lunes, 16 de diciembre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 64


La llegada, a su odiosa forma, de Victoria Davo, no sorprendió al grupo de amigas. Todas estaban al tanto, de las continuas apariciones y mal intenciones de esa mujer.

La primera noticia de Victoria, nada más marcharse Julia, fue enviando unas fotos, en las que supuestamente consolaba sexualmente a Julia.

Imágenes que impactaron a Minerva en un primer momento, pero tras el impacto, Minerva comenzó a sentir pena por la remitente de las fotos. La espalda que sobre Victoria se veía en esas fotos, no era la de Julia y sólo los iniciales celos, la hicieron dudar.

No fue el único intento de Victoria, a las fotos iniciales se le unieron otra larga lista, donde supuestamente Julia se la pasaba de fiesta en fiesta. Para cuando esas fotos llegaron a Minerva, Araceli había aparecido en su vida.

Fue tras la penosa y barata excusa de Vanity Fair, para recolocarla en su antiguo puesto. Enfadada, ese día no dejó de llamar una y otra vez el teléfono de Julia y tras muchos intentos, fue Araceli quien contestó a la llamada.

- Pero niña, como sigas romperás el móvil- así contestó Araceli, conociendo de antemano, quien llamaba.

- Eh...perdone, llamaba a otra persona, no se que pudo ocurrir.

- Jejeje, educada. Como me vas a gustar, niña. Soy Araceli Arango, la madre de la cabezota Julia, pero llámame Leli, es más chic.

- Jajaja, ¿de verdad estoy hablando con usted? Llegue a pensar que no existía.

- La melona de mi hija y sus manías de super protección. Cree que pueden raptarme si saben soy su madre. Pero...ay mi niña que ganas tenía de hablar contigo.

La incansable y adorable facilidad de palabra de Araceli, las hizo conectar al momento y en ella Minerva encontró consuelo y a veces, hasta un saco de boxeo, sobre el que descargar impotencias con nombre de mujer.

- ¿Le puede decir a su hija que no soy tonta? Tengo a dos tíos siguiéndome a todos lados, y en la urbanización han reforzado la seguridad y las cámaras. Se que es cosa de ella. Póngamela al teléfono.

- Jejeje, a ver. Respira conmigo Min...un...dos....un....dos.

- Araceli

- Leli o te cuelgo.

- Esta bien. Pero que aleje de mi a Victoria Davo.

- ¿Volvió a enviarte fotos?

Imposible que Julia fuese la protagonista de las fotos, si estaba con su madre y no había abandonado el pueblo para nada.

Las siguientes misivas de Victoria ni siquiera las abrió, prefirió omitirlas. Pero su presencia en ese café, era imposible omitirlo.

Sus amigas, retuvieron las inmensas ganas de enfrentar a Victoria, evitando un escándalo. Al fin y al cabo, y a pesar del temor que esa mujer empezaba a causarles, estaban en un Club, nada podía hacerle a Minerva y ellas estaban cerca, así como los hombres de Julia.

Minerva no contestó a sus formas, se limitó a remover su café y señalarle la silla junto a ella. Victoria se sentó en ella con exagerados modales y Min rodó los ojos cansada de la mujer.

- Haces bien en reírte. Para superar un desamor no hay nada mejor que rendirse a la evidencia, querida- dijo Victoria, elevando su mano para ser atendida. Nada podía temer de una niñata como Minerva y Julia no podía tardar mucho más en necesitarla.

- ¿Eso es lo urgente que debías hablar conmigo?

- Eso- imitó a Minerva y sus para ellas, escasos modales- y llegar a un acuerdo contigo- no se ando con rodeos al fin y al cabo, sólo debía sellar un pacto con esa niñata y entonces volcarse en Julia.

- ¿Qué clase de acuerdo puedo querer contigo?- preguntó Minerva, tratando de tener las mayores de las paciencias con Victoria. A sus ojos, esa mujer comenzaba a tener verdaderos problemas y podría convertirse en un crónico problema para ella.

- Económico. Te resumo la situación. Julia es un bichito raro y siempre que deja alguna cría como tú para regresar conmigo, tiene ciertos remordimientos. Yo tengo la solución para que se esfumen y que tú, recibas el pago por los servicios prestados.

- Jajaja- imposible para Minerva no reírse. Definitivamente esa mujer estaba perdiendo el norte y el tiempo- Victoria, creo que empiezas a tener un grave problema de desvirtualización de la realidad.

- Podría reír igual de falsa que tú, pero no tengo tiempo que perder. Acepta mi trato y contentemos ambas a Julia, que es realmente la interesada- creía sonar tan convincente como ella se escuchaba, pero Minerva no apostaba ni un céntimo por la palabra de esa mujer.

- Por dios, Victoria- exclamo Minerva recolocándose el cabello, era imposible que esa mujer continuara creyendo sus estúpidas ensoñaciones- Se que Julia no esta contigo, se que ya no tienes acciones en su sociedad y se, que te ha ofrecido cualquier tipo de apoyo para superar tu obsesión por ella. Olvídate de ella. Julia ya no es la jovencita con miedos sociales que te necesitaba para relacionarse.

- Jajaja- rió Victoria incomodándose. Las verdades dichas por Minerva dolían demasiado como para poder disimularlas- Ahora si me hiciste reír. Julia no es nadie sin mi. Absolutamente nadie- temerosa por la real pérdida de Julia y sin poder con la niñata que la miraba compadeciéndose, alzo la voz, perdiendo sus cuidados modales- Sin mi a nadie importante hubiese conocido, fui yo quien le consiguió los primeros contactos, fui yo

- Victoria, por favor- trato de calmarla Minerva, tomándola incluso del brazo. No era nada agradable, presenciar como la mujer perdía los papeles al no salirse con la suya- Julia te lo ha agradecido siempre, tu veinte por ciento no costaba lo que ella te ha pagado y ella esta dispuesta a

- Cállate- la interrumpió Victoria retirando con asco la mano sobre su brazo- Volverá a mi, estoy segura y tu acabas de perder la oportunidad de llevarte un buen pellizco. Pero has preferido enfrentarte a mi, ahora atente a las consecuencias.

- ¿Todo bien?- pregunto Manu al llegar a la mesa. Las voces de la mujer y sus movimientos histrionicos, provocaron que no pudiera aguantar mas.

- Lo estará en poco tiempo- le respondió Victoria no en el mejor tono. Con genio se incorporo de la silla, retando a Minerva. Pero Minerva no podía mas que cubrirse el rostro impotente.

- Acepta su ayuda, Victoria- insistió Minerva levantándose.

- Jajaja, ¿y quien te ayudara a ti? ¿Uhm? Cuando a los años te deje tirada por cualquier otro caprichito, ¿quien te ayudara?

- El problema Victoria, es que sabes que no soy un caprichito para Julia y cuanto antes lo asumas, será mejor para ti.

Victoria quedo callada ante las ultimas palabras dichas por Minerva, Manu tuvo tentación de agarrar a la mujer, sus ojos destilaban odio y todo su cuerpo se tensaba plantando cara. Pero para ese tiempo parte del salón les prestaba atención y Victoria prefirió apretar dientes y marcharse sin mas palabras dichas entre ambas.

Nada mas salir, Minerva cayo en su silla hundida. No era bastante echar de menos a Julia, no era bastante no poder gritarle lo enfadada que estaba con ella, que encima debía tener pena por la mujer que acababa de marcharse.

Agotada y sin atender a las palabras de sus amigas, agarro su móvil y marco el numero de Julia. Como siempre fue Araceli quien contesto. Fuera de su casa, Julia despedía a John.

- Minerva, cariño.

- Póngame a Julia.

- A ver cariño.

- A ver cariño, nada. Hoy no me duermo sin hablar con ella.
 
 
 







2 comentarios:

  1. como sempre perfeitooooooooooooooooooooooooo gemo mas n da pra por todo dia não e pelo menos 2 kkkkkk e vamo mais 1 to doida pra velas juntas e felizes

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  2. ..........GRACIAS..........ESCRITORA .......SIEMPRE........

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