Como
cada mañana, Maca palpo la cama al no sentir peso ninguno sobre su
cuerpo. Se había dormido tardísimo pensando en cada detalle
necesario para la Comunión de sus hijos, a celebrar esa misma
mañana. Palpando a ojos cerrados no halló el cuerpo de su mujer
pero si halló un cuerpecito mas pequeño al que se acurruco. Ningún
pelo distraído acarició su rostro, por deducción debía ser Pedro.
-
Amor- lo nombró hundiéndose en su cuello al tiempo que se
preguntaba dónde estaría la sargento.
-
Uhm- se estiró el pequeñajo a lo salvajillo- Que nerviosillo estoy
Mama- dijo abrazándose a ella y ésta río contra su suave piel.
-
Es normal- le dijo inquietándose. Esther tenía servicio la tarde
anterior y eran las ocho de la mañana y no había regresado a casa.
-
¿Y Mami donde está? ¿Haciendo chocolate?
Donde
estaba su Mami, buena pregunta la de Pedro. No supo contestarla y no
queriendo ponerlo más nervioso lo dejó en la cama y salió con
cuidado de su habitación. En el salón dormían los padres de Esther
y no quería despertarlos. Costumbre en la Casa- Cuartel, la jueza se
dirigió al balcón. Si en él, la bandera de España estaba izada en
la barandilla significaría que su mujer estaba bien pero el trabajo
no le permitía llegar a casa. No hizo falta llegar hasta el balcón,
en el salón la bandera estaba encima de la mesa, como sus dos hijas
encima de su abuelo
-
Buenos días. Ya veo que todos madrugamos- les dijo sonriendo por la
estampa y temió, temió como a una vara verde, que según las
costumbres de su suegro, se levantará de la cama en sólo
calzoncillos cojoneros.
-
Jem jem jem- río como buen García su suegro mirándola de arriba
abajo en plena inspección ocular- Que buenos despertares se buscó
mi canija- la piropeo provocando la sonrisilla de sus nietas.
-
Jijiji
-
Más lista que el hambre la hice- prosiguió piropeando ante los
ánimos de sus nietas- Mi que cosa más bonita estás hecha, jamia.
-
Jijiji más abuelo, más- pedía Paula encantada al tiempo que Pedro
salía al salón y antes de lanzarse a por su abuelo, veía la
bandera dejada en la mesa. Oh, oh. Al canijo no le gusto nada verla
ahí por lo que significaba y como niño que es, comenzó a
inquietarse.
-
¿Y Mami?- preguntó a mitad de un puchero. Era el día de su
Comunión y su Mami no aparecía por el balcón.
-
Pedro- suspiró Maca el nombre de su canijo. De los tres era el más
disconforme con la arriesgada profesión de su madre.
-
Pedro no- aguantando las ganas de llorar al pobre niño se le quedaba
el nudillo en mitad de la garganta- Llama a Mami, llamala y dile que
venga.
-
Hey canijo- intervino el abuelo y oh Dios..hizo el intento de
levantarse a dios gracias, Paula encima suyo, lo contuvo- Sabes que
está trabajando, en cuanto pueda vendrá- trató de consolarlo y
mare de dios bendito sufriendo en la cruz a medio clavar. La carita
de Pedro era para ir a por la sargento y traerla volando.
-
Hacemos la comunión- se empecino el niño- Tiene que venir.
-
Cariño lo va hacer, ¿si?- reaccionó su madre y eso, que sintió un
pellizquito nervioso. Raro, muy raro era que a esas horas Esther no
hubiese llamado o mandado algún mensaje. No queriendo ponerse igual
de nerviosa que Pedro lo abrazo sonriendo y el niño algo se
tranquilizó. Es el toquecito de magia que contiene la sonrisa de una
Mama, te calma.
Salvado
el bache, el abuelo informó que la abuela estaba comprando el
desayuno y todos se fueron a la cocina a esperar unos ricos
churritos. Tanto Maca como su suegro, se esforzaron en que los tres
niños disfrutarán desde ya, de su primera comunión y lo mismo hizo
Encarna al llegar con el desayuno. Pero el tiempo pasaba y seguían
sin tener noticias de la sargento. No aguantándose más, Maca
aprovechó la cobertura de sus suegros para escaparse a casa de Cruz.
La mujer del Teniente seguro estaba al tanto de lo que estuviese
ocurriendo. Fue abrirle la puerta Cruz y Maca bajo los hombros
desanimándose.
-
Lo siento, Maca. Pero sabes que Esther hará lo posible para llegar a
tiempo- le dijo Cruz al ver como la jueza la había entendido con
sólo una mirada.
-
Joder- taconeo el suelo Maca. Podía entretener a sus hijos durante
el desayuno pero no, mucho más- ¿Por que siempre le tiene que pasar
a ella?- preguntó enrabiotándose.
-
Perdona- se ofendió Cruz- ¿te recuerdo con quien estoy casada?-
rebatió la médico forense, en el típico pique de vecinas de
casa-cuartel.
-
Lo siento...Joder- no salía de la rabia y es normal. Si tienes
trillizos tienes una comunión triple, no tres comuniones. Si la
sargento se perdía ésta no habría otra- ¿Sabes que ha pasado?-
preguntó y Cruz se lo resumiria.
Ninguna
podía saber que el día anterior, aún de servicio la sargento junto
con Chicli, recorrían las calles del pueblo apurando el servicio.
Después de estas toda la tarde trabajando, la sargento conducía
tranquila mientras Chicli se comía el tercer donut. No es un coche
patrulla, si uno de los policías no come donuts.
-
Nos queda media hora, Chicli. ¿Le damos una vuelta a las putis?-
propuso dirigiéndose a la zona donde se ponían las prostitutas.
Generalmente abandonadas a su suerte, no venía mal una ronda
policial. Las putis siempre cuentan con información en primera mano,
que se agradece con cierta seguridad. Chicli concentrado en no
mancharse con el café y donuts sólo murmuro un sí entre dientes y
para allá se marcharon. Calles muy tranquilas a esas horas apenas
tráfico y un conocido delincuente, que l identificar el coche
camuflado de la sargento, le faltaron patillas para correr buscando
huir de la sargento- Cagó en la tostada que pides de aceite y
después le echas mermelada y sabe asquerosa- maldijo a su estilo
iniciando la persecución.
-
Joputa...mire como corre- se despidió Chicli de su donut. Tocaba
ponerse recto y sujetarse. Pero nada, en dos maniobras la sargento
acorralaba al "huido" entre el coche y una pared.
-
¿Que te tengo dicho Cani?- preguntó al "huido" bajandose
del coche en modo poli dura total.
-
Sargento- trago saliva Cani arrinconándose sólo contra la pared-
¿Que...que me detenga si la veo?
-
Jum...¿y que has hecho?- prosiguió con las preguntas y la cara de
acojone total del muchacho más los ojos morados de unos buenos
puñetazos que llevaba el chaval, le hicieron cargarse en toda su
estampa. La noche se complicaba. Y es que ya lo dijo el Duque de
Ahumada (1) de cañitas con el General Millán Astray (2), el guardia civil
sabe a que hora empieza su turno, no cuando lo terminará.
-
Sargento...sargento me he metido en un lío...en un lío muy gordo-
confesó el chaval pidiendo auxilio con su mirada.
-
No me jodas, Cani. No me jodas, mis canijos hacen mañana la
comunión.
Y
Chicli silbo. La cara del muchacho, los mundos por donde ese muchacho
andaba, los cagó en de la sargento, la comunión, el chaval negando
con la cabeza. La suma estaba clara. El típico marrón de última
hora, que te jode la noche libre y puede que hasta el día siguiente.
Y
al día siguiente, la jueza desanimada ante la información obtenida
por Cruz, se sentaba en completo silencio a intentar tomarse un café
con leche.
Espabilado
como pocos, Pedro estuvo pendiente de ella y al final, acabo
explotando.
-
No viene, ¿verdad? Hacemos la comunión y ella no viene- acusó
dolido. Más con la profesión de su Mami que con su Mami. Patricia
miró a uno y a otro, y Paula sólo se escurrió en su silla,
temiendo que su hermano tuviese razón.
-
Es su trabajo- intervino Patricia no aguantando la carita de pena de
su Mama y no, no ayudó.
-
Esa es la guardia civil que tu tanto quieres, la que me quita a mi
Mami el día de mi Comunión. Como nos la quito en noche buena. Pues
quedatela para ti- llorando habló entre pucheros y se marchó
corriendo a su habitación. Paula se escurrió aún más en la silla,
y Patricia alzó las cejas intentando hilar.
-
¿Que Mami no viene?- la mas lentilla se agarró el corazoncillo. Su
hermano llorando, su madre con la carita desencajada y su Mami que
decían, no la iba a ver tomar la comunión, era para llorar como si
no hubiese un mañana- Hermano- grito rompiendo a llorar- Hermano no
llores- corrió llorando ella a consolar a su hermano. Que ellos son
los GarWi y no se pueden querer más.
La
jueza ni se inmuto, tan solo aparto el café con leche, mientras sus
suegros no sabían a quien mirar, y si, los GarWi son tres y
trillizos, Paula como sus hermanos, también sufría.
-
Voy a estar fea de mocos en mi comunión y sin Mami,
hermanos..snif...hermanos.
Como
no, abandono la cocina a los llantos en busca de sus hermanos y la
jueza ante la mirada de sus suegros, no pudo mas que decir:
-
Ya está, la anulamos y que la hagan otro día.
¿Y nos dejaras así de tristes y llorones hasta la semana que viene? Pues me voy con los GarWi a llorar, que somos una piña.
ResponderEliminar¡¡¡En esas "cañitas"creo que hay algo raro!!!
ResponderEliminarGemo y la sargento donde está que llege atienpo y bien
ResponderEliminar¡¡ Me los como a los tres mellizossssssss¡¡..Son lo mas de la familia...jajaja
ResponderEliminarY esa sargento por ahi trabajando y la jueza echa trizas con el marron que tiene encima...Macarena...a ti deberian condecorarte por tener una mujer asi...Encantadora y de ley..pero una chapuzas para otras cosas..jajajaja..
Es que lo voy leyendo y me parto de risa Gemo mia..jajajaja
Me encanta esta familia.....Divina-Wilson
.....ESCRITORA...TÚ HAZLO COMO QUIERAS PERO A ESOS NIÑOS..A ESOS CANIJILLOS SONRIENTES NO LOS DEJAS TÚ SIN SU COMUNION..NO¡¡¡..Y LA SARGENTO QUE ESTE EN LA MAYOR DE SUS MISIONES¡¡¡ PERO A TIEMPO QUE LLEGUE..EHH??...
ResponderEliminarJEJJEJE ES INCREIBLE COMO CONSIGUES ESTAS PETICIONES DE TUS LECTORAS..JEJEJE..
GRACIAS......