jueves, 13 de febrero de 2014

Marcada/Los GarWi y su 1ª Comunión 8


Tan a gustito como sólo duerme en el sofá de casa reventaito de saltarlo. Así se encontraban los dos GarWi y su Mami la sargento ,cuando la jueza y su trapecista suicida llegaron a casa.

No le hizo falta verlos dormidos a la jueza, para sentenciar que dormían. Primera prueba o pieza de convicción, la casa estaba en completo silencio. Segunda, no olía a nada extraño, tipo plastilina, sprays, acetona, alcohol de quemar, alcohol de curar, amoníaco ni nada por el estilo. Tercera, la cocina estaba impoluta. Cuarta, del baño no salía espuma abundante ni agua mezclada con la primera. Ergo...estaban dormiditos.


- Dios- exclamó disfrutando del silencio y pudo hacerlo sólo un segundo.

- Jijiji...que ya estoy aquí, hermanos.

El que tardó Paula en correr hacia el salón gritando, que tener nueve años y un dedo escayolado, es guay.

- Ayyy- fue el triple suspiro que escucho la jueza haciéndola sonreír. Podía imaginarse perfectamente la carilla de los tres intentando despertar.

- Jijiji despertar ya.

Y la de Paula subiéndose encima de la sargento. Quien seguro estaría fingiendo no escucharla.

- Mamiiiii....despiértate. Sino te despiertas, hago el salto de la lámpara.

La amenaza de Paula muy  capaz de cumplirla y los ojillos de la sargento abriéndose de golpe para después coger a su loca trapecista y tirarla sobre sus dos hermanos.

- ¿Quien es la más fuerte?

Olvidándose del dedo roto de la amenazante loca y suicida trapecista. ¿Taconear o Copita de vino?

- La sargento canijilla

El gritito entre risas  de sus hijos, seguro aplastados por la canijilla de su mujer, le dieron la respuesta, vinito.

- ¿Y Mamá?- escucho a Pedro preguntar por ella y alzó las cejas colándose sigilosa en la cocina. Unos pasos, abriría la nevera, sacaría su vinito...

- ¿Mamá?

Sólo le faltaba la copa, echaría el deseado líquido y su paladar podría degustarlo. No había de otra, que contestar al siguiente:

- ¿Mama?

- No estoy...no he llegado aún.

- Jijiji ¿y por que te oímos?

Agh...el delicioso vinito tinto embriagaba su paladar haciéndola cerrar los ojos.

- Es el eco desde el Juzgado.

¿Que dura el éxtasis? ¿Puede acaso medirse? Sola en la cocina, luces apagadas, sin manos que la toquetean llamando su atención. Nada...sólo ella y su copa de vino. Hay placeres que no se miden porque llorarías al descubrir lo poco que duran.

- Mamá, déjalo. Ya te lo sirvo yo.

La entrada de Patricia con el jean a medio caer, los pelos como si se hubiese peleado con dos o tres y su sonrisilla más García, le hacía dejar la copa y ni molestarse en pedirle subirse los jeans.

- Jiji Mama, ven conmigo.

Pedro era el siguiente en llegar a la cocina y en una chula reverencia le ofrecía su mano.

Nuevas dudas asaltaron a la Jueza. ¿Hacerles caso o taconear nerviosa?

La sonrisa más García de Pedro unido a su altísimo cansancio le hicieron aceptar la mano de su hijo y que la llevase donde fuese, con Patri y la carísima botella de su padre detrás.

Apenas unos pasos por la casa y otra sonrisa García, terminaba por hacerla olvidar sus temores y dejarse llevar. Era la de Paula abriendo la puerta del baño entre risillas.

- Jijiji...su baño está listo.

Era todo tan sumamente tierno y tranquilo que pese a confiar en ellos, el vello se le erizaba en prevengan. Y se le erizaba aún más, porque la dueña de la patente sonrisa conejilla más ladeo de cabeza no estaba. ¿Estaría en la bañera? El sólo pensamiento la hizo sonreír. Eso si sería una genial forma de relajarse. Con ilusiones renovadas entró al baño. La bañera llenada como le gustaba, Paula removiendo el agua buscando provocar más espuma, Patricia a lo sumiller con el vino y Pedro encendiendole la cadena de música. Placeres de la vida que le hicieron suspirar.

- Aysh...estoy que no se si llorar o reír- les dijo desnudándose. Si algo ocurriera u ocurriese que fuera por favor después de su baño, no pedía más la pobre.

- Jijij

Su comentario hizo reír a sus hijos que prestos a enamorar a Mamá y que se olvide de sus despistes rápido, cumplieron con excelencia los pedidos de la sargento. Pero, ¿donde estaba ésta? Era la pregunta que rondaba en la cabeza de la jueza, ya colándose en la calentita agua con espuma rica.

- ¿Y Mami?

- Jijiji

Las risillas nerviosas de sus hijos la hizo reír. Que si, que daban miedillo porque por lo general cuando querían arreglar algo terminaban por estropearlo aún más, pero se veían tan guapos intentando complacerla que todo quedaba en nada y la nada..eh..la nada pues...¿que es la nada? La nada es...mejor lo dejo y regreso a los hechos. ¿Donde estaba la sargento? La sargento estaba en el veinticuatro horas de la esquina, apretándose el culillo en modo entusiasta. Eureka, grito su interior mirando el paquetillo de pasta.

- Jem jem jem....esto si que es romantiquillo- murmuró alucinando. Pastas gallo con forma de corazones, era lo más, para una cena romántica- Jolines, esto tiene que gustarle, ¿que no?
 
 
 

3 comentarios:

  1. MAS E QUE SARGENTO LHE UMA QUE SÓ SARGENTO SABE DAR, DE DEIXAR A JUIZA NAS NUVENS COMO NOS VELHOS TEMPOS

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  2. amo a ésta familia!!!!!!!!!! todos y cada uno de ellos/as
    que grandeza
    ARTISSTAZAAAAAAAAAA gracias

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