miércoles, 6 de noviembre de 2013

Mi cincuenta cláusulas 51


Capítulo 7



Dos increíbles días en Milos, Grecia. Llenos de todo, risas, confidencias, enredos en la cama, cenas apoteósicas, paseos interminables y despertares junto a Minerva.

Pero la insistencia desesperante de Victoria por teléfono, había terminado en enfado por parte de Minerva. Y ella, vestida con pantalón negro de pinzas, camisa blanca y tirantes, daba vueltas por el Hall, sin saber muy bien que hacer.

De ser otra persona, más abierta quizás, hubiese subido de nuevo a la habitación e intentaría explicarse ante Minerva. Pero las palabras no salían con un "clik" sobre su globo, ni Victoria podía desaparecer con otro "clik" sobre ese mismo globo.

Agobiada y decidida a mantener a Victoria lejos de Minerva, terminó por llamar a John. La sorpresa inicial de este, fue previsible y Julia, resumió cuando pudo.

- Se me está yendo de las manos. Cada día está más celosa de Minerva y no halló la forma, de mantenerla lejos de ella.

- Bien, eh...¿que sabe Minerva de Victoria?

- Que fue mi primera mujer y que es accionista de mi multinacional. ¿Quieres ayudarme? Te pago para eso, no para repetirte mi vida.

- Vale, no lo puedes solucionar con un clik y te desesperas. Las personas y sus reacciones, no siempre se compran con dinero.

- Una estupidez más y te cuelgo, John.

- Minerva debe conocerlo todo de Victoria, es como mejor podrás protegerla de ella. Sin duda Minerva es importante para ti y si, puedes colgarme como respuesta afirmativa. Hasta ella, todos tus esfuerzos eran malgastados en Victoria y sus caprichos. Cambió tus prioridades más rápido que yo, siendo tú terapeuta.

- Deliras John y yo tengo una cena por salvar- alzó la voz Julia, llamando la atención que por ese Hall rondaban.

- Buenas noches Julia- terminó la conversación John, lo fundamental, había quedado dicho.

Julia respondió a la educada despedida de John y guardo el móvil en su bolsillo. Cuando miro al frente, ser consciente de cómo llamaba la atención, la malhumoro más aún y con paso decidido fue a las escaleras.

En la habitación, Minerva terminaba de maquillarse con sólo un corpiño y cullote de encaje, negros. Enfadada pero dispuesta a no desperdiciar la noche, dejó de maquillar sus conseguidas largas pestañas, al escuchar como Julia regresaba a la habitación.

Conteniendo la respiración, espero a que entrase al baño y algo, lo que fuese dijese, intentando lo mismo que ella, no arruinar la noche. Pero Julia no entró y fue ella, quien salió más enfadada aún.

Al abrir la puerta, encontró a Julia junto a la ventana, a su modo, las manos en los bolsillos. Era tan sexy, tan brutalmente sexy, que provocó que Minerva se regañara a sí misma. Nada de sexo y si hablar y hablar.

- Voy a tratar de ponértelo fácil, Julia- decidida Minerva, regreso al baño, cogió el primer lápiz labial que encontró y volvió a salir. Julia no desvió la mirada de ella, viéndola llegar con un conjunto demasiado sensual.

- Estas rematadamente apetecible así- dijo más para sí que para Minerva y ésta, negó con la cabeza, para a continuación trazar una línea en el suelo, con el lápiz labial.

- Mejor nos ponemos una barrera o será imposible hablar. Porque cariño-dijo tras trazarla con ambas manos en la cadera. Con Julia, a veces, había que ponerse seria- ahora no vas a ser mi Ama sino mi pareja. Y las parejas se comunican. De hecho, hablan más que follan, y nosotras vamos al contrario- se sentía tan poderosa viendo a Julia, apoyarse en la ventana, totalmente entregada a ella, que el follan empleado amenazó a ella misma y sus dispuestos deseos omnipresentes por Julia. Pero consiguió mantenerse firme y la suave mirada de Julia, la hizo crecerse- Yo me siento aquí y hablamos- colocó una silla frente a Julia y en ella se sentó, dispuesta a comenzar el necesario diálogo entre ambas- Me voy haciendo una idea de como empezó Julia Arango. Entiendo que eras, digamos una niña especial, al que el cabron de su padre abandonó, dejándola a ella y a su madre en la ruina. Entiendo a su vez, que una vez Julia Arango fue haciéndose de un nombre, no hubiese capricho que se te escapase, pero siempre a tu modo. Sin cariños y sin afectos. Lo quiero, lo compro y lo obtengo. En esos inicios ya estaba esa zorra y me permito llamarla así, porque es la mejor definición que para ella encuentro. ¿Voy bien?- detuvo su improvisado discurso, para tomar aire y dejar, que su princesa interior, se viera girando la silla, para sentarse ofreciendo su intimidad a los ojos grises que la miraban con atención y una pizca de diversión. La bajada de párpados de Julia fue un sí para Minerva. Quien colocándose la melena por la calor que los juegos sexuales de su princesa interior le provocaban, retomó la palabra- En algún momento, la alumna superó a la maestra y Victoria pasó a ser tú sombra. Cosa que no le agradaría en exceso, pero conociendo tú generosidad de alguna manera consiguió quedarse cerca de ti. Me falta, vuestro crash- desesperándose busco una tregua, estaba realizando conjugaciones conforme hablaba y reconocía, lo poco que le apetecía saber los reales sentimientos de Julia por tan odiosa mujer.

- Nunca fuimos una pareja convencional- dijo Julia sorprendiéndola- no teníamos ningún compromiso- pensaba cada dato dado, sin mentir, ni edulcorar, pero sí, con cierto cuidado- mi prioridad era mi trabajo- continuó sintiendo cierta vergüenza ante Minerva, no le apetecía nada, quedar ante ella como un bicho raro, con una juventud encerrada frente a un ordenador, contemplando como sus cuentas bancarias rompían récords- Conseguí que mi sociedad alcanzara los primeros puestos en inversión y Victoria, mayor que yo, tenía otro tipo de vida al mío.

- ¿Hasta qué?- interrumpió Minerva su relato. Era doloroso, verla hacer un esfuerzo recordando aquella época o mostrándose tal cual fue y prefirió atajarle el camino.

- Intimé en exceso con una secretaria- confesó Julia suspirando, ante el recuerdo de aquella chica- me entendió como hasta ese momento nadie lo había hecho.

- Y Victoria explotó, ella si podía pegarse la gran vida y tener a cualquiera y tú no- sentenció Minerva, creyendo totalmente en su teoría. Estaba claro, por cómo era Julia y por la Julia que ella no conoció, que no debió de ser chica de acumular muescas en su cama, más bien todo lo contrario.

- Ese fue nuestro crash, a partir de ahí, nos convertimos en amigas y socias.

- Hace años de eso, ¿por que continúa tan posesiva contigo?

- Porque- lo siguiente a decir, Julia no podía hacerlo mirándola de frente y se giró hacia la ventana- No hubo más chicas en mi vida, hasta que llegaste tu- terminó de decir y suspiró. Minerva era lo suficientemente inteligente para atar cabos y saber, que no hubo chicas en su vida, pero si en su cama. Nuevo motivo para avergonzarse y enfadarse consigo misma. Gracias a Victoria, estaba quedando como una "rarita" delante de Minerva.

- ¿Que ocurrió con la secretaria?- abierta la caja de secretos, Minerva quería conocerlos todos, aunque molestasen.

- No funcionó- contestó breve Julia. Sus hombros caídos y la mirada perdida, la poderosa Julia caía ante los ojos de Minerva.

Pero para alguien enamorado como lo está Minerva, no hay caídas, hay una mujer desnuda ante ella, mujer a la que ama y en consecuencia, su desplome duele y si duele, las barreras caen, aunque continúen pintadas en el suelo.

- Me pongo el vestido y bajamos a cenar- anunció Minerva, incorporándose de la silla. Era tiempo de relajarse ambas, después de tanta información.

- Preferiría cenar aquí, Minerva- parapetada en la ventana, aún le costaba girarse como si nada. Pero con Minerva, todo era improvisado y deliciosamente distinto. Fue Minerva, la que llegó hasta ella, abrazándola por la espalda.

- Aquí, mi princesa interior, no me dejará pensar en otra cosa que no sea sexo salvaje contigo.

- Y claro, ahora debemos hablar y hablar.

- Alguna cosita más, haremos. No tenga ninguna duda, señora Arango.
 
 
 
 
 

4 comentarios:

  1. diosdemividaaaaaaaaaaaaaaaa ES LO MÁ GRANDE DEL MUNDO LEERTE EH???????

    GRACIASSSSSSS Y PEDESTAL Y ALTAR MAYOR A TU CEREBRO jodeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

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  2. perfeitooooooooooooooooooooooooooo gemo, agora é só julia confiar no seu amor por minerva se sentir segura e contar sem vergonha sua viida com vitoria pq ninguém melhor que minerva para ajudar julia a se livrar de vitoria pq minerva é forte e vamos que vamos colocar vitoria no lugar dela e devolver vida de ser humano para julia, pq é isso e o amor de minerva que julia precisa pra ser felix confio em te gemo

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  3. ........¡¡¡ que trozo¡¡¡¡ que esclarecedor....que forma de cambiar ''esos papeles''' la Diosa de Fuego ''' se rinde ante el amor...ante lo que siente'''....Y Minerva...esa princesa..en principio frágil ....la que ''' dio todo desde un principio si guardar nada..o eso parecía...porque si guardo...y guardo lo que hoy le dio....esa ''fuerza''' para recoger los trozos de una vida que antes tuvo...que se resiste a irse y que sin duda la marco demasiado....eso brazos....los de quien la quiere ya....están ahí para sostenerla¡¡¡¡¡¡
    Escritora....me repetiré cuantas veces haga falta para decirte....¡¡¡¡ eres absolutamente Única¡¡¡¡.....sacas ¡¡¡tanto¡¡¡ de cada personaje...que es admirable¡¡¡¡...Sigue así¡¡¡¡

    GRACIAS...........

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  4. Superior este trocito...la paciencia de Minerva esta trasformando a...como dice Celeste..la Diosa de Fuego.....con que maestria la esta llevando a una relacion mas...¿normal?...

    Pero la clave..bajo mi punto de vista ...es que la mujer de fuego..de hielo
    y ahora..de carne y hueso...se enamorò...se enamorò y creo que falta poco
    para que oigamos de su boca....Te quiero Minerva..te quiero...eres la mujer de mi vida....

    Si..tengo mucha imaginacion...que le voy a hacer..jajajajaaj
    Admirable relato Gemo....me encanta...y mas niña.......

    Divina-Wilson

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