sábado, 4 de enero de 2014

MarcadaS/Navidad 3


El brillo en los ojos de Maca visto a través del cristal de la ventana, le dio a Anna el pistoletazo de salida. Tras la puerta del despacho, quedaban la madre y la señora, para quedarse dentro las insaciables amantes que en el apasionado sexo encuentran el aditivo perfecto de su vida.

Con maestría, sus manos comenzaron a trazar caricias que alimentaban la pasión de Maca.

Nublada por el alcohol, apoyó su cuerpo contra la ventana, centrándose en las caricias y besos de Anna, su puta diosa. Aquella que con dos palabras y unas certeras caricias es capaz de hacerle olvidar un puto día.

Los labios de Anna cerraron besos por su cuello arañando piel con sus dientes y vencida por el deseo, Maca apoyó la frente en el frío cristal, con los ojos fijos en aquellos más oscuros, de Anna.

- No es tan difícil, decirme que me has echado de menos- rompió el silencio Anna, al tiempo que su mano atravesaba las enemigas ropas para llegar al caliente sexo de Maca- Uhm...- cerró los ojos orgullosa de la humedad que la esperaba- como mujer me encanta que siempre me esperes así de mojada.

- Anna- imploro Maca, moviendo las caderas para que los dedos de Anna, no sólo jugarán con su sexo. Los quería dentro- Uhm...Joder- que sus largas uñas le arañasen las entrañas rescatándola de sus demonios interiores. Habían ultrajado su familia, sometido a Anna a testificar y la imagen de su familia, ocupaba las primeras portadas de la prensa. En sus adentros, podía escuchar las quejas de su padre "¿Donde dejaste los cojones?...conmigo no se habrían atrevido". Pérdida en sus pensamientos, Anna dejó de mover sus dedos y adivinándola, le dio la vuelta, encarandola.

- ¿Maca?

Demonios que se guardan en el interior de uno y que de vez en cuando, salen de su cómodo escondite para perturbarnos.

Maca no contestó, se limitó a dejar que la rabia sentida saliese fuera en forma de deseo. El monstruo despertaba con hambre y Anna era su pieza más codiciada. Pieza, que para nada es inocente y mucho menos ingenua.

Como aventuró, sabía lo que Maca necesitaba y ahora cara a cara, aliento contra aliento, se ratificaba esperando el ataque de Maca. Ataque que tardó en iniciarse, los segundos en que Anna le mantuvo la mirada sonriendo.


- Eso es cariño, ven a mi- la indujo tirando de su camisa y no hubo más que esperar. Maca se abalanzó a por sus labios, mordiéndolos hambrienta de ellos. Sin contradecir su fuerza se dejó llevar hasta el escritorio y fue ella misma, la que tiró los objetos, esperando ser alzada sobre él.

El estruendo formado fue escuchado por Valeria, quien se quedó parada sujetando el pomo de la puerta.

- Dios...la fiebre de este par, es de guinnes- murmuró dejando sus intenciones de avisarlas para cenar y bajó al salón, donde todos los reunidos entendieron la situación, nada más verla- Cada uno resuelve los problemas como le viene en gana- les expuso con su buen humor natural y al poco todos prestaban atención a la gran pantalla plana- ¿Estamos en la tele?- preguntó viendo lo que parecía un documental sobre la sociedad Wilson SL.

Documental, que no sólo la familia Wilson veía, las marcadas también lo hacían, claro que, cada una de las chicas lo hacía a su forma.

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