No
se podía aguantar, no era posible. Ella Patricia García Wilson, la
GarWi que llevaba marcado en la sangre el honroso destino de
continuar la estirpe de los García Guardias Civiles, ella que sólo
seguía los pasos del excelentísimo creador de la Guardia Civil, el
Duque de Ahumada, ella que quería llevar tan glorioso uniforme el
día de su comunión, se veía en esos momentos sentada en el
taburete de los GarWi del baño siendo peinada por su señora madre
jueza de instrucción, mirando un book de vestiditos de princesita
que le hacían llorar de pena.
-
A ver cariño, si sólo quiero que te lo pienses por última vez.
Mira que bonitos son- insistía Macarena en que la niña mirase los
vestidos con ilusión. A dos días de la comunión apuraba el tiempo
queriendo que su hija no llamase más la atención, de lo que la
llamaría cuando de seguro se olvidaría de las palabras que tendría
que decir en el santo altar.
-
Ayyy- suspiraba con amarga pena la cría. Menuda mariconada de
vestidos tenía que mirar. Blancos y pomposos, a cuál de ellos más
de princesita. Ella nacida para luchar contra el crimen, vestida de
princesa, ver para creer- Snif...¿donde llevan la pistola?- preguntó
porque como GarWi que es, sería capaz de vestirse así sólo porque
su madre la mirase orgullosa. Pero los pucherillos que estaba
haciendo con pena, penita pena, ablandaron a su Mama.
-
Ya está, quieres ir de uniforme así irás- le dijo besandole su
rubia cabellera y se recreó viéndola peinada, algo que sólo
ocurría en instantes convertidos en meras anécdotas.
-
Snif...Mama, ¿que te quiero yo?- aún apenada agarraba la manita de
su Mama y esta se la comía a besos sin compasión ninguna- Así lo
quiso un día treinta y uno de marzo de mil ochocientos cuarenta y
cuatro, su majestad la reina Isabel II cuando creo el honorífico
cuerpo de la guardia civil. ¡Viva!- así, sin asfixiarse ni nada.
-
Ya te podrías saberte igual la tarea del Colegio- renegaba la madre,
que para eso es madre. Pasa que la niña le regalaba su sonrisa más
canija y naita podía hacer Macarena más que besarla y pedir al
siguiente.
Porque
en esta familia, las cadenas humanas funcionan para todo. Re-conteta
salió del baño Patricia enfundaita en su pijama "guay"
bañaita y recién peinada. Y el peinado le duró, lo que tardó en
recorrer los escasos metros entre el baño y la cocina, donde los
tres merluzos saltaban a ritmo del Barrio sonando a tope. La mezcla
perfecta de flamenquito bueno con rock and roll, la música preferida
de su madre la sargento. Esa penilla mujer que intenta amarrarse a la
juventud haciendo como que guitarrea.
Fue
ver a su hija y a la desgastada de la sargento le dolieron las
entrañas. No hay olor más rico que el de tu canija recién bañaita
y a por ella que se lanzó directa a subirla a la mesa y a
escudriñarla como si fuese un monillo.
-
¿Orejillas?- le preguntaba inspeccionando el asunto.
-
Limpias jijiji- se partía la canija que la sargento buscaba sus
orejillas y sus cosquillas.
-
¿Dientecillos?- volvía a preguntar pero a esas alturas caía sin
remedio en la tentación de morder las carnecillas de su canija. Esa
que entre risas se retorcía en la mesa, sintiendo como su culillo
era mordisqueado.
-
Limpios jijiji Mami...- suplicaba compasión pero entonces y antes de
que Pedro se marchase al baño, saltaba otra canción que a los
cuatro les alzaba las orejillas.
-
Mami- saltaba Paula sobre ella- Es nuestra canción- avisaba y casi
no hacía falta, los primeros acordes sonando y los cuatro se
preparaban para cantar y que las siete plagas arrasaran con la
tierra.
-
Soy tu príncipe azul traigo zapatos de todas las tallas por si te
pruebo y te quedara alguno chico, te pongo uno más grande y fijo q
no falla. De puntillas nos iremos a algún garito de nunca jamás, y
le diremos a Campanilla que al vino vino y al Peter y al Peter Pan-
desfasaban en la cocina y en casa de sus vecinos Los Vilches no se
extrañaban y lo único que alteraban era que recogieran la ropa
tendida porque de ésta fijó que llovía pero a lo grande- Y te
amaré toda la noche, entre sabanas impolutas, seré Pluto de tu
cuerpo, pero no un hijo de pluta. Y nos haremos un amuleto, contra el
odio y su ira, le diremos a Gepeto que fabrique una mentira Para
distraer al tiempo, para sofocar mis roces, para que haga algún
ungüento y por si acaso dan las 12- prosiguieron vociferando
cargándose la canción y lo hicieron tanto, que Maca salió del baño
dispuesta a pedirles un poco de por favor y/o tiempo para construir
una nueva Arca de Noé, pero ay el amor que bonito es, llegó a la
cocina en el momento cúspide de la canción, allá donde la letra
estaba escrita casi, casi para ella- No tuvo el mar ninguna sirena
tan guapa y tan dulce como mi flaca. Amor, espérame en el puerto que
soy tu marinero sin espinacas. Amor, me han dicho que tu cariño nace
del duermevela que suelen tener los niños. Amor, vuelve conmigo vida
mía, y pediremos a la noche que batalle con los días...- los cuatro
desgallitándose mirándola con la cabecita ladeada y la baba de ella
que cuentan, provocó el crecimiento del Río más seco que hasta en
ese momento había en España.
-
Jajajaja, baja eso pero ya- pidió a la sargento apagar la música o
al menos bajarla, que el escándalo era desproporcionado por las
horas que eran y que oye, ser siempre el centro de los cotilleos del
Cuartel no te tiene porque gustar. Pasa que si a la sargento le
prohíbes algo ella sigue y hasta te hace partícipe, más si sus
tres canijos espadachines, disfrutan como locos viéndola coger a su
mama y cantarle eso de:
-
Nunca presumo de ser gato, yo siempre quise ser ratóoooooooon-
pedazo gallo soltaba y oh, olvido que estaba en pleno partido mimos
si, mimos no, con la jueza a la que abrazaba y procedía a comer la
boca ante los vítores de sus hijos.
-
Jem jem jem...- reía sobrada contra su boca, que ésta mujer es de
olvidar afrentas rápido. Tan rápido como lo que tarda en besar los
labios de su afrentadora. Si esta palabra existe, ya me lo direís,
yo debo seguir, porque al beso la jueza correspondía con una sonrisa
un tanto, que carajo un tanto calentorrilla.
-
Como que me vas perdonando, ¿Uhm?- ronroneo Maca y la risilla de sus
tres canijos, le recordó que aún quedaban dos por bañar- Te tengo
sargento.
El
resultado a la hora del baño de Pedro era; Sargento 2- Jueza 3.
alaaaaaaaaaaaaaaaaaa ME COMO A TODA LA FAMILIA
ResponderEliminarsin palabras POR TANTO
GRACIAS ARTISSTAZAAAAAAAAAAAAAA