La
llegada, a su odiosa forma, de Victoria Davo, no sorprendió al grupo
de amigas. Todas estaban al tanto, de las continuas apariciones y mal
intenciones de esa mujer.
La
primera noticia de Victoria, nada más marcharse Julia, fue enviando
unas fotos, en las que supuestamente consolaba sexualmente a Julia.
Imágenes
que impactaron a Minerva en un primer momento, pero tras el impacto,
Minerva comenzó a sentir pena por la remitente de las fotos. La
espalda que sobre Victoria se veía en esas fotos, no era la de Julia
y sólo los iniciales celos, la hicieron dudar.
No
fue el único intento de Victoria, a las fotos iniciales se le
unieron otra larga lista, donde supuestamente Julia se la pasaba de
fiesta en fiesta. Para cuando esas fotos llegaron a Minerva, Araceli
había aparecido en su vida.
Fue
tras la penosa y barata excusa de Vanity Fair, para recolocarla en su
antiguo puesto. Enfadada, ese día no dejó de llamar una y otra vez
el teléfono de Julia y tras muchos intentos, fue Araceli quien
contestó a la llamada.
-
Pero niña, como sigas romperás el móvil- así contestó Araceli,
conociendo de antemano, quien llamaba.
-
Eh...perdone, llamaba a otra persona, no se que pudo ocurrir.
-
Jejeje, educada. Como me vas a gustar, niña. Soy Araceli Arango, la
madre de la cabezota Julia, pero llámame Leli, es más chic.
-
Jajaja, ¿de verdad estoy hablando con usted? Llegue a pensar que no
existía.
-
La melona de mi hija y sus manías de super protección. Cree que
pueden raptarme si saben soy su madre. Pero...ay mi niña que ganas
tenía de hablar contigo.
La
incansable y adorable facilidad de palabra de Araceli, las hizo
conectar al momento y en ella Minerva encontró consuelo y a veces,
hasta un saco de boxeo, sobre el que descargar impotencias con nombre
de mujer.
-
¿Le puede decir a su hija que no soy tonta? Tengo a dos tíos
siguiéndome a todos lados, y en la urbanización han reforzado la
seguridad y las cámaras. Se que es cosa de ella. Póngamela al
teléfono.
-
Jejeje, a ver. Respira conmigo Min...un...dos....un....dos.
-
Araceli
-
Leli o te cuelgo.
-
Esta bien. Pero que aleje de mi a Victoria Davo.
-
¿Volvió a enviarte fotos?
Imposible
que Julia fuese la protagonista de las fotos, si estaba con su madre
y no había abandonado el pueblo para nada.
Las
siguientes misivas de Victoria ni siquiera las abrió, prefirió
omitirlas. Pero su presencia en ese café, era imposible omitirlo.
Sus
amigas, retuvieron las inmensas ganas de enfrentar a Victoria,
evitando un escándalo. Al fin y al cabo, y a pesar del temor que esa
mujer empezaba a causarles, estaban en un Club, nada podía hacerle a
Minerva y ellas estaban cerca, así como los hombres de Julia.
Minerva
no contestó a sus formas, se limitó a remover su café y señalarle
la silla junto a ella. Victoria se sentó en ella con exagerados
modales y Min rodó los ojos cansada de la mujer.
-
Haces bien en reírte. Para superar un desamor no hay nada mejor que
rendirse a la evidencia, querida- dijo Victoria, elevando su mano
para ser atendida. Nada podía temer de una niñata como Minerva y
Julia no podía tardar mucho más en necesitarla.
-
¿Eso es lo urgente que debías hablar conmigo?
-
Eso- imitó a Minerva y sus para ellas, escasos modales- y llegar a
un acuerdo contigo- no se ando con rodeos al fin y al cabo, sólo
debía sellar un pacto con esa niñata y entonces volcarse en Julia.
-
¿Qué clase de acuerdo puedo querer contigo?- preguntó Minerva,
tratando de tener las mayores de las paciencias con Victoria. A sus
ojos, esa mujer comenzaba a tener verdaderos problemas y podría
convertirse en un crónico problema para ella.
-
Económico. Te resumo la situación. Julia es un bichito raro y
siempre que deja alguna cría como tú para regresar conmigo, tiene
ciertos remordimientos. Yo tengo la solución para que se esfumen y
que tú, recibas el pago por los servicios prestados.
-
Jajaja- imposible para Minerva no reírse. Definitivamente esa mujer
estaba perdiendo el norte y el tiempo- Victoria, creo que empiezas a
tener un grave problema de desvirtualización de la realidad.
-
Podría reír igual de falsa que tú, pero no tengo tiempo que
perder. Acepta mi trato y contentemos ambas a Julia, que es realmente
la interesada- creía sonar tan convincente como ella se escuchaba,
pero Minerva no apostaba ni un céntimo por la palabra de esa mujer.
-
Por dios, Victoria- exclamo Minerva recolocándose el cabello, era
imposible que esa mujer continuara creyendo sus estúpidas
ensoñaciones- Se que Julia no esta contigo, se que ya no tienes
acciones en su sociedad y se, que te ha ofrecido cualquier tipo de
apoyo para superar tu obsesión por ella. Olvídate de ella. Julia ya
no es la jovencita con miedos sociales que te necesitaba para
relacionarse.
-
Jajaja- rió Victoria incomodándose. Las verdades dichas por Minerva
dolían demasiado como para poder disimularlas- Ahora si me hiciste
reír. Julia no es nadie sin mi. Absolutamente nadie- temerosa por la
real pérdida de Julia y sin poder con la niñata que la miraba
compadeciéndose, alzo la voz, perdiendo sus cuidados modales- Sin mi
a nadie importante hubiese conocido, fui yo quien le consiguió los
primeros contactos, fui yo
-
Victoria, por favor- trato de calmarla Minerva, tomándola incluso
del brazo. No era nada agradable, presenciar como la mujer perdía
los papeles al no salirse con la suya- Julia te lo ha agradecido
siempre, tu veinte por ciento no costaba lo que ella te ha pagado y
ella esta dispuesta a
-
Cállate- la interrumpió Victoria retirando con asco la mano sobre su
brazo- Volverá a mi, estoy segura y tu acabas de perder la
oportunidad de llevarte un buen pellizco. Pero has preferido
enfrentarte a mi, ahora atente a las consecuencias.
-
¿Todo bien?- pregunto Manu al llegar a la mesa. Las voces de la
mujer y sus movimientos histrionicos, provocaron que no pudiera
aguantar mas.
-
Lo estará en poco tiempo- le respondió Victoria no en el mejor
tono. Con genio se incorporo de la silla, retando a Minerva. Pero
Minerva no podía mas que cubrirse el rostro impotente.
-
Acepta su ayuda, Victoria- insistió Minerva levantándose.
-
Jajaja, ¿y quien te ayudara a ti? ¿Uhm? Cuando a los años te deje
tirada por cualquier otro caprichito, ¿quien te ayudara?
-
El problema Victoria, es que sabes que no soy un caprichito para
Julia y cuanto antes lo asumas, será mejor para ti.
Victoria
quedo callada ante las ultimas palabras dichas por Minerva, Manu tuvo
tentación de agarrar a la mujer, sus ojos destilaban odio y todo su
cuerpo se tensaba plantando cara. Pero para ese tiempo parte del
salón les prestaba atención y Victoria prefirió apretar dientes y
marcharse sin mas palabras dichas entre ambas.
Nada
mas salir, Minerva cayo en su silla hundida. No era bastante echar de
menos a Julia, no era bastante no poder gritarle lo enfadada que
estaba con ella, que encima debía tener pena por la mujer que
acababa de marcharse.
Agotada
y sin atender a las palabras de sus amigas, agarro su móvil y marco
el numero de Julia. Como siempre fue Araceli quien contesto. Fuera de
su casa, Julia despedía a John.
-
Minerva, cariño.
-
Póngame a Julia.
-
A ver cariño.
-
A ver cariño, nada. Hoy no me duermo sin hablar con ella.
como sempre perfeitooooooooooooooooooooooooo gemo mas n da pra por todo dia não e pelo menos 2 kkkkkk e vamo mais 1 to doida pra velas juntas e felizes
ResponderEliminar..........GRACIAS..........ESCRITORA .......SIEMPRE........
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