Make
you feel my love, sonando en la propia voz de Adele. Un deleite para
los invitados y la música perfecta para que la pareja tuviese su
primer baile de casadas.
Entre
bromas habían ensayado el baile en casa de Julia, sin decidirse por
ninguna canción. En esos divertidos ensayos, Minerva había
comprobado que el baile estaba entre las virtudes de Julia, aunque
ella lo negase.
En
esos funestos ensayos, los pasos se intercalaban con besos o caricias
subidas de tono. En el que estaba siendo el oficial, los besos fueron
sustituidos por sonrisas y las caricias por susurros íntimos.
Julia
era plenamente consciente del hermoso regalo de Guillermo para con su
hija, y durante el baile lo busco con la mirada. La vanidosa y su
mayor contrincante, cruzaron miradas y sonrisas. Al fin y al cabo,
ambos competían por lo mismo, la sonrisa plena de Minerva. Como un
duelo de caballeros, Guillermo bajo la cabeza dándole a entender que
tomaba las gracias que podía leer en su rostro.
Pero
no fue a Guillermo al único que busco la magnate, no podía faltarle
su madre. La misma que la miraba tranquila y orgullosa. Su hija había
encontrado aquello en lo que dejó de creer cuando apenas era una
cría, el amor incondicional.
Los
últimos acordes de la canción las unió en un breve beso que
provocó a su público, pero ya habían sido bastante demostrativas y
aún, quedaba mucha noche.
Tras
el baile y el agradecimiento de ambas a la cantante, comenzó la
cena. Minerva apenas podía probar bocado, prefería saludar con la
mano a aquellas primas lejanas que veía hoy después de mucho
tiempo, o conversar con Julia, e incluso levantarse de su asiento más
de una ocasión a requerimiento de sus padres. En una de esas
ocasiones regresó y a la mesa de novias, ya le había sido servido
el segundo plato de la noche. El alimento principal era carne roja y
la magnate cedía gustosa al placer de devorarlo ante la cara de
animadversión de Minerva.
-
Prácticamente está vivo- se quejó sin querer mirar el plato de la
magnate al tiempo que se sentaba junto a ella- Me duelen los mofletes
de sonreír- prosiguió apoyándose en el hombro de la magnate.
-
Pedí los dos muy poco hechos- le informó sonriente Julia y a medio
bocado, espero la reacción que sabía de Minerva. Su desapoyo
repentino de su brazo.
-
¿Los dos?- preguntó Minerva certirficandolo al ver su propio plato.
El hilo de sangre bordeaba su plato, dándole un aspecto tétrico- No
se como puedes comer esto- susurró apartando un tanto su plato.
-
Sonríe- le pidió Julia divirtiéndose de lo lindo. Era la
oportunidad perfecta para que Minerva probase por fin, un buen
chuleton poco hecho.
-
Jajaja, sino he dejado de hacerlo todo el tiempo- le contestó Min
ajena a los planes de Julia. Por igual ambas sonrieron a la galería
expectante y ávida de novias, para que a continuación, Julia
cortarse un trocito minúsculo de la jugosa carne.
-
Pensar en lo bien que siempre me sabe tu boca y ver que comes con
ella, genera en mi una contradicción inmensa- le dijo Minerva
observándola cortar con tanto primor el trocito de carne. Distinto,
fue cuando la vio dejar el cuchillo-asesino y levantar el tenedor con
destino, su boca- Ni en broma, Julia- corrió a decir, pero fue lo
suficientemente cauta, para no dejar de sonreír, dando ventaja a
Julia, quien protegió el hermoso vestido de Minerva con su
servilleta, y como ella, tampoco dejó de sonreír.
-
Observa la sangre y jugos en el plato. Esta en su punto exacto para
que se convierta en el mejor de los manjares- adoro el plato Julia
divirtiéndose por la cara de Minerva. Consciente de que los
asistentes disfrutarían de verla ofrecerle tomar de su propio
tenedor, insistió- Hoy no puedes hacerme el feo de no probarla, tu
público lo espera.
-
Estas siendo muy mala persona en este instante. Te aprovechas de la
situación- busco tiempo y con él, no tener que probar el siniestro
y caníbal, plato.
-
Tu lo hiciste al hacerme bailar- rebatió Julia acercándole más el
pedacito de carne- Esta jugosa, perfectamente sellada.
-
Oh...nos queda mucho por bailar esta noche y sus jugos son lo que me
dan...- no pudo continuar el pedacito de carne tocaba sus labios y
si, su público aplaudía la romántica estampa- Te mato- murmuro
tras atrapar el pedacito de carne con su boca, dispuesta a tragarlo
rápido y Julia contuvo su risa fingiendo limpiarse.
-
¿Uhm? ¿Que tal?- preguntó disfrutando de como Minerva buscaba
rápido su copa de vino, con la que deshacerse del sabor intenso a
carne prácticamente cruda.
-
Exquisita- contestó Minerva sonriendo contra el cristal de su copa.
Juguetona se mostraba Julia y ella no lo iba a desaprovechar. Sin
dejar de sonreír a la galería dejó la copa sobre la mesa y se giró
hacia la magnate, quien alzó una ceja al verla sonreír traviesa, no
había tiempo que perder y olvidando las advertencias de su madre
sobre las demostraciones afectivas entre ambas, beso a la magnate
profundamente, sorprendiéndola.
-
¿Quien es la mala persona aquí?
Entre
besos, sonreír, cenar poco, sonreír, saludar, sonreír, la cena
transcurría como en cualquier ceremonia nupcial. Fue antes de que
las novias se retirasen para cambiar de vestido, que Hugo Davo tomo
el micrófono, silenciando al salón.
-
Buenas noches a todos, soy Hugo Davo y déjenme decirles que todos
están espectaculares- saludó ganándose la atención de todos y de
la pareja protagonista en particular- Creo que no hay nadie en este
salón, que no haya escuchado a Araceli...perdón Leli- hizo una
pausa para reverenciar a la madre de Julia- decir que por fin
colocamos a Julia- señaló a la magnate, haciéndola buscar refugio
en Min y sus risas- Yo tengo mi propia opinión respecto a tal hecho,
el mérito no ha sido casarla, el mérito es hacer que Julia deje de
trabajar por días. La trabajadora incansable, la luchadora nata, de
la que todo lo aprendí, hoy tiene un gran motivo para dejar sus
finanzas y disfrutar de la vida. Sabes cuanto me alegro por ti y
sabes cuanto te quiero. A ti Minerva, sólo puede decirte que ha sido
un auténtico placer conocerte y que mientras la sigas haciendo pasar
vergüenzas, me tendrás como tu mayor fan- concluyó buscando un
toque de humor y prosiguió despidiéndose- Y ahora, que empiece la
juerga.
Hugo
no fue el único que tomó el micrófono para ofrecer unas palabras a
las novias, los amigos más cercanos también lo hicieron, así como
familiares.
La
división de la ceremonia, vino de la mano de un pequeño espectáculo
para los asistentes, mientras las novias se cambiaban se vestido y
entonces si, comenzaría la fiesta, como había pedido Hugo. Minerva
fue acompañada por su madre y amigas, mientras la magnate lo hizo
con la propia.
La
más rápida fue la magnate, sin poder estar a solas con Minerva,
prefirió no demorarse mucho, y tampoco es que su madre la
entretuviese. Araceli parloteaba incansable, sobre lo bien que todo
estaba saliendo y lo guapísimas que iban las dos, a parte de
devorarla a besos.
Así
las cosas, Julia llegó vestida con camisa
clásica remangada de seda en marfil y falda larga ombre blush con
dos columnas de encaje en los laterales, al nuevo salón dispuesto
antes que Minerva
y una imagen acaparo toda su atención. Era la de Fátima, con un
nene en brazos.
Sin
pensar en nada, la magnate se acercó hasta ambos y confirmó que era
el mismo pequeño que había interrumpido a Min en el pasillo hacia
ella. Fátima la recibió sonriente, no hacía falta mucho para ver
como se derretía por el pequeño. Pero la magnate estaba más
preocupada por la cara manchada de chocolate del rubio niño.
-
¿Esta confirmado que tenga padres?- le preguntó a Fátima con humor
y no pudo evitar la cara de asquito, cuando el nene apoyo su cara
manchada en la de Fatima.
-
Jajaja, es de Maika, una de las primas de Min- le explicó Fátima y
enseguida Julia ubicó al niño, al tiempo que pedía a un camarero
"algo" con lo que limpiar al nene- Caye y yo, nos lo
estamos pensando- prosiguió besando la frente del niño y Julia alzó
una ceja pensativa.
-
¿Tener uno de estos?- preguntó señalando al nene y Fátima río
por la expresión usada afirmandole que si. En esas, el camarero
llegó con un "kit" de limpieza infantil y Julia sonrió a
Fátima- Mejor ir ensayando- le dijo mostrándole la bandeja entre
risas. Ninguna sabía, que en la entrada de la carpa, Minerva detenía
su entrada con la vista anclada en ellas y fue el camarero, quien
avisó a Julia de que la novia había llegado.
Julia
pronto dejó de prestar atención a Fátima y el pequeño para
recibir a Minerva, espectacularmente vestida con un vestido
de corte sirena en mikado de seda con encaje flotante de peonias y
orquídeas hasta el cuello, acentuado por una tabla plisada
superpuesta de rosetones de organza en la falda color blush,
sandalias Manolo Blahnik a juego.
Cuando
llegó hasta ella, Minerva continuaba mirando a Fátima y Julia, así
lo advirtió. Tomándola de la mano, despertó a Minerva, quien al
momento contestó a su sonrisa con otra.
-
Es un mocoso lleno de mocos- le dijo Julia subiendo los hombros.
-
Jajaja, ¿así defines a un niño?
que deliciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa tudo gemito
ResponderEliminarbrigoninha
.....CUANDO EL AMOR LLEGA Y HACE DE GAVILANES PALOMAS...PERO SIN DEJAR DE SER NUNCA BRAVAS...ESA ES JULIA...NO PIERDE NUNCA..NUNCA...LO QUE ES UNA DIOSA DE LOCURA...PERO SI DA PASO A ESE AMOR SOLO PARA HACERLA MEJOR..MUCHO MEJOR...
ResponderEliminarESCRITORA...TIENE TAL MAGNETISMO ESTA HISTORIA QUE TAL PARECE QUE ESTE HECHA PARA QUE EN CADA LETRA LA EXCITACION LLEGUE AL MÁS ALTO NIVEL....SIIII¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
GRACIAS........POR ¡¡TANTO¡¡¡