Wilson S.L. 113

Maldito tiempo que juega con nosotros como y cuanto quiere. Cuando estaba apenas hacia una hora, en la cama con la mujer parapetada en su espalda, el tiempo corría rápido, tic, tac, tic, tac. Sin importarle lo mas mínimo sus ganas de que se detuviese o por lo menos, que corriese mas lento.

Tanto como para aprenderse de memoria, su hermosa forma de mirarla, sus lindas facciones, la suavidad de su piel, lo carnoso y dulce de sus labios y mas y mas. Pero no, ahí corrió rápido, recordándole que fuera había una vida, unas necesidades, un trabajo, una familia, unos amigos…

En cambio ahora, con un tipo que parece una mole, alto, grueso y con media cara quemada apuntándole a la cabeza, el tiempo pasaba lento, dolorosamente lento.

No podía tener la menor idea de quien era el tipo, que con la respiración totalmente alterada, miraba a Martha. Fueron las manos de esta apretándose en su espalda, las que le hicieron reaccionar. Para entonces, los chicos Wilson apuntaban al tipo, que continuaba mirando a Martha con los ojos chispeando una extraña mezcla de rabia y necesidad.

D: Años esperando esto, mucha mierda tragada hasta llegar aquí y te encuentro comiéndole la boca a esta niñata.

¿Qué cojones decía el tipo? La niñata claramente debía ser ella y le hablaba a  Martha quien llego a clavar las uñas en su espalda. Totalmente perdida, Estefa solo podía rogar porque ninguno de los chicos cometiera un error. Nada de disparos con Martha ahí.

Segundos interminables, no solo para Estefa, Martha a su espalda, no era capaz de sentirse el pulso. La voz de Dani, fue la confirmación de sus sospechas. Dani estaba vivo y lo peor, Dani estaba apuntando a Estefa.

Mr: Dani…co…que…- las palabras apenas podían salir de su garganta, atascadas ahí por el miedo, la sorpresa y la incredulidad- Estas…estas vivo.

Lento, el tiempo transcurría jodidamente lento para Estefa. El asqueroso tipo que la apuntaba era Dani. La sombra y la puta nube, que tapaba su sol con Martha. El hijo de puta que la llevo a lo peor y el hijo de puta, al que pese a todo,  Martha había amado desde lo mas profundo. ¿Qué demonios se hace ante una situación así?

Lo que ella hizo, tratar de mantener los nervios intactos. Puede que el corazón le dejara de latir, pero el tipo estaba armado, apuntándola y totalmente fuera de control. No quedaba de otra, que estar al cien por cien y esperar que cometiera un error, para desenfundar su arma.

D: Sube al coche- exigió mirando a Estefa por primera vez. El asco se leía en sus ojos y Martha, así lo leyó.

Mr: Subo, pero baja el arma Dani- suplico, dando por hecho que Dani no tenia nada que perder. Aun no creyéndolo vivo, lo único que le importaba, es que el cañón que apuntaba directo a la cabeza de Estefa, dejara de hacerlo. Por eso se soltó de Estefa aunque esta la detuvo, momentáneamente.

Es: No vas a subir.

D: Jajaja, payasa- le fue fácil empujar el arma contra la frente de Estefa y Martha se soltó de su agarre para como pudo, colarse entre ella y Dani y lo más importante, entre ella y el arma- Ven aquí nena.

Con habilidad uso su ventaja, la fuerza embrutecida por la desesperación. De una tuvo a Martha entre sus brazos y a Estefa nuevamente apuntada.

Mortalmente lento, corre el tiempo cuando ante ti, un animal une su boca a la de tu mujer y a ti no solo se te detiene el corazón, lo hace la circulación de la sangre con él, los pulsos y hasta el alma.

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M: Hijo de la gran puta. Quietos todos, Martha se lo va a llevar de ahí, será entonces cuando lo tengamos.

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D: Joder nena, no sabes cuanto llevaba buscándote.

Y asquerosamente lento corre, para quien tiene que retener la arcada que le produce estar siendo besada por un muerto viviente. El ser amado que se convirtió en el ser mas odiado, al que entrego una vida y por el que pago tan caro.

Pasado y presente, apuntándose entre si  y con solo su cuerpo entre ellos. Lo sabia, Martha sabia que a la mínima Estefa reaccionaria como lo había hecho, sacando su arma para complicarlo todo mucho mas. ¿Su ventaja? Dani no tenia nada que perder y ella misma se sentía así en esos instantes, seguía importándole una única cosa, salvaguardar a Estefa de Daniel

Mr: Pues ya me has encontrado, ahora vayámonos- se trago las nauseas que sentía, para agarrar su rostro y besarlo. Atrás quedaba Estefa y lo que ese beso estuviese significando para ella.

D: Estas mas guapa que nunca, nena- susurro contra los labios de Martha y el gato cayo en la trampa.

Martha aprovecho el beso para separarlo de Estefa empujando sus pasos hacia atrás, a la vez que la lengua de Daniel poseía su boca. Nueva arcada que le producía y miles de recuerdos, que llegaron de repente ensombreciéndola. Esa era su vida y eso es lo que le podía ofrecer a Estefa. Con mayor determinación continúo empujando a Daniel, pero no contó con Estefa.

Es: No des un solo paso más y suéltala.

Ventaja para Estefa, el tipo había bajado el arma para abrazar a Estefa, pero a ojos de él, Estefa no era mas que una mocosa. Una pequeña mosca cojonera que podría cargarse de un simple cabezazo.

D: Sube al coche, nena. Voy a encargarme de la puta niñata ésta.

Lento, el cabron del tiempo transcurre lento hasta que deja de hacerlo a su antojo, para ahora si, correr vertiginoso.

Martha no pudo retenerlo entre sus brazos  por más tiempo y a Estefa le falto tiempo para acudir al encuentro con la mole.

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M: Acelera Toncho

Como el mismo tiempo, corría veloz el coche conducido por Toncho, mientras la señora dudaba, disparar o arroyarlo.

Y ocurre cuando el tiempo corre veloz, ante tus ojos la vida transcurre como en diapositivas. Martha agarrando a Dani, Estefa apuntando a Dani, Dani golpeando a Estefa y Estefa cayendo al suelo.

To: Debimos avisarla, joder.

M: No dio tiempo…..Anna, joder Anna.

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Mr: Estefa

Segundos que corren en un tic tac histérico y retorcido. Nuevas diapositivas, Martha gritando, Daniel agarrándola y Martha soltándose.

La reproducción de esas diapositivas, termina cuando un coche ajeno a toda la tensa escena, no ve a Daniel y lo enviste, como si fuese un toro. Después dos disparos y…

Entonces el tiempo, se detiene en un agónico piiiiiii.