lunes, 13 de enero de 2014

Mi cincuenta cláusulas 70


La atracción del poder. Así podría titular su mañana, Julia Arango con Guillermo de Urrutias. El mismo hombre que había entrado a su despacho, tiempo atrás, protegiendo a su hija, esa mañana se la pasó presentándola a sus allegados a pecho hinchado de orgullo.


Julia imagino bien, la mano de Minerva e incluso de su madre Adela, en el cambio de Guillermo y su actitud respecto de ella.

Con el negocio cerrado, acepto tomar una copa de vino en su casa a modo de disculpas por la última cena compartida. Con Minerva en la pasarela y esquivando volver a la vorágine de su sociedad, la acepto y lo hizo a su forma. En el coche conducido por Lola, inicio su bola interactiva, pidiendo dos lujosos detalles con los que presentarse en casa de los padres de Minerva.

A su lado Guillermo, curioseaba a hurtadillas, el sofisticado compartimento trasero del vehículo. Iba a comentarle la falta de bebidas alcohólicas en la nevera, cuando su teléfono sonando, le traía a Minerva.

- Minerva- contestó la llamada llenándose la boca con el nombre de Min, mientras Guillermo se erguía en el asiento.

- Tengo a mis tres amigas eligiendo el vestido de damas de honor, a nombre de Julia Arango. Dime que es un error- escucho a Minerva claramente molesta y la sonrisa estúpida se instaló en su cara para no quitarse en toda la conversación.

- Es sólo un detalle para con ellas- expuso entrecerrando sus grises ojos. Un segundo y Minerva protestaría.

- ¿Sólo un detalle? Estos vestidos valen miles de euros, Julia.

- Una boda vale muchos miles de euros, sólo debes dejar de pensar en euros y si, en que todo salga como queramos.

- A ver...que ni siquiera te he perdonado...mucho menos hablado y tú...tú- titubeaba Minerva, provocándole las ganas de jugar.

- ¿Y yo, señorita Minerva?- con las ganas despiertas, modulo su voz, cautivando a Minerva.

- No hagas eso, Julia- pidió Minerva. A Julia le seguían bastando dos susurros, para que su princesa interior, ronroneara como gatita en celo.

- ¿El que Minerva?- volvió hacerlo Julia, y el rostro de Minerva comenzó a sonrojarse. Cuanto ansiaba su princesa interior a la domina que es Julia.

- ¿La boda?- interrumpió Guillermo herido en su orgullo. Era su hija la que se casaba, era él quien correría con los gastos del evento- Perdona Julia, pero la boda de mi hija la pago yo- sentenció a voz segura, importándole muy poco la interrupción.

- ¿Aún con mi padre?- preguntó Minerva sorprendida. Ni en su mejor apuesta, hubiese dicho que ambos durasen tanto tiempo juntos.

- Si...cuando puedas le explicas que tus sueños son cosa mía- por primera vez, el ceño de Julia se fruncía, esperando que Minerva le diese la razón.

- Julia.

- Que me diga lo que quiera Minerva- alzó la voz Guillermo tratando de ser escuchado por su hija- No pienso pasar por ahí...es mi hija, es su boda...es mi gasto.

- Contad conmigo- improvisó Julia dejando a padre e hija callados sin entenderla. Mentalmente contó hasta treinta, imaginando a Minerva mordiéndose las uñas nerviosa y ojeando a Guillermo intranquilo- Ya...ese es el tiempo que necesito para costear esta boda.

- ¿Esta?- se indigno Minerva.

- ¿No se supone habías cambiado?- por igual, se indigno su padre.

- Jajaja- río encantada con sus reacciones Julia- Tengo cerca de cuarenta años, hay actitudes imposibles de cambiar.

- Pues será a medias, y el vestido de mi hija, es cosa mía.

- Entiendo que a Adela también le hara especial ilusión el vestido de Minerva, acepto ese punto.

- Dije que lo demás a medias, Julia.

- Soy terca como una mula, necesitaras algo mas para convencerme.

Increíble, estar hablando como si nada de su propia boda. Minerva escuchándolos se mordió los labios, totalmente emocionada. Aquel día, en aquella cena, su princesa interior huyo a esconderse en el fondo del armario a llorar a Julia y ahora, fuera de ese armario reía a plena carcajada bailando con el super anillo de Julia guardado en sus manos.

La conversación duró poco mas, Minerva recordó a Julia la hora aproximada de cierre y se volcó de nuevo en su trabajo, mientras Guillermo y Julia llegaban a la casa de Los Urrutia, donde una furgoneta de reparto esperaba a Julia Arango.

Guillermo contemplo asombrado, como Julia firmaba la entrega de un hermoso ramo de rosas rojas y una botella de vino, que si bien, no sabía su marca, la forma de la cubitera y el mimo con el que él repartidor y Julia lo trataban, le daba a entender que ese vino, bien podría valer miles de euros.

- Gracias por la rapidez, el vino está a la temperatura perfecta- despidió Julia al repartidor orgullosa, el diminuto termómetro con forma de adorno casual, mostraba la exactitud de sus palabras. Ajena a lo sorprendido que se encontraba Guillermo, lo busco con las manos ocupadas, y al ver su gesto de extrañeza, ofreció una solución- Las rosas siempre son una apuesta segura, en esta ocasión te las cedo, seguro a Adela le encantan.

- Eres un poco pedante- rodó los ojos Guillermo, en el fondo, quería agarrar el ramo y regalárselo a su mujer, pero eso sería concederle el capricho a Julia.

- Ujum y lo peor es que me gusta serlo- se divirtió Julia ganando a Guillermo y la suerte jugo de su lado. Adela salió a recibirlos antes de que Guillermo se decidiera por coger el ramo- Guillermo, como en las finanzas, si te duermes pierdes. Adela, esta usted absolutamente hermosa.

---

De Adela De Urrutias

A Minerva De Urrutias

Asunto: Julia es un amor

Ha aparecido en casa con tu padre, te mando foto del ramo de flores hermosisimo que me ha traído y un burdeos reserva que de solo olerlo te lleva al éxtasis.

¿Como pude estar en contra de ella?

----

De Minerva De Urrutias

A Julia Arango

Asunto: Deja de repartir amor

Ya me entere, que tiene usted demasiado buena mano con las mujeres De Urrutias.

---

De Guillermo De Urrutias

A Julia Arango

Asunto: Sdo. un favor

Necesitaría y si lo tienes a bien, me des el contacto de la empresa donde compraste los "regalitos".

----

- Jajaja, ¿sabes Lola? Nunca antes me gusto tanto regresar a Madrid.
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. massssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  2. esto esta, para volverse loca y no querer cura alguna eh???? ARTISSSTAZAAAAAAAA lo tuyo, de otro mundo eh???
    GRACIAS

    ResponderEliminar
  3. .......Esta Julía derrocha tal poderío ya....que es hasta indecente....maliciosamente indecente...
    Escritora es fascinación lo que tiene esta Historia...
    GRACIAS..........

    ResponderEliminar
  4. Sigo poniendome al dia...y vuelvo a ''fusilar'' a Celeste..

    Poderio..poderio y clase tiene esta mujer..y si..maliciosamente indecente
    pero es que..hasta la indecencia la lleva con clase Celeste..jaajjaja

    Una MUJER..si.... Me '' tìe trastorna'' la Julia esta.....jajajaja

    Un gran relato Gemo...me encanta niña...Grande...

    ResponderEliminar