misma. Estaba llevando la tontería muy lejos, pero a su vez, se veía incapaz de frenarla.

- Pues- hizo una pausa Julia y entrecerró los ojos totalmente pérdida pero recordando la promesa hecha a Fátima, no diría nada de sus planes de maternidad, era Fátima quien quería hacerlo al grupo de amigas y Julia la comprendía. Pero justo ahora, a Minerva le daba por querer saber de su copa juntas- Si, íbamos conversando y se lo ofrecí.

- Ah...eso es lo que te apetecía regresar a la mesa, conmigo- atacó sin razonar y Julia acusó el golpe entrecerrando aun más los ojos, para después volver a mirar por la ventanilla.

- Minerva- susurró desanimada la magnate. No entendía la insistencia de Minerva respecto a Fátima y ella proseguía sin saber el motivo su evidente molestia.

- Pues nada- se quejó Minerva retrepándose en el asiento. Ni al pataleo por muy infantil que fuese tenia derecho. Al final la enfadada era Julia- Genial la noche.

- Fantástica- replicó Julia, aliviada por llegar a casa. Fuera del coche y en casa, no tendría la presión de Minerva insistiendo en hablar.

- No será por lo que has estado conmigo- prosiguió en el toma y daca, sin sentido Minerva, bajándose del coche sin esperar que ni Lola ni Julia le abriesen.

- Estuve todo el tiempo, Minerva- disentio Julia bajándose cómo la propia Minerva. Increíble como la noche había cambiado sin tener ni idea de la causa. Pero, fuese lo que fuese, estaba jodida y así avanzó hacia el ascensor, mientras Lola alzaba las cejas alucinando con la absurda conversación entre ambas. A las puertas del ascensor, ninguna se bajo de la mula a la que sin saber cómo, se habían subido.

- Todo el tiempo- murmuró Minerva con toda la intención- Menos un Blody, que en ti, lleva más de unos minutos.

- Para la próxima me lo bebo en cinco minutos y regreso corriendo a la mesa, para que me desprecies una caricia- se defendió Julia cediéndole el paso.

- No por favor, ya que ofreces copas, se considerada con tu invitada- contestó Minerva ácida subiéndose al ascensor. No había forma de detener la tontería si Julia rebatía tan irónicamente.

- Mi invitada es tu amiga, por si no lo recuerdas- prosiguió Julia activando el ascensor. Nunca antes ayudar a una amiga, había supuesto un tira y afloja tan ridículo.

- De memoria voy genial, gracias- contestó Minerva saliendo con genio del ascensor, una vez llegado a la planta donde estaba el dormitorio de ambas- Me voy a la cama- le informo viendo que Julia se quedaba parada en el ascensor y camino cada vez más rápido hacia el dormitorio. Cada paso dado se sentía más ridícula y más enfadada con ella misma y con Julia. Al final, ni sabia que habían estado hablando y como premio, estaba sola en mitad de la habitación sin saber que hacer- Vamos a calmarnos un poco- se dijo tratando de respirar. Pero entonces la pantalla interactiva situada en la mesita de Julia, aviso de nuevas notificaciones. Supuso serian correos de la empresa de Julia, más alguno de sus conocidos. No le presto atención estando como estaba, pero más tarde, cuando ya estaba tumbada en su cama, llamo su atención que la pantalla mostrase actividad- Genial, se ha puesto a trabajar- murmuró dándolo por hecho y cogió su móvil dispuesta a escribirle pidiendo que viniese a la cama. Viendo su contacto, observó que Julia estaba en línea, extrañándola. Julia no solía usar la aplicación de mensajes, y se suponía estaba trabajando- Joder- se quejó sin entender nada y entonces, reviso el estado de sus contactos comunes. En línea solo estaban Marga y Fátima- No me jodas.

Dando por hecho que Julia se mensajeaba con Fátima, salió de la cama dispuesta a pillarla. No se iba a quedar en la cama mientras ellas dos, hablaban entre sí, sin saber de qué- No, joder...tranquila Minerva, tranquila- se dijo en un nuevo intento de pararse y a su vez, detener el manojo de celos que estaba recogiendo sin ningún sentido. Por suerte, los pasos de Julia tras la puerta, la hicieron no cometer una tontería comportándose cómo una loca celosa y regreso a la cama corriendo, antes de que Julia entrase en la habitación. De vuelta a ella, se puso de lado, fingiendo dormir. Pero olvido su móvil tirado en la cama con la pantalla iluminada. Buena pista para Julia, Minerva no dormía, aunque quería parecer que si lo hacía.

Con sigilo cerró la puerta, se desvistió y en pijama, se introdujo en la cama. No dudo en buscar el cuerpo de Minerva y se abrazo a ella, como cada noche. Cuando la tuvo abrazada, suspiro besándole el cuello, mientras Minerva se bloqueaba sin saber que pensar. Pero era tarde, ambas estaban cansadas y sin más, el sueño venció a las dos, abrazadas.
 
 
 
 



2 comentarios:

  1. aiiiiiiiiiii gemito arruma isso elas brigadas nemmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm pensar e mais um por favor
    brigoninha

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  2. .......CELOS¡¡¡¡¡ que vienen y van.
    me gustan estas dos mujeres¡¡¡ Y por fin pude ponerme al día Escritora...
    GRACIAS.......

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