-
¿Me esperabas?- pregunto Esther, manteniéndole la mirada.
-
¿Deseabas que lo hiciera?
La
respuesta en pregunta de Erika acercándose a la cama, hizo sonreír
a ambas. Su natural coqueteo, tenía cierta mezcla que las conectaba
más allá de su también natural amistad.
Pero
los ojos de Erika suelen ser cristalinos, o por lo menos lo son para
la Presidenta. Por eso, cuando Erika se tumba con ellos, no puede
evitar decirle:
-
Me vas a dejar sin Raquel.
-
Mm...- sonreía Erika, tomando una pausa para hilar sus pensamiento-
Hay una parte de mi, que se siente egoísta por querer hacerlo y otra
que me grita esa necesidad. Cuando vuelvo a casa después de días
concentrada por mi trabajo, quiero que ella este en casa esperándome.
No se vivir como vosotras y esa parte egoísta, me dice que no sólo
es que no sepa, es que en verdad no quiero. Raquel se excusa en
fechas, pero se por cómo ha sido tu vida, que en política no hay
fechas y que siempre hay algo por hacer- Erika hizo una pausa tomando
aire exageradamente y los ojos verdes de Esther se achicaron ante la
inminente sonrisa- Descanso y bien, señora Presidenta. Se ve
relajada y muy bonita.
-
Ujum- contestó en apenas un sonido Esther, para después
incorporarse lo justo, buscando el beso de Erika- Dame un beso.
-
Si me baja los impuestos le doy dos.
-
Jajaja
Risas
y armonía entre dos amigas, mientras en la cocina, Macarena se pone
al día con Natalia.
A
Maca le había sorprendido encontrarla en su casa, pero que además
estuviese tan sonriente estando Pedro con varicela, la tenía en
alerta a pesar del constante buen humor de Natalia.
-
¿Mañana que tienes?- le preguntó Natalia consultando su reloj. Era
domingo, suponía querrían estar en familia, y en verdad a ella
misma le apetecía estar así mismo pero en su casa.
-
Noche.
-
Bien, entonces me das un toque, paso a ver a Pedro y tomamos un café,
¿a solas?
-
Eh- el ofrecimiento de Natalia, cogió a Maca fuera de juego, meses
que no compartían uno y los extrañaba y mucho- Por supuesto.
-
¿Por supuesto? ¿Y esa formalidad?- sonriente preguntó Natalia
bajándose del taburete dispuesta a marcharse.
-
Pues...eh...digamos que me tienes descolocada.
-
Jajaja, he sido una mala perra, pero desperté de la tonta pesadilla.
-
Hay que joderse.
-
No jajaja, hay que aprender a bailar bajo la lluvia, no esperar a la
que la tormenta pase.
-
Bob Marley, me la se.
Entre
nuevas risas y con la paz conseguida entre ellas, Maca le acompañó
fuera de la casa, donde Raquel y Jessica, tomaban el sol café en
mano, esperándolas.
-
No se como lo hacemos, pero siempre estamos en parejitas- dijo Raquel
provocando nuevas risas. Entre gracietas, hablar del tiempo y de
niños, las cuatro se despidieron. Quedando nuevamente en parejitas.
Cuando el coche se marchó, Maca abrazo por los hombros a Raquel,
pensando en el cambio de Natalia.
-
La petarda ha tenido algo que ver, ¿no?
-
Jajaja, si hablas de mi petarda, la respuesta es si.
Ahora
si, el domingo en familia comenzaba. Eri dejó a la presidenta
durmiendo con Pedro, mientras el resto organizaba la comida y una vez
preparada a falta de prender la barbacoa, disfrutaban de un domingo
tostado por el sol.
Eri,
Maca y Fer, hacían tiempo disfrutando de una pachanga de basket,
mientras Raquel y Sara se limitaban a tomar sol escuchando música.
Ninguna
tuvo que despertar a la Presidenta avisandola de la comida. Fue la
bocina del coche de Paula y Patricia, avisando de su llegada la que
le hizo despertar, ante la mejor imagen. Pedro sonriendole.
-
Las Titas- dijo el pequeño, buscando acomodo en su pecho. La
presidenta lo recibió sonriendo enternecida. Su pequeño cuerpo era
sumamente acogedor- Toy malito, Eter.
-
Ujum, estas un poco caliente cariño.
-
Tú también- la imitó Pedro tocándole la frente.
-
Pues- se toco como el le hacía la frente. Su temperatura le extrañó,
pero deshecho la idea de un inconveniente contagio.
-
¿Ujum? ¿Éter Ujum?
-
Jajaja, ven aquí gordo- encantada por el dulce coqueteo del pequeño,
terminó por subirlo a su cuerpo.
Minutos
más tarde, ambos dejaron la cama y otra mano, tocaba la frente de la
Presidenta. La de la inspectora, abrazándola por la espalda.
-
¿Tenias muchos compromisos mañana?- le preguntó Maca, dando por
hecho, que la Presidenta mañana amanecería con unas, poco
estéticas, marcas en su piel.
-
Uff- suspiro Esther, apoyándose en ella- tengo el día completo.
-
Uhm...la varicela es contagiosa.
-
No- se giró con los ojos abiertos hacia Maca- Maca no puede ser.
-
Jajaja, bueno. Sino quieres ir por ahí contagiando, deberás
quedarte en casita. Madre mía, la Presidenta faltando un día a su
trabajo. Te dedicarán un programa especial- se burló bailando el
cuerpo de quien la miraba, fingiendo molestia.
-
Bien pensado, sería una prórroga de muestro tiempo escondidas- la
tentó Esther, usando su voz más sensual, pero la cara de la
inspectora ante lo insinuado, le hicieron reír- Pero, estaré
febril, con picores, molesta y el teléfono sonara y sonará.
-
Naah, no puede ser varicela.
-
Jajaja, claro que no.
Pero
si, la Inspectora no se equivocó y la Presidenta a la mañana
siguiente, despertó como ella misma había descrito.
amooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo este fic e vc gemo com todo respeito kkkkkk mais por favor
ResponderEliminar@BRIGONINHA
.....Que la Presidenta enfermara?....bueno así quizás descanse y sobre todo sea cuidada por quien desea...Escritora ese talento tuyo no tiene limite...
ResponderEliminarY esa forma de hacernos pensar....menos mal que ese coqueteo que nos dejo pensando fue solo eso....coqueto...Como te gusta jugar con tus personajes...jejejejejje...
Me repito al decir que esta Historia me fascina...pero es así...y lo es...¡¡tanto¡¡¡..
GRACIAS...............