A
la mañana siguiente la siempre inoportuna alarma de su móvil,
despertó a Naya a ritmo de Pharrel y su buenisimo por buen rollo,
Happy. Despertándose la dejó sonar y boca abajo, sonrió contra el
colchón. Las agujetas que sintió en sus muslos cuando quiso mover
las piernas al son de la canción, la hicieron sonreír aun más y
buscar, el cuerpo causante de las pinchantes agujetas. Pero no había
más cuerpo que el propio en su cama y su sonrisa se congeló,
mientras agudizaba el oído esperando escuchar cualquier ruido que le
aventuraba que Siria seguía en su casa. Pero no escucho más que la
canción repitiéndose una y otra vez.
-
Genial- murmuró mordiendo la sabana ofuscada. Si no tuviese lo
vivido con su loca acosadora del Metro tan presente, podría
consolarse pensando que sólo había sido un sueño subido de tono,
muy subido de tono.
Primera
vez que se dejaba llevar más allá de prejuicios y falsos
convencionalismos y despertaba sola. Jodidamente sola.
Con
más pereza de lo normal un día laboral, se intentó levantar de la
cama, pero en ella aún estaba el olor de la desconocida Sira. Era
curioso comprobar cómo tras una sola noche compartida con ella,
podía distinguir entre el aroma de su cabello y el de su cuerpo,
ardientemente transpirado.
-
Joder- exclamó al comprobar que el conjunto que formaba su aroma,
despertaba su deseo, en teoría más que calmado esa misma noche- De
puta madre, pillada por una tía de la que ni se su nombre. Por
suerte tenía una cita ineludible con su trabajo y hoy, cosas de la
vida, no se quejaba de un trabajo mal remunerado que absorbía todo
su día. Hoy le venía bien, tener que ir a trabajar y tener así,
poquísimo tiempo para pensar en lo vivido esa noche.
Pero
tan fácil de olvidar no era, en la ducha su cuerpo reaccionaba ante
cada caricia propia excitándose y se encontró varias marcas por su
piel, testigos descaradas de lo vivido.
Frente
al espejo después de la ducha, se contempló sin dejar de pensar en
Sira y en cómo su sonrisa parecía perenne en su rostro.
-
Basta ya...se acabó- se prometió queriendo vestirse pronto, tomar
un rápido café y salir de casa- Oh Dios- después, tocaría volver
a la misma línea de metro en sentido contrario- Nadie te advierte
del post-fantasía. Oh si, conocer a un tía en el metro y montártelo
con ella...cabrones, ya podían advertir que la tía después
desaparece y tú quedas con cara de gilipollas total sintiéndote
usada. Bueno...tampoco es que yo me estuviera quietecita jajaja ay
Dios....stop, se acabo ella, su sonrisa, su forma de besar,
su...joder, que sabía yo que para esto no sirvo, ahora estaré dale
que te dale...- murmuró para sí terminando de vestirse y se dirigió
a la cocina no necesitando precisamente cafeína que despertarse aun
más sus nervios, pero tampoco era capaz de quedarse sin su cargadito
café mañanero. Nada más entrar en la cocina, un avioncito de papel
imantado a la nevera acaparó toda su atención y corrió hasta él,
sabiendo que debía de ser cosa de Sira- Ay Dios...Ay Dios...¿que
es?- entusiasmada cogió con sumo cuidado el avión, como si con sus
manos nerviosas pudiera romperla y se mordió los labios tratando de
contenerse. Al abrirlo, la carcajada fue deliciosamente natural y
viva- Jajaja, eres única joder- desecho el avioncito, en el folio
admiraba el cuerpecito de una mujer depositando su cabeza en las
manos de otra- Yo si que la voy a perder contigo- siguió hablando en
voz alta, entre emocionada y totalmente risueña.
El
impacto del dibujo y lo que significaba, mejoró su humor por
completo. Así, ahora si disfruto de su café sin dejar de mirar el
dibujo y se marchó de casa camino del trabajo con una sonrisa
imborrable adornando su rostro.
De
pronto, el bullicio en el Metro tenía su encanto, y su a veces,
detestable olor no era tanto. Por igual le ocurrió en el trabajo, su
mesa cargada de informes no era para tanto e incluso era entretenido
y el dibujo la presidía como si fuese el mejor de los cuadros. Todo
genial y de distinto color, pero llegó el almuerzo y con él, la
charla con su compañera y confidente. La misma que le bajó el alma
a los pies. En el dibujo no había nombre, ni teléfono, ni una
probable cita. Ni una triste letra que le diera esperanza alguna de
volverla a ver. Nuevamente desanimada, su mesa volvió a ser una mesa
de torturas donde desquiciarse y de vuelta al Metro ya en la noche,
este olía igual de mal que siempre y su bullicio era enloquecedor.
Asqueada,
se maldijo por no haber tenido el coraje de romper el folio con el
dibujo en múltiples cachitos y haberlos esparcido por el mismo vagón
de cada noche.
Así,
optó por lo mejor. Leer escuchando música y abstrayéndose de todo.
Pero
una cosa es querer y otra poder. Sólo hacía veinticuatro horas ese
mismo trayecto en Metro se había convertido en una increíble
aventura en manos de una loca soñadora. No pudo evitar fijarse en la
parada donde fue asaltada por Sira e inconsciente la busco por el
vagón sin hallarla. Tampoco subió en la siguiente parada, ni en la
otra y si lo hizo, cuando ya no la esperaba.
Intentando
coger el hilo de su libro, no la vio subir y tampoco pudo ver
entonces la enorme sonrisa de Sira, al verla sentada como la anterior
noche.
No
fue consciente de su presencia en el vagón, hasta que un avioncito
de papel se estrelló contra su libro. Totalmente sorprendida agarró
el avioncito y busco a la única dueña posible del mismo. Apenas
unos metros a la derecha estaba, con su perenne y arrebatadora
sonrisa. Habían sido demasiadas emociones como para recibirla
contenta o saltar sobre ella. El cabreo ganó a lo enternecedor que
le resultaba el juego de los avioncitos y ni siquiera abrió el
avión, directamente lo arrugo entre sus manos mirándola fijamente y
no lo tiró al suelo de puro milagro.
Sira
abrió los ojos al verla arrugarlo y corrió a tomar asiento junto a
ella. Nada más hacerlo, sufrió el ataque de cabreo de Naya.
-
¿Que probabilidad hay de que no te hable en la vida? Ya te respondo
yo...todas- atacó cruzando a la defensiva de piernas y Sira continuó
gesticulando con sus ojos. Tenía genio la rubia y ese detalle en su
carácter aún le gustaba más.
-
¿No lo vas a abrir?- preguntó con temor de una mala contestación
por parte de Naya.
-
Que no te hablo- le contestó girando la cara. Sira necesitaría de
alguna ocurrencia antes de que llegase su parada.
-
Ah...¿entonces como sabré si tuviste un buen día?- pregunto
buscándole la mano y la tomo sin miedo entrelazando sus dedos. El
gesto fue tan tierno y natural, que el firme cabreo de Naya se fue
resquebrajando.
-
No estuvo mal- contestó faltando a su palabra. No podía ser de otra
manera si Sira, dibujaba caricias en su mano.
-
El mío fue distinto- se aprovechó de la ausencia de rechazo por
parte de Naya- Supongo que es normal, fue mi primer día sin cabeza-
prosiguió intimidándose. Naya no había abierto su avioncito y tuvo
que ser ella quien se lo quitase de las manos y quien lo abriera- Y
mi voluntad- le mostró el dibujo sonrojándose. Ahora el muñequito
dejaba un corazón en los pies de la rubia. Un dibujo demasiado
infantil y cursi, para una rubia de tanto carácter. Temiendo un
rechazo cerró los ojos achicándose, Naya estaría mirándolo.
-
Joder- exclamó la rubia totalmente impresionada por tan cursi
postal- Me encanta- confesó besando la mano entrelazada a la suya y
Sira abrió los ojos todo lo que podía.
-
¿Si?- preguntó sin aun poder creérselo y Naya colocándole tras la
oreja un mechón de pelo sonrió bien cerca de ella.
-
Si- contestó en un susurro. Era bestial sentir cómo la había
echado de menos, sin apenas conocerla.
-
Bueno pues...- titubeo excitadamente nerviosa- ¿Que probabilidad hay
de que hoy me invites a un Hot Dog?
-
Jajaja, todas...pero antes comprobaremos si somos millonarias- sacó
de su abrigo el cupón quizás premiado comprado por Sira la noche
anterior.
-
Te he echado de menos- confesó ahora Sira, estremeciendo por
completo a Naya- más que a mi cabeza y voluntad- se encogió de
hombros y si, consiguió el desenfado de Naya antes de llegar a la
parada donde ambas bajarían.
-
Yo también a ti.
Fin....
que par, mas cañeroooooooooo
ResponderEliminargraciasssssssss qué intensidad...
artisstazaaaaaaaaaaa
ais me ha gustado esta mini historia!!!!
ResponderEliminargracias!
¿Qué probabilidad hay de que me pase algo así en el metro? genial y gracias
ResponderEliminarMe encanto Gemo y estas dos..ufff....Gracias escritora..eres un Crack niña..
ResponderEliminarDivina-Wilson
....PUEDE SURGIR EN CUALQUIER PARTE..NOS PUDE LLEGAR DE CUALQUIER MANERA...PUEDE EMPEZAR CON UN JUEGO...SEDUCCIÓN ...JUEGO DE NUEVO...
ResponderEliminarCOMO SEA...EL AMOR AL FINAL PUEDE ATRAPARNOS DE MIL FORMAS..NI SABER SIQUIERA QUE LO HEMOS SENTIDO..PENSAR SOLO QUE FUE UNA NOCHE LOCA..UNA NOCHE DE PASIÓN..QUERER SEGUIR COMO SI NADA HUBIESE PASADO...PODEMOS INTENTARLO TODO...
PERO........CUANDO NOS VEMOS DICIENDO ''TE ECHE DE MENOS'' Y NOS VEMOS MIRANDO ESOS OJOS QUE NOS DICEN ''YO TAMBIÉN'' ENTONCES..ENTONCES...SABREMOS QUE ESE AMOR..PORQUE YA LO ES...NOS ATRAPO...INEVITABLEMENTE...DELICIOSAMENTE...
ME ENCANTO ESTE MINI-RELATO ESCRITORA...¡¡ TANTO¡¡ QUE SUPO A POCO...
GRACIAS..........