Mi cincuenta cláusulas 73

En apenas minutos, tras la llamada de Minerva a emergencias, la paz de la noche se rompió por completo. Victoria fue trasladada a una prestigiosa clínica. Julia subió con ella a la ambulancia y Min los siguió en su propio coche, pese a la insistencia de Julia, para que se marchase a casa.

- Esto es ser pareja, a las buenas y a las Victorias- fue una de sus quejas en el solitario trayecto a la clínica.

Julia no se separó de Victoria en ningún momento y a ella, la acoplaron en una lujosa sala de espera, donde no hizo más que desesperarse. Cansada de la falta de noticias en un largo tiempo, llamó a su madre, no queriendo aguarles la noche a sus amigas. En confianza con ella, Minerva puso al tanto de todo lo sucedido a su madre y al relatárselo, los celos volvieron a golpearle.

- No se...Julia estuvo todo el tiempo como ausente y sin dejarla- prosiguió hablando con su madre regañándose por los celos que esos detalles le suponían. Como era de esperar, su princesa interior se afilaba las uñas, no había pasado todo lo pasado, para volver al punto de partida y compartir vestidor con Victoria. A su princesa interior, Victoria no le daba ninguna pena.

- Cariño, es lo más lógico. Julia puede ser una vanidosa...que lo es...puede que demasiado posesiva...que lo es...y tener ciertas rarezas...

- Que las tiene...Mamá Joder- se desesperaba Minerva. Lo que menos necesitaba era críticas a Julia.

- Minerva hablame bien. Lo que te pasa es que estas nerviosa y temes que esa víbora...déjame decirte que lo es...de alguna manera la chantajee emocionalmente. Mejor pensemos en otra cosa. Tú boda.

- Mamá mira que momento y tú con la boda....aunque ahora que lo dices...Julia no tiene anillo de compromiso.

- ¿Que?- gritó Adela al borde del histerismo. Tanto que Min tuvo que apartar el móvil de su oreja- ¿Tú en que mundo vives cariño? ¿No sabes quien es Julia Arango? ¿No sabes cuantas mujeres andan tras ella? El anillo de compromiso es tu hierro en su dedo, tú marca, tú reserva, tú posesión, tú

- Vale..vale...creo que lo he entendido, Mamá...pero...co...¿como que hay muchas mujeres tras ella?- preguntó anclándose a los celos.

- Por favor Minerva, la gente sabe, la gente se entera de lo que le conviene. Mujer millonaria, lesbiana, super atractiva...Julia Arango es un cheque de muchos ceros al portador y una marca de cifras astronómicas....la misma Clínica donde estas...imagina a esas enfermeras, con un pobre sueldo y..y...¿Minerva?

- Necesito un préstamo. Puedo encargar el anillo ahora mismo, si me cedés algo de dinero.

- Jaja, si que lo has entendido. Pero a ver cariño, ¿de cuanto dinero estamos hablando?

- Pues..verás- se mordió una uña Minerva inquieta. El anillo de Julia llevaba muchos meses elegido. Su princesa interior, es muy precavida- Eh...ella me ha regalado un anillo valorado en casi ocho  millone

- ¿Que?- gritó Adela aún más fuerte que la primera vez. La cifra era mareante y necesito pedir una tila, para empezar a creérselo- ¿Esta asegurado?

- ¿Tú crees que le iba a preguntar tal cosa?

- Quiero verlo, Minerva enseñáselo a tu madre, que soy yo.

- Jajajaja, en cuanto pueda. Se que es acojonante pero trata de sobreponerte.

- Minerva que me hables bien, que no cuesta lo que ese anillo, sin duda.

- Jajaja dios...necesitaba reírme. El anillo de Julia, lo elegí hace tiempo, es ideal para ella. Es un diamante corte Ashoka, de cuatro quilates con dos diamantes azules a los lados de dos quilates cada uno, montados en una "sencilla" banda de platino.

- Ujum...muy bonito...¿precio?

- Pues- abrió los ojos Minerva sin poder dejar de morderse cualquier uña, ahora venía lo peor- Mamá, piensa en el regalo que me ha hecho a mi...¿si?

- ¿Cuanto Minerva?- preguntó Adela y no se dispuso un sobre de tila, se dispuso dos, dado que lo iba a necesitar. Conocía de sobra la vocecilla de su hija, cuando estaba a punto de pedir algo carísimo.

- Necesitaría- hizo una pausa Minerva, tomando impulso para decir rápido- cerca del millón y medio de euros- tal cual lo dijo espero el grito histérico de su madre, pero no llegó. Su madre prefería beberse la doble tila rápido y pedir al servicio otra- Se que es mucho dinero, pero podemos ver como os lo devuelvo- se interrumpió mirando inquieta para todos sitios, el silencio de su madre era para morirse de nervios. Menos mal, que su princesa interior estaba ocupada afilándose las garras.

- Me parece correcto e incluso apropiado- dijo tras unos segundos Adela, sorprendiendo a Minerva.

- ¿Que?- ahora fue Min la que alzó la voz, no creyéndoselo.

- La unión de Julia con tu padre le va a reportar un buen dinero...últimamente es un rácano y déjame decirte..que carajo...es la boda de mi niña y la suya claro...que pague...de esto cariño...me ocupo yo.

Los te quieros emocionados llegaron al instante entre ambas y fue Adela, la que insistió a Minerva en dejar el teléfono y buscar a Julia.

- La buscas donde sea cariño, el mundo está lleno de lobas, más cuando tú pareja es Julia Arango.

La animo Adela, sin saber que también animaba a los celos de su princesa interior.

Princesa que con las garras afiladas, comenzó a ver los uniformes de las enfermeras demasiado sugerentes y a ellas, demasiado altas y bellas.

- Esto parece su edificio, con todas las mujeres Arango...Dios no...Minerva no puedes montarle escenitas de celos, no puedes...no es ético.

Nuevamente regañándose tropezó con Julia en el pasillo, quien en silencio la tomo de la cintura llevándola a una pequeña sala de estar que comunicaba con la que supuso, sería la habitación de Victoria.

Observándola de reojo, ignoro a su princesa interior. Julia se mostraba muy alicaída y sus mandíbulas apretadas, demostraban la tensión de la noche.

En la soledad de la sala, Min hizo lo que ambas necesitaban a la par. Se abrazó a la magnate y cuando sintió el leve temblor de Julia, su princesa interior mostró las garras queriendo arañar a quien fuese, que hacia llorar a Julia Arango.

- Julia