Mi cincuenta cláusulas 80

El día, nuevamente para ambas corrió vertiginoso y Julia abandonó la clínica sin que Victoria hubiese accedido a verla. Dado el reportaje que estaba cubriendo Minerva optaron por dormir en su casa, donde Min podía continuar trabajando.

En casa y con Julia moviéndose en ella con total familiaridad. Otro pellizco de felicidad que contó con el pizquito de placer, que suponía ver a Julia pasearse por su salón con sólo una toalla- No tienes nada que me valga- fue la explicación de Julia ante la mirada de Minerva sobre ella- Siento no disponer de una Elisa en casa- fue la respuesta divertida de Minerva. Ella no contaba con una Elisa pero Julia si lo hacía, el timbre sonando y la mirada de autosuficiencia, ciertamente creída de Julia, hicieron exclamar a Minerva- ¡No me lo puedo creer!, ¿has pedido ropa?- ni que decir, la magnate se carcajeo abriendo la puerta a una de sus chicas.

¿Una toalla cubriendo su espectacular cuerpo o uno de sus pijamas? El cambio a ojos de Minerva no estuvo nada mal. Verla en toalla era excitante, hacerlo en pijama y verla además, sentada en postura india en su sofá, era excitante y altamente familiar.

Que sentada en esa postura manejará a través de iPad su pantalla de televisión no le extrañó en absoluto, pronto a través de ella comenzaron a divisarse índices bursátiles, mientras ella recibía la cena japonesa encargada.

Feliz como llevaba días sintiéndose, la dejó ponerse al día consciente que en breve la magnate retomaría su trabajo y se dedicó a preparar la cena para degustarla en el sofá.

- Me apetece sofá, mejor cenamos aquí- le informó y negó con la cabeza, la magnate respondía autómata.

Dispuesto todo, se dejó caer en el sofá cerrando los ojos. Estaba exhausta y aún quedaban tres días por cubrir en la pasarela de Madrid. Al instante, la mano de Julia se posó en su desnudo muslo. Mano que tomó con la suya para llevarla a sus labios y besarla. Nada, la magnate parecía cegada por una pantalla de números indescifrables para ella. Sonriendo por el próximo paso a dar, bajo la mano de Julia por su cuello y escote. La respuesta fue la misma, la magnate continuaba pérdida en la pantalla de bailantes números.  Tocaba atravesar murallas de algodón y dejar la mano de Julia posada en su caliente vientre. Ahora si, hubo resultado. La magnate entrecerró los ojos y movió en pequeñas caricias los dedos sobre su vientre.

- Uhm....por lo menos tú mano me hace caso. ¿Quien quedaba en la Clínica cuando regresaste?- preguntó conociendo de sobra la respuesta y la mano de Julia cobró vida, ascendiendo hasta sus labios.

- Me es imposible no hacerte caso, Minerva- contestó al lamento de Min delineando sus labios- Estaban Hugo y Marga- comentó dejándose atrapar por las piernas de Minerva, subida a su pequeño cuerpo, sonrió como lo hacia Minerva mirándola.

- ¿Que sabemos de Hugo?- condujo la conversación hacia donde quería Min, deleitándose con el peso del cuerpo de Julia sobre ella. Su casa, su sofá y Julia. El trío perfecto para una noche de cansancio acumulado. Julia sonrió aún más guareciéndose en su cuello- Di, es muy importante. ¿Sale con alguien? ¿Es un latín-lover?- con humor comenzó a lanzar preguntas con la mente puesta en Marga. Pero el cuerpo tensándose de Julia y su largo suspiro la hicieron dejar se preguntar y explicar sus interés en Hugo-  Oh vamos...a Marga le gustó muchísimo, por eso te pregunto- dijo sintiendo como los brazos de Julia se colaban entre el sofá y ella, encerrándola entre ellos- Es usted una celosa de libro- se rió al sentir la sonrisa, seguro orgullosa, de Julia sobre su hombro- ¿Te digo un fetiche?- preguntó y volvió a carcajear, Julia abandonaba su escondite para escucharla atentisima- Debí empezar por ahí- vuelta a las risas, Julia afirmaba con la cabeza repetidamente- Me encanta que tu pelo huela a mi champú, eres como más mía.

- Señorita Minerva- dijo Julia rodando los ojos- es usted muy posesiva.

- Tendremos que pedirle cita a John, usted celosa y yo posesiva, estamos formando un cóctel molotov- bromeó arqueando su cuerpo, Julia comenzaba a no conformarse con un abrazo y ante las primeras caricias, su princesa interior estiraba su cuerpo ofreciéndose. Pero no, Minerva quería hablar y detuvo pese al enfado de su princesa, las manos de Julia en sus cachetes- Hablando de John, a Manu le gusta, aunque de momento no lo va a aceptar- continuó y las manos de Julia se detuvieron- ¿No te parece que seria genial?

- Uhm- murmuró Julia acomodándose de lado a Minerva- John

- ¿Tampoco sabes nada de John?- le preguntó Minerva sin poder creérselo. Julia bajo la mirada, segundos o quizás menos, pero fue el tiempo suficiente para alertar a Minerva. Recordando el pasado de Julia, Minerva no paralizo sus ganas de saber- Contestame- exigió al tiempo que su princesa interior amenazaba con arañarla. Nada de hacer sufrir a Julia, nada de hacerla bajar la mirada.

- Se lo que libremente me comentan, yo no les pregunto- contestó obligada desviando la mirada hacia la televisión.

- No involucrándote, no sufres. Sencillo y eficaz- dijo Minerva a pesar de las amenazas de su princesa. Julia apretó las mandíbulas e incluso intentó incorporarse- Es eso lo que haces y es lo que hiciste conmigo. No involucrarte.

- Basta Minerva- pidió en un hilo de voz, tratando de zafarse del abrazo de Min.

- Por eso tan impersonal...de ahí tus idas y venidas- prosiguió Minerva luchando contra el cuerpo de Julia mucho más fuerte que ella- Julia- término por subirse encima- sólo estoy tratando de entenderte- hizo una pausa tratando de gastar las energías en dejar sujeta a Julia bajo ella- No todo el mundo es tu padre- sentenció llegando a donde quería y podía sentir los jirones que en su corazón hacia su princesa interior. Julia dejó de buscar una salida a su encierro no queriendo dañar a Minerva- Yo no voy a abandonarte- prosiguió sufriendo como lo hacía la propia Julia.

- No había una sola noche que no vienes a mi habitación, fuese la hora que fuese, a darme un beso de buenas noches- hablo Julia tras unos instantes de doloroso silencio- Cuando se le hacía tarde y yo prácticamente tenía que levantarme para ir al Colegio me decía; Por muchos obstáculos que tenga que atravesar siempre vendré a dártelo...Hasta que un buen día, no apareció, ni al otro, ni al siguiente, ni nunca más. Como ves, el también decía que no me abandonaría hasta que lo hizo- concluyó mirando a la nada pero en una tierna caricia Min provocó que la volviese a mirar- John no es la mejor opción, pobre trabajo hizo conmigo que sigo anclada a un bastardo que se hacía llamar padre- dijo con verdadero asco y Min cerró los ojos palpando el dolor- Tú y mi madre sois la excepción y haciendo una comparativa con las finanzas, eres el producto tóxico que se compra arriesgandolo todo, porque la ganancia puede ser máxima.

- Un producto- rodó los ojos llenos de lágrimas, Minerva, buscando un punto divertido- y tóxico además.

- Jajaja, mi producto- prosiguió la broma Julia incorporándose. Abrazándola de nuevo, no escondió el hondo suspiro.

Totalmente abrazadas, guardaron silencio. Julia abrazando el cuerpo que ya consideraba su hogar y Minerva pensando, que quizás era el momento ideal para entregarle el anillo de compromiso.

- Supongo que lo más práctico y sencillo, era decirte que te quiero- hablo Julia sacándola de sus pensamientos.

- Si...pero no seria Arango. Producto tóxico es mucho mejor jajaja, donde va a parar.

- Oh...señorita Minerva, no deje que su princesa interior tome el mando, recuerde que es mi mayor fan- bromeó Julia enredando sus ojos con los de Minerva.

Y broma o no, Minerva se mordió los labios a propósito. Su princesa interior, ya sabía como y cuando, entregar el anillo de compromiso a Julia.