Perjudicada
si, pero siempre la muy lista rodeada de afectos. Porque así es la
sargento, se pasa de vinillos y acaba sentada entre los cariños de
su mujer y los afectos de su padre. No hay una celebración de
Comunión, sin la mesa presidencial donde se apretujan los abuelos de
los niños y las Mamis de estos.
Así,
sentadita y formal, la sargento fruncía el ceño ante el plato que
le servían. Dos hermosos centros de solomillo que le cortaban todo
el hambre. Demasiado plato para una tirillas de pocas hambres.
-
Canija...cagó en la paloma que te caga encima en cuanto te ve salir
de la casa...¿quieres comer algo ya?- se quejaba su padre y
prudente, lo hacía en voz baja.
-
Cagó en el Gavilán que quiso ser paloma en el Retiro...¿pero no
ves que a mi eso no me entra?- se quejaba por igual la sargento y ese
"cagó en" copiado de su padre llenaba de orgullo a éste.
-
Venga...si no pasa nada, esta aquí tu padre para arreglarte lo que
sea. ¿Quieres mejor un trocillo de pescado de tu madre?
-
Jun enga- contestaba aliviándose la sargento y procedía a observar
el primor con el que su padre le quitaba un trocillo a su mujer para
dárselo a ella- Jem jem jem...sin raspas, que me atraganto.
-
Faltaría más- contestaba su padre dándose a la tarea de cogerse un
solomillo, quitarle un trocillo pescado a su mujer y dejarlo en el
plato de su hija- Pa mi canija, mascaito todo.
Lo
que ninguno sabía, era que mientras tanto, la amada esposa de la
sargento conocedora de los gustos de su mujer, había quitado el otro
solomillo restante para cambiarlo por un poquito de puré. Así, el
plato de la sargento ahora consistía en puré con pescadito. Algo
que la sargento no esperaba.
-
Pero- examinaba el plato y su padre hacia lo mismo, a ojos bien
abiertos y cubiertos en guardia- Que no me gusta la dieta blanda.
¿Por que me dais dieta blanda?- protestaba en alto y la señora
jueza suspiraba sin dejar la entusiasta conversación con su madre.
Vuelta a cambiar el plato, por un lado el padre de la sargento
retiraba el trocillo pescado y por otro la jueza apartaba el puré
devolviendo el plato a su estado original, dos solomillos- Que
no...que eso no quiero- pataleaba y con razón, que poquito costará
escucharla en vez de jugar con la comida.
-
Dios mío de mi vida- se unía a las protestas la jueza y la sargento
y su padre, tardaban cero coma en dedicarle sonrisilla García- Come-
ordenaba señalando el plato- Y usted también, vamos.
-
Enga- contestaban el par de dos al unísono y se daban a la tarea sin
dejar de espiarse entre ellos- Es que ..eres un escándaloso-
regañaba la sargento a su padre.
-
Enga ya, canija...pasa que, mae mía impresiona la potra enfadada- se
defendía éste y el cuchicheo entre ambos volvía a llamar la
atención de la jueza- Estamos en ello, señoría- se defendía de la
mirada de la jueza a lo García guasón, ganándosela al momento.
-
Jajaja- se partía la jueza y se inclinaba lo justo para besar a su
suegro- Guapo- piropeaba a uno y empujaba a la otra contra el plato-
Que comas, amor.
-
A mi esto- señalaba con cara asquillo el plato con sus dos
solomillos- se me hace pelota en la boca- no mentía. Es lo que tiene
la carne, se hace bola extraña entre los dientes. La jueza volvió a
resoplar, el padre retomó los cubiertos y menos mal que estuvo
atenta la sargento o le repiten jugada- Que es que...que es
que...quiero de aquello- señalaba ahora el plato de su suegra y era
ésta la que murmuraba un dios mío de mi vida no me lo puedo creer.
-
Lo que cuesta que coma, madre mía- seguía quejándose su suegra y
se levantaba presta a satisfacer a la sargento. Pero oh, ¿que pasa
cuando una suegra se pone a mimar a una nuera? Que la madre de la
nuera, se pone celosa.
-
Ya me ocupo yo de mi hija- se alzaba como madre todopoderosa.
-
Jem jem jem- la cabroncilla y desahogada sargento disfrutaba de las
atenciones de todos, pero comer no comía.
-
Que no sabéis- aparecía Pedro y se subía en las piernas de Mami,
que el sí que sabe hacerla comer.
-
Canijo- aún perjudicadilla por el vinito tomado en la Iglesia, lo
abrazaba a lo osa amorosa y el nene queredon la aplastaba entre sus
bracillos. Ante tal imagen pastelosilla toda la mesa sonrió
olvidándose del plato de la sargento.
-
Te lo parto yo a trocillos y me das unos pocos a mi, ¿vale?-
proponía el más briboncillo de los GarWi y ante la sonrisilla que
le ponía, la sargento aceptaba lo que fuese.
-
Jum, enga- aceptaba y ahora si. La sargento comía de mano de su hijo
entre cariños varios.
Era
el tiempo del postre, cuando hasta ellos llegaba Paula y su vestido
de princesa, irritada por las bromas de los Guardias.
-
Mami- puchereaba en busca de la sargento pero antes paraba a que su
Mamá la peinase y comprobará que estaba guapa como a primera hora.
-
Mi amor...lo guapísima que estas- piropeaba la jueza sabiendo de lo
mucho que eso le gusta a Paula y ésta se abrazaba a ella.
-
Seré la bolli más guapa de la historia, ¿a que si?- preguntaba la
niña y reía toda la mesa, menos la pobre Doña Rosario, aún no
acostumbrada a generaciones y generaciones de bollicaos- Mami dicen
los chicos que ahora vas a tomar una copa con ellos y que no puedes
jugar con nosotros...diles que no- recordaba así la niña a lo que
había venido a la mesa y la sargento alzaba las cejillas. Estaba
reventada y unos le pedían juerga y otros juego, por no hablar de la
mano amorosa de la jueza en su muslo.
¿Habría
compasión para con ella? No, no la hubo y tomó copas, y jugó con
los nenes y tuvo que rescatar a los prisioneros de Patricia y por
supuesto bailar.
Así
las cosas, la sargento llegó a la madrugada echo un trapillo.
Trapillo que acostaba a sus tres canijos entre besos cariñosetes de
tres mocosos que lo han dado todo en su primera comunión.
-
Jem jem jem...ya habéis hecho la comunión, ya dejáis de crecer,
¿que no?- les decía sin perder la esperanza de que sus canijos
siempre fuesen tres mocosos adorables a los que acostar cada noche.
-
Jijiji- reían sus GarWi cansaitos por un largo y espectacular día-
Mami- no dando para más, no prometían pero abrían los bracillos
llenándose de Mami, mientras la otra Mamá se limpiaba las lágrimas
emocionadillas viendo la estampa de los cuatro. Consciente que si la
dejaba con ellos, acabaría dormida ahí mismo, entró ganando su
ración de besos y ratón después, la sacaba guiando los pasos de
una sargento trapillo.
-
Ayyy, podrías ordenar parar el tiempo en estos instantes. Los cinco
aquí juntos, después de un pedazo de día- insistía la sargento en
un ataque melancólico y la jueza reía empezando a bailar- Jem,
jem...chatina
-
Jajaja, ¿un último baile?- pidió Maca con las energías
suficientes para no dormir ya- Y mañana, los llevamos al Cole y
nosotras...desayunamos en la Pilarica.
-
Jolines- le encantaba la idea- Enga.
Y
a bailar, a pesar de las pocas fuerzas, bailaron camino a su
habitación con tres cabecillas asomadas a una puerta sonriendo.
-
Ayyyy, los orgasmos son tan bonitos- dijo Paula a sus hermanos
viéndolas marchar y es hora, de que yo, los mande a dormir.
-
GarWis, toca dormirse- les pido y se, que obedecerán aunque les
cueste dejarnos por otro tiempo.
-
Gemo...¿hasta cuando?- me preguntan.
-
No se...ya veremos. Ahora a dormir- les digo y soy sincera. Ellos
viven en mi y en cualquier momento, piden salir.
-
Ven con nosotros- me invitan y ..
-
Vamos que si, hacerme un huequecillo y os cuento lo que queráis.
-
Jijiji, cuéntanos cuando la almi te rescató de una estampida de
caballos.
-
No, no...no, cuéntanos cuando te salvó de un ataque de perro.
-
Jijij noooo, cuéntanos cuando la almi te regaló la primera palmera
de chocolate....ayyyy, la almi es taaaan mona.
-
Oh...de la palmera hace muuuuuchos años. Fue antes de los cola caos.
Jejeje, aún no era mi almi, le gustaban los nenes y no quería
hacerme cola caos.
-
Jijiji
-
Un día, hace mucho tiempo, yo regresaba de trabajar, super cansada.
De pronto, la vi esperándome y saco una palmera de chocolate.
Era para mi.
-
Ayyyy ...eso es amor.
-
¿Le distes orgasmos a cambio?
-
Jejeje ains....Sush...hay que dormir.
Jjajajaja...Ainsss que pena que acabe niña..pero nos das la esperanza de que en algun momento continuen....Esta familia me mata literalmente....
ResponderEliminarGracias Gemo..
Digo yo...que podias continuar con la historia de la Almi..ejemm...¿No?...
jaajjajajajaja...
Grande tu niña...Divina-Wilson
Gracias… mil veces gracias y me quedo corta para dártelas, por escribir estas maravillosas historias, tienes una mente privilegiada, que agradezco de corazón, la compartas con todas nosotras, haciéndonos evadirnos por unos minutos de nuestra realidad. Eres una gran escritora, eso giros que das a las historias, esos diálogos que nos provocan risas y llantos por igual. No dejes nunca de escribir, aquí o en el foro, por nuestro egoísmo, pero hazlo por voluntad propia, sin que sea una obligación y termines saturada, sé que a veces abusamos de nuestras escritoras, pero entendernos sin vuestros relatos diarios, nos faltaría algo.
ResponderEliminarSobre esta historia de marcadas, sin duda con cada entrega me dejas mas ansiosa de poder devorar la siguiente, y aunque le has puesto el fin… espero que con el tiempo vuelvan, y no sea con el casamiento de alguno de los GarWi, sino antes, en su etapa adolescente, jajaja, ya estoy pidiendo que descortés por mi parte. Solamente decirte GRACIAS.
.
Encantada con esta familia. Gracias por una historia más.
ResponderEliminarGenu.
.....ES ÚNICA ESTA FORMA TUYA DE ESCRIBIR...
ResponderEliminarY DE NUEVO LA SARGENTO NOS DEJA ESA SONRISA ...QUE SE ADIVINA PRECIOSA....
GRACIAS......ESCRITORA.
las emociones, miles de sensaciones y las sonrisas que nos regalas, no tiene nombre!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGRACIAS, MIL ARTISSTAZAAAAAAAAAAAA lo de ésta familia es para volverse loca!!!!!!!!!