jueves, 7 de noviembre de 2013

Desvíos "Escondidas" 8



Un salón poco iluminado, caldeado por la agradable leña que ardía como ellas, de a poco. Dos cuerpos, tomados como si el tiempo, también quedara tras la puerta de esa acogedora casa. Mientras, la cadena de música proseguía su tarea de amenizar la velada con- Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas. Sutil llegaste a mi, como una tentación, llenando de ansiedad mi corazón-.

Letra que hacía sonreír a Esther, serena como es ella. Tarareándola, bajo la mano con la copa y subió la otra, como siempre buscando su cuello y nuca. Contemplando su rostro, igual de sereno que seguro estaba el suyo, dejo escapar sus pensamientos, aprovechando la exquisita intimidad conseguida.

- En algún momento, de estos días, me has hecho verdadera falta- su voz salía como el mismo ambiente creado, a baja voz, lineal y acompañado por la sinceridad que mostraban sus ojos- Tanto, que llegue a asustarme- lo dicho, le hacía delinear con la punta de los dedos el cuello de Maca, quien trataba de aguantar las infinitas ganas de abrazarla y romperla entre sus brazos, por lo escuchado de su boca- Con una necesidad de adolescente, llegue a enfadarme conmigo misma. Ni yo podía tenerte, ni tú podías tenerme. Fue curioso sentirme así a mi edad- realizaba a una pausa, con la vista perdida en su cuello, para beber un trago del delicioso vino que su mano mecía a ritmo de bolero. Dado el trago, la copa volvía a mecerse y los labios de la Inspectora, lo probaron en forma de beso- Supongo, que siendo la fiera política, indomable y a veces, implacable que soy, esa necesidad me hace perder prenda- concluía retándola boca a boca, ofreciendo la lengua, que a poco de salir se escondía provocando sus ganas.

- Ujum- murmuró la Inspectora mordiéndose los labios por la tentación de la punta de esa lengua- y elijo prenda- entraba así al juego improvisado por Esther, excitante y sensual como ella era. Reteniendo las ganas, de atrapar la boca que sonreía a sólo milímetros de su boca, subió las manos todo lo despacio que pudo por su cintura, torso y cuello, para llegar a su cabello y soltar su coleta. El cabello sedoso de Esther, cayó por sus hombros como la hoja que de desprende en otoño. La belleza del movimiento, las manos volviendo a su cintura y el destello en los ojos de Esther, provocaron un leve gemido-Uhm- la belleza contemplada desde bien cerca, las ganas de ella que aumentan y aumentan. Pero el deseo se ralentiza, por parte de ambas, dispuestas a disfrutar cada gesto, cada caricia y cada suspiro robado- Mm...puedo controlar casi cualquier situación en mi trabajo, pero lidiar con dos adolescentes y un pequeño trasto, sin ti y sólo a veces, se me hace difícil- confesión por confesión, ahora perdía prenda la Inspectora, sin dejar de bailar y sin que le importase perder.

Esther no hablo, se limitó a dejar su balanceo, aproximándose del todo a ella. Cuerpo a cuerpo, boca a boca, volvió a sonreí, acariciando su nariz con la propia. Leve roce, que provocó nuevas ganas en la Inspectora. Su boca abriéndose, sus alientos chocando y sus ojos enredados. Perfecto, para dejar su cuello y colar la mano libre por debajo de su camiseta y subirla, arañando piel a su paso.

- Esther

Tan lento, tan placentero y excitante, que Maca no puede esperar y acaba sacándosela ella misma. Después sus manos la vuelven a tomar y la fuerza con que lo hace, las hace chocar, como chocan sus alientos.

- Era un baile- susurra Esther, no ocultando su excitación. Las manos le vuelan por el torso desnudo y sin prenda alguna de la Inspectora y con su boca la continua retando. Te delineo, te ofrezco, te quito y sube. Suben las ansias por ella y nota las ansias conseguidas en ella. Te miro, te atrapo, te aferró a mi y comparto tus ganas. Previos, que encienden y comunión que se consigue.

- Siempre es amarte, de una forma u otra.

Y rendición absoluta por la mujer que entre sus manos, se mueve como nadie. El bolero deja de escucharse, cuando Esther deja la copa y cuela las manos por su cabello y tiran de él, para alzar su rostro y nuevamente boca a boca, enredarse en un beso que las hace gemir sus compartidas ganas.

Maca pone la boca a su entera disposición, para que la delinee, para que entre y salga de ella, para que muerda sus labios y acabe llenándola de su sabor. Se deja y la deja, para bajar la cremallera de su vestido, mojándose por el excitante sonido. Centímetros de cremallera que suponen, recibir su cuerpo, piel y calor.

Calor que se dispara en Esther, cuando la tela del vestido cayendo, se pasea por su cuerpo acariciándolo.

Calor que enloquece a Maca, cuando con su mirada busca y obtiene lo que quiere. El vertiginoso gesto de piernas de Esther, deshaciéndose del vestido.

Segundos de observarse en silencio y excitadas. Salvaje, pasional, lento, rápido. No eligen el modo, las ganas lo hacen por ellas.

Es Maca quien vuelve hacerlas chocar y es ahora ella, la que bebe de su boca.

- Uhm...- gime Esther y los tiempos se rompen.

Ganan las ansias por días sin tenerse, las que le hacen dejarse empujar por Maca, mientras ella le arrebata el sujetador, necesitando el contacto directo y total, piel a piel.

Se rompen los tiempos y el silencio, ganan los suspiros, jadeos y gemidos. Los que producen las caricias más pasionales y certeras, las que desnudan con prisas para sentir y gozar del otro cuerpo, de sus manos y boca.

Se rompe la calma y se rompe la noche, para acabar dejándose caer en un sofá, testigo mudo de una acuciante necesidad, la de tenerse y romperse, sin más.




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- A ver, ¿estáis seguro que habéis puesto bien el jacuzzi?- preguntaba Eri a kilómetros de esa casa perdida en la sierra. Confirmaba la varicela, ahora quedaba esperar que la medicación fuera surtiendo efecto e inventar formas, para que Pedro sintiese menos picor.

Nada mejor que hacer colocar la piscinita que lleva meses en su maletero en el sótano caldeado, pero, porque había un pero, estaría rodeado de adolescentes en plena reunión.

- Paso que soy la Ley, ay mi enano, lo a gusto que vamos a estar tú y yo, ahí dentro.

- Jejeje Tita, me pica mucho...pero mucho...

- No ves, no me lo digas más, que empieza a picarme a mi.

- ¿Te rasco?

- Seeh...un poquilllo...pues si.
 
 

 

3 comentarios:

  1. AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO TANTO QUE TODO JEITO TA BOM ELAS SÃO DEMAIS E VC GEMO É O MÁXIMO

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  2. Que momento mas intenso..y como domina Esther los ''tiempos'' para volver loquita a su Inspectora.....sensualidad pura en ese momento en el que...

    El cabello sedoso de Esther, cayó por sus hombros como la hoja que de desprende en otoño. La belleza del movimiento, las manos volviendo a su cintura y el destello en los ojos de Esther, provocaron un leve gemido...
    Me encanta....

    Gemo mia...creo que aqui vamos a acabar gimiendo todas al leer tus relatos llenos de glamour y clase que tienes niña......

    Tu devota-Divina-Wilson.....

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  3. .......''' Llegaste a mi...como una tentación...''''.....bonito bolero que corona una maravillosa noche....llena de Locura...de pasión....de deseo....de ¡¡tanto¡¡¡ como tienen en esa relación..tan tan tan suya....tan intensa...que les costo...pero que ''al medir esos tiempos'''...miden todo lo que han hecho posible por decir si al amor...Esas ganas de ''encontrarse'' apartando la realidad que la vida pone delante....esa ''ganas locas de dejarlo todo ..todo...''' y sentirse y sentirse'''....No importa que hagan...no importa lo ocupadas que puedan estar....cuando se trata de '''volar hacia cualquier lugar y entregarse la una a la otra...

    Me quedo también con las palabras de Divina ...esas Dama del Glamour...con la que siempre estaré de acuerdo...Magnifica tu forma de ''hacer momentos de Locura'''.....

    Me repetiré tantas veces haga falta ...para decirte....Eres absolutamente buenisima escribiendo....Lo eres¡¡¡¡¡¡

    GRACIAS..............

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