El
cansancio por la labor como mecánicas quedó en nada, cuando
consiguieron llegar al gran complejo campista, donde sólo tenían
que aparcar la furgoneta en la enorme parcela reservada y utilizar
las instalaciones de un no menos enorme tienda-modular a la que no le
faltaba ni el más mínimo detalle para el reconfortante descanso.
Una forma única y exclusiva de acampar, muy del estilo de ambas.
Fue
Minerva la primera en correr a la ducha, mientras la magnate
aprovechaba para ponerse al día respecto a su multinacional
financiera. El paseo hasta la furgoneta para recoger su maletín, le
resultó de lo más entretenido, un pequeño crío montaba en
bicicleta o lo intentaba mirándola. El reto risueño del crío
detuvo sus pasos y extrañada lo miro sin entender, hasta que fue el
crío rodeándola con la bici quien le habló en inglés.
-
Tengo bici...- encantado con su bici y los progresos con ella,
utilizó a la magnate para vanagloriarse. Poco o nada acostumbrada a
niños y sus juegos, la magnate frunció el ceño sin saber que
contestarle- Tu no tienes, yo si- insistió el mocoso consiguiendo
picar a Julia.
-
No puedes saber si tengo o no- entró en el juego del niño,
introduciendo las manos en los bolsillos. Podría tener bicicleta si
lo quisiera y en cuanto saliese Min le preguntaría si ella quería.
-
Pero yo si- volvió a insistir el crío, viéndose ganador en su
propio juego.
-
No tendré, pero se llevarla sin manos- golpeó la magnate dejándose
picar por un crío que continuaba pedaleando en círculo. Nada
acostumbrados a críos, no cayó en que éste querría ganarla como
fuese.
-
¿Sin manos?- preguntó el niño y Julia le sonrió sobrada,
provocando que el niño dejase de pedalear y se bajase de la bici- No
se como dices, ¿me enseñas?- deseando saber cosas nuevas el crío
le cedió la bici encantado y la magnate miro para todos lados.
Estaba a punto de montarse en una pequeña bici sólo para callar a
ese mocoso de sonrisa traviesa- Jejeje, ahora no sabes, ¿me estabas
mintiendo?- las dudas de la magnate hicieron crecerse al crío y ella
término por tomar la bicicleta dispuesta a subirse- Oh vaya...te
queda pequeña.
-
No importa- recogió como pudo las piernas y ante la mirada
entusiasta del niño, probó la bici habituándose a ella.
-
Jejeje, si sabes montar- aplaudió el pequeño trasto viendo el
manejo de Julia con su bici.
-
Por supuesto, tuve una cross- dio unos cuantos giros y cuando la tuvo
totalmente controlada, provocó más aplausos del crío soltándose
de manos- Jajaja, mira esto, chico- se exhibió y fue el propio niño
quien le recordó que era su bici y que él también quería probar
la pirueta. Ahora la encantada era ella, viendo como el pequeño lo
intentaba sin éxito- Oh vamos, sólo suéltate. ¿Estoy ante un
gallina?
-
Jejeje, yo no soy eso...pero me da susto- le contestó el crío
mordiéndose los labios por la emoción de lo que intentaba hacer y
la magnate se quedo parada en ese gesto. Rubio, sonriente y se mordía
los labios como Minerva. Tan estremecida por la imagen calcada a la
de Min en nene pequeño, que no vio como el niño se soltaba y acaba
estrellándose en el suelo, hasta que los lloros de este, le hicieron
espabilar y correr a por el.
-
Lo hice...me solté- decía el pobre crío tirado en el suelo con la
bici encima. Pero el dolor del golpe que se había dado en una de sus
rodillas comenzaba hacerse latente al tiempo que Julia llegaba hasta
el y lo libraba de la bici.
-
¿Estas bien?- le preguntó sin saber como tocarlo o que hacerle, y
el niño comenzó a llorar asustado por la sangre que manchaba su
chándal- Vale, no hagas eso, no llores- le suplicó palpándolo
insegura, mientras el niño comenzaba a llamar a su madre- Hey
campeón, ahora mismo vamos con tu madre- le dijo tratando de
levantarlo, pero el nene estaba dolorido y lloroso. Así, alzó sus
brazos esperando que Julia lo tomase en brazos y lo llevase con sus
papis- Ah ok, quieres que te coja.
-
Si...Llévame a mi parcela, duele mucho- pidió siendo alzado y fue
el mismo el que terminó por abrazarse al cuello rígido de Julia.
-
Eres pegajoso- murmuró sintiendo una sensación extraña. Siempre
rodeada de gente de poder, con una familia muy corta en miembros,
podía decir que era la única o casi única vez que tomaba un niño
en brazos y la sensación a pesar de su extrañeza, le hacía sentir
bien. El niño, cariñoso y confianzudo ayudaba a mejorar esa
sensación- ¿Cual es tu parcela?- preguntó al pegajoso que se
limpiaba las lágrimas contra su nikki.
-
No se- cansadito y dolorido, el pobre niño no daba para más- Por
allí.
Con
tan precisas indicaciones la magnate optó por la mejor solución.
Que Minerva, más acostumbrada a niños, le limpiase la herida
mientras ella llamaba a recepción. Con el confortable abrazo del
nene, entró a la espectacular modular calmandolo, sin saber que
Minerva la esperaba en una corta bata que nada dejaba a la
imaginación.
-
Minerva- exclamó regañándola al verla vestida así, y se giró con
el niño en brazos.
-
Pero...- sin reacción de palabra, Minerva buscó rápido con que
tapar su lujurioso atuendo con un albornoz y entonces, reaccionó-
¿Que es eso?
-
Un niño muy guapo que sabe manejar la bici sin manos- dijo
queriendo realzar el estado de ánimo del niño sin darse la
vuelta.
-
Pero..de...co...- titubeo Minerva intentando ver al niño, pero Julia
la celosa, no se giraba con él en brazos- Ya estoy tapada- alzó las
manos no pudiendo creer que la guardase de la mirada inocente de un
nene y avanzó hasta ellos, tropezando con la imagen que
fotografiaría una y otra vez. La de Julia con el pequeño en brazos.
Julia pareció presentirla y ambas se miraron a los ojos las
milésimas necesarias, para que sin hablarlo, a ambas les cruzara el
mismo pensamiento. Pensamiento que a las dos puso extrañamente
nerviosas. Pero el nene seguía ahí con una rodilla sangrando- Ay
pobre....¿como te llamas?
-
Isaac, soy el nene guapo que montó en bici sin manos- contestó el
pequeño trapecista sin extrañar lo más mínimo los brazos de la
magnate. Era "guay" estar subido tan alto en brazos de tan
alta mujer.
-
Jajaja- río Minerva, como ellos encantada y fue otro
escalofrío que sacudió a la magnate estremeciéndola. Pero la
rodilla del nene seguía esperando una cura.
-
Tienes que hacerle algo en la rodilla- pidió Julia oliendo
inconscientemente el corto cabello del niño.
-
¿Algo? ¿Tengo que hacerle algo?- pérdida en la imagen de Julia con
el niño, era como si preguntando y picándola, pudiera alargar el
momento y que en sus adentros, esa imagen quedase guardada
perennemente.
-
Oh vamos...tu sabes más que yo de esto- se defendió la magnate y
comprobado el buen olor del cabello, lo beso levemente.
-
Esto...lo llamas esto...madre mía- se hizo cargo Minerva y ahora si,
primo curar la herida del pequeño y avisar a recepción para que los
padres viniesen a por él.
Simpático
y confianzudo, no tuvieron ningún problema con él, para curarle la
pequeña herida y esperar a que sus padres llegasen. Era un pequeño
parlanchin, capaz de amenizar el sólo una noche. Sus padres estaban
cerca y ya buscándolo, el rato se hizo corto para los tres y el
pequeño Isaac consiguió la promesa de Julia de continuar
enseñándole a montar en bici sin manos. Como el propio niño, los
padres eran igual de afables y simpáticos. En poco más, ambas
despedían a la pequeña familia y se quedaban paradas viéndolos
marchar. Absolutamente paralizadas. Minerva aún en albornoz y la
magnate con la misma ropa con que había llegado a Nueva Zelanda.
Incapaces de moverse, Minerva con la imagen guardada de Julia
asaltando sus dudas. No habían hablado de niños, ni a corto ni a
largo plazo y Julia, estremecida por lo mucho que el niño se parecía
a Minerva. Sin reacción, congeladas en unos instantes hasta que el
ruido que provocaban el motor del jacuzzi, espabilaba a Minerva.
-
¿Cenamos en el jacuzzi?- preguntó tomándole la mano y Julia
reaccionó mirándola fijamente. Tan fijo que necesito suspirar
fuerte para que ambas se sacudieran el momento vivido- Julia- tuvo
que nombrarla y la magnate ahora si, se abrazó a ella.
-
Cenar Minerva en jacuzzi, me gusta la idea- dijo queriendo retomar su
luna de miel sin nenes rubios de hermosa sonrisa.
-
Jajaja bien, a mi me gusta seguir siendo tu plato preferido.
Decidido,
en minutos ambas disfrutaron de una reparadora cena entre burbujas
placenteras. Los siguientes días, las cenas serían a la luz de la
chimenea, muchísimo más cansadas.
Genial, está Julia es la bomba, y ese pique con el crío me ha encantado.
ResponderEliminarGracias.
......ESTA DIOSA DEL DESEO....PUEDE PASAR DE UN EXTREMO A OTRO EN SEGUNDOS..¡¡¡SI¡¡¡¡
ResponderEliminar.... GRACIAS.....ESCRITORA....
é fantásticoooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminaramo cada detalhe
obrigada gemito
brigoninha
aiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ate chegar amanha de novo para mais ummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
ResponderEliminarbrigoninha
Creo que pronto tendremos bautizo...la superglamourosa y fascinante
ResponderEliminarJulia quedo echizada por ese mocoso y su Minerva tambien...
Como dice la Dama Celeste...Esa Diosa del Deseo esta descubriendo un mundo desconocido para ella....como el niño..
Gemo...como siempre muy buen trocito...Gracias Escritora....
Divina-Wilson