El
brillo en los ojos de Maca visto a través del cristal de la ventana,
le dio a Anna el pistoletazo de salida. Tras la puerta del despacho,
quedaban la madre y la señora, para quedarse dentro las insaciables
amantes que en el apasionado sexo encuentran el aditivo perfecto de
su vida.
Con
maestría, sus manos comenzaron a trazar caricias que alimentaban la
pasión de Maca.
Nublada
por el alcohol, apoyó su cuerpo contra la ventana, centrándose en
las caricias y besos de Anna, su puta diosa. Aquella que con dos
palabras y unas certeras caricias es capaz de hacerle olvidar un puto
día.
Los
labios de Anna cerraron besos por su cuello arañando piel con sus
dientes y vencida por el deseo, Maca apoyó la frente en el frío
cristal, con los ojos fijos en aquellos más oscuros, de Anna.
-
No es tan difícil, decirme que me has echado de menos- rompió el
silencio Anna, al tiempo que su mano atravesaba las enemigas ropas
para llegar al caliente sexo de Maca- Uhm...- cerró los ojos
orgullosa de la humedad que la esperaba- como mujer me encanta que
siempre me esperes así de mojada.
-
Anna- imploro Maca, moviendo las caderas para que los dedos de Anna,
no sólo jugarán con su sexo. Los quería dentro- Uhm...Joder- que
sus largas uñas le arañasen las entrañas rescatándola de sus
demonios interiores. Habían ultrajado su familia, sometido a Anna a
testificar y la imagen de su familia, ocupaba las primeras portadas
de la prensa. En sus adentros, podía escuchar las quejas de su padre
"¿Donde dejaste los cojones?...conmigo no se habrían
atrevido". Pérdida en sus pensamientos, Anna dejó de mover sus
dedos y adivinándola, le dio la vuelta, encarandola.
-
¿Maca?
Demonios
que se guardan en el interior de uno y que de vez en cuando, salen de
su cómodo escondite para perturbarnos.
Maca
no contestó, se limitó a dejar que la rabia sentida saliese fuera
en forma de deseo. El monstruo despertaba con hambre y Anna era su
pieza más codiciada. Pieza, que para nada es inocente y mucho menos
ingenua.
Como
aventuró, sabía lo que Maca necesitaba y ahora cara a cara, aliento
contra aliento, se ratificaba esperando el ataque de Maca. Ataque que
tardó en iniciarse, los segundos en que Anna le mantuvo la mirada
sonriendo.
-
Eso es cariño, ven a mi- la indujo tirando de su camisa y no hubo
más que esperar. Maca se abalanzó a por sus labios, mordiéndolos
hambrienta de ellos. Sin contradecir su fuerza se dejó llevar hasta
el escritorio y fue ella misma, la que tiró los objetos, esperando
ser alzada sobre él.
El
estruendo formado fue escuchado por Valeria, quien se quedó parada
sujetando el pomo de la puerta.
-
Dios...la fiebre de este par, es de guinnes- murmuró dejando sus
intenciones de avisarlas para cenar y bajó al salón, donde todos
los reunidos entendieron la situación, nada más verla- Cada uno
resuelve los problemas como le viene en gana- les expuso con su buen
humor natural y al poco todos prestaban atención a la gran pantalla
plana- ¿Estamos en la tele?- preguntó viendo lo que parecía un
documental sobre la sociedad Wilson SL.
Documental,
que no sólo la familia Wilson veía, las marcadas también lo
hacían, claro que, cada una de las chicas lo hacía a su forma.
amoooooooooooooooooooooooo,
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