martes, 5 de noviembre de 2013

Desvíos "Escondidas" 7


Un simple vestido. Así definió la presidenta su atuendo para la cena. La Inspectora continuaba sorprendiéndose, por la poca o nula importancia que Esther daba a su belleza.

Y en verdad, lo era. Era un simple vestido negro, a media pierna y anchos tirantes, conjuntado por unos de sus adorados zapatos y una elegante pashmina. Simple si. Pero en esa mujer todo dejaba de ser simple, cuando puesto en su cuerpo, se transformaba en toda una mujer de pies a cabeza.

Su firme y segura forma de caminar hacia ella, su pelo recogido en un alta coleta moviéndose a cada paso dado por la alta mujer y su forma, de apoyar las manos en su torso, cuando al final llegaba.

- En ti ni unas mayas son simples- fue lo dicho a baja voz por la Inspectora recibiéndola. Las manos pronto buscaron su cintura, para tomarla suavemente. Los ojos verdes de Esther, chispeantes, le dieron la aprobación.

- Mm...-ronroneo Esther encantada. Habían sido días muy difíciles, llevaban mucho planeando un par de días para ellas solas y ahora, en ese instante, por fin podía estar en sus brazos con la chimenea caldeando el salón, una exquisita cena esperándolas, mejor vino y llenando el salón, Rolando Laserie con su Noche de ronda- ¿Has bailado estos días?- preguntó dejándose llevar por el bolero y retuvo la carcajada que la cara de Maca le suponía- ¿Nada?

- Yo sola es...- no quiso mentirle Maca. Lo había intentado, pero si bailar ya era complejo para ella, el baile de salón se le hacía un mundo. Los ojos de Esther, fijos en ella esperando una contestación le hicieron sentir una adolescente- Va, no me hagas poner roja.

- Jajaja, Lo conseguiré, estoy segura- determinación en sus palabras tenía Esther, verla a punto del sonrojo le dio aún más. Apenas un roce, apenas un intercambio de frases, y todo comenzaba a quedarse tras la puerta de esa especial casa en la Sierra.

- ¿Ponerme roja?- preguntó Maca sabiendo de antemano a lo que se refería. Pero Esther entre sus manos, comenzaba a transformarse en la gitana, que siempre conseguiría de ella lo que quisiese. Su larga pierna, subiendo de a poco, hasta su cintura, era un escalofrío de auténtico placer.

- No, que bailes. Ya lo dijo Albert Einstein;  "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. ¿Tienes voluntad?

- Lo que tenia era hambre, pero me hablas así y...

- Son sólo citas.

- Dichas por una gitana, capaz de hacerme perder la cabeza.

Carcajada de ambas, que detienen labio a labio. Las manos de la Presi buscan su nuca, la mano de la Inspectora busca su pierna para retenerla ahí donde Esther la había subido, mientras un beso las enreda y noche de ronda continúa escuchándose.

Fin de semana planeado para conseguir una pausa en sus intensas vidas, que había costado conseguir tener. Ninguna pretendía que las ganas de tenerse, de compartirse y de amarse sin prisas y con la mayor de las intimidades posibles, provocaran acabar enredadas entre sábanas, guiadas por una ansiosa urgencia.

Lo que querían era su juego, su estilo y su forma. El que mediante correos crearon tiempo atrás. Por eso rompieron el beso, sonriéndose excitadas, mientras ambas se serenaban dispuestas a disfrutar de cada pequeña cosa de esos dos días. La primera,  cenar compartiendo un buen vino.

Y la vida, puedes intentar dejarla tras una puerta, pero en ella van tus hijos, y a esos, es muy difícil dejarlos tras ella. Maca esperó, a que Esther le resumiese lo que aún le quedaba por hacer, por las inundaciones, esperó que el ambiente, la fuese relajando y cuando lo vio. Cuando la noto serena, tranquila y disfrutando de su segunda copa de vino, fue ella quien resumió las llamadas de Fer y de su padre.

- Fer cree que está utilizando la posibilidad de que estudie en Estados Unidos, para de alguna forma ganarte a ti.

- Es ridículo, ¿que sería lo siguiente? ¿Preguntarle a quien quiere más si a Papa o Mamá? El problema es que lo sigue viendo como un crío, y nuestro crío ya no es tan crío. Confío muchísimo en él. Se que Fer, se irá a estudiar allí, sabe que es lo mejor para él y es algo que me hace estar tremendamente orgullosa de mi hijo.

- Por mucho que como madre...

- Por mucho que como madre, lo extrañe horrores, cuando ocurra. Y hasta podré ponerme un poco inaguantable.

- Jajaja, siempre podré raptarte, traerte aquí y

- Y escondernos de todo- concluyó Esther, dejando la copa en la mesa. Era tiempo de incorporarse, lento y suave, quitarse un zapato, verla retreparse en la silla degustando sus cuidados gestos, quitarse el siguiente zapato, sonreír por los ojos que placenteros se le muestran de Maca, volver a coger la copa y con ella en mano, ofrecerle su otra mano libre- Me encanta este bolero.

De pie, descalza, sin pashmina y ofreciéndole su mano. Imposible para la Inspectora, no aceptar esa mano para bailar, aquello que ella quiera que baile.

- Escondidas, solas tu y yo...

Y canturrear, provocando su sonrisa más sensual.
 
 
 
 
 



3 comentarios:

  1. Rolando Laserie??? niña y de donde conoces tu a ese señor??? eso es irse muy mucho atrás en el tiempo!!! jajajaja

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  2. y lo de éste par, jesusitodemividaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    ARTISTAZAAAAAAAAA

    graciass a tantooooo

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  3. ......Ayyy¡¡¡¡¡ esa complicidad siempre de las dos....esa forma de querer ''sus cosas''' Esa Gitana que retira por momentos a la mujer política....para llegar a su Subinspectora ....para hacerle ver...que sigue siendo eso...''su Gitana''...preparan su momento....quieren vivirlo...sentirlo...como hacen...Y si..en ese bolero que '''quieren bailar al son de su pasión'''....
    ....¡¡¡¡¡ Me gusta¡¡¡ esta Historia me encanta Escritora....

    GRACIAS................

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